El Corso de Guayama
Capítulo IV
Aguacero de Mayo
Escrito por: Héctor A. García
©Todos los derechos reservados escrito en 1989
El Indio Yacari se hizo muy buen amigo mío,
o bueno no se si fue que yo me hice buen amigo de él, lo cierto es que me
agradaba su compañía y con el aprendí muchísimo de lo que sé hoy en día.
Cierta mañana mientras caminábamos hacia la playa de Branderi me contó esta
historia.
Había una vez un hombre que tocaba todas las puertas de las casas para
hablar con la gente y conocerlas, entonces en una de esas casas al abrirse
una puerta vio, no una casa interiór sino la entrada a un lugar que podía
decirse que era el paraíso. Él miraba hacia adentro desde afuera y lo que
veía era algo así como una pradera y hermosos árboles, entonces curioso
decidió entrar y al cruzar el umbral, la puerta se cerró tras si.
Había llegado a un sitio llamado el
lugar de los deseos. Allí simplemente te sientas bajo uno de esos hermosos
árboles, deseas cualquier cosa e inmediatamente se cumple lo que pides no
hay espacio entre lo que deseas y su cumplimiento.
El hombre estaba cansado luego de tocar
muchas puertas y al llegar a un lugar tan acogedor, decidió dormir un rato
bajo un árbol de los deseos. Al despertar, tenía mucha hambre, entonces
dice: ¡Que hambre! si apareciera algo de comida". Entonces al momento
apareció la comida frente a sus pies ya servida, una comida deliciosa. Del
hambre no prestó atención de dónde había venido ese plato de comida. Si
tienes hambre, no estás para reflexionar, simplemente comes.
Entonces empezó a comer y encontró la
comida deliciosa. Una vez termino, miró a su alrededor y estiro su manos en
señal de satisfacción. Estaba satisfecho. Y pensando otra vez se dijo: tengo
sed si apareciera de tomar algo. Así que de inmediato apareció una jarra de
agua fresca.
Mientras tomaba el agua sintió una suave
y fresca brisa bajo la sombra del árbol, y comenzó a preguntarse: ¿Qué
estará pasando aquí? ¿Esto es un sueño o es que aquí hay fantasmas porque
no los veo? Entonces aparecieron fantasmas de toda índole que lo rodeaban y
este les dijo: váyanse de aquí- y ellos se fueron.
El hombre se dio cuenta que todo aquello
que el pedía o pensaba se hacia realidad.
Entonces deseó ser rico para no tener
que trabajar y así vivir como un holgazán toda su vida y apareció tanto
dinero que no sabia que hacer con el. Ya con tanto dinero comenzó a temblar
y pensó; bueno y ahora ya no tengo que pasar trabajo para tener lo que deseo,
para que voy a seguir viviendo si ya no vale la pena vivir. Y se le cumplió
ese su último deseo y murió al momento.
Esta es una antigua enseñanza, de gran
significado. Tu mente es un árbol dador de deseos: pienses lo que pienses,
tarde o temprano lo podrás ver cumplido. Si observas profundamente,
hallarás que todos tus pensamientos te están creando a ti y a tu vida. Crean
tu infierno y también tu cielo.
Cada uno en la vida es como un mago.
Cada cual está hilando y tejiendo un mundo mágico en torno de sí mismo y
dependiendo de sus pensamientos coordinados y sus acciones así serán sus
resultados, la magia esta en saber organizar aisladamente cada una de las
partes para que sumadas juntamente nos den un todo.
Querido Juanito, aprende que eres el
responsable de tu dicha o desdicha, es mas lo que tiene que ver contigo que
lo que tiene que ver con otros. Solamente aprende a organizar y a sumar las
partes, de ello dependen tus resultados.
La sequía
Desde noviembre del 1913 no llovía en
Guayama, los calores eran de madre. El último día que llovió casualmente fue
la noche en que don Vicente Palés Anés el padre de mi amigo Luis Palés Matos
murió en el teatro Bernardini mientras recitaba un poema. De alla para acá
como que ya se había llorado bastante,y habia hasta una sequia de lágrimas
pues don Vicente era muy querido en el
pueblo, todavia recuerdo que recitaba el poema El Cementerio, de Santos
Chocano al momento de caer en el escenario que yo ayude a montar. Hubo quien
pensaran que aquello era un trabajo que se le hizo por parte de rivales de la
Logia y que todo se habia calculado para que ocurriera así.
Ya estábamos en mayo del 1914 y habían
pasado casi seis meses desde ese día sin caer una gota. Para estos días
casualmente yo me había fugado
de la casa de Doña Luisa Cintrón, aunque ella era muy buena conmigo y me
enseño muchas cosas. Pero a cada rato, venia Elvira Porrata, la esposa de mi
padre a buscarme y yo me escabullia pues no quería irme a vivir con él. Mi compromiso a mi
madre no lo iba a romper por nada y cada vez que se aparecía a buscarme yo
me escondía y apretaba fuertemente el escapulario que me regalo ella antes
de morir entre mis manos, pidiéndole que no me dejara coger. Así que un buen
día cogí dos o tres cosas y me fui, después de todo yo me las sabía arreglar
por mi propia cuenta, yo habia crecido en la calle trabajando desde los
cuatro o cinco años, eran tiempos difíciles y era un niño de hacer mandados.
Para esos dias de principios de Mayo yo andaba con mis amigos Néstor Cora y
Vicente Pillot, nos fuimos para Las Mareas a pescar Jueyes y Cocolías.
--¿Dianche que calor hace verdá, Juan?-- Le pregunto Néstor
-Diablos si, me voy a derretír si esto
sigue así- le contesto Juan
-La cosa es que no me luce que vaya a
llovel pol buen tiempo- decía Vicente
Mientras caminaban hacia la playa de
Las Mareas veían los pastizales coger fuego lo que aumentaba el calor de los
caminos principales.
Estos dos amigos de Juan eran casi como
hermanos de él. Néstor Cora era un mulatito de Arroyo, que se había venido a
vivír a Guayama y Vicente era mas negro que un tizón, Juan por su lado era
jincho y entre los tres hacían la mezcla de los tres colores de gente de
Guayama, todos andaban por los 9 y 10 años. Ellos venían con la encomienda
de llevarse una buena pesca de crustáceos y almejas que les encargo don
Genaro Cautiño, que le gustaba estar bien alimentado de mariscos, una de sus
criadas le hacia un caldo que el decía que lo ponía mas fuerte que un Toro.
Los muchachos reían las ocurrencias de don Genaro que decían que era más
enamorao que don Juan Tenorio. Don Genaro les ofrecio .50¢
centavos a los tres por un saco combinado de dichos mariscos y estaban
dispuestos a caminar por encima de brasas encendidas si fuera necesario para
ganarse su dinerito.
Según se acercaban a la playa Juan les hablaba de su
nuevo amigo el Indio Yacari.
--¿Saben qué muchachos? -- hablaba
Juan--Yacari el Indio me enseño una forma de protegerme contra la maldad de
la gente mala.--
--Él me dijo que la fuerza de mi
pensamiento y el no creer que las cosas malas me van a hacer daño es el
mejor amuleto o talismán que nosotros los hijos de Dios podemos
tener.--Tambíen me dijo que los espiritus de la gente que nos quiso, nos van
a acompañar hasta la muerte, asi que habia que honrarlos y pedirle a ellos
para recibír bendición y protección. Que Dios los ayudaba a ayudarnos, a la
verda es que no entiendo muy bien, pero bueno...
Vicente le dijo--Bueno puej mi mai me
dice que tengo que rezar to los días el padre nuestro antes de acostalme a
dolmíl, para poder dormíl con los angeles.--
--Ay madre, puej yo estoy chavao puej
yo caigo como palo cuando pongo y me acuesto en el petate y no tengo tiempo
ni pa pensal.--Les decia Néstor
|
--Aunque me dijo también que si queria tener un amuleto poderoso,
que fuera a la Iglesia y con un algodón mojado con agua bendita, lo
pasara por la imagen del Cristo crucificado. Que después a ese
algodón lo cubriera con la esperma de una vela encendida dedicada a
un ser querido hasta que hiciera una bola. Una vez hecho esto, la
pureza del agua bendita y el amor y poder de Cristo iban a poner de
manifiesto el espiritu de tu ser querido el que me iba a ayudar.-- |
--Que eso no fallaba, si yo creia con
todas las fuerzas de mi alma. Me dijo que cargara el amuleto en una tela de
algodón cortada circularmente y que luego la cerrara y amarrara con un
gabete de uno de mis zapatos.--
--¿Oye Juan
y tu crees esos disparates?-- le
pregunto curioso Néstor
--Tu vaj a volvelte loco si te ponej a
creel en esas cosa-- añadia Vicente
Bueno yo no se ná, eso fue lo quel me
dijo- réplico Juan
Ya en la playa pescaron una barbaridad
de cocolias que tuvieron que botar casi la mitad pues estaban cortos en la
pesca de jueyes y el trato era que la mitad de la pesca fuera de jueyes y la
otra mitad de cocolías. --Juan vete a buscar laj almejas que nojotros nos
encalgamos de bregal con los jueyes.--
--Bueno...
Juan se fue solo por la orilla de la
playa hasta llegar cerca de un manglar donde alli en el suelo de la orilla
habian cientos de almejas esperando por él. Eran tantas que se tuvo que
marchar solo con la cantidad que podia cargar.
Según caminaba por la orilla de regreso
a donde estaban sus amigos, escucho los golpes de unos tambores que
entonaban ciertos ritmos afrocaribeños y una gran algarabia. Apenas podia
escuchar que estaban cantando algo y decidio acercarse sigilosamente y
curiosear.
Entonces cautelosamente se acomodo
detras de una palma y veia una cofradia de negros y mulatos tocando tambores
y a las mujeres bailar como si estuvieran borrachas o algo asi, bueno, eso
penso él.
Y segun afilaba el oido escuchaba esta
entonación:
A la Verdegueeeeeee, a la Verdegueeeeeee
Mi mama no quiere que yo vaya a la Verdegue.
A la Verdegueeeeeee, a la Verdegueeeeeee
Mi mama no quiere que yo vaya a la Verdegue.
A la Verdegueeeeeee, a la Verdegueeeeeee
Mi mama no quiere que yo vaya a la Verdegue.
Sali de Machete para el pueblito del Carmen
pero me dijeron que no entrara a la Verdegue, ¿dime porque?
A la Verdegueeeeeee, a la Verdegueeeeeee
Mi mama no quiere que yo vaya a la Verdegue.
Ni por veinte riales, yo no voy a la Verdegue,
puej ella no quiere que yo entre a la Verdegue, ¿dime porque?
A la Verdegueeeeeee, a la Verdegueeeeeee
Mi mama no quiere que yo vaya a la Verdegue.
Porque hay una negra que cuando cuela puro café
pone a tos los hombres arrastrandosele hasta los pies.
|
|
|
A Juan le encantaban esas cofradias de
negros y de hecho con ellos tenia un buen trato, allí en la playa se reunian
los domingos los humildes trabajadores de la caña a tomar ron cañita y a
divertirse y compartir entre ellos pues era lo unico que les quedaba despues
de jornadas de seis dias y hasta doce horas de trabajo bajo el sol.
Mientras miraba atento aquel jolgorio,
pensaba en el calor que hacia y metio su mano dentro de su camisa y froto el
amuleto que llevaba y que no le habia dicho a sus amigos que tenia consigo.
Entonces se dijo a si mismo: Este calor esta de madre tengo ganas de tomarme
algo, entonces ppttuumm... cayo un coco de la palma que lo guarecia del sol
y se rompio dejando una hendidura que le permitio si no hubiera sido por la
celeridad de su reacción, cogerlo a tiempo y tomarle su dulce y refrescante
agua. --Ahhhh... Ay coño que suerte, lo único que falta es un buen aguacero--
No bien dijo esto, escucho un trueno y una inmensa nube negra como a tres o
cuatro millas mar adentro adentrarse a la costa, entonces a Juan le vino un
presentimiento. --Ay coño, tengo un barrunto, dejame avanzar que si nos coge
ese animal <<refiriendose a la nube>> nos va a lleval el diablo de camino
pa' tras.--
Según se apuraba en llegar sonaban
truenos a la distancia. Entonces vio a sus amigos que habian abierto un coco
y le comian la tela y les dijo. --Muchachos ajoren el paso, que lo que viene
apesta a mier...
Los muchachos miraron el nubarron y
enfilaron camino de vuelta para el pueblo de Guayama. En eso unos carreteros
que llevaban un cargamento de carbón los recogieron y los llevaron hasta la
via del tren donde el silbato avisaba que venia en camino.
En un truco viejo de carboneros como el
tren no venia a gran velocidad pegaron la carreta a una plataforma del mismo
y Juan brinco primero, el tren redujo un poco la velocidad tambien para
ayudar y pasaron los sacos, luego Vicente y Néstor brincaron y ya estaban en
camino de regreso.
Los carreteros se despidieron de ellos y
el conductor de la máquina sono el silbato y acelero el paso. Hacia un calor
casi infernal y sumado al calor que despedia la máquina subia aún mas la
temperatura.
UUUUuuuuuuuu... Los chicos gritaban
emocionados de la alegría en su viaje del tren, ellos alegres saludaban a
cuanta gente vieran a su paso.
En el punto mas cercano al pueblo el
tren detuvo su marcha, para dejar un grupo de obreros y los muchachos se
bajaron y siguieron a pie. Vicente agarraba un extremo del saco de jueyes y
cocolias y Nestor el otro extremo. En eso retumbo un trueno que los dejo
casi sordos y...
--"AGUACERO DE MAYO, AGUACERO DE MAYO"--
UUUUUUUUUUUUuuuuuuuu... gritando los muchachos eufóricos entraban al pueblo
anunciando el fin de la sequia y comenzaba a caer un tremendo aguacero que
presagiaba buena suerte a los primeros que se mojaran con sus aguas que eran
consideradas benditas, era el 1ro. de mayo de 1914.
Además debido a
que nuestros agricultores, por experiencia y tradición,
en el mes de abril preparan la tierra para que esté en
condiciones de recibir las semillas de nuestra
alimentación básica con el agua esperada de mayo. Hay
siembras que se realizaban a través de ramas y estacas,
todas muy bien escogidas para asegurar su buena
reproducción, terminaba asi la sequia que habia
comenzado en noviembre.
Que se recuerde nunca antes habia
llovido todos los dias de un mismo mes, aquel fue el primero en mucho tiempo.
Despues de entregarle a don Genaro Cautiño su encargo
y cobrar, los muchachos llegaron a sus casas enchumbaos. Juan por su parte
se fue al almacén del colmado de don Jesús donde se estaba quedando a vivír
y luego de secarse y tirarse en los sacos de harina a descansar se
ponia a pensar y a ver el tiempo pasar...
Esta historia continua
desarrollándose...
|