Bajo dicha denominación se oculta
un período de la Historia de Grecia que abarcaría, muy
aproximadamente, desde el siglo XII-XI al IX-VIII a.C. y que
recibe éste nombre debido a la casi total falta de
documentación para su reconstrucción. Es imprescindible
eliminar cualquier tipo de consideración peyorativa sobre
dicho período, ya que por el hecho de que no se conserven
datos escritos sobre el mismo no se ha de presuponer que haya
sido una época decadente, tan sólo se trata de una época de la
que apenas conocemos nada. No hay que olvidar que hasta el
siglo VIII a.C. no reapareció la escritura y que fue entonces
cuando se transcribió la tradición oral que representaba los
acontecimientos históricos ocurridos durante el período y que
había pasado de boca en boca por medio de los cantores épicos
o aedo. El propio Homero pudo ser uno de estos poetas
orales, e incluso pudieron ser varios o el nombre de un grupo
de artistas que realizasen sus obras bajo esa misteriosa firma
que es Homero.
La primera fase de la Edad Oscura
estuvo marcada por una serie de migraciones y grandes
movimientos de población, algo que por otro lado llevaba
produciéndose desde hacía siglos en la región. Pero
precisamente en la Edad Oscura fue cuando parece que se
consolidaron los asentamientos y se pusieron los pilares de
unas comunidades que con el tiempo se convirtieron en el eje
de todo el desarrollo histórico posterior. Parece ser que a lo
largo de la Edad Oscura se puso fin a las influencias del
exterior sobre la población griega, que a partir de ese
momento se concentró en su sustrato ancestral y protagonizó
desde él un desarrollo autóctono que daría lugar a la Grecia
Clásica. Este bloqueo de las influencias externas tuvo una
salvedad, las costumbres funerarias, en las cuales el rito de
la cremación se extendió, aunque no llegó a generalizarse
plenamente y parece que fue más una moda que un rasgo
distintivo de un supuesto grupo étnico nuevo. Posiblemente la
cremación proviniese de Asia Menor, donde era una costumbre
muy arraigada. Otro rasgo característico fue la expansión de
la metalurgia del hierro, que quizá penetró en Grecia a través
de Chipre.
La cerámica, auténtico fósil
director de éste período, tuvo una fuerte tendencia hacia el
localismo, ya no existió un estilo único que fuese
evolucionando a lo largo del tiempo, sino que en cada región
se crearon tipologías diferentes que tuvieron distintos marcos
evolutivos. Con todo, y teniendo en cuenta importantes
desfases cronológicos entre las distintas zonas, se puede
hablar de que para la Edad Oscura el estilo cerámico sería en
un primer momento el conocido como protogeométrico, el cual a
partir de el siglo IX a.C. sería sustituido por el geométrico,
que perduró ya hasta la Grecia Arcaica. La mayor evolución
tecnológica, en lo que a la fabricación de cerámica se refiere,
consistió en el uso de un torno más rápido, que mejoró las
superficies de los útiles y que simplificó las formas
decorativas.
La mejor descripción de las
formas de vida durante la Edad Oscura nos ha llegado a través
de Homero en su descripción del escudo de Aquiles (Ilíada,
478-452).
La sociedad de este período se
dividía en dos partes bien diferenciadas, por un lado los
hombres libres y por otro los esclavos. Los hombres libres se
diferenciaban a su vez entre nativos del país y forasteros,
éstos últimos parece ser que carecían de derechos y que sólo
estaban protegidos por las costumbres y la religión, ya que
carecían del apoyo del linaje y de la comunidad. Una división
interna de la sociedad era la de miembros de la aristocracia y
el pueblo o demos. Entre ambos se encontraban los
artesanos (demiorgói) que tenían una posición ambigua
entre ambos.
En lo que se refiere a la vida
política existían una serie de instituciones que con ciertas
transformaciones perduraron a lo largo de toda la Historia de
la Grecia Clásica. La
ágora
era la asamblea de todos los varones adultos que se encontraba
subordinada a un consejo de ancianos, la boulé,
integrada por los cabezas de familias nobles, los basilees.
Existía también un cuerpo de funcionarios encargados de la
administración y que dependían directamente del consejo de
ancianos. Las decisiones se tomaban ante el pueblo, pero no
existía ningún tipo de votación, no obstante, la necesidad de
convencer al pueblo de los beneficios de las decisiones a
adoptar convirtió en imprescindible el saber manejar el arte
del discurso y la retórica. Por último, el basileus,
era un cargo unipersonal que teóricamente estaba al frente del
Estado pero cuyas decisiones estaban sujetas a la aprobación
de las asambleas.
El eje de la formación política
griega era una concepción muy peculiar, la denominada ciudad-estado
o polis, que puede definirse como una comunidad pequeña,
independiente y autogobernada, formada por una única ciudad y
su territorio. Las más antiguas polis ya existían en la
Edad del Bronce, pero la gran eclosión y desarrollo de las
mismas no se produjo hasta los alrededores del siglo VIII a.C.
A finales de la Edad Oscura las polis estaban constituidas por
un recinto amurallado dentro del cual existía un lugar para
las asambleas y los templos, realmente esto, que
posteriormente fue conocido como
acrópolis,
era lo que a lo largo de la época homérica se conoció por
polis; no siendo la polis de la Grecia Clásica otra cosa que
el desarrollo de esta primitiva organización. A los pies de
las polis homéricas se extendía el asty, el núcleo
urbano propiamente dicho, cuyo centro de asambleas se
denominaba ágora.
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Fundación Educativa
Héctor A. García |