Enfermedades recurrentes
Proyecto Salón Hogar
Femeninas
Cáncer cervical:
prevenir antes que curar
Seguramente habrás escuchado nombrar un examen preventivo
denominado Papanicolau (PAP). Es aconsejable que todas las mujeres
en edad fértil se lo realicen por lo menos una vez al año.
Se analiza una muestra de las células de la superficie del
cuello del útero, lo que permite evaluar cualquier cambio
anormal en las células (displasia), antes de que un cáncer
se desarrolle y extienda al resto del cuerpo de la mujer.
Si el cáncer es detectado en forma precoz, podría
curarse. Por eso es importante el control ginecológico frecuente.
Cáncer de ovarios
Este cáncer es más complicado que el de útero.
De hecho, produce más muertes, ya que es muy complejo detectarlo
a tiempo. Es común en mujeres mayores de 50 años que
no han tenido hijos. Se cree que el uso de pastillas anticonceptivas
puede ayudar a proteger de esta enfermedad.
Masculinas
Cáncer testicular
Si bien este cáncer no es muy común, se da mayoritariamente
en hombres menores de 40 años, en especial en aquellos que
en su infancia tuvieron problemas con el descenso de uno de sus
testículos. En un principio aparece una hinchazón
que no produce dolor y que generalmente se descubre con un autoexamen.
Con frecuencia hay que extirpar el testículo afectado y aplicar
quimioterapia y/o radioterapia, dependiendo del tipo de cáncer
pronosticado.
Cáncer de próstata
El cáncer de la próstata es bastante común.
Se produce por la aparición de células cancerosas
(malignas). Se da con mayor frecuencia en hombres mayores.
Hiperplasia prostática
benigna
A medida que pasan los años, la próstata puede aumentar
de tamaño y bloquear la uretra o la vejiga, pudiendo causar
dificultad para orinar o interferir con las funciones sexuales.
Aunque este trastorno no es un cáncer, generalmente habrá
que someterse a una cirugía para corregirlo. Los síntomas
de esta enfermedad o de otros problemas en la próstata pueden
ser similares a los del cáncer.
El hombre debe fijarse en los siguientes síntomas y recurrir
a un médico: flujo débil o interrumpido de la orina,
orinar frecuente (especialmente en la noche), dificultad al orinar,
dolor o ardor al orinar, sangre en la orina y dolor constante en
la espalda, caderas o pelvis. A menudo, el cáncer prematuro
de la próstata no presenta ningún síntoma.
La probabilidad de recuperación y la elección del
tratamiento dependen de la etapa de avance del cáncer.
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