El sistema reproductor masculino
Proyecto Salón Hogar
El sistema reproductor masculino está conformado por una
parte visible (externa) y otra oculta en el interior del cuerpo.
Las partes visibles son el pene y el escroto. Este
último es una bolsa de piel que cuelga de la región
pelviana y que aloja a los dos testículos. Ocultos
en el interior del cuerpo están la glándula prostática,
las vesículas seminales, los conductos deferentes
o espermáticos y los conductos eyaculadores.
Los testículos son las glándulas encargadas
de producir los gametos masculinos o espermatozoides y las hormonas
sexuales masculinas. De color blanquecino, superficie lisa y forma
ovalada, se encuentran suspendidos en la bolsa escrotal por los
cordones espermáticos. El testículo izquierdo
está a un nivel más bajo que el derecho. Están
formados por numerosos lóbulos testiculares, aproximadamente
250, separados entre sí por tabiques, que confluyen en un
ovillo o reti testis, del que salen unos conductos enrollados, llamados
túbulos seminíferos, que continúan hasta
el epidídimo.
En las paredes de los túbulos seminíferos existen
dos tipos de células: las seminales, que dan origen
a los espermatozoides, y las células de Sertoli, que
se encargan de sostenerlos y nutrirlos.
Entre los túbulos hay unas células intersticiales
o de Leydig, encargadas de segregar las hormonas sexuales
masculinas.
Los epidídimos son las estructuras en forma de C ubicadas
detrás de cada testículo, donde maduran y almacenan
los espermatozoides.
Los conductos deferentes comienzan en la parte inferior
de la cola del epidídimo, acompañados de arterias,
venas, vasos linfáticos y nervios, formando el cordón
espermático que se introduce en la cavidad abdominal. Desembocan
en dos dilataciones en forma de bolsa, ubicadas entre la base de
la vejiga y el recto: las vesículas seminales. Estas
se encargan de elaborar una secreción azucarada que proporciona
energía al espermatozoide, y constituye la mayor parte del
semen o líquido seminal.
Desde las vesículas seminales surgen los conductos eyaculadores,
que desembocan en la uretra a nivel de la próstata.
Esta última glándula, del tamaño de una castaña,
rodea la uretra en su primera parte. Está formada por dos
lóbulos laterales y uno intermedio, y tiene de 10 a 32 unidades
glandulares insertas en una masa de tejido muscular liso y conectivo
denso.
La glándula prostática secreta un líquido
lechoso que también constituye el semen, y que contiene una
sustancia estimulante de los espermatozoides. Este fluido es descargado
en la uretra durante la eyaculación.
La uretra se encarga de expulsar la orina y el semen desde
el interior del cuerpo masculino. Está compuesta por tres
partes: una ancha y dilatable que pasa a través de la próstata;
otra membranosa, más corta y estrecha que la anterior, rodeada
por haces de fibras musculares estriadas, que forman el esfínter
-músculo circular que, al contraerse, cierra un orificio
natural- de la uretra; y la parte esponjosa, rodeada por el cuerpo
esponjoso del pene, que es la más larga.
En la raíz del pene se encuentran las glándulas
bulbouretrales o de Cowper. Son dos órganos que vierten
a la uretra un líquido viscoso que protege su interior de
los residuos de la orina.
El pene es el órgano encargado de depositar los espermatozoides
en el interior del cuerpo de la mujer. En su interior se encuentra
la parte final de la uretra y un sistema de erección formado
por tejido cavernoso. En términos generales, el pene se compone
de una raíz, un cuerpo y un extremo denominado glande,
cubierto por una porción de piel llamada prepucio,
al que se une por un tirante de piel llamado frenillo prepucial.
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El espermatozoide: pequeños viajeros
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