Estado del centro oeste de América del
Sur, enclavado en gran parte en la cordillera de los Andes, al Sur de la
cuenca amazónica. Limita al NO y E con Brasil, al Se con Paraguay, al S
con Argentina, y al O con Chile y el Perú.
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EL MEDIO FÍSICO
El territorio boliviano presenta un acusado contraste entre una región
montañosa (el corazón de Bolivia, por su importancia económica, social y
política), con el Altiplano y las cordilleras andinas, que ocupa el sector
occidental, y una región de llanuras y mesetas bajas, en la mitad E, que
constituyen los llanos orientales, muy poco poblados.
El Altiplano se encuentra en el sector donde la cordillera de los Andes
alcanza la máxima anchura. Está formado por una llanura situada entre
3.000 y 5.000 m de altitud, limitada, al O y E, por dos ramas de los
Andes, la cordillera Occidental y la cordillera Oriental o Real,
respectivamente. Es una vasta región de más de 130.000 km2, muy árida y
azotada por vientos helados, que encierra grandes cuencas endorreicas,
unas ocupadas por importantes lagos (Titicaca, Poopó) y otras por
depósitos salinos (los salares de Uyuni, Coipasa y otros). La cordillera
Occidental, que lo enmarca por el O, formando la frontera con Chile, se
compone de una alineación de cerros volcánicos que superan los 5.000 m de
altitud (con el Sajama, la cumbre más elevada de Bolivia, de 6.544 m). La
cordillera Oriental o Real, que lo encuadra por el E y está orientada en
dirección NO-SE, comprende varios valles interiores, una gran superficie
de erosión que corresponde a los macizos antiguos, la puna, y una serie de
cumbres volcánicas que dominan este conjunto, entre las que destacan el
Illampu (6.550 m) y el Illimani (6.402 m).
La zona oriental o de los llanos constituye una región muy extensa y casi
vacía (abarca cerca del 70% de la superficie del país, pero en ella reside
apenas el 13% de la población), que presenta un relieve horizontal,
accidentado ocasionalmente por ligeras irregularidades (mesetas, colinas,
cerros). En esta área, las diferencias no se producen en función de la
orografía, sino de la cubierta vegetal, que varía de acuerdo con las
condiciones climáticas. Está limitada al NE por el río Iténez o Guapore,
subafluente del Amazonas, y al SE por el río Paraguay.
Además de estas dos grandes zonas geográficas, cabe distinguir una tercera,
la región subandina, que es precisamente la que sirve de transición entre
ambas. Entre las altas cumbres montañosas del oeste y las llanuras del
este existe una franja de vertientes accidentadas por quebradas, valles y
yungas que posee unas características geomorfológicas bien definidas, lo
que permite configurarla como una zona autónoma, aunque sin perder de
vista que, de hecho, está integrada en la región montañosa. Los yungas, en
particular, son depresiones muy cálidas y regadas por abundantes lluvias,
en las que prosperan los bosques y los cultivos tropicales.
La red hidrográfica boliviana comprende pequeños ríos andinos sin salida
al mar, el más importante de los cuales es el Desaguadero (325 km), que
une los lagos Titicaca y Poopó, y en los llanos varios subafluentes de la
cuenca del Amazonas (Madre de Dios, Beni, Mamoré, Iténez y otros) y
algunos tributarios de la cuenca del Río de la Plata (Pilcomayo, Bermejo y
Paraguay). El lago Titicaca, el más extenso de América del Sur (8.300 km2)
y el más alto del mundo (3.810 m sobre el nivel del mar), que comparten
Bolivia y el Perú, contiene varias islas y es navegable por embarcaciones
de gran calado.
El clima es escalonado de O a E, en función de la altitud: frío y árido en
la región montañosa, con nieves perpetuas por encima de los 5.000 o 6.000
m; templado y lluvioso en los valles y los yungas; y cálido en la región
oriental, que recibe además abundantes lluvias en el sector amazónico,
donde la selva ecuatorial ocupa grandes extensiones.
ECONOMÍA Y SOCIEDAD
La economía boliviana se ha apoyado, desde la época colonial, en el sector
minero. Esta situación se mantiene todavía en la actualidad, aunque las
circunstancias son menos favorables debido al agotamiento progresivo de
los yacimientos, las dificultades de acceso a las minas y el descenso
mundial de los precios de los minerales. La agricultura se limita
básicamente a cultivos de subsistencia, y el sector industrial presenta
aún un nivel de desarrollo limitado.
Los cultivos más extendidos son las papas, los cereales (maíz, arroz,
trigo, sorgo), la caña de azúcar y la soja; en los yungas se practican
algunos cultivos subtropicales destinados a la exportación (coca, café,
vid, árboles frutales). En los llanos orientales se está impulsando el
desarrollo a gran escala de la ganadería bovina extensiva e intensiva (para
la producción de leche), mientras que en la región montañosa se practica
una ganadería de tipo más tradicional, con rebaños de ovinos, llamas y
alpacas. La explotación forestal atraviesa una fase de expansión: el 37%
del territorio boliviano se halla cubierto de bosques y selvas, que
abarcan en su conjunto una superficie de 448.000 km2. Los bosques más
ricos en especies se encuentran en las llanuras septentrionales y
orientales del país, pero también son susceptibles de explotación los
conjuntos forestales de los yungas, de los valles y de algunas zonas
húmedas del Altiplano.
La minería metálica, concentrada en la región montañosa, constituye la
principal riqueza del país. Bolivia, en efecto, figura entre los primeros
productores mundiales de estaño, tungsteno y antimonio; se extraen además
cinc, cobre, plomo, plata y oro. El petróleo y el gas natural se obtienen
sobre todo en los yacimientos ubicados en la región subandina. Una parte
importante, tanto del petróleo como del gas natural, se destina a la
exportación. El gas natural se vende a Argentina y Brasil.
La industria está poco desarrollada. La falta de infraestructuras para el
transporte y el déficit energético han impedido el despegue del sector
industrial, que se ha proyectado básicamente a partir de las industrias
derivadas de la minería. Como sectores más activos destacan las industrias
tradicionales, principalmente alimentaria (conservas, azúcar, cerveza) y
textil (hilados de algodón), seguidas de la metalurgia del estaño y el
sector petroquímico.
La población indígena (quechuas y aymaras, sobre todo) representa
alrededor del 65% del total; los mestizos son más del 30%; el resto se
compone de criollos (blancos descendientes de europeos).
El índice de crecimiento vegetativo es elevado, a causa de la alta tasa de
natalidad. La máxima concentración demográfica se alcanza en la franja
oriental del Altiplano, donde se hallan las dos capitales y las
principales ciudades (Sucre, La Paz, El Alto, Cochabamba, Oruro, Potosí);
la región oriental está poco poblada, con excepción de Santa Cruz de la
Sierra (la segunda ciudad del país por el número de habitantes), y posee
grandes recursos naturales sin explotar, lo cual confirma que Bolivia es
anto todo un país esencialmente andino.
HISTORIA
En el Altiplano, cerca del lago Titicaca, se desarrolló una de las
civilizaciones andinas más importantes, la cultura de Tiahuanacu (siglos
VIII-XII). La expansión del Imperio incaico alcanzó a Bolivia en el siglo
XIII. El primer europeo que exploró el territorio fue el portugués Alejo
García, entre 1516 y 1524. La conquista fue obra de Diego de Almagro y los
hermanos Pizarro (1539), quienes lo incorporaron al virreinato peruano con
el nombre de Alto Perú. A partir de 1545 se inició la explotación de las
minas de plata de Potosí. En 1559 se creó la audiencia de Charcas, cuya
jurisdicción constituyó el marco territorial del futuro estado boliviano.
La colonización impuso la encomienda, la mita y el pongaje, que
reglamentaban la explotación del indígena por parte de los europeos y
criollos. La vida de la colonia se vio perturbada por los conflictos
surgidos entre los propios colonizadores (vascongados y vicuñas) y por las
sublevaciones de indígenas y mestizos (rebelión de los Cataris). En 1776
la audiencia de Charcas pasó a depender del virreinato del Río de la
Plata. La insurrección de Pedro Domingo Murillo (1809) fue el preludio de
la lucha por la independencia. En La Paz se estableció la primera junta
del continente. Tras la victoria de Simón Bolívar en Ayacucho (1824), el
congreso de Chuqisaca declaró en 1825 la independencia de Bolivia, que en
honor del Libertador se llamó República Bolívar, y cuyo gobierno estuvo a
cargo del mariscal Sucre. Agustín Gamarra, futuro presidente del Perú,
obligó a Sucre a renunciar (1828).
Le sucedió Andrés de Santa Cruz (1829), que ejerció un mandato ejemplar,
con una meta: crear la Confederación Peruano-Boliviana, proyecto que
materializó mediante el pacto de Tacna (1837), tras vencer y fusilar al
dictador peruano Felipe Santiago Salaverry. Chile se opuso militarmente a
la Confederación en la batalla de Yungay (1839). Dos años después Gamarra
invadió Bolivia, pero fue vencido y muerto por José Ballivián en la
batalla de Ingavi (1841). En la época de los caudillos bárbaros, como
Manuel Isidoro Belzú (1848-55) y Mariano Melgarejo (1864-71), quien cedió
300.000 km2 a Brasil (1867), el país pasó por graves momentos de
inestabilidad. El dictador Hilarión Daza (1876-79) se alió con el Perú
contra Chile en la guerra del Pacífico (1879-83).
La victoria chilena supuso para Bolivia la pérdida de la franja costera
del Pacífico. A principios del siglo XX accedió al poder el liberal José
Manuel Pando (1899-1904), quien cambió la capitalidad de Sucre a La Paz y
tuvo que ceder a Brasil la región cauchera de Acre (1903). En la guerra
del Chaco (1932-35) contra Paraguay, Bolivia perdió la mayor parte del
Chaco Boreal. Entre 1936 y 1946, los gobiernos militares tomaron medidas
drásticas, como la nacionalización de las explotaciones petroleras, para
las que contaron con el apoyo del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).
en 1952 llegó al poder Víctor Paz Estenssoro, líder del MNR, que adoptó
medidas como la nacionalización de las minas de estaño y la reforma
agraria. Sin embargo, ni él, en sus dos períodos presidenciales (1952-56 y
1960-64), ni Hernán Siles Zuazo (1956-60), lograron introducir tampoco
cambios profundos. Como consecuencia de ello, se produjo la separación del
MNR de la poderosa Central Obrera Boliviana (COB), liderada por el
vicepresidente Juan Lechín. Tras su reelección, Paz Estenssoro fue
derrocado por el general René Barrientos (1964-69), quien erradicó la
guerrilla castrista (muerte del Che Guevara, 1967). Después de la muerte
de Barrientos en un accidente aéreo, se encadenó una serie de golpes de
Estado, dirigidos por Alfredo Ovando (1969-70), Juan José Torres (1970-71)
y Hugo Bánzer (1971-78). La presión popular en favor de la democratización
llevó a la elección de Lydia Gueiler (1979-80) y de Hernán Siles (1980),
quien no pudo asumir el poder porque fue depuesto por el general Luis
García Meza. Este fue derrocado en 1981, y al año siguiente fue investido
Siles. En las elecciones de 1985 venció Paz Estenssoro. En 1989 fue
elegido Jaime Paz Zamora, del social demócrata MIR, sucedido en 1993 por
el dirigente del MNR Gonzalo Sánchez de Lozada, y en 1997, por el ex
presidente Hugo Bánzer, al frente de la Acción Democrática Nacionalista.
BOLIVIA EN CIFRAS
Nombre oficial: República de Bolivia
Superficie: 1.098.581 km2
Población: 7.411.000 hab.
Capital: Sucre (constitucional, 131.769 hab.),
La Paz (administrativa, sede del gobierno, 713.000 hab.)
Ciudades principales: Santa Cruz de la Sierra (697.278 hab.),
Cochabamba (515.695 hab.)
DEMOGRAFÍA
Densidad: 5,8 hab./km2
Tasa de crecimiento anual: 2,4%
Natalidad: 36%
Mortalidad: 10%
Mortalidad infantil: 73%
Esperanza de vida: 60 años
Composición de la población: indígenas (65%), mestizos (30%), criollos
ECONOMÍA
Moneda: Boliviano (1 Bs = 100 centavos)
Producto nacional
Bruto (PNB): 5.601 millones de dólares
PNB por habitantes: 770 dólares
Distribución del PIB
por sectores: agricultura (20%), industria (30%), servicios (50%)
Principales productos
de exportación: gas natural, estaño, cinc, cueros, café, plata
SOCIEDAD
Lenguas: español, quechua y aimara (oficiales), tupi-guaraní, guaraní
Gentilicio: boliviano
Forma de estado: república unitaria presidencialista
Religión: catolicismo (85%)
Tasa de alfabetización: 83%
Población urbana: 57,5%
Índice de desarrollo humano: 113°
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