Estado de
América del Sur, que ocupa la mayor parte del cono sur del continente
americano, entre la cordillera de los Andes y el océano Atlántico. Limita
al N con Bolivia y Paraguay, al O y al SO con Chile, al E con Paraguay,
Brasil, Uruguay y el océano Atlántico, y al S con el polo sur. El
territorio argentino incluye el sector antártico comprendido entre los
meridianos de 25° y 74° de longitud O y el paralelo de 60° de longitud S (Antártida
Argentina), así como las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del
Sur, situadas en el Atlántico austral.
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EL
MEDIO FÍSICO
El territorio argentino, el segundo de América del Sur por su extensión,
sólo superada por Brasil, se caracteriza por el fuerte contraste entre la
cordillera de los Andes, al O, y las llanuras y mesetas que se extienden a
sus pies, al E, las cuales ocupan las dos terceras partes de la superficie
territorial.
La región andina, formada por los plegamientos de la era mesozoica y
remodelada posteriormente, ya en la era terciaria, por nuevos movimientos
orogénicos, está afectada por frecuentes terremotos y erupciones
volcánicas; en el extremo septentrional del territorio argentino incluye
una parte de la Puna de Atacama, un altiplano desértico situado entre los
3.500 y los 4.000 m de altitud, enmarcado por altas sierras y en el que se
encuentran grandes salares. A partir de este tramo septentrional, que se
ensancha a través de las precordilleras andinas y las sierras subandinas (entre
las que destacan las de Jujuy, Salta y Tucumán), la cordillera se estrecha,
hasta quedar reducida a su ramal occidental. En este sector los Andes
alcanzan sus máximas altitudes (con la cumbre más alta del continente, el
cerro Aconcagua, de 6.959 m sobre el nivel del mar), mientras que en el S,
en los Andes patagonicofueguinos, donde se hallan numerosos lagos de
origen glaciar, la cordillera va perdiendo altura gradualmente.
La franja central del territorio, de N a S, corresponde a las llanuras del
Chaco y la Pampa. El Chaco, que se extiende entre los últimos relieves
andinos y el río Paraguay, es una región llana y arbolada que no supera
los 200 m de altitud, inclinada hacia el SE, con una zona de pantanos y
tierras inundables en el interior. La Pampa es una vasta llanura cubierta
por materiales sedimentarios, limitada al O por la sierra de Córdoba y
accidentada al S por las sierras del Tandil y de la Ventana; el sector
oriental constituye la llamada Pampa húmeda, atravesada por la depresión
del río Salado y ocupada por la estepa herbácea, mientras que la Pampa
seca se extiende por la parte occidental y meridional, donde aparece la
estepa arbustiva.
Al E del Chaco y la Pampa, entre los ríos Paraná y Uruguay, se halla la
Mesopotamia argentina, una región de lomas bajas en la que abundan las
lagunas y los pantanos. Al S, desde el río Colorado hasta alcanzar
prácticamente el límite de las tierras continentales, se extiende la
Patagonia, que comprende el último tramo de la cordillera de los Andes
(Patagonia andina) y una región de mesetas que descienden escalonadamente
desde unos 1.700 m de altitud, en el pie de la cordillera andina, hasta la
costa atlántica, surcadas por profundos cañones excavados por los ríos
andinos. En la región antártica, el paisaje, determinado por la enorme
masa de hielo que cubre la superficie (y que, en algunos sectores, alcanza
más de 2.000 m de espesor), apenas es alterado en su monotonía por los
picos de mayor elevación.
HIDROGRAFÍA
Destaca en primer lugar el gran sistema hidrográfico formado por los ríos
Paraná, Paraguay (afluente del anterior) y Uruguay, que nacen en la
altiplanicie brasileña y vierten sus aguas en el Río de la Plata. El
Paraguay y el Pilcomayo, su afluente por la derecha, forman un tramo de la
frontera argentino-paraguaya, que también recorre parcialmente el Paraná.
El río Uruguay, a su vez, sirve de frontera entre Argentina y Brasil y
entre Argentina y Uruguay. El Paraná es el río más importante de
Argentina, cuyo territorio recorre a lo largo de casi 2.000 km, hasta
desembocar cerca de Buenos Aires formando un amplio delta. Sus principales
afluentes son el Bermejo y el Salado, por la derecha, y el Iguazú, por la
izquierda; éste, antes de verter sus aguas en el colector forma las
famosas cataratas que llevan su nombre. El río Uruguay recorre en
territorio argentino poco más de 1.000 km, y su cauce se aprovecha para la
producción hidroeléctrica. El Río de la Plata es un vasto estuario que en
su desembocadura supera los 200 km de ancho. Más al S, señalando el límite
meridional de la Pampa, discurre el río Colorado (1.300 km), que nace en
los Andes, salva una región de arenales y después de atravesar la llanura
pampeana desemboca en el Atlántico, formando un delta, al S de la Bahía
Blanca. El río Negro (600 km), el Chubut (850 km) y el Deseado (610 km),
junto con otros cursos menores, descienden de las estribaciones andinas y
se dirigen al mar Argentino, abierto al océano Atlántico, a través de los
valles encajados en las mesetas de la Patagonia. Hay además numerosos
cursos fluviales que no tienen salida al mar y forman pequeñas cuencas
interiores, principalmente en el tercio N del territorio, como la cuenca
de la Puna atacameña, la cuenca del Salado o Desaguadero, que recibe las
aguas de los Andes centrales, y la que forma la laguna Mar Chiquita,
alimentada principalmente por el sistema Salí-Dulce.
EL LITORAL Y LAS ISLAS
El litoral atlántico argentino está formado por grandes arcos de trazado
rectilíneo, en general poco accidentados. Desde la punta Rasa del cabo San
Antonio, en la entrada del Río de la Plata, hasta la desembocadura del río
Negro, al S de Bahía Blanca, la costa es baja y rectilínea, con extensas
playas. En la Patagonia, en cambio, la fachada marítima presenta altos
acantilados.
Los principales accidentes costeros son, de N a S, el estuario del Río de
la Plata y la contigua bahía Samborombón, la bahía Blanca, el golfo San
Matías y el golfo Nuevo, separados por la península Valdés, y el golfo San
Jorge y la bahía Grande. Frente a Bahía Blanca emerge un pequeño grupo de
islas costeras.
Las tierras insulares argentinas comprenden el sector oriental de la isla
Grande de Tierra del Fuego y la isla de los Estados, separada de la
anterior por el estrecho de Le Maire, además de las islas del Atlántico
sur (Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur) y los grupos insulares
de la Antártida Argentina.
EL CLIMA
Las temperaturas tienden a disminuir de N a S, mientras que la pluviosidad
disminuye de E a O, es decir, desde la fachada atlántica hasta el pie de
monte andino.
En el tercio septentrional del territorio, hasta casi el Río de la Plata,
predomina el clima tropical, con abundantes precipitaciones. En la mitad
oriental de la Pampa domina el clima templado húmedo (Pampa húmeda),
mientras que en el sector occidental se encuentra el clima árido de la
estepa (Pampa seca). La Patagonia se caracteriza por el clima frío y seco,
con vientos fuertes y constantes, y nieve en invierno. En la región andina
septentrional impera el clima árido, que se transforma en frío, húmedo y
nivoso en la mitad meridional.
ECONOMÍA Y SOCIEDAD
La actividad agropecuaria ha constituido el principal soporte de la
economía argentina y ha determinado el carácter agroexportador que la
caracteriza. Esta condición y el relativo desarrollo industrial han
determinado la vulnerabilidad de la riqueza del país frente a las
fluctuaciones del mercado internacional.
Tanto la agricultura como la ganadería representan un extraordinario
potencial económico. La agricultura intensiva y los regadíos se concentran
en la región de Mesopotamia y en la Pampa húmeda. La Pampa es una zona que
proporciona una elevadísima producción de cereales (trigo, maíz, sorgo) y
forrajes, que ha situado el país entre los primeros productores y
exportadores mundiales. Ocupan también miles de hectáreas las oleaginosas
(girasol, soja, lino), mientras que en el N prodominan los cultivos
tropicales: algodón en el Chaco y caña de azúcar en la franja occidental.
Los viñedos argentinos, que proporcionan la primera producción vinícola
del continente americano, se encuentran en la franja que de N a S limita
por el O la Pampa seca, principalmente en La Rioja, San Juan y Mendoza.
La ganadería argentina ocupa lugares muy destacados en el conjunto mundial.
La cabaña boliviana se concentra especialmente en la Pampa húmeda,
asociada a la cría de ganado ovino, que se explota asimismo con buenos
resultados en la Patagonia. Las exportaciones de carne, cueros y lana
representan un porcentaje importante del comercio exterior.
El principal producto que proporciona la minería argentina es el petróleo,
que se extrae de los yacimientos de cinco cuencas principales: Austral,
Cuyana, Golfo San Jorge, Neuquina (la más productiva) y Noroeste. El
refino se efectúa cerca de los puntos de extracción, y el transporte se
lleva a cabo por medio de oleoductos. Es importante asimismo la producción
de gas natural, procedente de las mismas cuencas petrolíferas y
transportada por gasoductos. El carbón es escaso y de baja calidad.
Tampoco abundan los minerales metalíferos: hierro, cinc y plomo, además de
estaño, oro, manganeso, volframio y uranio.
Al problema de la escasez de los recursos mineros se suma la situación de
los yacimientos, ubicados casi todos en las regiones andinas y, en
consecuencia, muy alejados de los centros industriales. Esta coincidencia
de factores ha entorpecido el desarrollo de la industria pesada, si bien
se ha producido una importante expansión de la siderurgia y la metalurgia,
principalmente en las provincias de Salta, Mendoza y Buenos Aires.
En gran eje industrial argentino se extiende a lo largo del bajo Paraná,
de Rosario a La Plata. Sobresalen como sectores más activos la industria
mecánica (material ferroviario, tractores, maquinaria agrícola), el sector
automovilístico, la fabricación de aparatos eléctricos y electrónicos, la
industria química y petroquímica (abonos, ácido sulfúrico, plásticos,
fibras artificiales, caucho sintético, etc.) y la industria papelera.
Entre las industrias de implantación más antiguas destacan la textil (lana,
hilados de algodón) y la de la alimentación (harinas, productos cárnicos,
derivados lácteos, vino, aceites vegetales, pastas alimenticias).
La densidad de población es una de las más bajas de los países
latinoamericanos. La población se concentra en la mitad septentrional del
territorio. Destacan como zonas de máxima densidad humana las provincias
de Tucumán y Buenos Aires, seguidas a cierta distancia de las de Misiones,
Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos. Se observa además un elevado índice de
población urbana; la mitad de los habitantes reside en el área
metropolitana del Gran Buenos Aires (que acapara por sí sola el 33,5% de
la población) y las demás ciudades de la franja central: Córdoba, Rosario,
Mendoza y La Plata. Las zonas más despobladas son la Pampa, la Patagonia y
Tierra del Fuego.
La población está compuesta principalmente por descendientes de italianos
y españoles. El territorio argentino, tanto en la época del descubrimiento
como al declararse la independencia, en 1816, se hallaba en conjunto muy
poco poblado. En la segunda mitad del siglo XIX y durante las dos primeras
décadas del siglo XX, hasta la Primera Guerra Mundial, el país recibió una
fuerte corriente inmigratoria, que prosiguió, mucho más reducida, hasta la
década de 1950. La población mestiza representa un porcentaje bajo, y es
aún menor la población aborigen, que se localiza principalmente en el
Chaco y las provincias limítrofes del NO, en Misiones (NE) y en el extremo
meridional de la Patagonia.
HISTORIA
Juan Díaz de Solís alcanzó la desembocadura del Río de la Plata en 1516, y
Pedro de Mendoza inició la colonización de la región del Plata, fundando
por primera vez Buenos Aires en 1536, destruida posteriormente por los
indígenas. Tras la fundación de San Miguel de Tucumán, el centro
neurálgico de la región se estableció, entre 1541 y 1580, en Asunción,
hasta que la segunda fundación de Buenos Aires (1580) hizo de esta ciudad
el centro del tráfico mercantil hacia Europa.
Buenos Aires dependió del virreinato del Perú hasta 1776, año en que se
creó el virreinato del Río de la Plata, del que dependían la audiencia de
Charcas (Bolivia) y la Banda Oriental (Uruguay). Tras el fracaso, en 1806,
de un intento de ocupación británico, se estableció en 1810 una Junta
gubernativa en Buenos Aires, que inició el proceso de emancipación. El 9
de julio de 1816 se proclamó oficialmente la independencia de las
Provincias Unidas del Río de la Plata. Siguió un período caracterizado por
la inestabilidad política y las guerras entre unitarios y federales. El
intento de anexión de la Banda Oriental por parte de Brasil desencadenó la
guerra argentinobrasileña (1825-27), resuelta con la independencia de
Uruguay en 1828. Juan Manuel de Rosas terminó con los caudillos federales
y gobernó dictato-rialmente entre 1835 y 1852, año en que fue derrotado en
la batalla de Caseros por Justo José de Urquiza. Este gobernó entre 1854 y
1860. Bartolomé Mitre ocupó la presidencia (1862-68) tras vencer a Urquiza
en la batalla de Pavón; le sucedió Domingo Faustino Sarmiento (1868-74).
Ambos condujeron la guerra de la Triple Alianza (Argentina, Brasil y
Uruguay) contra Paraguay. Bajo la presidencia de Nicolás Avellaneda
(1874-80), Buenos Aires fue declarada capital federal. La afluencia de
inmigrantes y el desarrollo económico de fines del siglo XIX propiciaron
el surgimiento de nuevas clases sociales: el proletariado y una clase
media que se aglutinó en la Unión Cívica Radical (UCR). Este partido
gobernó entre 1916 y 1930, en que el presidente Hipólito Irigoyen fue
derrocado por el golpe conservador del general José Félix Uriburu. Las
Fuerzas Armadas controlaron el país hasta el ascenso al poder del coronel
Juan Domingo Perón, en 1946, y la fundación del movimiento peronista o
justicialista, con una ideología de corte nacionalista, gremialista y
populista.
Dentro del movimiento tuvo un papel muy importante la segunda esposa de
Perón, María Eva Duarte (Evita). El personalismo del régimen y las
dificultades económicas aceleraron el deterioro del peronismo y su
derrocamiento por un golpe militar en 1955. Hasta 1973 se sucedieron en el
poder los gobiernos militares de Eduardo Lonardi y Pedro Eugenio Aramburu,
que reprimieron el peronismo, los presidentes civiles Arturo Frondizi,
José María Guido y Arturo Illia, y, otra vez, los gobiernos militares de
Juan Carlos Onganía, Roberto Marcelo Levingston y Alejandro Lanusse. El
peronista Héctor Cámpora venció en las elecciones de 1973, pero renunció y
convocó nuevos comicios, que dieron el triunfo a Perón (1973-74). Tras su
muerte, la presidenta María Estela Martínez de Perón fue incapaz de
controlar los enfrentamientos entre la guerrilla izquierdista (ERP,
Montoneros) y los grupos de extrema derecha de la Triple A. La
inestabilidad política desembocó en el golpe de Estado militar de 1976.
Una junta militar confió la presidencia sucesivamente a Jorge Rafael
Videla (1976-81), Roberto Eduardo Viola (1981) y Leopoldo Fortunato
Galtieri (1981-82).
Los militares instauraron un régimen de terror (más de 30.000
desaparecidos). Tras la derrota en la guerra de las Malvinas contra Gran
Bretaña (1982), las Fuerzas Armadas tuvieron que restituir el poder a la
sociedad civil. Las elecciones de 1983 dieron el triunfo al Partido
Radical de Raúl Alfonsín, quien tuvo que afrontar varios intentos de
desestabilización de origen miliar y una grave situación económica. En
1989 accedió a la presidencia el candidato peronista Carlos Saúl Menem.
El nuevo presidente reprimió otro intento de golpe de Estado militar
(1990) y tomó medidas de liberalización económica que implicaron un
elevado coste social. En 1994 se reformó la Constitución: se redujo el
período presidencial de seis a cuatro años, se admitió la posibilidad de
reelegir al presidente y se modificaron los sistemas electoral y judicial.
En las elecciones de 1995 Menem fue reelegido presidente en la primera
vuelta. En las de 1999 resultó elegido el radical Fernando de la Rúa (al
frente de la Alianza formada por la Unión Cívica Radical y el Frente País
Solidario), quien derrotó al candidato peronista.
ARGENTINA EN CIFRAS
Nombre oficial: República Argentina
Superficie: 3.761.274 Km2
Población: 35.409.000 hab.
Capital: Buenos Aires (2.965.403 hab.)
Ciudades principales: Gran Córdoba (1.194.691 hab.)
Gran Rosario (1.095.908 hab.)
Gran Mendoza (773.559 hab.)
DEMOGRAFÍA
Densidad: 12.7 hab./km2
Tasa de crecimiento anual: 1.2%
Natalidad: 17.9%
Mortalidad: 7.9%
Mortalidad infantil: 22.2%
Esperanza de vida: 73 años
ECONOMÍA
Moneda: peso (1 $ = 100 centavos)
Producto nacional bruto (PNB): 257.657 millones de dólares
PNB por habitante: 8.110 dólares
Distribución del PIB por sectores: agricultura (5%), industria (30%),
servicios (65%)
Principales productos de exportación: maquinaria, petróleo, oleaginosas,
productos químicos
SOCIEDAD
Lenguas: español
Gentilicio: argentino
Forma de estado: república federal presidencialista
Religión: catolicismo
Tasa de alfabetización: 96%
Población urbana: 88%
Índice de desarrollo humano: 36°
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