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Hace 300 mil años, los homínidos se habían desarrollado tanto que no solo igualaban a los hombres actuales en peso total, sino también en el cerebral. El primer vestigio de ellos se halló en 1856 en el valle de Neander, en Alemania, por lo que fueron llamados hombres de Neanderthal.
Sus cráneos eran menos humanos que los nuestros, ya que tenían protuberancias sobre los ojos, dientes anchos, mandíbulas salientes, la frente inclinada hacia atrás y la barbilla ligeramente hundida. Eran más bajos, robustos y musculosos que nosotros.
Como se asemejaban tanto al hombre actual, excepto en el cráneo, fueron considerados de nuestra especie con el nombre de Homo sapiens neanderthalensis -que en latín significa ‘hombre sabio’-.
Los H. erectus se extinguieron o talvez fueron aniquilados por la nueva especie -que era más inteligente y fuerte- entre 300 y 200 mil años atrás.
Los neandertales se trasladaron a Europa, vivieron durante los períodos glaciales, cazaron al mamut, el rinoceronte lanudo y el oso gigante de las cavernas, y supieron cómo encender el fuego. Sus útiles de piedra eran más variados, elaborados y precisos.
Estos hombres también fueron los primeros en enterrar a sus muertos. El hecho de que los quisieran proteger de ser devorados por los animales -ya que los homínidos anteriores abandonaban los cuerpos donde caían- ha sido interpretado como una valoración de la vida y una muestra de los afectos, ya que prestaban atención y cuidado a los individuos incluso después de la muerte. Con frecuencia se enterraban alimentos y flores con el difunto, lo que puede significar que de algún modo creían que la vida continuaba después de la muerte.
Cerca de 50 mil años atrás, aparece el hombre más parecido a nosotros, cuyo nombre científico es Homo sapiens y que es conocido como hombre de Cro-Magnon -por la localidad francesa donde fueron hallados restos de ellos en 1868-. Eran más altos, esbeltos y menos musculosos que los neandertales. Sus cerebros eran algo más pequeños, pero mayores en la parte frontal. Esta característica permite creer que poseían mayor capacidad intelectual y estaban en mejores condiciones para desarrollar un pensamiento abstracto y un lenguaje elaborado.
Las dos variedades de Homo sapiens coexistieron durante 20 mil años. Aunque pudieron mezclarse ocasionalmente, hace 30 mil años los neandertales habían desaparecido. De ahora en adelante, ya no nos referiremos a homínidos sino a personas o seres humanos pertenecientes a la especie Homo sapiens sapiens.
Respecto a su distribución geográfica, se cree que hace más de 25 mil años migraron -desde África, Asia, Europa y algunas islas próximas a la costa-, aprovechando el descenso de las aguas a causa de las glaciaciones. De esta manera poblaron toda América, hasta Tierra del Fuego, y Australia, incluida Tasmania, isla situada frente a su costa sudoriental. La Antártida fue la única masa continental que permaneció inhabitada hasta la época contemporánea.
La última edad del hielo terminó hace unos 10 mil años, con lo que el clima se hizo más templado. Crecieron de nuevo los árboles y reaparecieron los bosques. Al mismo tiempo, desaparecieron los mamuts.
Con todos estos cambios del entorno, y producto de la distribución de la población por todo el planeta, lo que implicaba hábitat distintos -sol o hielo, bosque o llano, humedad o sequedad, altura y latitud-, alimentación diferente y herencia genética variada, se produjo una diversificación étnica.
La distinción entre una raza y otra probablemente se produjo entre el 8.000 y el 4.000 a.C., con diferencias de altura y proporción, estructura facial y color de piel, matices y contextura del cabello.
La famosa Lucy |
En 1974 fueron encontradas 52
partes del esqueleto de un Australopithecus afarensis en África. Se trataba
de una mujer que tenía entre cuatro y tres millones de años. Se le dio el
nombre de Lucy, por una canción de los Beatles que estaba de moda. Este descubrimiento confirmó la adquisición, en tiempos tan remotos, de la locomoción bípeda -caminata en dos pies-. Los huesos de las extremidades y la pelvis así lo demostraban. En 1976 la confirmación fue total: se hallaron huellas de dos homínidos, grabadas en cenizas volcánicas, que caminaban uno al lado del otro hace 3,6 millones de años. De acuerdo a los análisis, medían 1,4 metro y 1,2 metro, y caminaban completamente erguidos. Con estos descubrimientos es posible afirmar que las caminatas en dos pies se iniciaron hace más de 5 millones de años. |