Vaso campaniforme
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Vasija prehistórica de barro cocido de cuatro asas, realizado por el pueblo Celta en la Edad del Bronce. |
Puñal de
la Edad de Bronce
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La Edad de los metales comenzó en el cercano oriente en el cuarto milenio a.C. y constituyó la última fase de la prehistoria, inmediatamente anterior a la aparición de la escritura.
Si bien el hombre había perfeccionado cada vez más las técnicas para labrar la piedra, sus instrumentos seguían siendo toscos y su uso era limitado, ya que se quebraban y gastaban con facilidad. Se necesitaba un material más resistente y fácil de trabajar. Fue entonces cuando descubrieron el cobre.
En una primera etapa, le daban forma golpeándolo con un martillo, de acuerdo a la herramienta que necesitaban. Más adelante, aprendieron a fundirlo; vaciándolo en moldes podían hacer instrumentos de cualquier tamaño y forma.
La fundición del cobre coincidió además con el desarrollo de la metalurgia del oro, la plata, el estaño y el plomo.
Con posterioridad, en el 3.000 a.C., descubrieron que era más resistente la mezcla de cobre con estaño, y crearon el bronce, que fue la aleación más usada durante unos dos mil años.
En esta época el hombre hizo otra importante invención, el arado tirado por animales, que reemplazó al simple hoyo hecho con un palo aguzado. Esto les permitió aumentar el área de cultivo.
Junto con lo anterior, descubrieron que era importante guiar el agua y proteger los terrenos de las inundaciones, para lo cual construyeron canales de regadío y diques.
Otro invento clave fue la rueda, que facilitó enormemente el transporte de cargas pesadas. Al unir dos ruedas mediante un eje, se crearon los primeros carruajes.
El antiguo bote fue perfeccionado, al agregarle velas, lo que facilitó la navegación de ríos y costas marítimas.
Los nuevos medios de transporte facilitaron el intercambio de productos, tanto de materias primas como de productos elaborados, que se realizaba fundamentalmente en los centros urbanos. Nació el comercio.
Las nuevas actividades e inventos hicieron más compleja la estructura social, debido a la especialización del trabajo. Los hombres no solo eran cazadores, pastores o agricultores; también había comerciantes, marineros y artesanos especializados en la fabricación de armas, cerámicas o herramientas.
El descubrimiento del hierro en el Cercano Oriente fue parte del fin de la prehistoria -marcado por la invención de la escritura-. Aunque este metal ya se empleaba en bruto en la ciudad mesopotámica de Ur, su fundición no se logró hasta el segundo milenio, ya que hacía falta una temperatura superior a los 1.500° Celsius.
El origen de la metalurgia del hierro parece estar en Armenia, con los pueblos mitani e hititas, que gracias a dicho material pudieron crear poderosos imperios militares.
El uso generalizado del hierro hacia el 1.200 a.C. no supuso la desaparición de las culturas del bronce, ya que convivieron por mucho tiempo.
Como la evolución cultural fue dispareja, los pueblos se fueron diferenciando. Mientras algunos seguían en la edad de piedra y mantenían una vida nómada, los pueblos del Cercano Oriente tenían un rico comercio y grandes ciudades -en Egipto y Mesopotamia-. En tanto, en lo que es hoy el actual Japón se saltaron la edad del bronce, al pasar de la piedra a la Edad del Hierro.
¿Cuándo aprendió a hablar el hombre? |
Un buen número de prehistoriadores
creen que el Homo erectus se comunicaba con mayor o menor habilidad por
medio de la palabra, ya que la complejidad de su cultura -fabricaban
herramientas, vivían de la caza y la recolección, conocían el fuego- los
debe haber obligado a nombrar objetos, plantas, animales, identificar
lugares o intercambiar ideas. Si embargo, no todo el mundo está de acuerdo con este punto de vista antropológico. Algunas reconstrucciones del aparato fonador de algunos fósiles parecen indicar que la adquisición del habla es un fenómeno más reciente. Se cree que el lenguaje, por más rudimentario que sea, compuesto por frases simples pronunciadas lentamente, pudo estar acompañado de un gran número de otras señales acústicas o visuales: gritos, silbidos, gestos faciales. También pudieron recurrir a un lenguaje manual similar al de los sordomudos. |