|
Escenas de la vida castellana en el siglo
XIII |
|
Comerciante transportando fardos de lana. |
La
sociedad en el feudalismo
La
Edad Media fue una época donde la sociedad se caracterizó por la
gran desigualdad de clases. Solamente había un grupo reducido de
personas que eran libres; el resto se encontraba sometido y no
podía abandonar la tierra donde había nacido, sistema que se
conoció como servidumbre.
Las clases sociales eran
tres: la nobleza, el clero y la población campesina.
El primer grupo o nobleza lo constituía
el rey, el señor y sus vasallos. Estaba constituida
en su mayoría por personas de origen franco o germánico.
El segundo grupo, o
clero. Además de las funciones religiosas, tuvo un papel
trascendental en la sociedad y la cultura, debido a que sus
miembros recibían una instrucción superior que les capacitaba
para dirigir la sociedad. Un aspecto interesante de la
constitución clerical del medioevo es que, si bien a menudo se
conformaba con nobles, no excluía que humildes campesinos
pudieran también ordenarse sacerdotes.
El tercer grupo, o
población campesina, era la base de la pirámide social. Sus
integrantes —salvo unos pocos que habían permanecido libres—
dependían de algún señor, ya fuera por nacimiento o por
herencia. El campesino o siervo no era dueño de su persona, pues
formaba parte de la gleba o tierra, y no podía
abandonarla sin el consentimiento del señor. Tal vez su mayor
ventaja era la de no poder ser arrancado de la hacienda, pues
estaba unido a ella prácticamente como arrendatario perpetuo.
Los campesinos libres |
Dentro
de la clase campesina existía un tipo de siervos
que podían mudarse, contraer matrimonio y
transmitir los bienes a sus hijos según su
propia voluntad. Eran los denominados campesinos
libres, personas que a pesar de las ventajas que
tenían, de todas maneras debían respetar ciertas
obligaciones, como el servicio militar, pago de
impuestos en dinero o especies y el cumplimiento
del signo de servicio, que consistía en cortar
los prados del señor, acarrearle el vino y
limpiar los fosos de su castillo. También era
frecuente que no pudieran cosechar, vender o
comprar sus productos sin la autorización del
señor, y que se les prohibiera moler su trigo,
estrujar la uva o cocer pan en un horno que no
fuera del señor |
|
|