Aunque la tendencia actual es que cada vez más aplicaciones estén disponibles a través de Internet y tan sólo sea necesario un navegador web para acceder a ellas, en la mayoría de los casos los programas y datos siguen residiendo en el mismo ordenador en el que se trabaja, por lo que a menudo resulta necesario instalar programas en el ordenador.
Instalar un programa es realizar los pasos necesarios para que el programa esté disponible en el ordenador de forma permanente. A veces, para poder instalar un programa se necesitan instalar previamente otros programas (que se suelen llamar bibliotecas).
El primer paso a dar es conseguir los instaladores y conseguir las bibliotecas necesarias, lo que se puede hacer a través de Internet o de medios portátiles como CDs o DVDs.
Windows es un sistema operativo propietario (es decir, no libre) que incluye algunas aplicaciones de propósito general (Internet Explorer, WordPad, Paint, Media Player, etc), pero la inmensa mayoría de aplicaciones no se instalan al instalar Windows, sino que deben instalarse a posteriori.
En la mayoría de los casos, esos pasos se realizan automáticamente mediante instaladores, pero en algunos casos es necesario realizar una instalación manual.
Normalmente sólo es necesario instalar cada programa una vez, aunque a veces sea necesario reinstalarlos para resolver algún problema de funcionamiento.
Si por cualquier motivo, ya no se va utilizar más algún programas, Windows permite también desinstalar programas.
Autor: Bartolomé Sintes Marco