20. EL PRISIONERO:
A un desdichado prisionero - custodiado día y noche por dos terribles guardianes-, metido en una celda que tiene dos puertas, es informado por el alcaide de la prisión que una de esas dos puertas le conducirá a la libertad y la otra a la muerte. El alcaide le da la oportunidad de averiguarlo haciendo una única pregunta a cada uno de sus dos terribles guardianes. Y se le advierte también que de los dos guardianes hay uno, no sabe cual, que miente siempre, mientras que el otro guardián dice la verdad siempre. El prisionero, con una sola pregunta, a uno cualquiera de sus dos guardianes, podrá saber con seguridad cuál es la puerta que le llevará a la libertad. ¿Qué pregunta podría hacer para saber con seguridad cual es la puerta que no le llevará a la muerte?Solución: La pregunta a cada uno de los dos guardianes podría ser ésta: "¿Cuál es la puerta que tu compañero, el otro guardián, me indicaría como la puerta que me llevará a la libertad?". Si la pregunta se la ha hecho al mentiroso dirá: "mi compañero te indicará la puerta M", pero como es mentira, la puerta que debería elegir sería la que no es M. En cambio, si le hace la pregunta al guardián que no miente, te dirá la verdad, diciendo: "mi compañero te indicará la puerta M", y como el compañero sí miente, la puerta a elegir no será la puerta M. En conclusión, el prisionero ha de elegir la puerta contraria a la que indique cualquiera de los dos terribles guardianes en su respuesta. Por eso, bastará hacerle la pregunta uno cualquiera de los dos.
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