1 Reyes
Abisag la sunamita atiende a David
1 Cuando el rey
David era anciano, de edad avanzada, lo cubrían con ropas, pero no se
calentaba. 2 Por tanto, sus servidores le dijeron: "Que
busquen para mi señor el rey una joven virgen, a fin de que esté en la
presencia del rey, le atienda y duerma en su seno, para que dé calor a
mi señor el rey."
3 Entonces buscaron a una joven bella por todo el
territorio de Israel. Hallaron a Abisag la sunamita y la llevaron al
rey. 4 La joven era sumamente bella. Ella atendía al rey y le
servía, pero el rey no la conoció.
Adonías procura usurpar el trono
5 Entonces Adonías, hijo de Haguit, se enalteció diciendo:
"¡Yo seré rey!" Y se consiguió un carro, jinetes y cincuenta hombres que
corriesen delante de él. 6 En toda su vida, su padre no le
había contrariado diciéndole: "¿Por qué has actuado así?" El era también
de muy buena presencia y había nacido después de Absalón.
7 Adonías tenía tratos con Joab, hijo de Sarvia, y
con el sacerdote Abiatar. Ellos respaldaban a Adonías; 8 pero
el sacerdote Sadoc, Benaías hijo de Joyada, el profeta Natán, Simei, Rei
y los valientes que tenía David no seguían a Adonías. 9
Adonías mató ovejas, vacas y ganado engordado junto a la peña de Zojélet,
que está cerca de En-rogel; e invitó a todos sus hermanos, los hijos del
rey, y a todos los hombres de Judá, servidores del rey. 10
Pero no invitó al profeta Natán, ni a Benaías, ni a los valientes, ni a
su hermano Salomón.
David proclama rey a Salomón
11 Entonces Natán habló a Betsabé, madre de Salomón,
diciendo:
-¿No has oído que reina Adonías, hijo de Haguit, sin que lo
sepa nuestro señor David? 12 Ahora pues, ven, déjame darte un
consejo para que salves tu vida y la vida de tu hijo Salomón: 13
Vé, entra a la presencia del rey David y dile: "Mi señor el rey,
¿no has jurado tú a tu sierva diciendo: ’Tu hijo Salomón reinará después
de mí, y él se sentará en mi trono’? ¿Por qué, pues, reina Adonías?"
14 Mientras tú aún estés allí hablando con el rey, he aquí
que yo entraré detrás de ti y confirmaré tus palabras.
15 Entonces Betsabé entró en el dormitorio del
rey. El rey era muy anciano, y Abisag la sunamita le servía. 16
Betsabé se inclinó y se postró ante el rey, y éste preguntó:
-¿Qué quieres?
17 Ella le respondió:
-Señor mío, tú has jurado a tu sierva por Jehovah tu Dios:
"Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono."
18 Pero ahora, he aquí que reina Adonías; y tú, mi señor el
rey, no lo sabes. 19 El ha matado numerosos bueyes, ganado
engordado y ovejas; ha invitado a todos los hijos del rey, al sacerdote
Abiatar y a Joab, jefe del ejército; pero no ha invitado a tu siervo
Salomón. 20 Ahora bien, oh mi señor el rey, los ojos de todo
Israel están puestos en ti, para que les declares quién se ha de sentar
en el trono de mi señor el rey, después de él. 21 De otra
manera, acontecerá que cuando mi señor el rey repose con sus padres, mi
hijo Salomón y yo seremos tenidos por culpables.
22 Y he aquí, mientras ella todavía hablaba con el
rey, llegó el profeta Natán. 23 E informaron al rey diciendo:
-El profeta Natán está aquí.
Cuando él entró a la presencia del rey, se postró a tierra
sobre su rostro ante el rey. 24 Entonces dijo Natán:
-Mi señor el rey, ¿has dicho tú: "Adonías reinará después de
mí, y él se sentará en mi trono"? 25 Porque hoy ha descendido
y ha matado numerosos bueyes, ganado engordado y ovejas. Ha invitado a
todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y al sacerdote Abiatar.
He aquí, ellos están comiendo y bebiendo ante él, y han dicho: "¡Viva el
rey Adonías!" 26 Pero no me ha invitado a mí, tu siervo; ni
al sacerdote Sadoc, ni a Benaías hijo de Joyada, ni a tu siervo Salomón.
27 ¿Ha sido ordenado este asunto por mi señor el rey, sin
haber informado a tu siervo quién se habría de sentar en el trono de mi
señor el rey, después de él?
28 Entonces el rey David respondió diciendo:
-Llamadme a Betsabé.
Ella entró a la presencia del rey y se puso de pie delante de
él. 29 Y el rey juró diciendo:
-¡Vive Jehovah que rescató mi alma de toda adversidad,
30 que como yo te he jurado por Jehovah Dios de Israel, diciendo:
"Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en
mi lugar", ciertamente así lo haré en el día de hoy!
31 Entonces Betsabé se inclinó con el rostro a
tierra y se postró ante el rey, diciendo:
-¡Viva para siempre mi señor, el rey David!
32 Y el rey David dijo:
-Llamadme al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benaías
hijo de Joyada.
Ellos entraron a la presencia del rey, 33 y el rey
les dijo:
-Tomad con vosotros a los servidores de vuestro señor, haced
montar a mi hijo Salomón sobre mi mula y hacedle descender a Guijón.
34 El sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo ungirán allí rey
de Israel. Luego tocaréis la corneta y diréis "¡Viva el rey Salomón!"
35 Después subiréis vosotros detrás de él, y vendrá y se
sentará en mi trono, y él reinará en mi lugar; porque a él le he
designado para que sea el soberano de Israel y de Judá.
36 Benaías hijo de Joyada respondió al rey
diciendo:
-¡Amén! Así lo diga Jehovah, Dios de mi señor el rey. 37
De la manera que Jehovah ha estado con mi señor el rey, así esté
con Salomón y engrandezca su trono más que el trono de mi señor, el rey
David.
38 El sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías
hijo de Joyada, los quereteos y los peleteos descendieron e hicieron
montar a Salomón sobre la mula del rey David y lo condujeron a Guijón.
39 Entonces el sacerdote Sadoc tomó del tabernáculo el cuerno
de aceite y ungió a Salomón. Luego tocaron la corneta, y todo el pueblo
gritó:
-¡Viva el rey Salomón!
40 Después todo el pueblo subió tras él. La gente
tocaba flautas y se regocijaba con tal regocijo que la tierra se partía
con el estruendo de ellos.
Salomón perdona la vida a Adonías
41 Cuando habían acabado de comer, Adonías lo oyó, junto con
todos los invitados que estaban con él. Y al oír Joab el sonido de la
corneta, dijo:
-¿Por qué se alborota la ciudad con bullicio?
42 Mientras él aún hablaba, he aquí que llegó
Jonatán, hijo del sacerdote Abiatar; y Adonías le dijo:
-Entra, porque tú eres hombre valeroso y traerás buenas
noticias.
43 Jonatán respondió y dijo a Adonías:
-Al contrario; porque nuestro señor el rey David ha hecho rey
a Salomón. 44 El rey ha enviado con él al sacerdote Sadoc, al
profeta Natán, a Benaías hijo de Joyada y también a los quereteos y a
los peleteos, los cuales le han hecho montar sobre la mula del rey.
45 El sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo han ungido rey en
Guijón. De allá han subido con gran regocijo, y la ciudad está llena de
bullicio. Este es el alboroto que habéis oído. 46 Además,
Salomón se ha sentado en el trono real. 47 También los
servidores del rey han ido a congratular a nuestro señor el rey David,
diciendo: "¡Tu Dios haga el nombre de Salomón más ilustre que tu nombre
y engrandezca su trono más que el tuyo!" El mismo rey ha hecho
reverencia desde su cama, 48 y el rey también ha hablado así:
"¡Bendito sea Jehovah Dios de Israel, que ha dado hoy quien se siente en
mi trono, y que mis ojos lo vean!"
49 Entonces todos los invitados que estaban con
Adonías se estremecieron, se levantaron y se fueron, cada uno por su
camino. 50 Pero Adonías, temiendo a Salomón, se levantó y fue
a asirse de los cuernos del altar. 51 E informaron a Salomón
diciendo:
-He aquí que Adonías tiene miedo del rey Salomón, y se ha
asido de los cuernos del altar, diciendo: "¡Que me jure ahora el rey
Salomón que no matará a espada a su siervo!"
52 Entonces Salomón dijo:
-Si demuestra ser un hombre digno, ni uno de sus cabellos
caerá en tierra; pero si se halla maldad en él, morirá.
53 El rey Salomón mandó que le hicieran bajar del
altar. El vino y se postró ante el rey Salomón. Y Salomón le dijo:
-Vete a tu casa.
David instruye a Salomón
2 Cuando se acercaban los
días de la muerte de David, mandó a su hijo Salomón diciendo: 2
"Yo me voy por el camino de todo el mundo. Tú, esfuérzate y sé
hombre. 3 Guarda lo que Jehovah tu Dios te ha encomendado,
para andar en sus caminos y guardar sus estatutos, sus mandamientos, sus
decretos y sus testimonios, como está escrito en la ley de Moisés, para
que tengas éxito en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas; 4
a fin de que Jehovah cumpla su promesa que hizo acerca de mí,
diciendo: ’Si tus hijos guardan sus caminos andando delante de mí con
fidelidad, con todo su corazón y con toda su alma, jamás te faltará un
hombre sobre el trono de Israel.’
5 "También tú sabes lo que me hizo Joab, hijo de
Sarvia: lo que hizo a dos jefes del ejército de Israel, a Abner hijo de
Ner y a Amasa hijo de Jeter, a quienes mató derramando sangre de guerra
en tiempo de paz y poniendo sangre de guerra en el cinturón que llevaba
sobre sus lomos y en el calzado que tenía en sus pies. 6 Tú
harás conforme a tu sabiduría; no dejarás que sus canas desciendan en
paz al Seol.
7 "Pero mostrarás benevolencia a los hijos de
Barzilai el galadita. Que ellos estén entre los que comen a tu mesa,
porque se pusieron a mi lado cuando yo iba huyendo de tu hermano Absalón.
8 "He aquí, tienes contigo a Simei hijo de Gera,
el benjaminita de Bajurim, quien me maldijo con una cruel maldición el
día que yo iba a Majanaim. Pero cuando él mismo descendió a recibirme al
Jordán, le juré por Jehovah diciendo: ’No te mataré a espada.’ 9
Pero ahora no lo absolverás. Puesto que tú eres un hombre sabio,
sabrás lo que debes hacer con él; harás descender sus canas con sangre
al Seol."
Muerte y sepultura de David
10 Entonces David reposó con sus padres y fue sepultado en la
Ciudad de David. 11 El tiempo que David reinó sobre Israel
fue de 40 años. En Hebrón reinó 7 años, y en Jerusalén reinó 33 años.
12 Salomón se sentó en el trono de su padre David,
y su reino fue firmemente establecido.
Salomón elimina a Adonías
13 Entonces Adonías, hijo de Haguit, fue a Betsabé, madre de
Salomón, y ella le preguntó:
-¿Es pacífica tu visita?
El respondió:
-Es pacífica. 14 -Y añadió-: Tengo que decirte
algo.
Ella dijo:
-Habla.
15 El dijo:
-Tú sabes que el reino era mío y que todo Israel había puesto
la mirada en mí, para que yo reinara. Pero el reino cambió de manos y
pasó a ser de mi hermano, porque por determinación de Jehovah era suyo.
16 Ahora, yo te hago una petición; no me la niegues.
Ella le dijo:
-Habla.
17 Entonces él dijo:
-Por favor, habla al rey Salomón, porque él no te lo negará,
para que me dé por mujer a Abisag la sunamita.
18 Y Betsabé dijo:
-Bien, yo hablaré al rey por ti.
19 Betsabé fue al rey Salomón para hablarle a
favor de Adonías. El rey se levantó para recibirla y le hizo reverencia.
Volvió a sentarse en su trono e hizo poner una silla para la madre del
rey, quien se sentó a su derecha. 20 Entonces ella dijo:
-Te haré una pequeña petición; no me la niegues.
El rey le dijo:
-Pide, madre mía, que no te la negaré.
21 Ella dijo:
-Que Abisag la sunamita sea dada por mujer a tu hermano
Adonías.
22 El rey Salomón respondió y dijo a su madre:
-¿Por qué pides a Abisag la sunamita para Adonías? ¡Pide
también el reino para él, porque es mi hermano mayor, y además tiene de
su parte al sacerdote Abiatar y a Joab, hijo de Sarvia!
23 Entonces el rey Salomón juró por Jehovah
diciendo:
-¡Así me haga Dios y aun me añada, que Adonías ha hablado
estas palabras contra su propia vida! 24 Ahora pues, vive
Jehovah que me ha confirmado, me ha hecho sentar en el trono de mi padre
David y me ha hecho casa, como me había dicho, que Adonías morirá hoy
mismo.
25 Entonces el rey Salomón envió a Benaías hijo de
Joyada, quien arremetió contra Adonías, y éste murió.
Salomón excluye a Abiatar y a Joab
26 Después dijo el rey al sacerdote Abiatar:
-Vete a tus campos en Anatot, pues tú eres digno de muerte.
Pero no te mataré hoy, porque has llevado el arca del Señor Jehovah
delante de mi padre David, y porque has participado de todo aquello que
mi padre sufrió.
27 Así excluyó Salomón a Abiatar de ser sacerdote
de Jehovah, cumpliéndose la palabra que Jehovah había hablado en Silo
acerca de la casa de Elí.
28 La noticia llegó hasta Joab, porque Joab
también se había adherido a Adonías, aunque no se había adherido a
Absalón. Joab huyó al tabernáculo de Jehovah y se asió de los cuernos
del altar. 29 Informaron al rey Salomón que Joab había huido
al tabernáculo de Jehovah y que estaba junto al altar. Entonces Salomón
envió a Benaías hijo de Joyada, diciendo:
-¡Vé y arremete contra él!
30 Benaías entró en el tabernáculo de Jehovah y le
dijo:
-El rey dice que salgas.
El dijo:
-No, sino que aquí moriré.
Benaías llevó la respuesta al rey diciendo:
-Así ha dicho Joab, y así me ha respondido . . .
31 Entonces el rey le dijo:
-Haz como él ha dicho. Arremete contra él, y sepúltalo. Así
quitarás de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado
injustamente. 32 Jehovah hará recaer su sangre sobre su
cabeza, porque sin que lo supiera mi padre David, arremetió y mató a
espada a dos hombres más justos y mejores que él: a Abner hijo de Ner,
jefe del ejército de Israel; y a Amasa hijo de Jeter, jefe del ejército
de Judá. 33 La sangre de ellos recaiga sobre la cabeza de
Joab y sobre la cabeza de sus descendientes, para siempre. Pero haya paz
de parte de Jehovah para David y sus descendientes, y para su casa y su
trono, por siempre.
34 Entonces Benaías hijo de Joyada fue, arremetió
contra él y lo mató. Y fue sepultado en su casa en el desierto. 35
El rey puso en su lugar, al mando del ejército, a Benaías hijo de
Joyada; también el rey puso al sacerdote Sadoc en lugar de Abiatar.
Salomón elimina a Simei
36 Después el rey envió a llamar a Simei y le dijo:
-Edifícate una casa en Jerusalén y habita allí. No salgas de
allí a ninguna parte, 37 porque debes saber bien que el día
que salgas y cruces el arroyo de Quedrón, morirás irremisiblemente; y tu
sangre recaerá sobre tu cabeza.
38 Simei dijo al rey:
-Está bien lo que dices. Tu siervo hará así como ha dicho mi
señor el rey.
Simei habitó en Jerusalén mucho tiempo. 39 Pero
aconteció, pasados tres años, que se le escaparon a Simei dos esclavos y
se fueron a Aquis hijo de Maaca, rey de Gat. E informaron a Simei,
diciendo: "He aquí que tus esclavos están en Gat." 40
Entonces Simei se levantó, aparejó su asno y fue a Gat, ante Aquis, para
buscar a sus esclavos. Fue, pues, Simei e hizo volver de Gat a sus
esclavos.
41 Se le informó a Salomón que Simei había ido de
Jerusalén a Gat y que había regresado. 42 El rey envió a
llamar a Simei y le dijo:
-¿No te hice jurar por Jehovah y te advertí diciendo: "El día
que salgas y vayas a alguna parte, ten por cierto que morirás
irremisiblemente"? Y tú me dijiste: "Está bien lo que dices; yo
obedeceré." 43 ¿Por qué, pues, no guardaste el juramento de
Jehovah y el mandato que te impuse? 44 -El rey dijo además a
Simei-: Tú conoces, tú conoces bien toda la maldad que cometiste contra
mi padre David. Jehovah, pues, ha vuelto tu maldad sobre tu cabeza.
45 El rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme
delante de Jehovah para siempre.
46 Entonces el rey mandó a Benaías hijo de Joyada,
quien salió y arremetió contra Simei, y éste murió.
Así fue consolidado el reino en mano de Salomón.
Salomón pide sabiduría para gobernar
3 Salomón emparentó con el
faraón, rey de Egipto, porque tomó a la hija del faraón y la trajo a la
Ciudad de David, mientras acababa de edificar su casa, la casa de
Jehovah y los muros alrededor de Jerusalén.
2 Hasta entonces el pueblo ofrecía sacrificios en
los lugares altos, porque en aquellos tiempos no había sido edificada
una casa al nombre de Jehovah. 3 Salomón amaba a Jehovah y
caminaba en los estatutos de su padre David; sólo que sacrificaba y
quemaba incienso en los lugares altos.
4 Entonces el rey fue a Gabaón, que era el lugar
alto principal, para ofrecer sacrificios allí. Salomón ofreció mil
holocaustos sobre aquel altar. 5 En Gabaón Jehovah se
apareció a Salomón en el sueño de la noche. Y le dijo Dios:
-Pide lo que quieras que yo te dé.
6 Y Salomón respondió:
-Tú has mostrado gran misericordia a tu siervo David, mi
padre, porque él anduvo delante de ti con fidelidad, con justicia y con
rectitud de corazón para contigo. Tú le has conservado esta gran
misericordia y le has dado un hijo que se siente en su trono, como en
este día. 7 Y ahora, oh Jehovah, Dios mío, tú has constituido
a tu siervo rey en lugar de mi padre David, a pesar de que yo soy muy
joven y no sé cómo salir ni entrar. 8 Tu siervo está en medio
de tu pueblo al cual escogiste; un pueblo tan numeroso que por su
multitud no se puede contar ni se puede numerar. 9 Da, pues,
a tu siervo un corazón que sepa escuchar, para juzgar a tu pueblo, y
para discernir entre lo bueno y lo malo. Porque, ¿quién podrá gobernar a
este tu pueblo tan grande?
10 Pareció bien al Señor que Salomón pidiese esto.
11 Y Dios le dijo:
-Porque has pedido esto, y no has pedido para ti muchos años,
ni has pedido para ti riquezas, ni has pedido la vida de tus enemigos,
sino que has pedido para ti discernimiento para administrar justicia,
12 he aquí que yo haré conforme a tus palabras. He aquí que
yo te daré un corazón sabio y entendido, tal que no ha habido antes de
ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. 13
Y también te daré las cosas que no has pedido: riquezas y gloria
tales que no haya nadie como tú entre los reyes en todos tus días.
14 Y si andas en mis caminos, guardando mis leyes y mis
mandamientos, como anduvo tu padre David, yo prolongaré tus días.
15 Cuando Salomón despertó, he aquí que había sido
un sueño. Entonces volvió a Jerusalén, se puso de pie delante del arca
del pacto del Señor, ofreció holocaustos e hizo sacrificios de paz.
También dio un banquete a todos sus servidores.
Salomón revela sabiduría como juez
16 Por aquel entonces dos prostitutas vinieron al rey y se
pusieron de pie delante de él. 17 Una de ellas dijo:
-¡Ay, señor mío! Esta mujer y yo habitábamos en la misma
casa. Yo di a luz mientras estaba en la casa con ella. 18 Y
sucedió que tres días después de mi parto, esta mujer también dio a luz.
Las dos estábamos juntas, y nadie de fuera estaba con nosotras en casa;
sólo nosotras dos estábamos en casa. 19 Cierta noche murió el
hijo de esta mujer, porque ella se recostó encima de él. 20
Entonces se levantó a medianoche, y estando yo, tu sierva, dormida, ella
tomó a mi hijo de mi lado, y lo puso en su seno; y puso a su hijo muerto
en mi seno. 21 Cuando me levanté por la mañana para dar de
mamar a mi hijo, he aquí que estaba muerto. Pero lo observé bien por la
mañana y he aquí que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.
22 Entonces dijo la otra mujer:
-¡No! Sino que mi hijo es el que vive, y tu hijo es el
muerto.
Y la otra volvió a decir:
-¡No! Sino que tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que
vive.
Así hablaban delante del rey. 23 Entonces el rey
dijo:
-Esta dice: "Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto";
y la otra dice: "¡No! Sino que tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que
vive." 24 -Y el rey añadió-: ¡Traedme una espada!
Trajeron la espada ante el rey, 25 y enseguida
dijo el rey:
-¡Partid al niño vivo en dos, y dad la mitad a la una y la
otra mitad a la otra!
26 Entonces la mujer de quien era el hijo vivo
habló al rey, porque sus entrañas se conmovieron por su hijo, y dijo:
-¡Ay, señor mío! Dad a ésta el niño vivo; no lo matéis.
Pero la otra dijo:
-No será ni para mí ni para ti. Partidlo.
27 El rey respondió diciendo:
-Dad a aquélla el hijo vivo. No lo matéis; ella es su madre.
28 Todo Israel se enteró de la sentencia que había
dado el rey, y tuvieron temor al rey, porque vieron que en él había
sabiduría de Dios para administrar justicia.
Oficiales del rey Salomón
4 El rey Salomón reinó
sobre todo Israel. 2 Estos fueron los oficiales que tenía:
Azarías hijo de Sadoc era el sacerdote. 3 Elijoref y Ajías,
hijos de Sisa, eran los escribas. Josafat hijo de Ajilud era el
cronista. 4 Benaías hijo de Joyada estaba al mando del
ejército. Sadoc y Abiatar eran los sacerdotes. 5 Azarías hijo
de Natán estaba al mando de los gobernadores. Zabud hijo de Natán era
sacerdote y amigo del rey. 6 Ajisar era el administrador del
palacio. Y Adoniram hijo de Abda estaba a cargo del tributo laboral.
Los doce gobernadores de Salomón
7 Salomón tenía doce gobernadores en todo Israel, los cuales
abastecían al rey y a su casa. Cada uno de ellos estaba obligado a
abastecerle durante un mes al año. 8 Estos eran sus nombres:
Ben-hur, en la región montañosa de Efraín.
9 Ben-decar, en Macaz, Saalbim, Bet-semes y Elon-bet-janán.
10 Ben-jésed, en Arubot. Este también lo era en
Soco y en toda la tierra de Hefer.
11 Ben-abinadab, en toda Nafot-dor. Este tenía por
mujer a Tafat hija de Salomón.
12 Baaná hijo de Ajilud, en Taanac y Meguido, y en
todo Bet-seán, que está cerca de Zaretán, más abajo de Jezreel; y desde
Bet-seán hasta Abel-mejola y hasta la otra parte de Jocmeam.
13 Ben-geber, en Ramot de Galaad. Este también lo
era en las aldeas de Jaír hijo de Manasés, las cuales estaban en Galaad.
Tenía también la región de Argob, que estaba en Basán; sesenta grandes
ciudades con muros y cerrojos de bronce.
14 Ajinadab hijo de Ido, en Majanaim.
15 Ajimaas, en Neftalí. Este también tomó por
mujer a Basemat hija de Salomón.
16 Baaná hijo de Husai, en Aser y en Alot.
17 Josafat hijo de Parúaj, en Isacar.
18 Simei hijo de Ela, en Benjamín.
19 Geber hijo de Uri, en la tierra de Galaad, en
la tierra de Sejón rey de los amorreos, y de Og rey de Basán.
Y había un solo gobernador en la tierra 20 de Judá.
Provisiones para la casa de Salomón
Israel era numeroso, como la arena que está junto al mar en multitud; y
comían, bebían y se regocijaban. 21 Salomón gobernaba sobre
todos los reinos, desde el Río hasta la tierra de los filisteos y hasta
la frontera con Egipto. Traían tributo y servían a Salomón todos los
días de su vida.
22 Las provisiones diarias de Salomón eran: 30
coros de harina refinada, 60 coros de harina corriente, 23 10
vacunos de engorde, 20 vacunos de pasto y 100 ovejas, sin contar los
venados, las gacelas, los corzos y las aves engordadas. 24
Porque él dominaba en toda la región al oeste del Río, desde Tifsaj
hasta Gaza, sobre todos los reyes del oeste del Río, y tuvo paz por
todos los lados en derredor suyo. 25 Judá e Israel, desde Dan
hasta Beerseba, vivían seguros todos los días de Salomón, cada uno
debajo de su vid y debajo de su higuera. 26 Salomón tenía
4.000 establos para los caballos de sus carros, y 12.000 jinetes.
27 Los gobernadores proveían, cada uno durante un
mes, al rey Salomón y a todos los que venían a la mesa del rey Salomón,
haciendo que nada faltase. 28 También hacían llevar cebada y
paja para los caballos y para los corceles al lugar donde él estaba,
cada uno conforme a su cuota.
Salomón es famoso por su sabiduría
29 Dios dio a Salomón sabiduría, gran entendimiento y
amplitud de corazón, como la arena que está a la orilla del mar. 30
La sabiduría de Salomón sobrepasaba la de todos los orientales y
toda la sabiduría de los egipcios. 31 El fue el más sabio de
todos los hombres: más que Eitán el ezrajita y que Hemán, Calcol y Darda,
hijos de Majol. Su nombre llegó a ser conocido en todas la naciones de
alrededor.
32 Salomón compuso 3.000 proverbios y 1.005
poemas. 33 También disertó acerca de las plantas, desde el
cedro del Líbano hasta el hisopo que crece en la pared. Asimismo,
disertó acerca de los cuadrúpedos, las aves, los reptiles y los peces.
34 De todos los pueblos venían para escuchar la sabiduría de
Salomón, de parte de todos los reyes de la tierra que habían oído de su
sabiduría.
Preparativos para el templo
5 1 Entonces
Hiram, rey de Tiro, al oír que a Salomón lo habían ungido rey en lugar
de su padre, envió sus servidores a Salomón; porque Hiram siempre había
estimado a David. 2 Y Salomón envió a decir a Hiram: 3
"Tú sabes que, debido a las guerras que le rodearon, mi padre
David no pudo edificar una casa al nombre de Jehovah su Dios, hasta que
Jehovah puso a sus enemigos bajo las plantas de sus pies. 4
Pero ahora, Jehovah mi Dios me ha dado reposo por todas partes; no
existe adversario ni calamidad. 5 Y he aquí, yo me he
propuesto construir una casa al nombre de Jehovah mi Dios, como Jehovah
habló a mi padre David diciendo: ’Tu hijo, al que pondré en tu trono en
tu lugar, él edificará una casa a mi nombre.’ 6 Ahora pues,
manda que corten cedros del Líbano para mí. Mis siervos estarán con tus
siervos, y yo te daré por tus siervos el pago según todo lo que
indiques, porque tú sabes que no hay nadie entre nosotros que sepa
cortar los árboles como los sidonios."
7 Aconteció que cuando Hiram oyó las palabras de
Salomón, se alegró muchísimo y dijo: "¡Bendito sea hoy Jehovah, que ha
dado un hijo sabio a David sobre ese pueblo tan numeroso!"
8 Entonces Hiram envió a decir a Salomón: "He
escuchado lo que me mandaste a decir. Yo haré todo lo que desees con
respecto a la madera de cedro y a la madera de ciprés. 9 Mis
siervos las bajarán desde el Líbano hasta el mar, y yo las transportaré
en balsas por mar hasta el lugar que tú me indiques. Allí yo las
desataré, y tú te las llevarás. Tú cumplirás mi deseo dando provisiones
a mi casa."
10 Entonces Hiram daba a Salomón toda la madera de
cedro y de ciprés que quiso. 11 Y Salomón daba a Hiram, para
el sustento de su casa, 20.000 coros de trigo y 20.000 batos de aceite
puro. Esto daba Salomón a Hiram año tras año. 12 Jehovah dio
a Salomón sabiduría, tal como le había prometido. Había paz entre Hiram
y Salomón, y ambos hicieron una alianza.
13 Entonces el rey Salomón realizó una leva en
todo Israel, para tributo laboral. Los reclutados para el tributo
laboral fueron 30.000 hombres. 14 El los enviaba al Líbano,
10.000 al mes, por turno, para que pasaran un mes en el Líbano y dos
meses en sus casas. Adoniram estaba a cargo del tributo laboral. 15
Además, Salomón tenía 70.000 cargadores y 80.000 canteros en la
región montañosa, 16 sin contar los oficiales que Salomón
había establecido al frente de la obra, los cuales eran 3.300. Estos
mandaban a la gente que hacía la obra.
17 El rey mandó que extrajesen piedras grandes,
piedras costosas, para poner los cimientos del templo con piedras
labradas. 18 Los constructores de Salomón, los de Hiram y los
de Biblos, tallaron y prepararon la madera y las piedras para construir
el templo.
La construcción del templo
6 Aconteció que Salomón
comenzó a edificar la casa de Jehovah en el año 480 después que los
hijos de Israel salieron de la tierra de Egipto, en el mes de Ziv, que
es el mes segundo, del cuarto año del reinado de Salomón sobre Israel.
2 La casa que el rey Salomón edificó para Jehovah
tenía 60 codos de largo, 20 codos de ancho y 30 codos de alto. 3
El pórtico delante del lugar santo del templo tenía 20 codos de
largo, a lo ancho de la casa, y 10 codos de ancho en el frente de la
casa. 4 También hizo al edificio ventanas anchas por dentro y
angostas por fuera. 5 Contra el muro del edificio construyó
galerías alrededor de los muros del templo, es decir, del lugar santo y
del santuario interior; y les hizo cuartos laterales alrededor. 6
La galería inferior tenía 5 codos de ancho, la intermedia 6 codos
de ancho y la tercera 7 codos de ancho. Porque había hecho rebajos en el
lado exterior, alrededor del edificio, para que las vigas de las
galerías no se empotrasen en los muros del templo.
7 Cuando edificaron el templo, usaron piedras
enteras labradas en las canteras, de manera que mientras lo construían,
no se oía en el templo el ruido de martillos, hachas ni otras
herramientas de hierro.
8 La entrada a la galería baja estaba al lado sur
del templo. Se subía a la galería intermedia y de ésta a la superior,
mediante una escalera de caracol.
9 Construyó, pues, el templo y lo terminó. Luego
cubrió el edificio con vigas y tablas de cedro. 10 También
construyó las galerías alrededor de todo el templo, cada una de 5 codos
de alto, y estaban apoyadas en el templo con vigas de cedro.
11 Entonces vino la palabra de Jehovah a Salomón,
diciendo: 12 "Respecto a este templo que tú edificas, si
caminas en mis estatutos, y pones por obra mis decretos, y guardas todos
mis mandamientos andando de acuerdo con ellos, yo cumpliré contigo mi
palabra que hablé a tu padre David: 13 Habitaré en medio de
los hijos de Israel, y no abandonaré a mi pueblo Israel."
14 Salomón edificó el templo y lo terminó. 15
Después revistió el lado interior de los muros del templo con
tablas de cedro; los recubrió de madera por dentro, desde el suelo del
templo hasta las vigas del artesonado. También cubrió el suelo del
templo con tablas de ciprés.
16 Al fondo del templo hizo un compartimento de 20
codos, con tablas de cedro desde el suelo hasta las vigas. Y adentro le
dispuso el santuario interior, es decir, el lugar santísimo. 17
El templo, es decir, el lugar santo que estaba delante, tenía 40
codos.
18 El templo estaba revestido por dentro con
cedro, con bajorrelieves de calabazas y de flores abiertas. Todo era de
cedro, y no se veía ninguna piedra. 19 También preparó por
dentro el santuario interior, en medio del templo, para poner allí el
arca del pacto de Jehovah. 20 El santuario interior tenía 20
codos de largo, 20 codos de ancho y 20 codos de alto; y lo recubrió de
oro puro. También recubrió de cedro el altar. 21 Después
Salomón recubrió de oro puro el interior del templo y puso cadenas de
oro en la parte delantera del santuario interior, y lo recubrió de oro.
22 Y recubrió de oro todo el templo, hasta que todo el templo
fue terminado. También recubrió de oro todo el altar que estaba delante
del santuario interior.
23 Hizo también en el santuario interior dos
querubines de madera de olivo, cada uno de 10 codos de alto. 24
El ala de un querubín tenía 5 codos, y la otra ala del querubín
tenía 5 codos. Había 10 codos desde el extremo de un ala hasta el
extremo de la otra. 25 De la misma manera, el segundo
querubín tenía 10 codos. Los dos querubines tenían la misma medida y la
misma forma. 26 El primer querubín tenía 10 codos de alto, e
igualmente el segundo querubín. 27 Luego puso los querubines
en medio del santuario interior. Las alas de los querubines se extendían
de modo que el ala de uno tocaba una pared, y el ala del otro querubín
tocaba la otra pared; y las otras dos alas que daban al centro del
recinto se tocaban ala con ala. 28 Luego recubrió de oro los
querubines.
29 En todas las paredes alrededor del templo, en
el interior y en el exterior, talló bajorrelieves de querubines,
palmeras y flores abiertas. 30 Y cubrió de oro el suelo del
santuario, tanto el interior como el exterior.
31 Para la entrada del santuario interior hizo
puertas de madera de olivo. Los postes de la puerta eran pentagonales.
32 Las dos puertas eran de madera de olivo, y talló en ellas
bajorrelieves de querubines, palmeras y flores abiertas, y las recubrió
de oro; también recubrió de oro los querubines y las palmeras. 33
De la misma manera hizo para la entrada del templo postes
cuadrangulares de madera de olivo. 34 Las dos puertas eran de
madera de ciprés. Las dos hojas de una puerta eran giratorias. Y las dos
hojas de la otra puerta también eran giratorias. 35 También
en ellas talló querubines, palmeras y flores abiertas, y los recubrió de
oro, ajustado a los grabados.
36 Hizo el atrio interior de tres hileras de
piedras labradas y una hilera de vigas de cedro.
37 En el mes de Ziv del año 4, fueron puestos los
cimientos de la casa de Jehovah; 38 y en el mes de Bul, es
decir, el mes octavo, del año 11, fue terminado el templo en todos sus
detalles y en todas sus especificaciones. Lo edificó en siete años.
Otros edificios de Salomón
7 Después Salomón edificó
su propia casa en trece años, y terminó toda su casa.
2 Edificó la Casa del Bosque del Líbano, la cual
tenía 100 codos de largo, 50 codos de ancho y 30 codos de alto, sobre
cuatro hileras de columnas de cedro con vigas de cedro sobre las
columnas. 3 Estaba cubierta de cedro encima de las vigas que
se apoyaban sobre 45 columnas, 15 columnas por hilera. 4
Había tres hileras de ventanas, una ventana frente a otra en grupos de
tres. 5 Todas las puertas y ventanas tenían marcos cuadrados,
y una ventana estaba frente a otra ventana, en grupos de tres.
6 También edificó el Pórtico de las Columnas, que
tenía 50 codos de largo por 30 codos de ancho. Y frente a las columnas
de este pórtico, había otro pórtico con columnas, que tenía una cubierta
delante.
7 También edificó el Pórtico del Trono, o Pórtico
del Juicio, donde había de juzgar, y lo recubrió con cedro desde el
suelo hasta las vigas. 8 En la casa donde habitaba, había
otro atrio más adentro del pórtico, del mismo tipo de construcción.
Salomón también edificó una casa parecida a este pórtico,
para la hija del faraón, que había tomado por mujer.
9 Todas estas obras, desde el cimiento hasta las
cornisas, y afuera hasta el gran atrio, eran de piedras costosas,
bloques labrados a medida, cortados con sierra, tanto por el lado
interior como por el lado exterior. 10 El cimiento era de
piedras costosas y piedras grandes, piedras de 10 codos y piedras de 8
codos. 11 Arriba también había piedras costosas, bloques
labrados a medida y madera de cedro. 12 Y el gran atrio tenía
en derredor un muro de tres hileras de bloques labrados y una hilera de
vigas de cedro, como el atrio interior de la casa de Jehovah y el
pórtico de la misma.
Las columnas de bronce
13 El rey Salomón envió a traer de Tiro a Hiram, 14
hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, cuyo padre era un hombre
de Tiro, un artesano en bronce. El estaba lleno de sabiduría,
inteligencia y experiencia para hacer todo el trabajo en bronce. El fue
al rey Salomón e hizo toda su obra.
15 Hiram modeló las dos columnas de bronce; cada
columna tenía 18 codos de alto, y una circunferencia de 12 codos.
16 Hizo también dos capiteles de bronce fundido, para que fuesen
puestos sobre la parte superior de las columnas. Un capitel tenía 5
codos de alto, y el otro capitel también tenía 5 codos de alto. 17
Los capiteles que estaban en la parte superior de las columnas
tenían redes de trenzas en forma de cadenillas; siete para un capitel y
siete para el otro capitel. 18 Hizo las granadas en dos
hileras alrededor de cada red, para cubrir los capiteles de la parte
superior de las columnas. Lo mismo hizo para el otro capitel. 19
Los capiteles que estaban sobre las columnas en el pórtico tenían
forma de lirios, y eran de 4 codos. 20 Los capiteles sobre
las dos columnas tenían 200 granadas en dos hileras, encima de la parte
abultada del capitel que estaba encima de la red, tanto en el primer
capitel como en el segundo.
21 Entonces erigió las columnas en el pórtico del
templo. Cuando erigió la columna del sur, llamó su nombre Jaquín; y
cuando erigió la columna del norte, llamó su nombre Boaz. 22
Puso en la parte superior de las columnas un motivo de lirios. Así
concluyó la obra de las columnas.
La fuente de bronce
23 Hizo también la fuente de bronce fundido que tenía 10
codos de borde a borde. Era circular y tenía 5 codos de alto, y una
circunferencia de 30 codos. 24 Había motivos de calabazas por
debajo y alrededor del borde en número de diez por cada codo, dispuestas
en dos hileras de calabazas alrededor de la fuente, las cuales habían
sido fundidas en una sola pieza con ella. 25 Estaba asentada
sobre doce bueyes: tres miraban al norte, tres al oeste, tres al sur y
tres al este. La fuente estaba asentada sobre ellos, y todas sus partes
traseras daban hacia la parte interior. 26 La fuente tenía un
palmo menor de espesor; su borde era como el borde de un cáliz o de una
flor de lirio. Tenía una capacidad de 2.000 batos.
Las diez pilas con bases móviles
27 Hizo también diez bases de bronce. Cada base tenía 4 codos
de largo, 4 codos de ancho y 3 codos de alto. 28 Este era el
diseño de las bases: Tenían marcos, y los marcos estaban entre los
paneles. 29 Y sobre los marcos que había entre los paneles
había figuras de leones, bueyes y querubines. Y sobre los paneles, tanto
encima como debajo de los leones y de los bueyes, había guirnaldas en
bajorrelieve.
30 Cada base tenía cuatro ruedas de bronce con
ejes de bronce. En sus cuatro patas había unos soportes debajo de la
pila. Estos soportes eran de bronce fundido y tenían guirnaldas a cada
lado. 31 Su abertura sobresalía del interior un codo, a
manera de capitel. Su abertura era redonda, hecha como una base de un
codo y medio de diámetro. También alrededor de su abertura había
bajorrelieves. Sus marcos eran cuadrados, no redondos. 32 Las
cuatro ruedas estaban debajo de los marcos. Los ejes de las ruedas
salían de la base. Cada rueda tenía un codo y medio de alto. 33
El diseño de las ruedas era como el de las ruedas de un carro. Sus
ejes, sus aros, sus rayos y sus cubos eran todos de metal fundido.
34 También los cuatro soportes de las cuatro
esquinas de cada base salían de la misma base. 35 En la parte
superior de la base había un soporte circular de medio codo de alto, y
sobre la base había soportes y marcos que salían de la misma. 36
Sobre las planchas de sus soportes y de sus marcos grabó
querubines, leones y palmeras, según el espacio de cada uno, con
guirnaldas en derredor. 37 De esta manera hizo las diez bases
del mismo metal fundido, de la misma medida y de la misma forma.
38 Hizo también diez pilas de bronce. Cada una
tenía una capacidad de 40 batos. Cada pila tenía 4 codos de
circunferencia. Colocó una pila sobre cada una de las diez bases.
39 Después puso cinco bases al lado sur del templo y las otras
cinco al lado norte del templo. Y puso la fuente al lado sur del templo,
hacia el sureste.
Objetos de bronce para el templo
40 Hiram también hizo las ollas, las palas y los tazones. Así
terminó Hiram de hacer toda la obra que hizo para el rey Salomón, en la
casa de Jehovah: 41 las dos columnas, los tazones de los
capiteles que estaban en la parte superior de las dos columnas; y las
dos redes que cubrían los dos tazones de los capiteles que estaban en la
parte superior de las columnas; 42 las 400 granadas para las
dos redes (dos hileras de granadas para cada red) para cubrir los dos
tazones de los capiteles que estaban en la parte superior de las
columnas; 43 las diez bases y las diez pilas sobre las bases;
44 la fuente con los doce bueyes debajo de la fuente; 45
las ollas, las palas y los tazones. Todos estos utensilios que
Hiram hizo para el rey Salomón, en la casa de Jehovah, eran de bronce
bruñido. 46 El rey los hizo fundir en la llanura del Jordán,
en tierra arcillosa, entre Sucot y Saretán. 47 Salomón dejó
de pesar todos estos utensilios por su gran cantidad; no se averiguó el
peso del bronce.
Objetos de oro para el santuario
48 Salomón también hizo todos los utensilios de la casa de
Jehovah: el altar de oro, la mesa de oro sobre la cual estaba el pan de
la Presencia, 49 cinco candelabros de oro puro que estaban al
sur, y otros cinco al norte, delante del santuario interior, con las
flores, las lámparas y las tenazas de oro. 50 Asimismo, hizo
de oro puro las copas, las despabiladeras, los tazones, las cucharas y
los incensarios. También eran de oro los goznes de las puertas de la
sala interior, el lugar santísimo, y los de las puertas de la sala del
templo.
51 Así se terminó toda la obra que el rey Salomón
hizo para la casa de Jehovah. Entonces Salomón introdujo las cosas que
su padre David había consagrado, y puso la plata, el oro y los
utensilios en los tesoros de la casa de Jehovah.
Salomón traslada el arca al templo
8 Entonces Salomón congregó
en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y
a los jefes de las casas paternas de los hijos de Israel ante el rey
Salomón, para hacer subir el arca del pacto de Jehovah desde la Ciudad
de David, que es Sion. 2 Y se congregaron ante el rey Salomón
todos los hombres de Israel en la fiesta en el mes de Etanim, que es el
mes séptimo.
3 Fueron todos los ancianos de Israel, y los
sacerdotes tomaron el arca. 4 Luego subieron el arca de
Jehovah, el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que
estaban en el tabernáculo; los sacerdotes y los levitas los subieron.
5 El rey Salomón y con él toda la congregación de Israel, que
se había reunido junto a él, estaban delante del arca, sacrificando
tantas ovejas y vacas que por su gran cantidad no se podían contar ni
numerar.
6 Entonces los sacerdotes introdujeron el arca del
pacto de Jehovah en su lugar, en el santuario interior del templo, en el
lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines. 7
Porque los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, de
modo que los querubines cubrían el arca y sus varas por encima. 8
Las varas eran tan largas que los extremos de las varas se podían
ver desde el lugar santo, que estaba delante del santuario interior;
pero no se podían ver desde afuera. Y allí han quedado hasta el día de
hoy. 9 Ninguna cosa había en el arca, excepto las dos tablas
de piedra que Moisés había colocado allí en Horeb, donde Jehovah hizo
pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto.
10 Y sucedió que cuando los sacerdotes salieron
del santuario, la nube llenó la casa de Jehovah. 11 Y los
sacerdotes no pudieron continuar sirviendo por causa de la nube, porque
la gloria de Jehovah había llenado la casa de Jehovah.
Salomón dedica el templo
12 Entonces Salomón dijo: "Jehovah ha dicho que él habita en
la densa oscuridad. 13 Ciertamente te he edificado una casa
sublime, una morada donde habites para siempre."
14 El rey se volvió y bendijo a toda la
congregación de Israel. Y toda la congregación de Israel estaba de pie.
15 Entonces dijo: "¡Bendito sea Jehovah Dios de Israel, quien
con su mano ha cumplido lo que con su boca prometió a mi padre David,
diciendo: 16 ’Desde el día en que saqué a mi pueblo Israel de
Egipto, no había elegido ninguna ciudad de todas las tribus de Israel
para edificar una casa donde estuviese mi nombre. Pero elegí a David
para que estuviese al frente de mi pueblo Israel.’
17 "Estuvo en el corazón de mi padre David el
anhelo de edificar una casa al nombre de Jehovah Dios de Israel. 18
Pero Jehovah dijo a mi padre David: ’Por cuanto ha estado en tu
corazón el anhelo de edificar una casa a mi nombre, has hecho bien en
tener esto en tu corazón. 19 Sin embargo, tú no edificarás la
casa, sino tu hijo que te nacerá, él edificará la casa a mi nombre.’
20 "Jehovah ha cumplido su promesa que había
hecho, y yo me he levantado en lugar de mi padre David. Me he sentado en
el trono de Israel, como Jehovah había prometido, y he edificado la casa
al nombre de Jehovah Dios de Israel. 21 Y he dispuesto allí
un lugar para el arca, en la cual está el pacto de Jehovah que él hizo
con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto."
Salomón ora al dedicar el templo
22 Entonces Salomón se puso de pie delante del altar de
Jehovah, frente a toda la congregación de Israel, y extendió sus manos
al cielo. 23 Y dijo: "¡Oh Jehovah Dios de Israel, no hay Dios
como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra! Tú guardas el
pacto y la misericordia para con tus siervos que caminan delante de ti
con todo su corazón. 24 Tú has cumplido con tu siervo David,
mi padre, lo que le prometiste. Con tu boca lo prometiste, y con tu mano
lo has cumplido, como sucede en este día. 25 Ahora pues, oh
Jehovah Dios de Israel, cumple con tu siervo David, mi padre, lo que le
prometiste diciendo: ’No te faltará delante de mí un hombre que se
siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino
para andar delante de mí, como tú has andado delante de mí.’ 26
Ahora pues, oh Dios de Israel, sea confirmada tu palabra que
hablaste a tu siervo David, mi padre.
27 "Pero, ¿es verdad que Dios ha de habitar sobre
la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden
contener. ¡Cuánto menos este templo que he edificado! 28 Sin
embargo, oh Jehovah, Dios mío, vuélvete hacia la oración y la plegaria
de tu siervo, para oír el clamor y la oración que tu siervo hace hoy
delante de ti. 29 Estén abiertos tus ojos de noche y de día
hacia este templo, hacia el lugar del cual has dicho: ’Allí estará mi
nombre’, para escuchar la oración que tu siervo haga hacia este lugar.
30 Escucha la plegaria de tu siervo y de tu pueblo Israel,
cuando oren hacia este lugar. Escucha tú en el lugar de tu morada, en
los cielos; escucha tú y perdona.
31 "Si alguna persona peca contra su prójimo, y
éste le toma juramento al hacerle jurar, y él entra bajo juramento ante
tu altar en este templo, 32 entonces escucha tú en los cielos
y actúa. Juzga a tus siervos condenando al injusto, haciendo recaer su
conducta sobre su cabeza y justificando al justo, dándole conforme a su
justicia.
33 "Cuando tu pueblo Israel sea derrotado delante
del enemigo por haber pecado contra ti, y ellos se vuelvan a ti y
confiesen tu nombre, y oren y te supliquen en este templo, 34
entonces escucha tú en los cielos, perdona el pecado de tu pueblo Israel
y hazles volver a la tierra que diste a sus padres.
35 "Cuando los cielos estén cerrados y no haya
lluvia, por haber ellos pecado contra ti; si oran hacia este lugar,
confiesan tu nombre y se vuelven de su pecado cuando los aflijas,
36 entonces escucha tú en los cielos y perdona el pecado de tus
siervos y de tu pueblo Israel. Sí, enséñales el buen camino por el que
deben andar y dales lluvia sobre tu tierra, la cual has dado a tu pueblo
por heredad.
37 "Cuando en la tierra haya hambre; cuando haya
peste; cuando haya tizón, añublo, langosta o pulgón, o cuando su enemigo
lo asedie en la tierra de sus ciudades (cualquiera que sea la plaga o la
enfermedad), 38 cualquiera que sea la oración o la plegaria
que haga algún hombre o todo tu pueblo Israel (cada uno reconociendo la
plaga de su corazón y extendiendo sus manos hacia este templo), 39
entonces escucha tú en los cielos, el lugar de tu morada, perdona
y actúa. Da a cada uno conforme a todos sus caminos, pues conoces su
corazón (porque sólo tú conoces el corazón de todo hombre); 40
a fin de que te teman todos los días que vivan sobre la superficie
de la tierra que tú has dado a nuestros padres.
41 "Asimismo, cuando el extranjero que no sea de
tu pueblo Israel venga de una tierra lejana a causa de tu nombre 42
(porque oirán de tu gran nombre, de tu poderosa mano y de tu brazo
extendido), y venga a orar a este templo, 43 entonces escucha
tú en los cielos, el lugar de tu morada. Haz conforme a todo aquello por
lo cual el extranjero clame a ti, a fin de que todos los pueblos de la
tierra conozcan tu nombre, te teman como tu pueblo Israel y sepan que
este templo que he edificado es llamado por tu nombre.
44 "Si tu pueblo sale a la batalla contra su
enemigo por el camino que los envíes, y ellos oran a Jehovah en
dirección a la ciudad que tú has elegido y a la casa que he edificado a
tu nombre, 45 entonces escucha en los cielos su oración y su
plegaria, y ampara su causa.
46 "Si pecan contra ti (pues no hay hombre que no
peque), y te enojas contra ellos y los entregas ante el enemigo, y éstos
los llevan como cautivos suyos a la tierra del enemigo, lejana o
cercana; 47 si ellos vuelven en sí en la tierra a donde hayan
sido llevados cautivos, y se vuelven y te suplican en la tierra de los
que los llevaron cautivos, diciendo: ’Hemos pecado; hemos hecho
iniquidad; hemos actuado impíamente’; 48 si en la tierra de
sus enemigos, a donde los hayan llevado cautivos, ellos se vuelven a ti
con todo su corazón y con toda su alma, y oran a ti en dirección a la
tierra que diste a sus padres, a la ciudad que has elegido y al templo
que he edificado a tu nombre, 49 entonces escucha en los
cielos, el lugar de tu morada, su oración y su plegaria, y ampara su
causa. 50 Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti, y
todas las transgresiones que han cometido contra ti, y hazles objeto de
misericordia ante los que los han llevado cautivos, para que tengan
misericordia de ellos. 51 Porque ellos son tu pueblo y tu
heredad que sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro.
52 "Estén abiertos tus ojos a la plegaria de tu
siervo y a la plegaria de tu pueblo Israel, para escucharles en todo
aquello que te invoquen. 53 Porque tú, oh Señor Jehovah, los
has separado para ti como tu heredad de entre todos los pueblos de la
tierra, como lo dijiste por medio de tu siervo Moisés, cuando sacaste a
nuestros padres de Egipto."
54 Y sucedió que cuando Salomón terminó de hacer
toda esta oración y plegaria a Jehovah, se levantó de estar de rodillas
delante del altar de Jehovah, con sus manos extendidas al cielo. 55
Entonces se puso de pie y bendijo en alta voz a toda la
congregación de Israel, diciendo: 56 "¡Bendito sea Jehovah,
que ha dado descanso a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había
prometido! No ha fallado ninguna palabra de todas sus buenas promesas
que expresó por medio de su siervo Moisés. 57 Jehovah nuestro
Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros padres; no nos
desampare ni nos deje. 58 Incline él nuestro corazón hacia
sí, para que andemos en todos sus caminos y guardemos sus mandamientos,
sus leyes y sus decretos, que mandó a nuestros padres. 59 Que
estas palabras mías, con que he suplicado delante de Jehovah, estén
cerca de Jehovah nuestro Dios, de día y de noche, para que él ampare la
causa de su siervo y la de su pueblo Israel, según la necesidad de cada
día; 60 a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que
Jehovah es Dios y que no hay otro. 61 Sea, pues, íntegro
vuestro corazón para con Jehovah nuestro Dios, a fin de andar en sus
leyes y guardar sus mandamientos, como en este día."
Fiesta por la dedicación del templo
62 Entonces el rey y todo Israel con él ofrecieron
sacrificios delante de Jehovah. 63 Salomón ofreció a Jehovah,
como sacrificios de paz, 22.000 toros y 120.000 ovejas. Así el rey y
todos los hijos de Israel dedicaron la casa de Jehovah.
64 Aquel mismo día el rey consagró la parte
central del atrio que estaba delante de la casa de Jehovah, pues allí
ofreció los holocaustos, las ofrendas vegetales y el sebo de los
sacrificios de paz. Porque el altar de bronce que estaba delante de
Jehovah era demasiado pequeño para contener los holocaustos, las
ofrendas vegetales y el sebo de los sacrificios de paz.
65 En aquella ocasión Salomón y todo Israel con
él, una gran congregación desde Lebo-hamat hasta el arroyo de Egipto,
hicieron fiesta delante de Jehovah nuestro Dios durante siete días, y
otros siete días más, es decir, durante catorce días. 66 Al
octavo día despidió al pueblo. Ellos bendijeron al rey y se fueron a sus
moradas, alegres y con el corazón gozoso por toda la bondad que Jehovah
había hecho a su siervo David y a su pueblo Israel.
Pacto de Dios con Salomón
9 Sucedió que cuando
Salomón había acabado de construir la casa de Jehovah, la casa del rey y
todo lo que había deseado hacer, 2 Jehovah se apareció a
Salomón por segunda vez, como se le había aparecido en Gabaón. 3
Y Jehovah le dijo: "He escuchado tu oración y tu plegaria que has
hecho en mi presencia. He santificado esta casa que has edificado para
que yo ponga allí mi nombre para siempre. Mis ojos y mi corazón estarán
allí todos los días. 4 Y en cuanto a ti, si andas delante de
mí como anduvo tu padre David, con integridad de corazón y con rectitud,
haciendo todas las cosas que te he mandado y guardando mis leyes y mis
decretos, 5 entonces estableceré para siempre el trono de tu
reino sobre Israel, como prometí a tu padre David, diciendo: ’No te
faltará un hombre sobre el trono de Israel.’ 6 Pero si
obstinadamente vosotros y vuestros hijos os apartáis de mí y no guardáis
mis mandamientos y mis estatutos que he puesto delante de vosotros, y os
vais y servís a otros dioses y los adoráis, 7 entonces
eliminaré a Israel del suelo que les he dado. Y la casa que he
santificado a mi nombre, la apartaré de mi presencia. Entonces Israel
servirá de refrán y escarnio entre todos los pueblos. 8 En
cuanto a esta casa, que es sublime, todo el que pase por ella se
asombrará y silbará. Ellos preguntarán: ’¿Por qué ha hecho así Jehovah a
esta tierra y a esta casa?’ 9 Y responderán: ’Porque
abandonaron a Jehovah su Dios que sacó a sus padres de la tierra de
Egipto, y se aferraron a adorar y servir a otros dioses. Por eso Jehovah
ha traído sobre ellos todo este mal.’ "
Salomón remunera a Hiram
10 Aconteció al cabo de veinte años, durante los cuales
Salomón había edificado las dos casas (la casa de Jehovah y la casa del
rey, 11 para las cuales Hiram, rey de Tiro, había
proporcionado a Salomón madera de cedro y de ciprés y oro, conforme a
todo su deseo), que el rey Salomón dio a Hiram veinte ciudades en la
tierra de Galilea. 12 Pero cuando Hiram salió de Tiro para
ver las ciudades que Salomón le había dado, no le agradaron. 13
Y comentó: "¿Qué ciudades son éstas que me has dado, hermano mío?"
Y se las llama Tierra de Cabul, hasta el día de hoy. 14 Hiram
había enviado al rey 120 talentos de oro.
Otras obras de Salomón
15 Esta es la razón de la leva que el rey Salomón realizó:
edificar la casa de Jehovah, su propia casa, el Milo, la muralla de
Jerusalén, Hazor, Meguido y Gezer. 16 (El faraón, rey de
Egipto, había subido y tomado Gezer, y la había incendiado; había dado
muerte a los cananeos que habitaban en la ciudad y la había dado como
dote matrimonial a su hija, la mujer de Salomón. 17 Y Salomón
reedificó Gezer.) También reedificó Bet-jorón Baja, 18 Baalat,
Tadmor en el desierto del país; 19 y todas las ciudades
almacenes que tenía Salomón, las ciudades para los carros y las ciudades
para los jinetes; todo lo que Salomón se propuso edificar en Jerusalén,
en el Líbano y en toda la tierra bajo su dominio.
20 A todo el pueblo que había quedado de los
amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos (que no eran de los hijos
de Israel, 21 sino sus descendientes que habían quedado
después de ellos en la tierra, a quienes los hijos de Israel no pudieron
exterminar), Salomón los sometió a tributo laboral, hasta el día de hoy.
22 Pero a ninguno de los hijos de Israel sometió a
servidumbre; porque ellos eran hombres de guerra, sus servidores, sus
oficiales, sus comandantes, los jefes de sus carros y sus jinetes.
23 Estos jefes de los oficiales que Salomón tenía sobre la obra
eran 550, los cuales mandaban sobre la gente que hacía la obra.
24 También la hija del faraón subió de la Ciudad
de David a su casa que Salomón le había edificado. Luego él edificó el
Milo.
25 Tres veces al año Salomón ofrecía holocaustos y
sacrificios de paz sobre el altar que había edificado a Jehovah, y
quemaba incienso delante de Jehovah, cuando había terminado el templo.
26 El rey Salomón también construyó una flota en
Ezión-geber, que está junto a Eilat, a orillas del mar Rojo, en la
tierra de Edom. 27 Hiram envió en la flota a sus siervos,
marineros y conocedores del mar, junto con los siervos de Salomón.
28 Estos fueron a Ofir y tomaron de allí 420 talentos de oro, y
los llevaron al rey Salomón.
La reina de Saba visita a Salomón
10 La reina de Saba oyó de
la fama de Salomón, debido al nombre de Jehovah, y vino para probarle
con preguntas difíciles. 2 Vino a Jerusalén con un gran
séquito, con camellos cargados de especias aromáticas, oro en gran
abundancia y piedras preciosas. Cuando vino a Salomón, habló con él de
todo lo que tenía en su corazón. 3 Y Salomón respondió a
todas sus preguntas; ninguna cosa hubo tan difícil que el rey no le
pudiese responder.
4 La reina de Saba vio toda la sabiduría de
Salomón, la casa que había edificado, 5 los manjares de su
mesa, las sillas de sus servidores, la presentación y las vestiduras de
sus siervos, sus coperos, y los holocaustos que él ofrecía en la casa de
Jehovah; y se quedó sin aliento. 6 Entonces dijo al rey:
"¡Era verdad lo que había oído en mi tierra de tus cosas y de tu
sabiduría! 7 Yo no creía las palabras hasta que vine, y mis
ojos lo han visto. Y he aquí que no se me había contado ni la mitad. En
sabiduría y en bienes tú superas la fama que yo había oído. 8
¡Dichosos tus hombres, dichosos estos servidores tuyos que continuamente
están de pie delante de ti y escuchan tu sabiduría! 9
¡Bendito sea Jehovah tu Dios, que se agradó de ti para ponerte en el
trono de Israel! Por causa del eterno amor que Jehovah tiene por Israel,
te ha constituido rey, a fin de que practiques el derecho y la
justicia."
10 Entonces ella dio al rey 120 talentos de oro,
una gran cantidad de especias aromáticas y piedras preciosas. Nunca
llegó una cantidad tan grande de especias aromáticas como la que la
reina de Saba dio al rey Salomón.
11 También la flota de Hiram, que traía oro de
Ofir, trajo de Ofir gran cantidad de madera de sándalo y piedras
preciosas. 12 Y el rey hizo con la madera de sándalo pilares
para la casa de Jehovah y para la casa del rey, además de arpas y liras
para los músicos. Nunca llegó semejante madera de sándalo, ni se ha
visto hasta el día de hoy.
13 El rey Salomón dio a la reina de Saba todo lo
que ella quiso pedirle, además de lo que le dio conforme a la
generosidad real de Salomón. Entonces ella se volvió y regresó a su
tierra, con sus servidores.
Esplendor y sabiduría de Salomón
14 El peso del oro que le llegaba a Salomón cada año era de
666 talentos de oro, 15 aparte del de los mercaderes, de los
negocios de los comerciantes, de todos los reyes de Arabia y de los
gobernadores del país.
16 El rey Salomón hizo 200 escudos grandes de oro
trabajado. En cada escudo empleó 600 siclos de oro. 17
También hizo otros 300 escudos pequeños de oro trabajado. En cada escudo
empleó 3 minas de oro. Y el rey los puso en la Casa del Bosque del
Líbano.
18 El rey también hizo un gran trono de marfil y
lo recubrió de oro refinado. 19 El trono tenía seis gradas, y
la parte alta del respaldo era redonda. A ambos lados del asiento tenía
soportes para los brazos, y junto a los brazos había dos leones de pie.
20 Había también doce leones de pie, uno a cada lado de las
seis gradas. Jamás se hizo algo semejante para ningún reino.
21 Todos los vasos de beber del rey Salomón eran
de oro, y toda la vajilla de la Casa del Bosque del Líbano era de oro
fino. Nada era de plata, pues en los días de Salomón ésta no era
estimada para nada. 22 Porque el rey tenía en el mar la flota
de Tarsis con la flota de Hiram; y una vez cada tres años venía la flota
de Tarsis trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales.
23 El rey Salomón superaba a todos los reyes de la
tierra en riquezas y en sabiduría. 24 Y toda la tierra
procuraba estar en la presencia de Salomón para oír la sabiduría que
Dios había puesto en su corazón. 25 Año tras año cada uno de
ellos le llevaba su presente: objetos de plata, objetos de oro,
vestiduras, armas, perfumes, caballos y mulos.
26 Salomón también acumuló carros y jinetes. Tenía
1.400 carros y 12.000 jinetes, que puso en las ciudades de los carros, y
en Jerusalén junto al rey.
27 El rey hizo que la plata fuera tan común en
Jerusalén como las piedras, y que el cedro fuera tan abundante como los
sicómoros que hay en la Sefela.
28 Los caballos de Salomón provenían de Egipto y
de Coa. Los mercaderes del rey los adquirían en Coa al contado. 29
Cada carro que era importado de Egipto costaba 600 siclos de
plata; y cada caballo, 150 siclos. Y así los exportaban por medio de
ellos, a todos los reyes de los heteos y a los reyes de Siria.
Salomón se desvía de Jehovah
11 Pero el rey Salomón amó,
además de la hija del faraón, a muchas otras mujeres extranjeras:
moabitas, amonitas, edomitas, sidonias y heteas; 2 de los
pueblos de los que Jehovah había dicho a los hijos de Israel: "No os
unáis a ellos ni ellos se unan a vosotros, no sea que hagan desviar
vuestros corazones tras sus dioses." A éstos Salomón se apegó con amor.
3 Tuvo 700 mujeres reinas y 300 concubinas. Y sus mujeres
hicieron que se desviara su corazón.
4 Y sucedió que cuando Salomón era ya anciano, sus
mujeres hicieron que su corazón se desviara tras otros dioses. Su
corazón no fue íntegro para con Jehovah su Dios, como el corazón de su
padre David. 5 Porque Salomón siguió a Astarte, diosa de los
sidonios, y a Moloc, ídolo detestable de los amonitas. 6
Salomón hizo lo malo ante los ojos de Jehovah y no siguió plenamente a
Jehovah como su padre David. 7 Entonces Salomón edificó un
lugar alto a Quemós, ídolo detestable de Moab, en el monte que está
frente a Jerusalén, y a Moloc, ídolo detestable de los hijos de Amón.
8 Y así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales
quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.
9 Jehovah se indignó contra Salomón, porque su
corazón se había desviado de Jehovah Dios de Israel, que se le había
aparecido dos veces 10 y le había mandado acerca de esto, que
no siguiese a otros dioses. Pero él no guardó lo que Jehovah le había
mandado. 11 Entonces Jehovah dijo a Salomón: "Por cuanto ha
habido esto en ti y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te
mandé, ciertamente arrancaré de ti el reino y lo entregaré a un servidor
tuyo. 12 Pero por amor a tu padre David, no lo haré en tus
días; lo arrancaré de la mano de tu hijo. 13 Sin embargo, no
arrancaré todo el reino, sino que daré a tu hijo una tribu, por amor a
mi siervo David y por amor a Jerusalén, que yo he elegido."
Hadad y Rezón, adversarios de Salomón
14 Entonces Jehovah levantó un adversario a Salomón: Hadad el
edomita, de la descendencia real en Edom. 15 Sucedió que
cuando David estuvo en Edom, Joab, jefe del ejército, subió a enterrar a
los muertos y mató a todos los varones de Edom. 16 (Porque
Joab había permanecido allí seis meses, con todo Israel, hasta que
exterminaron a todos los varones de Edom.) 17 Pero Hadad huyó
con algunos hombres edomitas de los servidores de su padre, y se fue a
Egipto. Entonces Hadad era un muchacho pequeño. 18 Partieron
de Madián, fueron a Parán, tomaron consigo a algunos hombres de Parán y
se fueron a Egipto, al faraón rey de Egipto, quien le dio casa, le
prometió alimentos y le dio tierras. 19 Hadad halló gran
favor ante los ojos del faraón, quien le dio por mujer a la hermana de
su esposa, la hermana de la reina Tajpenes. 20 La hermana de
Tajpenes le dio a luz a su hijo Genubat, al cual destetó Tajpenes en la
casa del faraón. Genubat estaba en la casa del faraón, entre los hijos
del faraón.
21 Hadad oyó en Egipto que David había reposado
con sus padres y que Joab, el jefe del ejército, había muerto. Entonces
Hadad dijo al faraón:
-Déjame ir, para que regrese a mi tierra.
22 El faraón le preguntó:
-Pero, ¿qué te falta conmigo, para que procures irte a tu
tierra?
El respondió:
-Nada, pero de todas maneras déjame ir.
23 Dios también le levantó como adversario a Rezón
hijo de Eliada, quien había huido de su señor Hadad-ezer, rey de Soba.
24 Cuando David mató a los de Soba, aquél reunió gente
alrededor de sí y se hizo jefe de una banda armada. Después se fueron a
Damasco y habitaron allí, y reinaron en Damasco. 25 Fue
adversario de Israel todos los días de Salomón, además del mal que hacía
Hadad; fue hostil a Israel y reinó sobre Siria.
Jeroboam se rebela contra Salomón
26 También Jeroboam hijo de Nabat, servidor de Salomón,
efrateo de Zereda, se rebeló contra el rey. Su madre era una mujer viuda
llamada Zerúa. 27 Estas son las circunstancias en las que se
rebeló contra el rey: Salomón estaba edificando el Milo y cerró la
brecha de la muralla de la Ciudad de David, su padre. 28 Este
Jeroboam era hombre valeroso. Salomón vio que el joven era eficiente y
le puso a cargo de todo el trabajo forzado de la casa de José.
29 Aconteció en aquel tiempo que Jeroboam salió de
Jerusalén, y el profeta Ajías de Silo lo encontró en el camino. Este
estaba cubierto con un manto nuevo, y los dos estaban solos en el campo.
30 Entonces Ajías tomó el manto nuevo que llevaba sobre sí,
lo rasgó en doce pedazos, 31 y dijo a Jeroboam: "Toma para ti
diez pedazos, porque así ha dicho Jehovah Dios de Israel: ’He aquí, yo
arranco el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus.
32 Pero él tendrá una tribu por amor a mi siervo David y por amor
a Jerusalén, la ciudad que yo he elegido de entre todas las tribus de
Israel. 33 Porque me han dejado y han adorado a Astarte,
diosa de los sidonios; a Quemós, dios de Moab; y a Moloc, dios de los
hijos de Amón. No han andado en mis caminos para hacer lo recto ante mis
ojos y guardar mis estatutos y mis decretos, como su padre David.
34 " ’Pero no quitaré de su mano todo el reino,
porque lo he puesto como gobernante todos los días de su vida, por amor
a mi siervo David, al cual yo elegí, y el cual guardó mis mandamientos y
mis estatutos. 35 Pero quitaré el reino de mano de su hijo y
a ti te daré las diez tribus. 36 Sin embargo, a su hijo le
daré una tribu, para que mi siervo David tenga en él una lámpara delante
de mí continuamente en Jerusalén, la ciudad que yo me he elegido para
poner allí mi nombre.
37 " ’Yo, pues, te tomaré a ti, y reinarás en todo
lo que desee tu alma, y serás rey de Israel. 38 Y sucederá
que si obedeces todo lo que te mande, y andas en mis caminos y haces lo
recto ante mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos como
hizo mi siervo David, yo estaré contigo y te edificaré una casa estable
como se la edifiqué a David, y te entregaré Israel. 39
Afligiré a la descendencia de David por causa de esto, pero no para
siempre.’ "
40 Salomón procuró matar a Jeroboam; pero Jeroboam
se levantó, huyó a Egipto, a Sisac rey de Egipto, y estuvo allí hasta la
muerte de Salomón.
Muerte de Salomón
41 Los demás hechos de Salomón, todas las cosas que hizo y su
sabiduría, ¿no están escritos en el libro de los hechos de Salomón?
42 El tiempo que reinó Salomón en Jerusalén sobre todo Israel fue
de 40 años. 43 Salomón reposó con sus padres, y fue sepultado
en la Ciudad de David, su padre. Y su hijo Roboam reinó en su lugar.
La división del reino
12 Entonces Roboam fue a
Siquem, porque todo Israel había ido a Siquem para proclamarle rey.
2 Y sucedió que cuando lo oyó Jeroboam hijo de Nabat (que aún
estaba en Egipto, a donde había huido a causa del rey Salomón), Jeroboam
volvió de Egipto. 3 Entonces mandaron a llamarle, y Jeroboam
vino con toda la congregación de Israel, y hablaron a Roboam diciendo:
4 -Tu padre agravó nuestro yugo; pero ahora,
alivia tú el duro trabajo y el pesado yugo que tu padre puso sobre
nosotros, y te serviremos.
5 El les dijo:
-Idos, y volved a mí dentro de tres días.
El pueblo se fue. 6 Entonces el rey Roboam
consultó a los ancianos que habían servido a su padre Salomón, cuando
aún vivía, y preguntó:
-¿Cómo aconsejáis vosotros que yo responda a este pueblo?
7 Y ellos le respondieron diciendo:
-Si te constituyes hoy en servidor de este pueblo y les
sirves, y al responderles les hablas buenas palabras, ellos serán tus
siervos para siempre.
8 Pero él dejó de lado el consejo que le habían
dado los ancianos, y consultó a los jóvenes que se habían criado con él
y que estaban a su servicio. 9 Les preguntó:
-¿Qué aconsejáis vosotros que respondamos a este pueblo que
me ha hablado diciendo: "Alivia el yugo que tu padre puso sobre
nosotros"?
10 Entonces los jóvenes que se habían criado con
él le respondieron diciendo:
-Así contestarás a este pueblo que ha hablado contigo
diciendo: "Tu padre hizo pesado nuestro yugo; pero tú, hazlo más liviano
sobre nosotros"; así les hablarás: "Mi dedo meñique es más grueso que
los lomos de mi padre. 11 Ahora bien, mi padre cargó sobre
vosotros un pesado yugo; pero yo añadiré a vuestro yugo. Mi padre os
castigó con látigos, pero yo os castigaré con escorpiones."
12 Al tercer día vino Jeroboam con todo el pueblo
a Roboam, como el rey había hablado diciendo: "Volved a mí al tercer
día." 13 Entonces el rey respondió al pueblo con dureza, y
dejó de lado el consejo que le habían dado los ancianos. 14
Les habló siguiendo el consejo de los jóvenes, diciendo:
-Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro
yugo. Mi padre os castigó con látigos, pero yo os castigaré con
escorpiones.
15 El rey no hizo caso del pueblo, porque esto
estaba dispuesto de parte de Jehovah, para que se cumpliera la palabra
que había hablado a Jeroboam hijo de Nabat por medio de Ajías de Silo.
16 Y viendo todo Israel que el rey no les había hecho caso,
el pueblo respondió al rey diciendo:
-¿Qué parte tenemos nosotros con David? ¡No tenemos herencia
en el hijo de Isaí! ¡Israel, a tus moradas! ¡Mira ahora por tu propia
casa, oh David!
Entonces Israel se fue a sus moradas, 17 pero
Roboam reinó sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de
Judá. 18 Después el rey Roboam envió a Adoniram, que estaba a
cargo del tributo laboral; pero todo Israel le apedreó, y murió.
Entonces el rey Roboam se apresuró a subir en un carro para huir a
Jerusalén. 19 Así se rebeló Israel contra la casa de David,
hasta el día de hoy.
20 Aconteció que al oír todo Israel que Jeroboam
había vuelto, le mandaron a llamar a la asamblea y le hicieron rey de
todo Israel. No quedó quien siguiese a la casa de David,sino sólo la
tribu de Judá.
Roboam desiste de atacar a Israel
21 Entonces Roboam llegó a Jerusalén y reunió a todos los de
la casa de Judá y a la tribu de Benjamín, 180.000 guerreros escogidos, a
fin de combatir contra la casa de Israel y devolver el reino a Roboam
hijo de Salomón. 22 Pero la palabra de Dios vino a Semaías,
hombre de Dios, diciendo: 23 "Habla a Roboam hijo de Salomón,
rey de Judá, y a toda la casa de Judá y de Benjamín, y al resto del
pueblo, diciendo que 24 así ha dicho Jehovah: ’No subáis ni
combatáis contra vuestros hermanos, los hijos de Israel. Volveos, cada
uno a su casa, porque de parte mía ha sucedido esto.’ "
Ellos escucharon la palabra de Jehovah y desistieron de ir,
conforme a la palabra de Jehovah.
Jeroboam aleja a Israel de Jehovah
25 Jeroboam reedificó Siquem, en la región montañosa de
Efraín, y habitó en ella. De allí fue y reedificó Penuel. 26
Y Jeroboam pensó en su corazón: "Ahora el reino volverá a la casa de
David, 27 si este pueblo sube para ofrecer sacrificios en la
casa de Jehovah en Jerusalén. El corazón de este pueblo se volverá a su
señor Roboam, rey de Judá, y me matarán y volverán a Roboam, rey de Judá."
28 Y habiendo tomado consejo, el rey hizo dos becerros de oro
y dijo al pueblo: "¡Bastante habéis subido a Jerusalén! ¡He aquí tus
dioses, oh Israel, que te hicieron subir de la tierra de Egipto!"
29 Puso el uno en Betel y el otro lo puso en Dan.
30 Y esto fue ocasión de pecado, porque el pueblo iba para
adorar delante de uno de ellos, hasta Dan. 31 También hizo
santuarios en los lugares altos e instituyó sacerdotes de entre la gente
común, que no eran hijos de Leví. 32 Jeroboam instituyó una
fiesta el día 15 del mes octavo, semejante a la fiesta que había en Judá,
y subió al altar que hizo en Betel, para ofrecer sacrificios a los
becerros que había hecho. En Betel estableció también sacerdotes para
los lugares altos que había edificado. 33 Subió al altar que
había hecho en Betel, el día 15 del mes octavo, fecha que inventó en su
corazón. Hizo la fiesta para los hijos de Israel y subió al altar para
quemar incienso.
Jeroboam y el profeta de Judá
13 He aquí que un hombre de
Dios llegó de Judá a Betel, por mandato de Jehovah, cuando Jeroboam
estaba de pie junto al altar para quemar incienso. 2 Y clamó
contra el altar, por mandato de Jehovah, diciendo:
-Altar, altar, así ha dicho Jehovah: "He aquí, a la casa de
David le nacerá un hijo que se llamará Josías, quien matará sobre ti a
los sacerdotes de los lugares altos que queman incienso sobre ti; y
sobre ti quemarán huesos de hombres."
3 Aquel mismo día dio una señal diciendo:
-Esta es la señal de que Jehovah ha hablado: He aquí que el
altar se partirá, y la ceniza que está sobre él se desparramará.
4 Sucedió que cuando el rey Jeroboam oyó la
palabra que el hombre de Dios había clamado contra el altar de Betel,
extendió su mano desde el altar, diciendo:
-¡Prendedle!
Pero se le secó la mano que había extendido contra él, de
manera que no pudo volverla hacia sí. 5 Entonces el altar se
partió, y la ceniza se desparramó del altar, conforme a la señal que el
hombre de Dios había dado por mandato de Jehovah. 6 Entonces
el rey respondió y dijo al hombre de Dios:
-Implora, por favor, a Jehovah tu Dios y ora por mí, para que
mi mano me sea restaurada.
El hombre de Dios imploró el favor de Jehovah, y la mano del
rey le fue restaurada, y volvió a ser como antes. 7 Entonces
el rey dijo al hombre de Dios:
-Ven conmigo a casa y come, y yo te daré un presente.
8 Pero el hombre de Dios respondió al rey:
-Aunque me dieses la mitad de tu casa, no iría contigo, ni
comería pan, ni bebería agua en este lugar; 9 porque me ha
sido ordenado por mandato de Jehovah, diciendo: "No comas pan, ni bebas
agua, ni vuelvas por el camino que vayas."
10 Se fue, pues, por otro camino y no volvió por
el camino por donde había venido a Betel.
Extraño final del profeta de Judá
11 Vivía en Betel un profeta anciano, a quien fueron sus
hijos y le contaron todo lo que el hombre de Dios había hecho aquel día
en Betel. También contaron a su padre las palabras que había hablado al
rey. 12 Y su padre les preguntó:
-¿Por qué camino se fue?
Y sus hijos le mostraron el camino por donde se había ido el
hombre de Dios que había venido de Judá. 13 El dijo a sus
hijos:
-Aparejadme el asno.
Ellos le aparejaron el asno. Entonces montó sobre él, 14
fue tras aquel hombre de Dios y le halló sentado debajo de la
encina. Le preguntó:
-¿Eres tú el hombre de Dios que vino de Judá?
Le respondió:
-Sí, yo soy.
15 Entonces le dijo:
-Ven conmigo a casa y come pan.
16 Pero él respondió:
-No podré volver contigo ni entrar contigo. Tampoco comeré
pan ni beberé agua contigo en este lugar, 17 porque me fue
dicho por mandato de Jehovah: "No comas pan, ni bebas agua de allí, ni
vuelvas por el camino que vayas."
18 Y le dijo:
-Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por
mandato de Jehovah, diciendo: "Hazle volver contigo a tu casa, para que
coma pan y beba agua."
Pero le mintió. 19 Entonces se volvió con él, y
comió pan en su casa y bebió agua. 20 Y aconteció que estando
ellos sentados a la mesa, vino la palabra de Jehovah al profeta que le
había hecho volver, 21 y clamó al hombre de Dios que había
venido de Judá, diciendo:
-Así ha dicho Jehovah: "Porque has sido desobediente al dicho
de Jehovah y no guardaste el mandamiento que Jehovah tu Dios te había
mandado, 22 sino que volviste y comiste pan y bebiste agua en
este lugar del cual él te había dicho que no comieras pan ni bebieras
agua, tu cuerpo no entrará en el sepulcro de tus padres."
23 Sucedió que cuando había comido pan y bebido
agua, el profeta que le había hecho volver le aparejó el asno. 24
Cuando se fue, un león lo encontró en el camino y lo mató. Su
cadáver quedó tendido en el camino. El asno estaba de pie junto a él, y
también el león estaba de pie junto al cadáver. 25 Y he aquí
que pasaron unos hombres y vieron el cadáver que estaba tendido en el
camino y el león que estaba de pie junto al cadáver, y fueron y lo
dijeron en la ciudad donde habitaba el profeta anciano. 26
Cuando se enteró el profeta que le había hecho volver del camino, dijo:
-El es el hombre de Dios que fue desobediente al mandato de
Jehovah. Por eso Jehovah le ha entregado al león, que le ha destrozado y
matado conforme a la palabra que Jehovah le había dicho.
27 Entonces habló a sus hijos diciendo:
-Aparejadme el asno.
Ellos se lo aparejaron. 28 Y fue y halló el
cadáver tendido en el camino, y el asno y el león que estaban junto al
cadáver. El león no había devorado el cadáver ni había destrozado al
asno. 29 El profeta levantó el cuerpo del hombre de Dios, lo
colocó sobre el asno y se lo llevó. El profeta anciano fue a la ciudad
para hacer duelo por él y sepultarlo. 30 Puso su cuerpo en su
propio sepulcro, e hicieron duelo por él diciendo:
-¡Ay, hermano mío!
31 Sucedió que después de haberlo sepultado, habló
a sus hijos diciendo:
-Cuando yo muera, sepultadme en el sepulcro en que está
sepultado el hombre de Dios. Poned mis restos junto a los suyos, 32
porque sin duda sucederá lo que él proclamó por mandato de Jehovah
contra el altar que está en Betel y contra todos los santuarios de los
lugares altos que hay en las ciudades de Samaria.
Ajías profetiza contra Jeroboam
33 Después de este suceso, Jeroboam no se volvió de su mal
camino. Más bien, volvió a designar sacerdotes de entre la gente común
para los lugares altos. Investía a quien deseaba, y él llegaba a ser
sacerdote de los lugares altos. 34 Y esto vino a ser el
pecado de la casa de Jeroboam, por lo cual fue cortada y destruida de
sobre la faz de la tierra.
14 En aquel
tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo, 2 y Jeroboam dijo
a su mujer:
-Por favor, levántate, disfrázate para que no reconozcan que
eres la mujer de Jeroboam, y vé a Silo. He aquí que allá está el profeta
Ajías, quien me dijo que yo iba a ser rey sobre este pueblo. 3
Toma contigo diez panes, galletas y un frasco de miel, y vé a él;
él te dirá lo que ha de suceder al niño.
4 La mujer de Jeroboam lo hizo así. Se levantó,
fue a Silo y llegó a la casa de Ajías. Ajías ya no podía ver, pues su
vista se le había oscurecido a causa de su vejez. 5 Pero
Jehovah había dicho a Ajías:
-He aquí que la mujer de Jeroboam viene a consultarte acerca
de su hijo que está enfermo. Así y así le has de responder, pues cuando
ella venga, fingirá ser una desconocida.
6 Y sucedió que cuando Ajías oyó el ruido de sus
pasos, al entrar ella por la puerta, dijo:
-Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué finjes ser una
desconocida? Yo he sido enviado con malas noticias para ti. 7
Vé y di a Jeroboam que así ha dicho Jehovah Dios de Israel: "Pues bien,
yo te levanté de en medio del pueblo y te hice el soberano de mi pueblo
Israel; 8 arranqué el reino de la casa de David y te lo
entregué a ti. Pero tú no has sido como mi siervo David, que guardó mis
mandamientos y caminó en pos de mí con todo su corazón, haciendo sólo lo
recto ante mis ojos. 9 Al contrario, has hecho lo malo, más
que todos los que te han precedido, porque fuiste, y para provocarme a
ira te hiciste otros dioses e imágenes de fundición; y a mí me diste la
espalda. 10 Por tanto, he aquí que yo traeré el mal sobre la
casa de Jeroboam; eliminaré en Israel a todo varón de Jeroboam, tanto al
esclavo como al libre. Barreré por completo la casa de Jeroboam, como se
barre el estiércol, hasta que no quede nada. 11 Al que de
Jeroboam muera en la ciudad, se lo comerán los perros; y al que muera en
el campo, se lo comerán las aves del cielo; porque Jehovah lo ha dicho."
12 »En cuanto a ti, levántate y vete a tu casa.
Cuando tus pies entren en la ciudad, el niño morirá. 13 Todo
Israel hará duelo por él y le sepultará; pues éste es el único de los de
Jeroboam que será sepultado, porque de la casa de Jeroboam sólo en él se
ha hallado algo bueno delante de Jehovah Dios de Israel. 14
Pero Jehovah levantará para sí un rey en Israel, el cual eliminará la
casa de Jeroboam en este día y ahora mismo. 15 Y Jehovah
golpeará a Israel, como cuando la caña se agita en las aguas. Arrancará
a Israel de esta buena tierra que dio a sus padres, y los esparcirá
hacia el otro lado del Río, porque han hecho sus árboles rituales de
Asera y han provocado a ira a Jehovah. 16 Entregará a Israel
a causa de los pecados de Jeroboam, quien pecó e hizo pecar a Israel.
17 Entonces la mujer de Jeroboam se levantó, se
fue y llegó a Tirsa. Cuando ella entró por el umbral de la casa, el niño
murió. 18 Lo sepultaron, y todo Israel hizo duelo por él,
conforme a la palabra que Jehovah había hablado por medio de su siervo,
el profeta Ajías.
19 Los demás hechos de Jeroboam, las guerras que
hizo y cómo reinó, he aquí que están escritos en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel. 20 El tiempo que reinó
Jeroboam fue de 22 años, y reposó con sus padres. Y su hijo Nadab reinó
en su lugar.
Roboam y la invasión de Sisac
21 Roboam hijo de Salomón reinó en Judá. Roboam tenía 41 años
cuando comenzó a reinar, y reinó 17 años en Jerusalén, la ciudad que
Jehovah había elegido de entre todas las tribus de Israel para poner
allí su nombre. El nombre de su madre era Naama la amonita.
22 Judá hizo lo malo ante los ojos de Jehovah; y
con los pecados que cometieron, le provocaron a celos más que todo lo
que habían hecho sus padres. 23 También se edificaron lugares
altos, piedras rituales y árboles de Asera, en toda colina alta y debajo
de todo árbol frondoso. 24 También había en el país varones
consagrados a la prostitución ritual, e hicieron conforme a todas las
prácticas abominables de las naciones que Jehovah había echado de
delante de los hijos de Israel.
25 Y sucedió que en el quinto año del rey Roboam
subió Sisac, rey de Egipto, contra Jerusalén 26 y tomó los
tesoros de la casa de Jehovah y los tesoros de la casa del rey; todo lo
tomó. También tomó todos los escudos de oro que había hecho Salomón.
27 En lugar de ellos, el rey Roboam hizo escudos de bronce y
los entregó a la custodia de los jefes de la escolta, que guardaban la
entrada de la casa del rey. 28 Y sucedía que cuantas veces el
rey entraba en la casa de Jehovah, los de la escolta los llevaban, y
después los volvían a poner en la cámara de los de la escolta.
29 Los demás hechos de Roboam y todas las cosas
que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de
Judá? 30 Hubo guerra constante entre Roboam y Jeroboam.
31 Roboam reposó con sus padres y fue sepultado con sus padres en
la Ciudad de David. El nombre de su madre era Naama la amonita. Y su
hijo Abías reinó en su lugar.
Abías, rey de Judá
15 En el año 18 del rey
Jeroboam hijo de Nabat, comenzó a reinar Abías sobre Judá, 2
y reinó 3 años en Jerusalén. El nombre de su madre era Maaca hija de
Absalón.
3 El anduvo en todos los pecados que había
cometido su padre antes de él. Su corazón no fue íntegro con Jehovah su
Dios, como el corazón de su padre David. 4 No obstante, por
amor a David, Jehovah su Dios le dio una lámpara en Jerusalén,
levantando a un hijo suyo después de él y manteniendo en pie a
Jerusalén. 5 Porque David había hecho lo recto ante los ojos
de Jehovah y no se había apartado en todos los días de su vida de nada
de lo que le había mandado, excepto en el asunto de Urías el heteo.
6 Hubo guerra entre Abías y Jeroboam todos los días de su vida.
7 Los demás hechos de Abías y todas las cosas que
hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de
Judá? Había guerra entre Abías y Jeroboam. 8 Abías reposó con
sus padres, y lo sepultaron en la Ciudad de David. Y su hijo Asa reinó
en su lugar.
Asa, rey de Judá
9 En el año 20 de Jeroboam rey de Israel, Asa comenzó a
reinar sobre Judá; 10 y reinó 41 años en Jerusalén. El nombre
de su madre era Maaca hija de Absalón.
11 Asa hizo lo recto ante los ojos de Jehovah,
como su padre David. 12 Barrió del país a los varones
consagrados a la prostitución ritual y quitó todos los ídolos que habían
hecho sus padres.
13 También depuso a su madre Maaca de ser reina
madre, porque ella había hecho una monstruosa imagen de Asera. Asa
destruyó la monstruosa imagen y la quemó junto al arroyo de Quedrón.
14 Aunque no quitó los lugares altos, sin embargo, el corazón
de Asa fue íntegro para con Jehovah, todos sus días. 15 El
introdujo en la casa de Jehovah lo que había consagrado su padre, y lo
que él mismo había consagrado: plata, oro y utensilios.
16 Había guerra entre Asa y Baasa, rey de Israel,
todo el tiempo de ambos. 17 Baasa, rey de Israel, subió
contra Judá y estaba reedificando Ramá para no dejar que ninguno tuviera
acceso a Asa, rey de Judá. 18 Entonces Asa tomó toda la plata
y el oro que habían quedado en los tesoros de la casa de Jehovah y en
los tesoros de la casa del rey, y los entregó en mano de sus servidores.
Luego el rey Asa los envió a Ben-hadad hijo de Tabrimón, hijo de Hezión,
rey de Siria, que habitaba en Damasco, diciendo: 19 "Haya
alianza entre tú y yo, como la había entre mi padre y tu padre. He aquí,
yo te envío un obsequio de plata y oro; vé y anula tu alianza con Baasa,
rey de Israel, para que se aparte de mí."
20 Ben-hadad consintió con el rey Asa. Envió
contra las ciudades de Israel a los jefes de sus ejércitos, y atacó Ijón,
Dan, Abel-bet-maaca y toda la región del mar Quinéret, con toda la
tierra de Neftalí.
21 Sucedió que cuando Baasa oyó esto, dejó de
reedificar Ramá y habitó en Tirsa. 22 Entonces el rey Asa
convocó a todo Judá, sin exceptuar a nadie, y se llevaron las piedras y
la madera de Ramá, con que Baasa edificaba. Y con ellas el rey Asa
reedificó Geba de Benjamín y Mizpa.
23 Todos los demás hechos de Asa, todo su poderío,
todas las cosas que hizo y las ciudades que edificó, ¿no están escritos
en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Sólo que en el tiempo
de su vejez se enfermó de los pies. 24 Asa reposó con sus
padres y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David, su padre. Y su
hijo Josafat reinó en su lugar.
Nadab, rey de Israel
25 Nadab hijo de Jeroboam comenzó a reinar sobre Israel en el
segundo año de Asa, rey de Judá, y reinó sobre Israel dos años.
26 El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah,
andando en el camino de su padre y en sus pecados con los que hizo pecar
a Israel.
27 Baasa hijo de Ajías, de la tribu de Isacar,
conspiró contra él. Baasa lo derrotó en Gibetón, que pertenecía a los
filisteos, pues Nadab y todo Israel tenían sitiada Gibetón. 28
Baasa lo mató en el tercer año de Asa, rey de Judá, y reinó en su
lugar.
29 Sucedió que cuando Baasa llegó a ser rey, mató
a todos los de la casa de Jeroboam; no dejó con vida a ninguno de los de
Jeroboam, hasta destruirlos, conforme a la palabra que Jehovah había
hablado por medio de su siervo Ajías de Silo, 30 a causa de
los pecados de Jeroboam, quien pecó e hizo pecar a Israel, y por la
provocación con que provocó a ira a Jehovah Dios de Israel.
31 Los demás hechos de Nadab, y todas las cosas
que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de
Israel? 32 Había guerra entre Asa y Baasa, rey de Israel,
todo el tiempo de ambos.
Baasa, rey de Israel
33 En el tercer año de Asa, rey de Judá, comenzó a reinar
Baasa hijo de Ajías sobre todo Israel en Tirsa, y reinó 24 años.
34 El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah y
anduvo en el camino de Jeroboam y en sus pecados con los que hizo pecar
a Israel.
16 Entonces vino
la palabra de Jehovah a Jehú hijo de Hanani contra Baasa, diciendo:
2 "Por cuanto yo te levanté del polvo y te establecí como el
soberano de mi pueblo Israel, pero tú has andado en el camino de
Jeroboam y has hecho pecar a mi pueblo Israel, provocándome a ira con
sus pecados, 3 he aquí que yo barreré por completo a Baasa y
a su casa, y haré a su casa como a la casa de Jeroboam hijo de Nabat.
4 Al que de Baasa muera en la ciudad, se lo comerán los
perros; y al que muera en el campo, se lo comerán las aves del cielo.
5 Los demás hechos de Baasa, las cosas que hizo y
su poderío, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes
de Israel? 6 Baasa reposó con sus padres y fue sepultado en
Tirsa. Y su hijo Ela reinó en su lugar.
7 También por medio del profeta Jehú hijo de
Hanani vino la palabra de Jehovah contra Baasa y contra su casa, por
toda la maldad que hizo ante los ojos de Jehovah, provocándole a ira con
la obra de sus manos, por haber sido como los de la casa de Jeroboam y
por haberla destruido.
Ela, rey de Israel
8 En el año 26 de Asa, rey de Judá, comenzó a reinar Ela hijo
de Baasa sobre Israel en Tirsa, y reinó dos años. 9 Y
conspiró contra él su servidor Zimri, jefe de la mitad de los carros.
Estando el rey en Tirsa bebiendo hasta embriagarse en casa de Arsa,
administrador del palacio en Tirsa, 10 Zimri fue, lo hirió y
lo mató en el año 27 de Asa, rey de Judá; y reinó en su lugar.
11 Aconteció que al comenzar a reinar y después
que estuvo sentado en su trono, mató a todos los de la casa de Baasa,
sin dejar de ella un solo varón, ni de sus parientes ni de sus amigos.
12 Así Zimri destruyó a todos los de la casa de Baasa,
conforme a la palabra que Jehovah había hablado contra Baasa por medio
del profeta Jehú, 13 por todos los pecados de Baasa y por los
pecados de su hijo Ela, quienes pecaron e hicieron pecar a Israel,
provocando a ira a Jehovah Dios de Israel, con sus ídolos vanos.
14 Los demás hechos de Ela y todas las cosas que
hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de
Israel?
Zimri, rey de Israel
15 En el año 27 de Asa, rey de Judá, Zimri reinó siete días
en Tirsa, mientras el pueblo estaba acampado contra Gibetón, que
pertenecía a los filisteos. 16 Entonces el pueblo que estaba
acampado oyó decir: "Zimri ha conspirado y también ha matado al rey." Y
aquel día todos los de Israel que estaban acampados allí proclamaron a
Omri, jefe del ejército, rey de Israel.
17 Entonces Omri subió desde Gibetón, y con él
todo Israel, y sitiaron Tirsa. 18 Sucedió que al ver que la
ciudad era tomada, Zimri entró en la ciudadela de la casa del rey y
prendió fuego a la casa del rey con él dentro. Así murió, 19
a causa de sus pecados que había cometido haciendo lo malo ante los ojos
de Jehovah y andando en el camino de Jeroboam y en su pecado que cometió
e hizo pecar a Israel.
20 Los demás hechos de Zimri y la conspiración que
hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de
Israel?
Omri, rey de Israel
21 Entonces el pueblo de Israel se dividió en dos facciones.
La mitad del pueblo seguía a Tibni hijo de Ginat, para hacerlo rey; la
otra mitad seguía a Omri. 22 Pero el pueblo que seguía a Omri
pudo más que el que seguía a Tibni hijo de Ginat. Tibni murió, y Omri
fue rey.
23 En el año 31 de Asa, rey de Judá, comenzó a
reinar Omri sobre Israel y reinó 12 años. En Tirsa reinó 6 años.
24 El compró a Semer el monte de Samaria por dos
talentos de plata. Edificó en el monte, y a la ciudad que edificó le dio
el nombre de Samaria, según el nombre de Semer, el dueño del monte.
25 Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, y
actuó peor que todos los que habían reinado antes de él. 26
Pues anduvo en todo el camino de Jeroboam hijo de Nabat y en sus pecados
con los que hizo pecar a Israel, provocando a ira a Jehovah Dios de
Israel, con sus ídolos vanos.
27 Los demás hechos de Omri, las cosas que hizo y
el poderío que logró, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de
los reyes de Israel? 28 Omri reposó con sus padres y fue
sepultado en Samaria. Y su hijo Acab reinó en su lugar.
Acab, rey de Israel
29 En el año 38 de Asa, rey de Judá, Acab hijo de Omri
comenzó a reinar sobre Israel. 30 Acab hijo de Omri reinó
sobre Israel en Samaria 22 años.
Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, más
que todos los que habían reinado antes de él. 31 Como si le
fuera cosa liviana andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, tomó
por mujer a Jezabel hija de Etbaal, rey de los sidonios; y fue, sirvió a
Baal y lo adoró. 32 Erigió un altar a Baal en el templo de
Baal que había edificado en Samaria. 33 Acab también hizo un
árbol ritual de Asera. Acab hizo peor que todos los reyes de Israel que
habían reinado antes de él, provocando a ira a Jehovah Dios de Israel.
34 En su tiempo Jiel de Betel reedificó Jericó. A
costa de Abiram su primogénito puso los cimientos, y a costa de Segub su
hijo menor colocó sus puertas, conforme a la palabra que Jehovah había
hablado por medio de Josué hijo de Nun.
Elías predice la sequía
17 Entonces Elías el
tisbita, que era uno de los moradores de Galaad, dijo a Acab:
-¡Vive Jehovah Dios de Israel, a quien sirvo, que no habrá
rocío ni lluvia en estos años, sino por mi palabra!
2 Entonces la palabra de Jehovah vino a él
diciendo:
3 -Apártate de aquí, dirígete al oriente y
escóndete junto al arroyo de Querit, que está al frente del Jordán.
4 Y sucederá que beberás del arroyo, y yo he mandado a los cuervos
que te sustenten allí.
5 Elías fue e hizo conforme a la palabra de
Jehovah. Fue y habitó junto al arroyo de Querit, que está al frente del
Jordán. 6 Los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y
pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo. 7 Pero sucedió
que después de algunos días se secó el arroyo, porque no había llovido
en la tierra.
Elías y la viuda en Sarepta
8 Entonces la palabra de Jehovah vino a Elías diciendo:
9 -Levántate, vé a Sarepta de Sidón y habita allí.
He aquí, yo he designado allí a una mujer viuda para que te sustente.
10 Entonces se levantó y se fue a Sarepta. Cuando
llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí
recogiendo leña. El la llamó y le dijo:
-Por favor, tráeme un poco de agua en un vaso, para que beba.
11 Cuando ella iba a traérsela, la llamó y le
dijo:
-Por favor, tráeme también un poco de pan en tu mano.
12 Ella respondió:
-¡Vive Jehovah, tu Dios, que no tengo pan cocido! Solamente
tengo un puñado de harina en una tinaja y un poco de aceite en una
botella. Y he aquí que estaba recogiendo un par de leños, para entrar y
prepararlo para mí y para mi hijo, a fin de que lo comamos y muramos.
13 Entonces Elías le dijo:
-No tengas temor. Vé, haz como has dicho; pero de ello hazme
a mí primero una torta pequeña y tráemela. Después harás para ti y para
tu hijo. 14 Porque así ha dicho Jehovah Dios de Israel: "La
harina de la tinaja no se acabará, y el aceite de la botella no faltará
hasta el día en que Jehovah dé lluvia sobre la superficie de la tierra."
15 Entonces ella fue e hizo conforme a la palabra
de Elías; y comieron él, ella y su familia, por mucho tiempo. 16
La harina de la tinaja no se acabó, ni faltó el aceite de la
botella, conforme a la palabra que Jehovah había dicho por medio de
Elías.
17 Aconteció después de estas cosas que cayó
enfermo el hijo de la mujer, la dueña de casa, y su enfermedad fue tan
grave que no quedó en él aliento. 18 Entonces ella dijo a
Elías:
-¿Qué tengo yo contigo, oh hombre de Dios? ¿Has venido a mí
para traer a la memoria mis iniquidades y hacer morir a mi hijo?
19 Y él le respondió:
-Dame tu hijo.
Lo tomó del seno de ella, lo llevó al altillo donde él
habitaba y lo acostó sobre su cama. 20 Entonces, clamando a
Jehovah, dijo:
-¡Oh Jehovah, Dios mío! ¿Aun a la viuda en cuya casa estoy
hospedado has afligido, haciendo morir a su hijo?
21 Luego se tendió tres veces sobre el niño y
clamó a Jehovah diciendo:
-¡Oh Jehovah, Dios mío, te ruego que el alma de este niño
vuelva a su cuerpo!
22 Jehovah escuchó la voz de Elías, y el alma del
niño volvió a su cuerpo, y revivió. 23 Elías tomó al niño, lo
bajó del altillo a la casa y lo entregó a su madre. Luego Elías dijo:
-¡Mira, tu hijo está vivo!
24 Entonces la mujer dijo a Elías:
-¡Ahora reconozco que tú eres un hombre de Dios y que la
palabra de Jehovah es verdad en tu boca!
Elías se presenta ante Acab
18 Sucedió que después de
mucho tiempo, al tercer año, vino la palabra de Jehovah a Elías,
diciendo:
-Vé, preséntate ante Acab, y yo enviaré lluvia sobre la faz
de la tierra.
2 Elías fue para presentarse ante Acab. Había gran
hambre en Samaria. 3 Entonces Acab llamó a Abdías, el
administrador del palacio. (Abdías era muy temeroso de Jehovah. 4
Y sucedió que cuando Jezabel destruía a los profetas de Jehovah,
Abdías tomó a cien de ellos y los escondió de cincuenta en cincuenta en
una cueva, y los sustentó con pan y agua.) 5 Acab dijo a
Abdías:
-Vé por la tierra a todos los manantiales de agua y a todos
los arroyos; quizás hallemos pasto con que podamos conservar con vida a
los caballos y a las mulas, y no tengamos que eliminar algunos de los
animales.
6 Se repartieron el territorio entre ellos para
recorrerlo; Acab se fue solo por un camino, y Abdías se fue solo por
otro. 7 Sucedió que cuando Abdías iba por el camino, he aquí
que Elías venía a su encuentro; y como le reconoció, se postró sobre su
rostro y preguntó:
-¿Eres tú Elías, mi señor?
8 Y le respondió:
-Sí, yo soy. Vé y di a tu señor: "Elías está aquí."
9 Pero él dijo:
-¿En qué he pecado para que tú entregues a tu siervo en mano
de Acab, para que me mate? 10 ¡Vive Jehovah tu Dios, que no
ha habido nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte!
Cuando ellos respondían: "No está", hacía jurar al reino y a la nación
que no te habían hallado. 11 Y ahora tú dices: "Vé y di a tu
señor: ’Elías está aquí.’ " 12 Lo que sucederá es que después
que yo me haya alejado de ti, el Espíritu de Jehovah te llevará adonde
yo no sepa, y habiendo yo ido para informar a Acab, si él no te halla,
me matará. Tu siervo teme a Jehovah desde su juventud. 13 ¿No
le han contado a mi señor lo que hice cuando Jezabel mataba a los
profetas de Jehovah, cómo escondí en una cueva a cien de ellos de
cincuenta en cincuenta y los sustenté con pan y agua? 14 Y
ahora tú dices: "Vé y di a tu señor: ’Aquí está Elías.’ " ¡El me matará!
15 Y Elías dijo:
-¡Vive Jehovah de los Ejércitos, a quien sirvo, que hoy me
presentaré a él!
16 Entonces Abdías fue al encuentro de Acab y le
informó. Acab fue al encuentro de Elías; 17 y sucedió que
cuando Acab vio a Elías, le dijo:
-¿Eres tú, el que está trastornando a Israel?
18 Y él respondió:
-Yo no he trastornado a Israel, sino tú y tu casa paterna, al
haber abandonado los mandamientos de Jehovah y al haber seguido a los
Baales. 19 Ahora pues, manda que se reúnan conmigo en el
monte Carmelo todo Israel, los 450 profetas de Baal y los 400 profetas
de Asera que comen de la mesa de Jezabel.
Elías elimina a los profetas de Baal
20 Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel y reunió
a los profetas en el monte Carmelo. 21 Elías se acercó a todo
el pueblo y dijo:
-¿Hasta cuándo vacilaréis entre dos opiniones? Si Jehovah es
Dios, ¡seguidle! Y si Baal, ¡seguidle!
Pero el pueblo no le respondió nada. 22 Entonces
Elías volvió a decir al pueblo:
-Sólo yo he quedado como profeta de Jehovah, pero de los
profetas de Baal hay 450 hombres. 23 Dennos, pues, dos toros.
Escojan ellos un toro para sí, córtenlo en pedazos y pónganlo sobre la
leña; pero no pongan fuego. Yo prepararé el otro toro y lo pondré sobre
la leña, pero no pondré fuego. 24 Luego invocad vosotros el
nombre de vuestro dios, y yo invocaré el nombre de Jehovah. El Dios que
responda con fuego, ¡ése es Dios!
Todo el pueblo respondió y dijo:
-¡Bien dicho!
25 Entonces Elías dijo a los profetas de Baal:
-Escogeos el toro y preparadlo vosotros primero, porque
vosotros sois la mayoría. Invocad el nombre de vuestro dios, pero no
pongáis fuego.
26 Ellos tomaron el toro que les fue dado, y lo
prepararon. Luego invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el
mediodía, diciendo:
-¡Oh Baal, respóndenos!
Pero no hubo voz ni quien respondiese. Mientras tanto ellos
danzaban junto al altar que habían hecho.
27 Y sucedió que hacia el mediodía, Elías se
burlaba de ellos diciendo:
-¡Gritad a gran voz, porque es un dios! Quizás está
meditando, o está ocupado, o está de viaje. Quizás está dormido, y hay
que despertarle.
28 Ellos clamaban a gran voz y se sajaban el
cuerpo con espadas y con lanzas, conforme a su costumbre, hasta hacer
chorrear la sangre sobre ellos. 29 Y sucedió que cuando pasó
el mediodía, ellos seguían profetizando frenéticamente hasta la hora de
ofrecer la ofrenda vegetal, y no había voz ni quien respondiese ni
escuchase.
30 Entonces Elías dijo a todo el pueblo:
-¡Acercaos a mí!
Todo el pueblo se acercó a él. Luego él reparó el altar de
Jehovah que estaba arruinado. 31 Elías tomó doce piedras,
conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien le vino
palabra de Jehovah diciendo: "Israel será tu nombre." 32 Y
edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehovah. Después hizo
una zanja alrededor del altar, en la cual pudiesen caber dos medidas de
semilla. 33 Luego arregló la leña, cortó el toro en pedazos y
los puso sobre la leña. 34 Entonces dijo:
-Llenad cuatro cántaros de agua y derramadla sobre el
holocausto y sobre la leña.
Luego dijo:
-Hacedlo por segunda vez.
Y lo hicieron por segunda vez. Dijo aún:
-Hacedlo por tercera vez.
Y lo hicieron por tercera vez, 35 de modo que el
agua corría alrededor del altar y llenó también la zanja. 36
Cuando llegó la hora de presentar la ofrenda vegetal, se acercó el
profeta Elías y dijo:
-¡Oh Jehovah, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy
manifiesto que tú eres Dios en Israel y que yo soy tu siervo; y que por
tu palabra he hecho todas estas cosas! 37 Respóndeme, oh
Jehovah; respóndeme, para que este pueblo reconozca que tú, oh Jehovah,
eres Dios, y que tú haces volver el corazón de ellos.
38 Entonces cayó fuego de Jehovah, que consumió el
holocausto, la leña, las piedras y el polvo; y lamió el agua que estaba
en la zanja. 39 Al verlo toda la gente, se postraron sobre
sus rostros y dijeron:
-¡Jehovah es Dios! ¡Jehovah es Dios!
40 Entonces Elías les dijo:
-¡Prended a los profetas de Baal! ¡Que no escape ninguno de
ellos!
Los prendieron, y Elías los hizo descender al arroyo de
Quisón, y allí los degolló.
Elías anuncia el fin de la sequía
41 Entonces Elías dijo a Acab:
-Sube, come y bebe; porque se oye el ruido de una fuerte
lluvia.
42 Acab subió para comer y beber. Entonces Elías
subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra puso su rostro
entre sus rodillas. 43 Luego dijo a su criado:
-Sube, por favor, y mira hacia el mar.
El subió, miró y dijo:
-No hay nada.
El le volvió a decir:
-Vuelve siete veces.
44 A la séptima vez dijo:
-He aquí, veo una pequeña nube, como la palma de la mano de
un hombre, que sube del mar.
Entonces él dijo:
-Vé y di a Acab: "Unce tu carro y desciende, no sea que te
detenga la lluvia."
45 Y aconteció que mientras tanto los cielos se
oscurecieron con nubes y viento, y cayó una fuerte lluvia. Acab subió al
carro y fue a Jezreel; 46 pero la mano de Jehovah estuvo
sobre Elías, quien ciñó sus lomos y fue corriendo delante de Acab hasta
la entrada de Jezreel.
Elías ante Jehovah en Horeb
19 Acab informó a Jezabel
de todo lo que Elías había hecho y de cómo había matado a espada a todos
los profetas. 2 Entonces Jezabel envió un mensajero a Elías,
diciendo: "¡Así me hagan los dioses y aun me añadan, si mañana a estas
horas yo no he hecho tu vida como la vida de uno de ellos!"
3 Entonces él tuvo miedo, y se levantó y huyó para
salvar su vida. Así llegó a Beerseba, que pertenece a Judá. Dejó allí a
su criado, 4 y él se fue un día de camino por el desierto.
Luego vino, se sentó debajo de un arbusto de retama y ansiando morirse
dijo:
-¡Basta ya, oh Jehovah! ¡Quítame la vida, porque yo no soy
mejor que mis padres!
5 Se recostó debajo del arbusto y se quedó
dormido. Y he aquí que un ángel le tocó y le dijo:
-Levántate, come.
6 Entonces miró, y he aquí que a su cabecera había
una torta cocida sobre las brasas y una cantimplora de agua. Luego
comió, bebió y se volvió a recostar. 7 Entonces el ángel de
Jehovah volvió por segunda vez, y le tocó diciendo:
-Levántate, come, porque el camino es demasiado largo para
ti.
8 Se levantó, comió y bebió. Luego, con las
fuerzas de aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta
Horeb, el monte de Dios. 9 Allí se metió en la cueva, donde
pasó la noche. Y he aquí que vino a él la palabra de Jehovah, y le
preguntó:
-¿Qué haces aquí, Elías?
10 Y él respondió:
-He sentido un vivo celo por Jehovah Dios de los Ejércitos,
porque los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado tus
altares y han matado a espada a tus profetas. Yo solo he quedado, y me
buscan para quitarme la vida.
11 El le dijo:
-Sal afuera y ponte de pie en el monte, delante de Jehovah.
Y he aquí que Jehovah pasaba. Un grande y poderoso viento
destrozaba las montañas y rompía las peñas delante de Jehovah, pero
Jehovah no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto,
pero Jehovah no estaba en el terremoto. 12 Después del
terremoto hubo un fuego, pero Jehovah no estaba en el fuego. Después del
fuego hubo un sonido apacible y delicado. 13 Y sucedió que al
oírlo Elías, cubrió su cara con su manto, y salió y estuvo de pie a la
entrada de la cueva. Y he aquí, vino a él una voz, y le preguntó:
-¿Qué haces aquí, Elías?
14 El respondió:
-He sentido un vivo celo por Jehovah Dios de los Ejércitos,
porque los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado tus
altares y han matado a espada a tus profetas. Yo solo he quedado, y me
buscan para quitarme la vida.
15 Y Jehovah le dijo:
-Vé, regresa por tu camino, por el desierto, a Damasco.
Cuando llegues, ungirás a Hazael como rey de Siria. 16
También a Jehú hijo de Nimsi ungirás como rey de Israel; y ungirás a
Eliseo hijo de Safat, de Abel-mejola, como profeta en tu lugar. 17
Y sucederá que al que escape de la espada de Hazael, lo matará
Jehú; y al que escape de la espada de Jehú, lo matará Eliseo. 18
Pero yo he hecho que queden en Israel 7.000, todas las rodillas
que no se han doblado ante Baal y todas las bocas que no lo han besado.
Elías unge a Eliseo como profeta
19 Cuando se fue de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que
estaba arando con doce yuntas de bueyes delante de él, y él estaba con
la duodécima. Pasando Elías hacia él, echó su manto sobre él. 20
Entonces él dejó los bueyes, fue corriendo tras Elías y dijo:
-Permíteme besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré.
Elías le dijo:
-Vé y vuelve; pues, ¿qué te he hecho yo?
21 Eliseo dejó de ir tras él. Luego tomó la yunta
de bueyes y los mató. Y con el arado de los bueyes cocinó su carne y la
dio a la gente para que comiesen. Después se levantó, fue tras Elías y
le servía.
Ben-hadad sitia Samaria
20 Entonces Ben-hadad, rey
de Siria, reunió todo su ejército. Estaban con él treinta y dos reyes,
con caballos y carros. Luego subió, sitió Samaria y combatió contra
ella. 2 Después envió mensajeros a la ciudad, a Acab, rey de
Israel, diciendo: 3 "Así ha dicho Ben-hadad: ’Tu plata y tu
oro son míos; tus mujeres y los mejores de tus hijos son míos.’ "
4 El rey de Israel respondió diciendo: "Como tú
dices, oh mi señor el rey, yo soy tuyo con todo lo que tengo."
5 Volvieron otra vez los mensajeros y dijeron:
"Así dice Ben-hadad: ’Por cierto, te envié a decir que me dieras tu
plata, tu oro, tus mujeres y tus hijos. 6 Mañana a estas
horas te enviaré mis servidores, los cuales registrarán tu casa y las
casas de tus servidores. Y sucederá que tomarán con sus manos y se
llevarán todo lo precioso que tengas.’ "
7 El rey de Israel llamó a todos los ancianos del
país y les dijo:
-Sabed, pues, y ved cómo éste no busca sino el mal; porque ha
enviado por mis mujeres y mis hijos, y por mi plata y mi oro; y yo no se
lo he negado.
8 Y todos los ancianos y todo el pueblo
respondieron:
-No le escuches ni accedas.
9 Entonces Acab respondió a los mensajeros de Ben-hadad:
-Decid a mi señor el rey: "Haré todo lo que enviaste a exigir
a tu siervo al principio, pero esto no lo puedo hacer."
Los mensajeros fueron y le dieron la respuesta, 10
y Ben-hadad envió a decirle: "Así me hagan los dioses y aun me añadan,
si el polvo de Samaria basta para llenar las manos de todo el pueblo que
me sigue."
11 El rey de Israel respondió y dijo: "Decidle:
’No se jacte tanto el que se ciñe como el que se desciñe.’ "
12 Y sucedió que cuando él oyó estas palabras,
mientras bebía con los reyes en las cabañas, dijo a sus servidores:
-¡Tomad posiciones!
Y tomaron posiciones contra la ciudad.
Acab derrota a Ben-hadad
13 He aquí, un profeta se acercó a Acab, rey de Israel, y le
dijo:
-Así ha dicho Jehovah: "¿Has visto toda aquella gran
multitud? He aquí, yo la entregaré hoy en tu mano, para que reconozcas
que yo soy Jehovah."
14 Acab preguntó:
-¿Por medio de quién?
Y él respondió:
-Así ha dicho Jehovah: "Por medio de los jóvenes de los jefes
de las provincias."
Y Acab preguntó:
-¿Quién comenzará la batalla?
El respondió:
-Tú.
15 Acab pasó revista a los jóvenes de los jefes de
las provincias, los cuales eran 232. Después de ellos, pasó revista a
todo el pueblo, a todos los hijos de Israel, que eran 7.000. 16
Y éstos salieron al mediodía, mientras Ben-hadad estaba bebiendo
hasta emborracharse en las cabañas con los reyes, los treinta y dos
reyes que habían venido en su ayuda. 17 Los jóvenes de los
jefes de las provincias salieron primero. Ben-hadad había enviado a
algunos, quienes le informaron diciendo:
Reina-Valera Actualizada, 1989. |