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Biografía
de la
Imagen: Copyright: 1998,
Nicolás Ramos Gandía
Foto
del 3er. grupo de la Fania para 1976
El jueves 26 de agosto
de 1971 el sello disquero Fania, lanzó su
agrupación Fania All Star, ante una multitud que
eufórica disfrutó de la presentación. El productor del
evento lo fueron
Jerry Massucci,
Ralph Mercado (dueño del
club nocturno Chetah)
Johnny Pacheco
director musical,
Ray Barreto en las tumbadoras,
Roberto Roena en el
bongo y
Nicky Marrero en
las pailas; en el 1er trombón
Barry
Rogers,
Reinaldo Jorge y
Willie Colón en los
trombones 2 y 3
Roberto Rodríguez,
Héctor Zarzuela
‘Bomberito’ y
Larry
Spencer en las trompetas; el piano estuvo a cargo de
Larry Harlow
y
Richie Ray, mientras que
Bobby Valentín se
ocupó del bajo y
Yomo Toro del
cuatro puertorriqueño. Los cantantes fueron
Héctor Lavoe con su
estilo malandrín y pendenciero;
Ismael Miranda
conocido como El niño bonito,
Pete ‘El Conde’
Rodríguez,
Adalberto Santiago,
Bobby Cruz,
Santos Colón y
Cheo Feliciano ‘El
niño mimado de Puerto Rico’.
Por:
Tommy Muriel
Pasar lista de todos y cada uno de los integrantes de la
Fania All-Stars desde sus comienzos hasta el sol
de hoy es casi el equivalente a pasar lista de un
auténtico Salón De La Fama de la música latina, toda vez
que casi todos los músicos que dejaron huella en la
salsa de Nueva York (y hasta fuera de ella) han sido
parte de la banda estelar, ya sea en rol de invitados,
miembros bonafide o simplemente uniéndose a la banda en
una presentación o ensayo. Aunque no todo el que formó
parte del All-Stars necesariamente estuvo bajo contrato
con Fania Records, sigue siendo virtualmente imposible
hablar de esta súper-orquesta sin mencionar
paralelamente lo que ocurría en el sello disquero que la
hizo posible.
Inicios
Fania
Records se funda a mediados de los '60. La incorporan el
multi-instrumentista y director de orquesta de origen
dominicano Johnny Pacheco junto con su entonces
abogado, el ítalo-americano Jerry Masucci, cuando
el primero abandona el sello Alegre, de Al Santiago,
cuando Santiago nombra al virtuoso pianista boricua
Charlie Palmieri y no a él como director de los Alegre
All-Stars.
Esto fue la gota que colmó la copa, toda vez
que Pacheco ya venía quejándose de la falta de promoción
y la no muy grata situación financiera. Por lo cual,
durante sus primeros años, se puede decir que el nuevo
sello Fania dependió exclusivamente de la buena fama de
Pacheco. El primer álbum en salir bajo el sello Fania lo
fue "Cañonazos," y su número de catálogo es el
#325, números basados en la fecha de nacimiento (y/o
bautismo) de Pacheco: Marzo 25. Para ese entonces,
Pacheco ya había disuelto su popular charanga, optando
ahora por un formato de conjunto. Para esto, deja a un lado
su flauta (temporeramente, como ya veremos) para
convertirse en pailero (ejecutante de las pailas o
timbalitos, y en vez de
reemplazar a sus dos violinistas, adquiere dos
trompetistas. Igualmente, el nombre de la institución
cambiaría radicalmente: de Pacheco y su Charanga
a Pacheco y su Nuevo Tumbao. Su cantante, quien
abandona momentáneamente la banda cuando Monguito se
incorpora a la misma, lo fue
el boricua
Pedro Juan Rodríguez, mejor
conocido como Pete "El Conde" Rodríguez. Para
entonces, su nombre artístico lo era Pete Rodriguez,
pero ya había otro
boricua sonando fuerte, era
Pete Rodriguez el pianista al cual muchos acreditan como el pionero del
boogaloo de los 60's. Por lo cual entonces Pedro Juan
adoptó el apodo que le puso su barbero como parte de su
nombre artístico para diferenciarse de éste.
A medida que la empresa empieza a generar capital,
Masucci y Pacheco comienzan a reclutar talento para el
sello, siendo el primero de ellos
el boricua
Bobby Valentín,
para entonces trompetista y, en su tiempo, trombonista
(de pistones, no de vara) para el gran Tito Rodriguez.
Ya un joven veterano del ambiente neoyorquino y con
experiencia en las orquestas de Rodriguez, el propio
Pacheco y Joe Quijano, Valentín graba su primer disco
como figura principal para Fania. Su cambio de
trompetista a bajista, como regularmente le conocemos,
se da definitivamente años más tarde, cuando su bajista
regular anuncia, con previo aviso, que no puede asistir
a uno de los bailes. Ya que los bajistas estaban escasos
en aquel entonces (y Bobby ya dominaba el instrumento,
de hecho él fue bajista por algunos meses de la vieja
orquesta de Ray Barretto: la Charanga Moderna), el líder
decide suplantar él mismo al bajista y contratar a un
trompetista. Desde ese entonces, no hubo vuelta atrás...
los días de Bobby como trompetista, eventualmente,
llegan a su fin.
El próximo artista en unirse al catálogo de Fania lo es
un pianista y también multi-instrumentista de origen
judío llamado Lawrence Ira Kahn, mucho mejor conocido
como Larry Harlow. Un desconocido en aquel
entonces, Harlow es el primero de varios nuevos pinos
contratados por Fania para robustecer su catálogo. Su
orquesta fue una de las primeras, si no la pionera, en
combinar de manera exclusiva trompetas y trombones
(obviando el uso de saxofones) en su sección de vientos,
un giro radical que ya identificaba plenamente a la
orquesta. Su primer cantante lo fue el cubano Felo
Brito, este a su vez reemplazado por quien luego se
convirtiera en uno de los primeros cantantes solistas en
la historia del sello: Monguito El Unico, quien
venía de la agrupación de
Pacheco. Se cuenta que la actitud de Monguito era
demasiado problemática en aquel entonces. De hecho, un
roce entre éste y Pete "El Conde" fue lo que hizo que
este último saliera del conjunto de Pacheco, montando
tienda aparte con el Conjunto Sensación (no fue sino
hasta que Monguito abandona el Tumbao para unirse a
Harlow que Pete regresa con su compadre). A raíz de
esto, ya Harlow busca sustitutos para éste, quien
eventualmente se lanza como solista. En estas audiciones
coinciden nada menos que El Sonero Mayor, Ismael
"Maelo" Rivera, y un tocayo
compatriota suyo de nombre
Ismael Miranda. Rivera recién salía de cumplir
su sentencia en cárcel por trasiego de drogas (golpe
fuerte que sacudió el ambiente en Puerto Rico de forma
tal que el combo original de Cortijo se desintegra a
raíz de la encarcelación de éste, con la mayoría de los
músicos pasando entonces a organizarse bajo el nombre de
El Gran Combo) y se establecía de manera definitiva en
Nueva York. Miranda eventualmente se queda con la plaza,
cuando Rivera, observando el entusiasmo de su tocayo,
decide dejarle el paso libre, a la vez que le aclaraba a
Harlow que "a él (Miranda) no vas a tener que
pagarle lo que yo te voy a pedir." [Rivera, quien de
todos modos ya tenía nombre gracias al prestigio de sus
viejos días con Cortijo, opta entonces por montar su
propia banda, "Los Cachimbos," firmando contrato con la
entonces poderosa Tico Records, propiedad entonces del
presunto "mafioso" Morris Levy.]
Miranda, quien ya había trabajado anteriormente con el
hermano de Harlow (Andy, el flautista) y ya tenía en su
resumé una grabación con el también legendario timbalero
boricua
Joey Pastrana ("Let's Ball," Cotique Records,
donde impone su "Rumbón Melón"), asume la posición. No
sin antes convertirse en "estudiante residente" de la
orquesta, ya que el repertorio de
la banda para ese entonces se componía casi
exclusivamente de temas estándares cubanos. Esto ultimo
cambiaría radicalmente una vez que
Ismael
Miranda,
luego del segundo álbum con Harlow, empieza a
descubrirse como compositor y a aportar temas suyos al
repertorio. Si bien la adolescencia se dejaba sentir
definitivamente en la estructura de muchos de los temas
de Miranda (y no es para menos,
Miranda era un adolescente para ese entonces), el
hecho de que Harlow le diera luz verde a Miranda para
componer, eventualmente le da el empujón definitivo a la
orquesta para colocarse entre las favoritas del público
principalmente boricua en Nueva York.
Total,
ya la fiebre del mambo de Machito y los dos Titos dejaba
de serlo y ahora la comunidad latina volcaba su atención
hacia figuras que, si no tan "cultas" o virtuosas como
los antes mencionados, representaban de manera más
directa y contundente no solo a la comunidad latina de
Nueva York, mayormente compuesta por Nuyoricans, o
puertorriqueños nacidos y criados en esta ciudad, sino
también al ambiente en que estos se desenvolvían
entonces, bastante más violento que el de la era del
Palladium. Y ese era precisamente el caso de Miranda, un
aguadeño (nacido en Aguada, Puerto Rico) criado
en esa área del Bronx conocida como la Cocina del
Diablo (Hell's Kitchen), quien con su voz de niño
irreverente y la obstinada precocidad de sus letras en
ese entonces se convertía en digno representante de la
comunidad boricua en la gran urbe. El atractivo de
Miranda, sumado a la potencia y agresividad del sonido
de la banda de Harlow se convertían entonces en una
formula ganadora.
Y ya que
hablamos de Nuyoricans con quienes la masa salsera se
identificaría plenamente, el próximo en ingresar las
filas de Fania Records sería un trombonista de "mala"
reputación, quien con el pasar de los años se
convertiría en uno de los artistas más exitosos en la
historia del sello, amén de su más sólido vendedor por
muchos años. Su nombre: William Anthony Colón, mejor
conocido como "El Malo," Willie Colón. Su debut
discográfico debió de ser bajo la batuta de Al Santiago,
para quien trabajó por un tiempo en el Casa Alegre
Record Store (es aquí donde Willie conoce por primera
vez a quien luego se convertiría en su cantante,
el Ponceño
Héctor
Juan Pérez, alias Héctor Lavoe), pero a Santiago
ya lo agobiaban problemas económicos y de índole
familiar, por lo que su nuevo sello disquero Futura,
para el cual debió salir el primer disco de Willie,
cerró operaciones. Es entonces cuando Willie queda a
cargo de las cintas originales y las entrega a Fania,
donde las recibe Pacheco para evaluarlas.
Pacheco
ve potencial en la banda, pero no así en Tony Vazquez,
el verdadero cantante original de Willie, por lo que el
fundador de Fania recomienda a Héctor Lavoe para unirse
a la banda como cantante. A Lavoe, sin embargo, no le
convenía la idea originalmente, ya que él pertenecía a
una banda rival, "La New Yorker" del pianista Russell
Cohen, con la cual ya había planes de grabar un disco,
por lo que desistió de la oferta (Lavoe también
interesaba la plaza de cantante para el conjunto de
Pacheco en ese entonces). Eventualmente Pacheco convence
a Lavoe y este termina uniéndose a la banda de Willie,
la cual integraban entonces adolescentes
boricuas
como Willie, que
con el tiempo se convertirían igualmente en leyendas del
género por derecho propio, como el virtuoso timbalero
Nicky Marrero (quien años después, como ya veremos,
también ingresa a la Fania All-Stars, luego de pasar por
las filas de Eddie Palmieri, Harlow y la Orq. Novel), el
pianista Dwight Brewster (quien hoy día se mantiene
activo en la música, a quien sustituyen
en la banda Kent Gomez (co-compositor a su vez de varios
temas del binomio Colón/Lavoe), el fenecido virtuoso
Mark "Markolino" Dimond y luego José "Prof. Joe"
Torres), el bongosero Pablo Rosario (quien luego pasaría
a formar parte por muchos años de la orquesta de Harlow,
siendo sustituido aquí por el legendario José Mangual
Jr., hijo de otra gran leyenda del ritmo: José "Buyu"
Mangual), el conguero Mario Galagarza (a quien reemplaza
luego el virtuoso Milton Cardona), el también
virtuoso bajista Eddie "Guagua" Rivera y el entonces
trombonista Joe Santiago, quien al igual que en el caso
de Bobby Valentín, se convierte luego en otra leyenda
viviente del bajo.
El
primer disco publicado por la orquesta, "El Malo,"
recibió el desprecio inmediato de los veteranos de
aquella época, quienes entendían que esta era una
orquesta demasiado amateur (novata y sin mayores
pretensiones). Ninguno imaginó, sin embargo, que a
medida que Willie y compañía adquirían más experiencia y
mayor madurez, esta banda se convertiría en quizás el
ejemplo por excelencia de aquello que ya apodaban "el
nuevo
sonido
de Nueva York." La combinación de ese trombón
violento, agrio y "explayado" de Willie (inspirado por
otro futuro miembro fundador de la Fania All-Stars:
Barry Rogers, el legendario trombonista de Palmieri
y de la banda de rock-jazz Dreams) y la voz callejera y
estilo guapetón e irreverente de Héctor sería
inigualable. Más tarde, Colón y Lavoe revolucionan el
escenario musical de la época cuando deciden explorar el
folclor nativo de Puerto Rico (una movida que también
fue criticada a la saciedad por los eruditos y los
músicos de mayor edad y veteranía, quienes siempre
consideraron, de manera casi exclusiva, a ritmos cubanos
como el son, la guaracha y el guaguancó como "la mata,"
la base, el fundamento de lo que ya empezaba a llamarse
salsa). Este experimento llega a su clímax con los
clásicos dos volúmenes de "Asalto Navideño,"
(1970 y 1973, respectivamente) donde se suma a la banda
Víctor Guillermo Toro, virtuoso del cuatro mejor
conocido como Yomo Toro. Desde entonces Yomo,
quien es igual de diestro en la guitarra clásica, es regular en muchas de las sesiones,
no sólo de Willie y Héctor, sino también de Larry Harlow.
Con
Pacheco aún vendiendo fuerte, y ahora con Bobby Valentín,
Willie Colón y Larry Harlow con Ismael Miranda ganándose el favor del público, Fania
ahora tendría más mollero para seguir expandiendo su
elenco e inclusive traer músicos y orquestas ya
establecidos. Este es el caso de otro boricua Ray Barretto,
legendario conguero y director de orquesta quien ya para
ese entonces había disuelto su Charanga Moderna, con la
cual grabó buena parte de su historial con Tico Records
luego de salir de la orquesta de Tito Puente, mas la
totalidad de su época con United Artists. Para este su
"nuevo retorno," Ray opta por un sonido más tradicional,
pero apartado por completo del formato de charanga, así
que su nueva orquesta se conformaría de dos trompetas
(como la de Pacheco), pero sin el tres y sí con sección
de ritmo completa: timbal, conga y bongó. Barretto contaba entonces con dos cantantes: Pete Bonet,
un veterano de mil batallas que luego pasaría a
codirigir con Louie Ramírez antes de unirse al
sexteto de Joe Cuba y la orquesta de Tito Puente, y un
novato procedente de Ciales, Puerto Rico llamado
Adalberto Santiago. [Bonet, a quien posiblemente
nunca se la ha dado el reconocimiento que merece, reside
actualmente en Puerto Rico y luego de un breve retiro,
actualmente dirige una poderosa big-band, la cual se
especializa en el repertorio clásico de la época del
Palladium.]
Adalberto
eventualmente se queda como cantante oficial cuando
Bonet decide montar tienda aparte con Louie. Poseedor de
una voz que, al sol de hoy, se mantiene "a prueba de
balas" y un estilo que ya entonces se perfilaba como a
medio camino entre lo tradicional y lo moderno, Adalberto no
tardaría mucho tiempo en darse a respetar. De hecho,
otros lideres de orquesta solicitarían sus servicios
para hacer coro en sus grabaciones, uniéndose Adalberto
de esta forma al selecto grupo élite de coristas de
lujo, donde reinaron los hoy fenecidos boricuas Yayo El
Indio y Elliot Romero (y al cual, en años mas
recientes se han sumado colosos como Tito Allen,
Nestor Sánchez y ahora Jerry Medina). La
banda de Barretto serviría también de escuela de
entrenamiento para otros bravos de la música latina,
como el legendario bajista Andy Gonzalez, los
trompetistas Roberto Rodríguez (respetable
virtuoso cubano, quien fallece a finales de los 80's) y
Rene López, el pianista y arreglista Luis Cruz, y los
bongoseros Tony Fuentes y Johnny "Dandy" Rodríguez.
En palabras del propio Masucci, las cuales pueden ser
leídas en el ensayo escrito por Izzy Sanabria para el
disco compilación "30 Great Years" (editado en
1994 en conmemoración de los 30 años del sello
disquero), el conseguir la firma de Barretto para
ingresar a la Fania fue una tarea bien cuesta arriba,
pero valió la pena...
Con
Barretto a bordo, quien no tardaría mucho en unirse a
Pacheco, Colón y Harlow como uno de los vendedores
estrella del sello, Fania seguía expandiéndose. Ahora,
la Fania, que ya contaba en su catálogo con figuras como Joe Bataan, Ralph Pagán
(uno de los cantantes que más ruido hizo mientras el boogaloo reinó a mediados de los 60's), el baladista
Roberto Yanés y las orquestas que comandaban
respectivamente los trompetistas Ralph Robles y
Bobby Quesada y el maestro Louie Ramírez,
estaba en posición de jugarse un alarde: Montar su
propio All-Stars ("Todos Estrellas"), siguiendo la pauta
que ya habían establecido en Nueva York los sellos Tico,
Alegre y Cesta (este último propiedad de Joe Quijano,
donde los mismos integrantes del All-Stars de Alegre se
reunirían cuando Alegre comienza a desintegrarse). Así
nace entonces la Fania All-Stars.
No
obstante, no todos los artistas bajo contrato con Fania
formarían parte de la banda estelar. De igual manera, la
orquesta aún necesitó refuerzos en posiciones claves,
donde no tenían a ningún músico en particular. Por
ejemplo: en la sección de ritmo, a Harlow (piano) y a
Barretto (congas) se unirían Bobby Rodríguez (a
quien ya se le reconocía entonces como el mejor bajista
en todo Nueva York) y el timbalero Jimmy Sabater,
para entonces el único con una reputación similar a la
de Puente aún sin ser director de orquesta (para ese
entonces ya Willie Bobo estaba en California con Cal
Tjader y Sabater seguía siendo parte del sexteto de Joe
Cuba). [Irónicamente, el bongosero para esa noche lo fue
el bongosero regular de Pacheco para ese entonces:
Ralph Marzan. Bobby Valentín (quien para ese
entonces, recuerden, aún no se convertiría en bajista a
tiempo completo), Quesada y Robles son los trompetistas
(reforzados por el virtuoso Raymond "Ray" Maldonado,
sobre quien abundaremos más adelante), mientras a
Colón, el único trombonista líder de orquesta en Fania
Records, se le unen dos refuerzos muy especiales: su
ídolo Barry Rogers y el camarada de éste último en la
banda de Eddie Palmieri: el brasileño Jose Rodrigues
(en otra de esas movidas irónicas, Rodrigues pasaría a
formar parte de la banda de Colón una década después). Louie Ramírez, en lo que sería su única sesión en vivo
con la Fania All-Stars (volvería luego, como ya veremos,
a mediados de los 70's para sus sesiones de estudio, así
como en calidad de arreglista y coproductor), ejecuta el
vibráfono, mientras que a los cantantes solistas
Monguito y Joe Bataan se unirían los respectivos
cantantes de las cuatro orquestas de mayor éxito en el
catálogo de Fania para ese entonces: Adalberto, de la
banda de Barretto; Lavoe, de la banda de Colón; Miranda,
de la de Harlow; y El Conde, del Tumbao de Pacheco.
Pacheco, por supuesto, dirigiría la banda, además de
solear con su flauta.
Adicional
a eso, se suman a la Orquesta tres invitados oficiales:
el propio Tito Puente, el propio Eddie
Palmieri y otro Nuyorican que estaba causando
sensación en ese entonces: el orgullo de Brooklyn,
Richard Maldonado, alias Ricardo "Richie" Ray. Un
mago del piano entrenado a lo clásico y líder de una de
las orquestas más contundentes del ambiente neoyorquino,
Richie ya estaba codeándose con los grandes, amén de ser
uno de los vendedores estrella de Alegre Records.
Originalmente, el codirigía la banda con su hermano
mayor, el ya mencionado Raymond Maldonado (Ray, el
trompetista, quien luego sale de la banda cuando
empiezan a llamarlo gente como Tito Puente, La Plata
Sextette y hasta el mismo Stevie Wonder, el mismo que
puso a gozar al hoy legendario sello Motown en el
mercado pop junto con Diana Ross y los hermanos
Jackson), y el nombre original de la banda lo era
Richie & Ray (o sea, la orquesta de Richie y Ray...
ya se podrán imaginar de donde viene el apodo del
pianista entonces). El uso común (y, claro, la confusión
común) hacen que Richie finalmente engavete su apellido
real para utilizar el nombre artístico de Richie Ray,
como su fanaticada insistía en llamarlo (o Ricardo
Ray, como también aparece en los créditos de la
mayoría de sus discos). Antes de este guiso con Fania,
su orquesta tenía tres cantantes: Chivirico Dávila,
el cantante principal; Felo Brito, quien luego sale
para unirse a Harlow, como ya mencionamos; y el novato
Robert Cruz, mejor conocido como Bobby Cruz.
Cruz, quien fue alumno de Chivirico, pasa a ser el
cantante principal (y, de hecho, el único) cuando Dávila
también sale, pasando a las organizaciones de Pacheco y
Joe Cotto antes de formar su propia agrupación. Para
este primer "viaje" con Fania, Cruz no acompañó a su
compadre y jefe.
El debut de la banda estelar del sello Fania lo fue en
el hoy desaparecido club Red Garter en 1968. Si bien aún
a estas alturas la banda carece de identidad propia, el
repertorio que ejecutaron esa noche (y que fue recogido
para la posteridad en los discos Live At Red Garter,
Volúmenes 1 y 2), tiene sus momentos especiales. Por
mencionar algunos con
Monguito en la parte vocal, Eddie Palmieri al piano,
Willie Colón en uno de sus mejores solos de trombón de
todos los tiempos y el maestro Tito Puente castigando el
timbal al final; el corte de jazz latino "Guatacando,"
con excelentes solos de Palmieri, Ramírez, los cuatro
trompetistas, Rogers y Barretto (quien, como era la
costumbre entonces, utilizó una sola conga para este
show, no las 3 y hasta 4 que utiliza hoy en día); y el
"Son Cuero y Boogaloo," originalmente del repertorio de
la banda regular de Barretto, con Adalberto
(naturalmente) en la parte vocal y con Orestes Vilato,
el timbalero regular de Barretto, colándose aquí por
invitación del propio conguero y, casi literalmente,
robándose el show con una espectacular ejecución. Como
ya dijimos, la Fania All-Stars no necesariamente se
instituye a partir de este recital, pero el show cumplió
su cometido inmediato: presentar en mayor escala a los
artistas que ya componían el conglomerado Fania y, de
paso, aumentar las ventas.
Mientras
tanto, Fania ahora busca expandir su área de cobertura.
Y para esto, abre un nuevo sub-sello (o subsidiaria, si
se quiere): Fania International, donde se
agruparían los artistas que no tenían su base de
operaciones en Nueva York. (En unos pocos años, dicha
subsidiaria elimina el "Fania" de su nombre,
convirtiéndose en International, a secas.) La
primera orquesta de salsa en ser fichada por este nuevo
sello lo es la de Roberto Roena y su Apollo Sound.
Roena, un ex-miembro de Cortijo y su Combo (su líder, el
maestro Rafael Cortijo, fue quien lo inició en el mundo
de la percusión en Puerto Rico) y luego miembro fundador de El Gran
Combo, debutaba formalmente como líder de su propia
orquesta. Sí, anterior a esto ya Roberto había grabado
un álbum para Tico Records, "Se Pone Bueno," con
una orquesta llamada "Roberto Roena & Los Megatones,"
pero esta 'orquesta' no paso de ser una reunión en el
estudio de grabación. En otras palabras, Los Megatones
nunca fue una banda formal y propiamente dicha, sino más
bien una sesión de descarga con varios de los mejores
músicos en Puerto Rico (incluido en dicha nomina estaba
el virtuoso sonero panameño Camilo Azuquita,
quien entonces residía en este país) bajo la dirección
de Roena.
El sonido
de Roena, sin embargo, muy poco tenía que ver con el
sonido que ya se gestaba en Nueva York. El Apollo Sound,
en un principio, era una orquesta moldeada al estilo de
El Gran Combo muy a lo puertorriqueño, pero con la particularidad de que estos
(el Apollo) podían fajarse tambien en el soul
afro-americano que también se escuchaba en Puerto Rico
(que conste, no era el boogaloo, sino música
norteamericana, afro-americana más bien, propiamente
dicha... lo que luego pasaría a mercadearse como R&B).
Eventualmente, lo norteamericano desaparece del menú,
una vez el boom de la salsa echa en Puerto Rico empieza a arrollar. De igual
forma, Roena, quien a pesar de no ser necesariamente un
lector a primera vista, sí tenía (y aún tiene) un
envidiable oído musical como pocos, hace con el tiempo
que su Apollo pase de ser una modesta pero arrolladora
orquesta de salsa en una de las instituciones más
progresivas en la historia de la salsa, musicalmente
hablando.
Paralelamente, y también en 1969, Bobby Valentín, quien
ya para ese entonces cambia definitivamente la trompeta
por el bajo, decide re-establecerse en su Puerto Rico
natal, donde hace una nueva orquesta, con la cual graba
el álbum "Se La Comió." Aquí Bobby no solo
expande su sonido (de una sección de vientos de solo
tres músicos a un mini-big-band de 5: dos trompetas,
trombón y dos saxofones (a lo El Gran Combo, solo que
aquí serían un alto y un barítono, no dos altos como en
el caso del Combo), estableciendo entonces lo que ya se
identifica como su sonido tradicional), sino que logra
reunir a varios de los bravos, incluyendo a los soneros
Frankie Hernández y Marvin
Santiago (quien se uniría años más tarde, primero en
sustitución de Frankie cuando éste ingresa en Hogares
Crea, un programa creado en Puerto Rico para rehabilitar
a los que sucumben al vicio de las drogas, y luego a dúo
con éste, cuando, ya reestablecido por completo, se
reincorpora a la banda), los virtuosos Reynaldo Jorge
(trombonista), Juancito Torres (trompeta), el
timbalero y baterista Oscar Colón y el saxofonista
Humberto Ramírez Sr. Frankie, de hecho, graba luego
como solista para el sello Nuestra, una
subsidiaria local que Fania funda en 1978, además de ser
uno de los miembros fundadores de la orquesta Impacto
Crea, otra institución nacida dentro del seno del propio
programa de Hogares Crea. Marvin, uno de los soneros más
explosivos e interesantes que ha dado la salsa, posee un
estilo similar en métrica al del Sonero Mayor (Maelo,
quien no tenía mayor reparo en colar 12 o más líneas en
un soneo donde la mayoría de los soneros convencionales
no hallarían cabida para más de 8), pero utilizando el
humor como punta de lanza. Marvin permanece con Valentín
hasta 1977 (Valentín lo despide cuando, irónicamente
víctima también del abuso de drogas, empieza a fallar a
los bailes), convirtiéndose luego en solista y vendedor
estrella para la naciente Top Hits Records (TH),
principal rival de Fania a finales de los 70's. Marvin,
al igual que Frankie, se recupera por completo de su
drogadicción, luego de cumplir sentencia en prisión a
mediados de los 80's.
En Nueva York, mientras tanto, se suma al catalogo Fania
otro cantante solista: el veteranísimo Santos Colón,
el eterno cantante de Tito Puente, ahora concentrándose
como bolerista a tiempo completo. Como parte de sus
tareas con la Orquesta de Puente (que ya de por sí
demandaba que su cantante fuera capaz de abordar
cualquier género), Santitos, como todo el mundo le
llamaba, se defendía sin problemas en la rumba, la
guaracha, el guaguancó y los demás ritmos cubanos que
Puente acostumbraba ejecutar. Pero la cosa romántica era
la especialidad de la casa, y boleros clásicos de su
época con Puente como "Mírame Mas," "Tus Ojos" y "Te
Desafío," que nunca fallaron en llenar a capacidad la
pista de baile del Palladium, sirven de testigos. De
hecho, para su debut en solitario con Fania, Santitos
contó con su compadre Puente, quien dirigió y supervisó
la grabación además de arreglar varios temas. En
adelante, sin embargo, las producciones de Santitos
estarían a cargo del virtuoso pianista y arreglista
argentino Jorge Calandrelli (con Santitos, en algunos
casos, grabando sus partes en Argentina, con la orquesta
de estudio de Calandrelli).
Otros
grandes que se suman al catálogo de Fania entre 1969 y
1970 lo son los boricuas Richie Ray & Bobby Cruz y Cheo Feliciano.
Richie y Bobby recién salían de su contrato con Alegre
Records y Masucci, quien ya le seguía los pasos y no
quería perder de nuevo la oportunidad (Alegre ya se le
había adelantado cuando Los Durísimos terminaron con
Fonseca Records a mediados de los 60's), los firma
durante un ensayo de la banda, momentos antes de que el
ejecutivo de Fonseca se apareciera con un contrato en
blanco para que Richie y Bobby regresaran con ellos. De
hecho, fueron Los Durísimos quienes estrenan la nueva (y
dentro de poco, principal) subsidiaria Vaya Records,
para la cual graban el clásico "El Bestial Sonido de
Richie Ray & Bobby Cruz." De hecho, esta es la
primera grabación de Richie y Bobby luego de mudarse a
Puerto Rico (de la vieja orquesta neoyorquina solo los
acompaña el bongosero Manolito Gonzalez) y reorganizar
su orquesta allá con nuevos músicos, entre ellos el
virtuoso conguero José "Mañengue" Hidalgo ("El Alcalde
de La Perla," como cariñosamente aún lo llaman y padre
de otro virtuoso del tambor: Giovanni Hidalgo), el
timbalero Charlie Cotto y el bajista Mike Amitin, ambos
también emigrando desde Nueva York (Charlie venía de la
orquesta de Willie Colón y Amitin de la de Barretto).
Cheo, por
otro lado, luego de salir de Joe Cuba y pasar, en
calidad de solista, por Eddie Palmieri y los Alegre
All-Stars, se muda a Puerto Rico y, voluntariamente,
opta por un semi-retiro, ingresando en Hogares Crea para
darle muerte a un hábito de heroína que progresaba
peligrosamente al punto de que, en palabras del propio
Cheo, estaba botando la vida por el chorro. Masucci,
siguiendo la recomendación de Ray Barretto, quien lo
motivó a buscar contratarlo por ser "el tipo de cantante
que Fania necesitaba tener en su róster," se une
también al "Proyecto Cheo." Desde luego, y también
siguiendo los consejos de Barretto, Tommy Olivencia y
Tite Curet Alonso (mentor, padrino y amigo cercano a
Cheo, amén de creador intelectual de una buena parte de
los éxitos de Fania), esperó pacientemente a que Cheo
finalizara satisfactoriamente su proceso de
rehabilitación. Una vez Cheo se sintió listo para
regresar al ambiente, firma con Fania Records. Y
Barretto definitivamente tenía razón. Cheo es uno de
esos raros cantantes, como su mentor e ídolo Tito
Rodríguez, que podían ir de un extremo al otro del canto
caribe con suprema facilidad. Como bolerista, muy pocos
pueden sacarle tanto partido a la lírica de una canción
convirtiéndola en suya; y en lo movido, en la salsa (y
es aquí precisamente donde le gana a su famoso mentor),
es una ametralladora poética siempre lista para
dispararse, jugando a su antojo con las rimas y la
métrica como pocos. Difícilmente, inclusive hoy día, se
hallen cantantes tan polifacéticos como Cheo Feliciano.
OK, ahora
el nacimiento OFICIAL de la Fania All-Stars.
Adelantemos la trama ahora hacia la noche del Jueves 26
de agosto de 1971, fecha que muchos, con muy buenas
razones, marcan como la fecha de nacimiento de la Fania
All-Stars (y algunos van más allá, añadiendo que en esa
misma fecha da inicio oficialmente el boom de la salsa).
El presidente de Fania, Jerry Masucci, ahora con su
sello corriendo a todo tren y las bandas de Willie Colón,
Larry Harlow, Ray Barretto y Pacheco dominando en los hit parades
de NY y las bandas de Roberto Roena y Bobby Valentín haciendo lo suyo
en Puerto Rico, entiende que es el momento de re-visitar
el concepto de la Fania All-Stars. Solo que ahora, en lo
que se puede ver como una jugada maestra en términos de
promoción, Masucci se las juega frías: además de reunir
a su tribu en un mega concierto, pretende filmar el
mismo y hacer una película. El poner dicho plan a correr
no fue tarea fácil. A los dueños de clubes de la época
no les convencía la idea. Tan solo el boricua Ralph Mercado,
entonces dueño del Cheetah, aceptó la oferta, pero con
estas condiciones: el baile se daría un jueves (Mercado
no iba a arriesgar sus días tope: viernes y sábado) y
Mercado se quedaría con lo que se genere en las
entradas. A lo que Masucci no tuvo más remedio que
acceder, ya que nadie más estaba dispuesto a jugarse la
maroma.
Ya tenían
sitio, ahora faltaba resolver el lío del reparto. Luego
de discutir por buen tiempo en cuanto al formato y
estructura de la orquesta (ellos querían un sonido
grande, tipo big band, pero no necesariamente una vuelta
atrás al viejo sonido de Machito y Puente), Pacheco y Masucci
se ponen de acuerdo en organizarla a base de tres
trombones (porque para sonar pesada sin dejar de ser
novedosa, definitivamente, necesitaba trombones), tres
trompetas y ritmo completo. Así, la banda se conforma a
raíz de la unión de músicos y cantantes de las orquestas
más exitosas del sello: Pacheco trae a su cantante, Pete
"El Conde," y su primera trompeta,
Héctor "Bomberito" Zarzuela; Harlow lo imita,
añadiendo a su cantante Ismael Miranda y a su propia primera
trompeta, el veterano Larry Spencer; Barretto
vendría "blindado" con cuatro guerreros: Adalberto
Santiago, Vilato, su primera trompeta Roberto Rodriguez y él
mismo; Valentín traería a su entonces trombonista
Reynaldo Jorge (contrario a lo que usted puede haber
leído en otros foros, Reynaldo ni estaba de "agente
libre" (freelancing) ni era miembro de la banda
de Willie Colón cuando ingresa a la Fania All-Stars; su
carrera en Nueva York comienza en 1974 cuando se muda
allá luego de salir de la banda de Tommy Olivencia en
Puerto Rico, y Willie entra
con Héctor Lavoe... y la inclusión de Yomo Toro con el cuatro
puertorriqueño, es muy probable
que tenga mucho que ver con el éxito del "Asalto
Navideño, Vol. 1" de Willie, so no es ilegal decir
que Yomo entra al elenco vía Willie Colón. Barry Rogers,
quien para ese entonces sí era agente libre,
entra por derecho propio como primer trombón, invitado
por Pacheco, quien lo conoce desde hace décadas, antes
de coincidir en los originales Alegre All-Stars. Roberto Roena,
entonces el único bongosero líder de orquesta en el
sello, entra solo (aunque insisto que su cantante
principal en ese entonces, Piro Mantilla, y los de
Bobby Valentín, Frankie Hernández y Marvin Santiago, tenían el
mismo derecho a estar ahí que los cantantes de Colón,
Harlow, Pacheco y Barretto, la exclusión de éstos
pudiera estar basada en el hecho de que la movida era en
Nueva York, donde ni Marvin, ni Frankie, ni Piro eran
conocidos). La línea frontal de la banda (Miranda,
Lavoe, El Conde y Adalberto) ahora se reforzaba con dos
de los cantantes solistas del sello: Cheo Feliciano y
Santos Colón. Richie Ray,
ahora dentro de la familia Fania, también fue invitado,
esta vez junto a su eterno cantante Bobby Cruz. Ya la
banda estaba lista. Sanabria, quien para ese entonces ya
era parte integral de Fania en calidad de promotor y
encargado de buena parte de las carátulas y demás
material promocional y artístico del sello en ese
entonces, era uno de los maestros de ceremonias, junto
con el afamado Symphony Sid. En cuanto a la
filmación en sí, entra entonces aquí Leon Gast y
su equipo.
En cuanto a lo que pasó esa noche, nada pudo haber
salido mejor para Masucci y su tribu. 4000 personas (más
del doble de la capacidad del club) asistieron, la
filmación fue un éxito y, sobre todo, la música que sonó
esa noche fue de ensueño. De acuerdo a Harlow, esa fue
una de esas noches mágicas donde la química fluyó de
maravillas y cualquier cosa podía suceder. De este
recital surgen la película Our Latin Thing, y
tres grabaciones: la banda sonora de dicha película
(álbum doble), y los discos Live At Cheetah,
Volúmenes 1 y 2. Difícil escoger lo mejor entre toda
la música que se toco esa noche, ya que todo estuvo
magistral, pero casi todos los expertos seleccionan de
manera unánime como el clímax del concierto a "Quítate
Tu," (que dura más de
16 minutos) donde todos los cantantes (salvo Bobby Cruz)
se retan entre sí con sabrosas inspiraciones, mientras Yomo Toro dibuja un excelente solo de cuatro y Barretto
se suelta al final, mostrando quizás por primera vez su
ya famoso "salto mortal" (dándole al tambor contra el
piso del escenario). También se destacan las piezas
"Macho Cimarrón" (con El Conde al comando y Pacheco
luciéndose en un largo y destacado solo de flauta),
"Anacaona" (el retorno triunfal de Cheo, con Harlow al
piano y Reynaldo mostrando su virtuosismo en el
trombón), "Ahora Vengo Yo" (la página de Los Durísimos
en este libro, con la sorpresiva intervención de Ray
Maldonado (quien no era parte de la nómina esa noche) en
un magistral solo de trompeta y su hermano Richie
dominando en el piano), y, por supuesto, las descargas
"Descarga Fania" (desde entonces el número de apertura
por excelencia de la orquesta, esta noche con un
explosivo mano a mano entre Vilato y Barretto, quien
luego deja que su timbalero se luzca a sus anchas) y
"Ponte Duro," hecha a la medida para Roberto Roena y su bongó,
con Willie Colón "guapeando" en el trombón (en la
versión que aparece en la banda sonora de la película,
se puede apreciar el solo de Willie en su totalidad, sin
editar) y la sección rítmica luciéndose individualmente
al final, algo que no estaba escrito originalmente en la
partitura, como tampoco lo estaba la rutina en 6 por 8
que Barretto sugiere al final (ya lo dijo Harlow,
cualquier cosa podía ocurrir en tarima esa noche). La
película incluía escenas del concierto en sí, así como
imágenes de la vida cotidiana de la comunidad de habla
hispana en Nueva York (muchas de estas escenas
organizadas y/o sugeridas por Ismael Miranda), escenas
tras bastidores de los ensayos y a Harlow y su banda con
Miranda en una presentación al aire libre en el Barrio. En resumen, no sólo fue una noche gloriosa
para el sello Fania, sino el nacimiento de una leyenda
musical… y por qué no, del boom de la salsa.
Mientras
tanto, Fania continuaba enriqueciendo su catálogo,
añadiendo nuevas figuras y a su vez, adquiriendo otros
sellos independientes, como lo son Cotique, sello
propiedad de George Goldner y punta de lanza de la
fiebre del boogaloo de los 60's, y el sello Inca, este
último con base en Puerto Rico. Así entran a la Fania
orquestas como Roberto Y Su Nuevo Montuno, Andy Harlow
(con la ayuda de su hermano Larry)Orq. La Diferente,
Orq. La Conspiración (estas últimas dos orquestas bajo
la supervisión de Willie Colón, quien ahora comienza su
etapa como productor) y el cantante Teddy Trinidad. Vía
Cotique, entran caballos de fuerza como los Lebrón
Brothers y Chivirico Dávila en calidad de solista, más,
dentro del catálogo, los derechos para re-distribuir la
obra de figuras como Machito, Joey Pastrana, Johnny
Colón y la TNT Band, entre otras. Con Inca, Fania hereda
a dos de las mejores orquestas de Puerto Rico: la
Primerísima de Tommy Olivencia con sus cantantes Chamaco
Ramírez y Paquito Guzmán (ambos también grabando como
solistas para dicho sello) y la Sonora Ponceña. Esta
última banda, la cual recientemente celebró su 45to
aniversario (y sigue en pie de lucha hacia los 50), es
también la "casa" de quien eventualmente dejaría de ser
uno de los secretos mejor guardados de Borinquen para
convertirse en el pianista más solicitado en las
sesiones de grabación de Fania, amén de uno de los
mejores, en el sentido absoluto de la palabra, del mundo
salsero: Enrique Arsenio Lucca Quiñones, mejor conocido
por todos como Papo Lucca.
Vaya
también se expande, con la inclusión de Mongo
Santamaria, Ismael Quintana y Celia Cruz.
Mongo, aunque no necesariamente dentro de la salsa,
traería su particular fusión de Latin jazz, R&B y música
cubana, la cual influiría de manera directa a muchos
otros grupos de jazz latino (incluyendo a la mismísima
constelación Irakere de Chucho Valdés). Su banda,
igualmente, sería la escuela de entrenamiento de grandes
del género del jazz latino y de la salsa, como los
saxofonistas Justo Almario y Héctor Veneros, el
baterista Steve Berrios, el percusionista Pablo Rosario
(quien alternaba entre Mongo y su taller en la salsa con
Harlow) y el virtuoso trompetista Luis "Perico" Ortiz.
Quintana, a quien el propio Héctor Lavoe citó como uno
de los que infuenció su desarrollo como cantante, se
lanzaba de lleno como solista luego de poco más de una
década al frente de las mil y una transformaciones que
sufrió la banda del maestro Eddie Palmieri (desde la
original La Perfecta, orquesta cuyo estilo copiaba en
sus principios la New Yorker, orquesta a la cual
pertenecía Lavoe antes de su unión con Willie, hasta
1973, cuando graba "Sentido," álbum de donde
salen los clásicos "Puerto Rico" y "Adoración"). La
movida tenía algo de riesgo envuelto, pues luego de
tantos años con Palmieri, ya el público lo identificaba
plenamente como el cantante de Palmieri, ni más
ni menos... pero Quintana se jugó la carta de todos
modos. En esto influyó en gran manera la suma que
Masucci le ofreciera a Quintana para que diera el salto,
su inclusión directa en la banda estelar, y, luego, el
papel prioritario que la maquinaria Fania le diera a sus
primeras grabaciones para el sello Vaya. Valga la pena
aclarar, sin embargo, que el álbum "Ismael Quintana,"
su debut con Vaya en 1973, no es su primera grabación
como solista, pues anterior a esto ya Quintana, aún
miembro de la banda de Palmieri, ya había probado suerte
en dos ocasiones con la poderosa United Artists, con la
cual grabara "Punto Y Aparte" y "The Two Sides
of Ismael Quintana" esta última un experimento
donde, por un lado, Quintana demostraba una vez más sus
quilates como guarachero y, por el otro, probaba suerte
como bolerista (que lo es), aunque la banda que lo
acompañara en esta parte de la grabación ejecutara unos
arreglos a lo Calandrelli (la mayoría de ellos a cargo
de Héctor Garrido) que sonaban más a balada que a
bolero.
Celia,
por otro lado, regresa a Nueva York luego de un breve
retiro en México tras abandonar Tico Records, frustrada
con la pobre promoción que se le dio a sus discos para
dicha disquera con la orquesta del maestro Tito Puente.
Su primer coqueteo con el sello Fania se da cuando
Harlow la invita a grabar en su experimental "Hommy,"
creación de Jenaro "Heny" Álvarez donde graba de una
sola tirada el tema "Gracia Divina." De ahí Masucci se
interesa en ella y finalmente la convence de firmar con
Vaya durante el viaje a Puerto Rico para la puesta en
escena de la obra de Harlow. Celia, por supuesto, era
una de las figuras más famosas provenientes de la
inmortal Sonora Matancera, un puesto que Celia se ganó a
pulmón limpio, pues a ella le tocó llenar la vacante que
dejara la queridísima Myrta Silva, zapatos bien
difíciles de llenar en ese entonces. (La hoy fenecida y
siempre recordada "Gordita de Oro" era boricua, no
cubana, valga la aclaración.) Y claro, el Tumbao de
Pacheco era, ni más ni menos, una versión "moderna" de
la Matancera, por lo que el junte de Celia con Pacheco
era una jugada maestra. Y eso fue exactamente lo que
ocurrió cuando ambos se juntan para grabar un álbum
llamado... vaya, "Celia & Johnny." El proceso de
adaptación de Celia al sonido de Pacheco no debe haber
sido nada difícil, dada la obvia similitud entre el
Tumbao y la Matancera, pero para ese primer disco,
Pacheco volcó "lo mejor de dos mundos," el sonido que ya
caracterizaba a la salsa (el cual se palpa en temas como
"Lo Tuyo Es Mental" y el hit que vendió el disco,
"Quimbara") y, claro, la aproximación, que no
explotación todavía, del espíritu de la vieja Matancera
("Tengo El Idde," "El Tumbao y Celia" y el bolero "Vieja
Luna"). La explotación, propiamente dicha, se
daría ya para 1976, en pleno auge del boom, cuando
Pacheco baja sus pretensiones y decide volcarse de lleno
sobre la música cubana, anunciando ya lo que muchos
críticos bautizaron como la "tendencia matancerizante"
dentro de la salsa. Es para ese entonces que Pacheco, en
una movida netamente comercial, rebautiza su Nuevo
Tumbao como Pacheco y su Tumbao Añejo, aún cuando
no había un cambio radical en el estilo de su conjunto.
Pero no nos adelantemos todavía, ya retomaremos este
tema en la segunda parte de este artículo, cuando nos
enfoquemos en la Fania después de 1975.
Mientras
tanto, sí añadiremos a manera de paréntesis que Pacheco
ya se había "enamorado" del virtuosismo de Papo Lucca en
el piano (Pacheco ahora supervisaba la producción del
sello Inca, la casa de la Sonora Ponceña, recuerden),
por lo que lo invita a Nueva York para grabar en ese
disco con Celia. Destapada la "olla," a Papo lo empiezan
a llamar muchos de los artistas de Fania para grabar en
sus sesiones, desde Harlow en uno de los discos que le
produce a Justo Betancourt, hasta Willie Colón, quien lo
utiliza en su experimental disco de plenas con el
maestro Mon Rivera. De igual forma, la genialidad de
Papo como arreglista empieza a dejarse sentir en Nueva
York.
A Luis
"Perico" Ortiz se le da el mismo recibimiento. Solo que
en el caso de Perico, este no solo entra de lleno a la
Fania All-Stars antes que Papo, como ya veremos, sino
que Perico sí se muda de lleno a Nueva York (donde
primero se une a la banda de Mongo), no sin antes pasar
por la orquesta de Tommy Olivencia, donde explota su
fase como arreglista además de, ya durante su estadía
con Fania, probarse como productor en cinco de sus
discos (los últimos tres con Inca y luego los primeros
dos de Olivencia con TH Records).
Claro,
luego de la exitosa presentación de la Fania en el
Cheetah, no cabía la menor duda de que los cantantes que
desfilaron esa noche con el All-Stars se beneficiaron
grandemente de la exposición que se les dio. Por lo
cual, como parte de los planes de expansión del catálogo
del sello, una movida obvia lo era pues, independizar a
todos estos cantantes y/o grabarlos en plan de solistas.
De esta manera, Ismael Miranda, Héctor Lavoe y Pete
"Conde" Rodríguez se convierten en solistas, pero cada
historia se da en un matiz completamente diferente.
Adalberto Santiago, el otro cantante no-solista de la
tribu del Cheetah, no da el salto en ese entonces, ya
que él pasa a ser miembro fundador de la naciente
Tipica'73, organización que se funda a raíz de una serie
de sesiones de descarga en el club And Vinny's de Nueva
York y, a raíz del éxito de éstas, la eventual
disolución de la banda de Barretto en el 1973, de la
cual provenían la mayoría de los integrantes de estas
sesiones (Adalberto, Vilato, el bajista Dave Pérez, el
trompetista René López y el bongosero Johnny Rodríguez,
quien pasa a ser el líder de la nueva agrupación).
Miranda
es el primero en independizarse, una vez sale de la
banda de Harlow y monta su propia agrupación: Orq.
Revelación, un conjunto que, lamentablemente, no duró
mucho tiempo junto, pero que contaba con una sección
rítmica de lujo: Nicky Marrero en timbales y bongó,
Frankie Rodríguez en congas (estos dos, al igual que
Miranda, provenientes entonces de la banda de Harlow),
Nelson Gonzalez en el tres, Joe Santiago ya como bajista
y el entonces novel Oscar Hernández en el piano. La
banda desaparece cuando Miranda decide mudarse a Puerto
Rico,
asi que luego de un breve período por cuenta propia,
Revelación se disuelve, al tiempo que Gonzalez se une a
la Tipica'73, Hernández se une al Conjunto Libre de
Manny Oquendo, Frankie regresa con Harlow y tanto
Marrero como Santiago pasan a ser agentes libres.
Miranda, al ser el primero en convertirse en solista,
recibió la mejor de las atenciones del sello, por lo
cual su carrera se planificó mucho más organizadamente.
Claro, no olvidemos que la preponderancia que le dio
Harlow en las carátulas de sus discos también ayudó. Con
la estratégica excepción del "Tributo A Arsenio"
y de "Mi Mono y Yo," Miranda aparecía al lado de
Harlow en todas las carátulas... inclusive, noten que el
álbum "Abran Paso" fue mercadeado como Ismael Miranda
con la Orch. Harlow... al igual que
"Oportunidad," álbum de 1972 donde ya
definitivamente se preparaba el terreno para el despegue
de Miranda como solista, si tomamos en cuenta que en la
carátula de ese disco Miranda aparece solo...
En el
caso de Lavoe, sin embargo, éste no necesariamente
deseaba convertirse en solista en ese entonces. Pero no
le quedó otra alternativa una vez Willie Colón, quien ya
sentía que el ambiente lo estaba explotando, decide
hacerse a un lado (momentáneamente, como ya veremos) y
tomarse un período de "enfriamiento," heredando
Héctor
entonces la banda. [Es en este punto donde Willie decide
educarse formalmente en lo musical, cuyos resultados no
tardarían en verse cuando, a su regreso, se dedica de
lleno a la experimentación con nuevas ideas, en lugar de
volver sobre el sonido que lo hizo famoso.] Aquí empieza
una de las ya conocidas fases difíciles en la vida de
Héctor, cuyo disco donde debutaría como solista tardaría
considerablemente en completarse, ya que este se sentía
aún herido por lo que él entendía como una traición de
parte de Willie. Lo cual eventualmente fue falso, ya que
Willie, aunque ya no como músico, permanecería al lado
de Héctor en todas sus grabaciones en calidad de
productor y arreglista (con excepción de tres álbumes:
"Feliz Navidad," un intento por volver a capturar
la química de los "Asaltos Navideños" producida por
Johnny Pacheco en 1980 y con la colaboración del
inolvidable Daniel Santos; "Que Sentimiento," del
año siguiente y el único álbum que Héctor mismo se
produce; y "Reventó," de 1985, una coproducción
de Pacheco y Jerry Masucci). Eventualmente, Lavoe
recupera su confianza en sí mismo y, con el apoyo
directo de Willie, se concentra en su nueva fase como
director de orquesta. El primer álbum de Héctor, "La
Voz," fue un éxito, como era de esperarse, y su
camino a la fama por derecho propio no conocería
límites... salvo los que, como ya es historia conocida,
él mismo se impuso.
El caso
de El Conde tendría un desarrollo bien particular. Para
su primer álbum oficial como solista, "El
Conde" (1974), la banda que lo respaldaría sería, ni
más ni menos, el mismísimo Tumbao de Pacheco, con el
crédito de éste último estratégicamente omitido. De
hecho, Pacheco mismo se destaca como solista en un
número que, a todas luces, debía pertenecer a un álbum
regular de Pacheco con El Conde y no éste, el debut del
último como solista: "Los Compadres," número original de
los Compadres originales de Cuba (Lorenzo y Reinaldo
Hierrezuelo, alias Compay Primo y Compay
Segundo, éste último aún vivo y gozando de un
increíble pero merecido boom gracias al fenómeno del
Buena Vista Social Club). No obstante, ya para el año
siguiente, El Conde ya tendría organizada su propia
banda. Lo curioso es que el sonido de la nueva orquesta
de Pete sería demasiado similar al del Tumbao de
Pacheco. Nada de extrañar, si notamos que la
instrumentación de ambas orquestas era exactamente la
misma, salvo por un trompetista adicional (sumando
entonces tres) en el caso de El Conde. Eso sí, ya de la
segunda grabación como solista en adelante, Pacheco no
estaría envuelto en la producción y sí Louie Ramírez,
quien regresa a la Fania en 1975 para encargarse de todo
lo relacionado con los sellos Tico y Alegre, los cuales
adquieren de Morris Levy en ese año (más detalles sobre
esto más adelante, para no adelantar la trama), además
de grabar como artista para el sello Cotique.
Ahora,
con todos los cambios en el elenco de la Fania, y con la
evidentemente cómoda situación financiera del sello en
ese entonces, Masucci decide que es hora de hacer otra
aventura en grande con la Fania All-Stars. Sin embargo,
habría cambios en la alineación, de acuerdo a las nuevas
tendencias en la compañía. Ahora, virtualmente todos los
cantantes de la orquesta estelar o eran solistas, o
líderes de sus propias orquestas o ambos (o en proceso
de convertirse en uno de ambos). Curiosamente, Bobby
Cruz, sin ser solista, se "salva" de la regla por el
hecho de que ya antes de su incursión en el sello Fania,
ya se le promocionaba como co-líder de la orquesta de
Richie Ray, amén de que ya tenía en su haber dos
producciones de boleros donde, aunque siempre con la
banda de Richie Ray, se le promocionaba como figura
central: "Canta Para Ti" y "Amor En La
Escuela." Adalberto Santiago, quien como ya dijimos
anteriormente recién se estrenaba como cantante de la
Tipica'73, es sustituido entonces por Justo Betancourt,
quien finalmente recibía la merecida atención de la
disquera tras pegarla en grande con su hit (y grito de
guerra) "Pa' Bravo Yo," compuesta para él por Ismael
Miranda. Uniéndose a Betancourt estaban el entrante
Ismael Quintana y el resto de la línea frontal del
recital del Cheetah: Cheo, Lavoe, Miranda, Bobby Cruz,
El Conde y Santitos. Barretto y Roena permanecerían
irremplazables en congas y bongó, respectivamente, con
Nicky Marrero, como ya adelantáramos, entrando a la
orquesta como el nuevo timbalero. [Es Pacheco quien
invita a Marrero, a quien conocía desde sus días con
Willie Colón e inclusive lo había invitado en ocasiones
a tocar con su Tumbao, a formar parte del staff de
músicos de estudio que ya se repartían el grueso de las
producciones del sello (especialmente ahora, en momentos
que se expandía el sello con todos los nuevos solistas),
convirtiéndose en uno de los músicos de mayor demanda y,
eventualmente, el escogido para reemplazar a Vilato como
el timbalero oficial de la Fania All-Stars.]
Bobby Valentín, Yomo Toro y Larry Harlow también vuelven
con la nueva edición del All-Stars, con Richie Ray en la
lista específicamente para el número donde se destacaría
su compadre Bobby Cruz. En los vientos, solo repiten
Colón, Rogers y Roberto Rodríguez, uniéndose a ellos Ray
Maldonado, quien regresa de manera oficial a la
alineación, el trombonista y violinista Lewis Kahn,
y el virtuoso trompetista Víctor Paz. Kahn, de
ascendencia austriaca y judía y miembro regular de la
banda de Harlow, también participó en sesiones para
Machito, Eddie Palmieri y Tito Puente (con cuya
orquesta, ahora bajo el mando de Johnny Rodríguez luego
del deceso del Rey Del Timbal, se mantiene activo al
momento de escribir estas líneas). Paz, considerado por
muchos (yo inclusive) como la mejor primera trompeta en
la historia de la música latina, mantuvo por décadas
dicha silla en la orquesta de Tito Rodríguez, donde
también fue director musical y hasta el solista de los
dos álbumes de música instrumental que graba Rodríguez:
"Instrumentals A La Tito" y "Esta Es Mi
Orquesta," aunque su rostro no necesariamente
apareciera en la carátula (después de todo, Rodríguez,
aún cuando no canta en estos discos, seguía siendo la
figura principal... no es accidente que en los creditos
se leyera Tito Rodríguez y su orquesta con Víctor Paz
en la trompeta y no Víctor Paz con la orquesta de
Tito Rodríguez...). Al igual que Kahn, Paz también
grabó para Machito y Eddie Palmieri.
Con
estos cambios, la Fania All-Stars está lista para la
próxima "misión." Ahora Masucci apuesta a que puede
llenar el Yankee Stadium con ellos. Sucio difícil...
Masucci movió sus fichas, a pesar de tener a casi todos
los demás colegas y promotores en contra y prediciendo
que la compañía no sobreviviría luego de las pérdidas
que dejaría "tan descabellada idea." Sin embargo, en la
noche del viernes 24 de agosto de 1973, más de 40,000
fanáticos salseros llenaron a capacidad el Yankee
Stadium para otra noche histórica, la cual también sería
filmada para la posteridad. Las condiciones en que
Masucci consiguió el local eran finales y firmes: dado
que el concierto era a finales de agosto, cuando la
temporada de Grandes Ligas usualmente está en pleno
apogeo de cierre de temporada, la regla de oro era que
el público se mantuviera en sus asientos y que no
penetraran al terreno de juego, donde se colocaría la
tarima de manera tal que el terreno no sufriera mayores
daños. La noche comenzó con los grupos Caffe y Seguida,
ambos en la onda del rock latino a lo Santana, seguidos
por el mazacote de Tipica'73, con Adalberto Santiago,
seguidos a su vez por los mulatos del sabor, El Gran
Combo (todavía con Andy Montañez como su cantante
estrella) y Mongo Santamaria y su grupo. Finalmente, la
Fania All-Stars se monta en tarima para el primero de
dos sets. Para el segundo set, Masucci quería demostrar
que su equipo estelar era capaz de tocar mucho más que
música latina, por lo que para este segundo set se hacen
de un repertorio que se nutría del soul y el jazz (en
otras palabras, más o menos lo que Mongo ya venía
haciendo con su propio grupo), mientras se reforzaban
con varios invitados especiales: el propio Mongo
Santamaria, el saxofonista africano Manu "Soul
Makossa" Dibango (del Camerún), el tecladista Jan
Hammer, el virtuoso baterista Billy Cobham
(éstos dos miembros entonces de la Mahavishnu Orquestra
de John McLauglin, pioneros de lo que ya se conocía como
jazz fusión junto con el igualmente recordado Weather
Report) y el guitarrista Jorge Santana, hermano
del legendario Carlos Santana y entonces líder de su
propia banda, Malo. Otro trompetista adicional, el
virtuoso Lew Soloff, veterano de muchas sesiones
de jazz y de música pop (y, al igual que otros colegas
en sus mismas condiciones, como Jon Faddis y
Randy Brecker, coqueteando en ese entonces
abiertamente con la salsa y grabando en sesiones de
artistas del sello Fania), se unía también al elenco.
Este set, sin embargo, nunca llegaría a tocarse por
completo. El número que debía abrir este set, un feroz
duelo de tumbadoras entre Mongo y Ray Barretto titulado
"Congo Bongo" (escrito por Harlow) fue todo lo que se
necesitó para que, siguiendo la "pauta" del primer
atrevido en hacerlo, la masa salsera se volcara sobre el
terreno de juego para ver de cerca de sus ídolos,
forzando el final del concierto luego de esta canción
(la estampida hacia el terreno de juego ocurre cuando
Roena y Nicky comienzan sus respectivos solos de bongó y
timbales, luego del duelo de Mongo y Ray). Pacheco, como
director de la tribu, completó el número a duras penas,
ignorando por completo a Alex Masucci (hermano de Jerry)
y a todos los que incesantemente le hacían señas para
que la banda parara de tocar. Luego de eso, la noche
llega a su fin cuando la policía neoyorquina entra en
acción y se dedica a lo suyo: a repartir macanazos para
reestablecer el orden... Al año siguiente (1974), la
Fania All-Stars debuta en San Juan, Puerto Rico,
estrenando el entonces nuevo Coliseo Roberto Clemente.
Para este concierto, Celia Cruz debuta oficialmente con
la Fania All-Stars, mientras Luis "Perico" Ortiz ahora
integraba al elenco en sustitución de Roberto Rodríguez.
Mongo, Manu y Cobham también hacen el viaje a San Juan.
Este otro concierto también se graba y filma en vivo.
Es en esta ocasión que se graba por primera vez el tema
"Mi Gente" de Héctor Lavoe, y donde hubo un lleno total
del coliseo.
De
estos dos conciertos surgen la película "Salsa" y
cuatro discos: "Live At Yankee Stadium, Volúmenes 1 y
2," "Latin Soul Rock" y la banda sonora de la
película. No obstante, hay que aclarar: a pesar del
título "Live At Yankee Stadium," tan solo los números
"Pueblo Latino" (cantado por El Conde), "Mi Debilidad"
(Quintana), "Hermandad Fania" (Bobby Cruz) y "Echate
Pa'lla" (Justo) fueron tomados del recital neoyorquino,
mientras el resto del material viene del concierto en
Puerto Rico. Otra canción que sí se grabó en el Yankee
Stadium, "El Ratón" de Cheo Feliciano, se incluyó en
"Latin Soul Rock," junto con la versión original, en
su totalidad, de "Congo Bongo" (la misma que dio fin al
concierto) y una versión en vivo del "Soul Makossa" de
Dibango, grabada en el show en San Juan. [Para la otra
mitad (lado A) de "Latin Soul Rock," el elenco de
Fania en San Juan, junto con Cobham, Hammer, Dibango,
Soloff y el menor de los Santana, fue reunido en los
estudios Good Vibration Studios para grabar lo que debió
ser el segundo set en el Yankee Stadium.] Algunos de los
momentos más memorables de estos conciertos, además del
"Congo Bongo" original y la magistral ejecución de Cheo
en "El Ratón," un número que grabara originalmente con
el sexteto de Joe Cuba y ahora con Santana en la
guitarra, lo son el himno de Héctor Lavoe, "Mi
Gente" (con sendos solos de Barry Rogers y Willie
Colón), el "Hermandad Fania" de Bobby Cruz y Richie Ray,
con Richie castigando el piano y el mini-show de Nicky
con el timbal y diversos efectos de sonido y silbidos (y
el inesperado intercambio verbal con Lavoe que ya les
describimos en un artículo anterior: una nueva
versión de "Congo Bongo" hecha en Puerto Rico, ahora con
Manu en el sax tenor y Lavoe con Feliciano añadiendo
unas sabrosas rutinas de soneos que no eran parte del
tema originalmente) y, por supuesto, la "coronación" de
Celia como la "reina de la salsa" con la versión
definitiva de "Bemba Colorá."
En
cuanto a la película, eso requeriría un ensayo por sí
solo. Como ya se nos acaba el espacio, solo diremos que
la película tuvo su lado bueno y su lado malo. El malo:
una oportunidad de oro para documentar con detalles los
orígenes de la música latina (y, en especial, lo que
llamamos salsa), se desperdició malamente, toda vez que
el tema se cubrió de manera muy superficial. Aunque la
idea de mezclar cortes de cintas de Hollywood (con todo
su consabido cliché) de figuras como Al Jolson, Groucho
Marx y Delores Del Rio documentando la forma en que los
latinos (Hispanos) eran estereotipados en la Meca de la
industria del cine tenía buenas intenciones, el
argumento necesitaba apoyo a prueba de balas, justo lo
que le faltó a la película. Las escenas de los
conciertos de Nueva York y Puerto Rico -el plato fuerte,
sin dudas- estuvieron geniales, aunque la edición de
material y el exagerado tiempo malgastado en los cortes
del viejo Hollywood casi anulan el esfuerzo. El lado
bueno: la película no solo ayudó a robustecer el
catálogo de Fania y su capital, ya considerablemente
respetable gracias al concierto del Yankee Stadium, el
boom de la salsa y las ventas de discos, sino que ayudó
a promover el concepto de lo que es la salsa a un mejor
nivel, amén de que el elenco de Fania se benefició
enormemente de la exposición. En cuanto a la Fania
All-Stars como entidad, esto fue el comienzo de nuevos y
mayores retos, los cuales discutiremos en la segunda
parte de este artículo.
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