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Castillo
Marienberg, ubicado en Alemania |
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Juramento de vasallaje ante el conde-rey
(Archivo Municipal de Historia de Barcelona) |
El
feudalismo
En
la Edad Media los poderes centrales perdieron toda autoridad y
la administración burocrática (burocracia = clase social
formada por los funcionarios públicos) desapareció. Así, poco a
poco empezó a implantarse un nuevo orden denominado
feudalismo. Este régimen era una institución antigua, y
hasta el siglo XI llegó a ser el único sistema social reconocido
en Occidente. Se originó en el anhelo de seguridad y se
generalizó cuando muchas personas se sometieron a quien los
podía proteger mejor. A estos defensores se les llamó señores,
mientras que quienes se encomendaban a su protección se les
denominó vasallos. Entre ambos se estableció una especie
de contrato que estipulaba la protección de parte del señor, a
cambio de la fidelidad y la realización de ciertas tareas por el
vasallo.
El feudalismo reconocía
dos valores esenciales: el hombre y la tierra; pues en países
casi exclusivamente agrícolas la tierra constituía el mayor de
los bienes. De hecho los propietarios, al encomendarse a un
señor, solicitaban protección no solo personal sino también de
sus tierras, por lo que era frecuente que donaran dichos bienes,
pero conservaran su usufructo (su explotación).
El régimen feudal
El elemento principal de
este régimen fue el beneficio o feudo, que, como
dijimos, era la entrega de tierras por parte de los reyes y
señores a cambio de la fidelidad y prestación militar y personal
del vasallo. Este contrato se suscribía durante la realización
de un acto de gran solemnidad, que se dividía en tres etapas:
1. Homenaje donde
el vasallo se arrodillaba con la cabeza descubierta y sin armas,
y colocaba sus manos juntas entre las manos del señor. Luego
pronunciaba la frase: “Señor, yo seré vuestro hombre”.
2. Fe, que
consistía en un juramento de fidelidad. El vasallo colocaba sus
manos sobre las Sagradas Escrituras o alguna reliquia.
3. Investidura,
donde el señor investía al vasallo del feudo y le entregaba
algún objeto que simbolizaba la tierra, como por ejemplo una
rama o un terrón.
Mediante el homenaje y
la investidura quedaban establecidas obligaciones recíprocas,
dentro de las cuales el vasallo debía cumplir con la de ayuda
y consejo. La ayuda era el servicio militar o de hueste,
donde el vasallo debía presentarse con armadura y caballo y
mantenerse por sus propios medios. Como un señor feudal contaba
con muchos vasallos, se aseguraba las fuerzas armadas necesarias
para proteger sus bienes.
Posteriormente, el
servicio militar se limitó a solo cuarenta días al año; entonces
el vasallo debía prestar ayuda pecuniaria (en dinero efectivo),
que podía utilizarse en distintas circunstancias, tales como
para pagar el rescate del señor caído prisionero o para el
matrimonio de la hija mayor.
El consejo, en tanto,
comprendía principalmente servirle en los pleitos como juez.
Además de tierras, con
el tiempo también fueron entregados en feudo toda clase de
funciones y derechos públicos, por lo que el poder efectivo del
señor feudal era bastante limitado, ya que solo ejercía
autoridad sobre sus dominios y los vasallos inmediatos. |