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Guerra contra

IRAK

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Ver mapa de Irak.


 

Episodios de guerra
Saddam Hussein se lanzó a la guerra contra Irán en 1980, un conflicto en parte financiado por vecinos preocupados por la revolución Islámica y la amenaza de desestabilización. El alto el fuego llegó en 1988, aunque organizaciones de derechos humanos aseguran que ambos países todavía retienen prisioneros de guerra.
El 2 de agosto de 1990 Irak ocupó Kuwait tras una disputa fronteriza y diferencias sobre la explotación del petróleo en la zona. Hussein anexó Kuwait y lo ocupó hasta marzo de 1991, cuando fue desalojado por EE.UU. y una alianza de 31 países.


 

¿Sabías qué?
Los niños de Irak son las primeras víctimas de las sanciones internacionales. En ese país, que ha recaído en el subdesarrollo, son cada vez más los menores que viven en la calle.
Según el UNICEF, 83% de las escuelas primarias necesitan ser reparadas.


 

La situación de Irak

Las riquezas naturales y culturales del territorio donde se asienta el estado de Irak han sido la causa de sus mayores glorias, y también de sus mayores desgracias. Durante dos mil años, esta tierra que se encuentra ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates fue la cuna de la civilización de Mesopotamia y formó parte del imperio de Babilonia y del imperio persa. La invención de la escritura, la rueda o el álgebra se atribuye a los pobladores de esta región durante estas épocas de esplendor. Los primeros saqueos fueron responsabilidad de los mongoles. Más tarde, el imperio turco dominó el área hasta 1900, año en que fue derrotado por las tropas inglesas, que colonizaron la región.

En 1932 Irak se declaraba independiente y asumía un papel decisivo en la política internacional de la región. Fue uno de los primeros miembros de Naciones Unidas y fundador de la Liga de los Países Árabes. La llegada al poder de Saddam Hussein, en 1979, fue el detonante de un conflicto armado con el país vecino de Irán que duró ocho años. Irak era por aquel entonces el aliado de las potencias internacionales contra el integrismo iraní, y recibió el apoyo de Francia, Rusia e incluso de Estados Unidos. Amistades que resultaron muy peligrosas cuando Irak invadió el pequeño pero codiciado territorio petrolero de Kuwait. Empezó la ofensiva "Tormenta del desierto". Una tormenta que todavía castiga a la población civil iraquí.

Vivir en Irak

Lo que parece cierto es que en los más de diez años que han transcurrido desde la invasión de Kuwait por parte de Irak (1991)–que supuso la ruptura de las relaciones cordiales de este país con Estados Unidos y las Naciones Unidas–, las únicas víctimas han sido los hombres, mujeres y niños que viven en Irak y sufren día a día la represión de su presidente, Saddam Hussein, y del embargo decretado por la ONU como castigo a la invasión de Kuwait. Una invasión y una guerra que duraron siete meses. Las sanciones duran hasta hoy día.

La ONU impuso a Irak un embargo económico que le impedía exportar e importar cualquier tipo de mercancía, incluidas las consideradas de primera necesidad. Con estas sanciones se pretendía obligar al régimen de Hussein a destruir todas las armas químicas, biológicas y nucleares de que dispusiera. Después de este periodo, han muerto 900.000 niños menores de cinco años a causa de las sanciones, e Irak registra una de las tasas de mortalidad infantil más altas del mundo, mientras que antes de 1991 contaba con uno de los sistemas sanitarios más avanzados de Oriente Medio. La esperanza de vida ha bajado hasta los 57 años. El hambre afecta a una quinta parte de la población, y la comida es tan escasa que las familias se ven obligadas a comer por turnos. También los juguetes para los niños o los materiales educativos forman parte del pasado.

Las sanciones siguen en pie. Y, además, las ciudades y poblados iraquíes han sufrido repetidos bombardeos por parte de los aviones norteamericanos e ingleses cuando pretendían atacar las instalaciones militares de Hussein para defender a la población: también se han bombardeado escuelas, hospitales o fábricas de medicamentos.

 

Importancia estratégica
Irak, como toda la zona del Golfo, está literalmente sentado sobre un mar de petróleo. Tiene las reservas más importantes del mundo después de las de Arabia Saudita y es por ello un punto importante en el funcionamiento de la economía mundial.
EE.UU. necesita petróleo al por mayor y a ello se debe su interés en un Irak estable y en lo posible aliado, que tampoco amenace a sus "petrovecinos".
Además es un punto clave desde el cual se puede "monitorear" tanto Medio Oriente como por el otro lado Irán y Afganistán. También es un buen sitio para "avisarle" a Rusia que no tiene el camino libre en Asia Central.
Refinaria
Refinería de petróleo iraquí


 

¿Sabías qué?
Iraq cuenta con las segundas reservas de petróleo más importantes del mundo después de Arabia Saudita, esto es 113.000 millones de barriles de producción anual y se especula con que posee 220.000 millones de barriles más sin explotar. De manera que el total de las posibles reservas de crudo iraquí cubrirían las importaciones de petróleo del principal importador mundial, EEUU, durante un siglo.

 

¿Seguridad o petróleo?

Hasta 1972, EEUU producía en su territorio el 70% de los hidrocarburos que consumía. En estos momentos, solamente produce el 46%. Ahora depende del mercado internacional del petróleo que está dominado por la Organización de Países Productores de Petróleo, la OPEP, de la que son miembros países como Irak o Irán, ambos incluidos en el "eje del mal" definido por George Bush. De hecho, Irak tiene en su subsuelo la segunda reserva petrolífera más grande del mundo. Quien controle el petróleo del subsuelo de Irak, y también el de Irán, controlará el acceso a las principales fuentes petrolíferas.

El interés económico de la región se consolida cada vez más como una de las principales razones de Estados Unidos para intervenir en Irak. En estos momentos ya controla –de forma más o menos directa– Afganistán y Paquistán.

Con el control de Irak, primero, y de Irán, en un futuro, Estados Unidos se apoderaría de las principales reservas y rompería el control de la OPEP sobre la producción y los precios del petróleo, además de asegurarse todo el petróleo que la sociedad norteamericana necesita para los próximos 50 años.

Esta segunda motivación de Estados Unidos para atacar a Irak y acabar con el régimen de Saddam Hussein se ha denunciado públicamente en los foros internacionales, especialmente desde algunas potencias europeas, como Francia y los países árabes.

Para conseguir aliados en el ataque, los representantes de la diplomacia norteamericana han llegado a "prometer" a sus aliados europeos privilegios en la explotación del petróleo iraquí una vez acaben las sanciones. De hecho, desde el final de la Guerra del Golfo muchas compañías petroleras han firmado preacuerdos para la explotación de estos yacimientos, así como para la reconstrucción y modernización de las instalaciones. La mayoría de estos acuerdos no se han podido implementar debido al embargo decretado por la ONU.

Aunque en Estados Unidos la mayoría de la opinión pública no pone en duda la intención de su Gobierno de atacar a Irak para "garantizar la paz mundial", muchas voces críticas han
recordado el pasado empresarial del presidente George Bush y del vicepresidente Dick Cheney, principales promotores de la doctrina de la guerra preventiva. Bush empezó su carrera empresarial en los años ochenta con una empresa de prospección petrolífera en Texas. En la campaña presidencial del 2000, Bush fue el principal receptor de aportaciones económicas de la industria energética, con más de 1,8 millones de dólares. Cheney también era asesor de una multinacional petrolera antes de llegar a la Casa Blanca.

 

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