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IRAK

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Estados Unidos sufrió el 11 de septiembre de 2001 la mayor ofensiva terrorista de su historia, que culminó con la destrucción de las Torres Gemelas de Nueva York, de otro edificio aledaño y de parte del Pentágono, en Washington. Todos fueron impactados por aviones de pasajeros secuestrados en ciudades cercanas a Nueva York.


 

Saddam Hussein, presidente de Irak

George W. Bush, presidente de Estados Unidos

Las razones de Estados Unidos

¿Una guerra contra el terrorismo?

Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, los norteamericanos declararon iniciar una guerra contra el terrorismo. Aunque señalaron como responsable de los atentados a la organización Al Qaeda y por extensión al gobierno talibán que dirigía Afganistán, donde Al Qaeda tenía su base, poco después, el Presidente norteamericano George W. Bush incluyó, en el que bautizó como "eje del mal", a otros países supuestamente implicados en el terrorismo internacional, tales como Irán, Corea del Norte e Irak, y señalando a este último como la prioridad de su lucha contra el terrorismo. Los primeros apoyos internacionales que recibió Bush fueron del presidente británico, Tony Blair, y del español, José María Aznar.

La política exterior de Estados Unidos desde que empezó el siglo XXI se centra en el concepto de "acción preventiva". El objetivo de Bush es garantizar la seguridad de Estados Unidos y del mundo entero basándose en la superioridad militar y en las guerras preventivas, en lugar de la contención y la disuasión.

Ante la posibilidad de que alguno de los países miembros del llamado "eje del mal" pueda atacar o dar apoyo a cualquier ataque terrorista contra los ciudadanos norteamericanos, Estados Unidos sostiene que la única solución posible es adelantarse y atacar primero para destruir cualquier estructura, material o humana, que pueda apoyar a los grupos terroristas internacionales.

La administración norteamericanan ha señalado cinco razones que "justifican" una intervención militar contra Irak:

1) Bush acusa a la Presidente de Irak, Saddam Hussein de financiar el terrorismo internacional, aunque todavía no se ha podido demostrar, y de ser un enemigo declarado de los Estados Unidos.

2) El régimen iraquí ha tratado y está tratando de desarrollar armas de destrucción masiva, según EEUU. Los testimonios de varios ingenieros disidentes del régimen afirman haber trabajado en la construcción de laboratorios secretos repartidos en los sótanos de los edificios presidenciales, incontables en el país.

3) Sadam Hussein ha utilizado armas químicas contra su propio pueblo, dejando, en palabras de Bush, "cadáveres de madres arropando a sus niños muertos». En 1988, tropas iraquíes bombardearon con gases letales decenas de poblados kurdos matando a unos 5.000 civiles.

4) Irak expulsó a los inspectores de la ONU que tenían como misión comprobar que el país de Sadam Hussein había destruido todos sus arsenales de armas de destrucción masiva. Pese a que este es uno de los principales argumentos para justificar un ataque a Irak, el jefe de esos inspectores, el veterano de guerra Scott Ritter, ha asegurado que ya habían logrado neutralizar del 90% al 95% del arsenal químico y ha acusado a Bush de querer ir a la guerra "por intereses políticos".

5) Irak no acepta la existencia del Estado de Israel, el único aliado de EEUU en Oriente Próximo.
 

Inspectores de la ONU supervisando el desarme armamentista de Irak.


 

¿Sabías qué?
La población iraquí todavía sufre los efectos de los bombardeos de la Guerra del Golfo de 1991. Doce años de embargo, y las propias políticas del régimen iraquí, sólo han empeorado la situación.


 

Irak en la mira

La principal razón que ha dado Estados Unidos y sus aliados a favor de una intervención militar en Irak es la amenaza que para la paz mundial supone el desarrollo de "armas de destrucción masiva": químicas, biológicas y nucleares.

Estados Unidos y Gran Bretaña, principales defensores del ataque, dicen tener pruebas de que Irak ha fabricado nuevas armas de destrucción masiva, e incluso aseguran que el dictador iraquí, Saddam Hussein, ha utilizado parte de los ingresos procedentes del programa "Petróleo por comida" para financiar el rearme del país. Este dinero estaba destinado a alimentación, ropa y medicinas para la población iraquí, quienes sin duda son la principal víctima de los embargos que Naciones Unidas ha aplicado sobre Irak como castigo por la invasión de Kuwait en 1991.

La resolución 687 de Naciones Unidas, de abril de 1991, estableció la necesidad de supervisar el desarme del régimen de Bagdad, al que se acusaba de desarrollar armas biológicas, químicas y nucleares. Con este fin, Naciones Unidas creó la Comisión Especial para el Desarme de Irak (UNSCOM), que trabajó junto con la Agencia Internacional de Energía Atómica en la supervisión del proceso de desarme del régimen de Hussein. En 1998, nuevos conflictos entre Estados Unidos e Irak, acusaciones de que algunos inspectores de la ONU trabajaban para la CIA provocaron la retirada de los mismos y el inicio de la operación "Zorro del Desierto". Desde entonces, no parece haber pruebas formales de esta producción de armas por parte de Irak. De hecho, un ex inspector de la ONU de nacionalidad norteamericana, Scott Ritter, ha afirmado públicamente que "durante los siete años de inspecciones realizadas por la ONU, se ha podido certificar que Irak se ha desarmado en un 90-95% de su capacidad, y se han desmantelado todas las fábricas usadas para producir armas de destrucción masiva".

"Petróleo por comida"
Para contrarrestar los efectos devastadores de las sanciones en la población civil iraquí, Naciones Unidas diseñó con el Gobierno de Irak el programa "Petróleo por comida", que permitía a Irak exportar cantidades limitadas de petróleo para poder comprar medicamentos y comida. Pero este programa fue suspendido antes de que pudiera proporcionar algún alivio a la población. Estados Unidos y la comunidad internacional acusaron al régimen de Saddam de utilizar los recursos obtenidos con la venta de petróleo para programas de armamento.
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas


 

El embajador Juan Gabriel Valdés, es el representante permanente de Chile ante Naciones Unidas.

¿Sabías qué?
El 27 de septiembre de 2002, Chile fue electo por la Asamblea General de Naciones Unidas para integrar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en calidad de miembro no permanente durante los años 2003 y 2004.


 

Opiniones contradictorias

Ante la fuerte presión internacional y de Estados Unidos, Irak ha aceptado la resolución impuesta por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: el retorno incondicional de los inspectores internacionales para investigar y verificar la presencia o no de programas de desarrollo y fabricación de armas de destrucción masiva.

Las aparentes facilidades dadas por el régimen iraquí han polarizado aún más las posiciones internacionales. Los países árabes, Alemania y Francia han optado por esperar los informes de los inspectores antes de plantear cualquier acción contra Irak con el apoyo de las Naciones Unidas. En cambio, para Estados Unidos y Gran Bretaña, la única solución real para poner fin al conflicto es un cambio de régimen en Irak que expulse definitivamente del poder a Saddam Hussein.

Con este fin han impulsado procesos de apoyo a la resistencia iraquí en el interior y en el exterior del país, para que la intervención internacional pueda facilitar un cambio de gobierno en Irak. Se trata de una estrategia similar a la utilizada en Afganistán poco después del ataque a las torres gemelas de Nueva York. Pero, al igual que en Afganistán, no existe ninguna garantía de que después de la caída del dictador Hussein se pueda impulsar un proceso democrático real, pues las fuerzas opositoras al régimen son muy débiles y están enfrentadas entre sí.

El Consejo de Seguridad

El Consejo de Seguridad es el organismo de mayor poder de decisión y actuación en las Naciones Unidas. Está formado por cinco miembros permanentes con derecho a veto sobre cualquier resolución: Estados Unidos, Inglaterra, Francia, China y Rusia, como herencia del fin de la Segunda Guerra Mundial.

También forman parte diez países no permanentes, que se renuevan periódicamente. En su conflicto con Irak, Estados Unidos sólo cuenta, de momento, con el apoyo de uno de sus miembros: Gran Bretaña. La respuesta de los otros tres –China, Francia y Rusia– varía desde el cuestionamiento hasta la oposición frontal. Fuera del Consejo de Seguridad, Alemania ha afirmado que no apoyará la guerra contra Irak bajo ninguna circunstancia. India también ha expresado su preocupación, y las opiniones están particularmente encendidas en el mundo árabe. Arabia Saudita, cuyo apoyo fue clave en el éxito de la primera guerra contra Irak, ha afirmado que no va a ofrecer ningún apoyo en esta ocasión, a pesar de la amenaza de ser sancionada por la ONU. De hecho, el principal argumento de los países árabes es que la comunidad internacional debería resolver primero el conflicto arabe israelí antes de considerar cualquier ataque contra Irak.

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