Mahatma Ghandi
Parbandar 1869 – Nueva Delhi 1948
Su
nombre completo era Mohandas Karamchad, aunque a
partir de un determinado momento, ya conseguida su fama de líder religioso y
pacifista le llamaron Mahatma, que quiere decir
“alma grande”.
Nació en el seno de una familia burguesa y acomodada, perteneciente a una de las
castas más altas ya que su familia, incluido su padre, se dedicaron al servicio
de los príncipes hindúes. Su visión religiosa y pacifista la adquirió cuando ya
tenía más de veinticuatro años, especialmente a partir de su primera estancia en
Sudáfrica. En sus años jóvenes hacía cosas prohibidas por su religión como comer
carne, beber vino hasta emborracharse y disfrutar con los placeres carnales
fuera de la relación matrimonial. Su boda fue pactada por los padres de ambos y
se realizó a una edad muy temprana, alrededor de los diez años. Más adelante
renunciaría a todo ello, incluso a las relaciones con su mujer, predicando el
celibato a sus seguidores.
A pesar de ser muchos hermanos y
hermanas fue él quién se encargó de cuidar a su padre durante la larga
enfermedad que padeció hasta su muerte. Esto le llevó en pensar estudiar la
carrera de medicina ya que tenía muy presentes los sufrimientos por los que
había tenido que pasar su padre. Sin embargo su hermano mayor le dijo que no era
conveniente que un miembro de la familia Gandhi se dedicara a esa profesión ya
que tenía que tocar y cortar cuerpos, lo que no estaba bien visto en su casta,
especialmente porque algunos pacientes serían de la secta de los intocables.
Añadió que su padre le había manifestado su deseo de que estudiara leyes para
que pudiera progresar en el servicio de los príncipes de Gujarat. Entonces, para
ser un buen abogado había que ir a Londres a estudiar aunque para su familia
esto era la perdición ya que en esa ciudad las costumbres eran contrarias a la
religión hindú. A fin de que su madre se quedara tranquila y le permitiera
marchar a Inglaterra, el consejero de la familia, le hizo firmar tres votos
solemnes; por ellos juraba que nunca tocaría la carne, ni el vino, ni las
mujeres.
Llegó
a Londres a los diecinueve años cumpliendo escrupulosamente los votos realizados,
especialmente los relacionados con la carne y las bebidas ya que, al poco de
llegar se hizo vegetariano haciéndose socio de una Sociedad de este tipo. Uno de
sus primeros amigos ingleses quiso convertirlo al anglicanismo para lo que le
hizo leer la Biblia. De este le impresionó el Sermón de la Montaña que fue la
primera semilla para el desarrollo de sus ideas religiosas y antiviolencia.
Estudió durante tres años graduándose el 11 de junio de 1891.
Al día siguiente abandonaba Londres camino de su patria. Al llegar la secta de
su familia le exigió cumplir una serie de condiciones para que se purificara de
su pecado por haber estudiado en Gran Bretaña y poder quitarle la excomunión que
pesaba sobre él. No aceptó una de ellas, la de tener que pagar una elevada multa
y quedó para siempre fuera de su secta y su familia, aunque los contactos con
sus hermanos fueron muy frecuentes, alguno incluso colaboró intensamente con su
causa.
Intentó abrir un despacho de abogado en Parbandar primero y luego en Bombay pero
fue un auténtico fracaso. En abril de 1893 acepta la oferta de
un amigo de su hermano para trasladarse a Sudáfrica y
encargarse de los asuntos legales inherentes a sus negocios, El contrato era por
un año, los gastos pagados y el sueldo suficiente. El primer problema y
experiencia personal que tuvo en este país con motivo de un viaje a
Johannesburgo para resolver asuntos de su jefe. Sufrió la humillación de que los
pasajeros blancos y las autoridades del ferrocarril no le permitían viajar en el
asiento para el que tenía billete obligándole a hacerlo en los asientos
reservados a los “parias”. Fue su primer encuentro con una realidad desconocida
para él hasta entonces, la xenofobia contra los extranjeros considerados como
clases inferiores. Esto hizo que presentara una serie de reclamaciones para que
le concedieron los mismos derechos que los blancos lo que conseguiría después de
muchos esfuerzo y tiempo. Pero viendo las enormes injusticias que se cometían
con los hindúes, (que eran decenas de miles en este país) tratados como clase
inferior, creó, el 22 de mayo de 1894, una asociación política al estilo
del Congreso Nacional Indio que se había fundado, diez años antes, en
Bombay. Le dio el nombre de Congreso Indio de Natal
y contó en ese momento con doscientos miembros que se comprometieron a pagar,
cada una, cinco chelines mensuales. Sus primeros objetivos fue la de luchar
contra las injusticias cometidas contra este colectivo como, por ejemplo,
conseguir su derecho a voto. Ayudaba a sus compatriotas en los asuntos legales
y, además, les enseñaba inglés. Sin casi darse cuenta se convirtió en su líder
gozando de un gran prestigio y respeto entre la población hindú primero y luego
de todos los que eran tratados de forma discriminatoria.
Abre
despacho de abogado en Johannesburgo, esta vez con bastante éxito ya
que los hindúes tenían una confianza ciega en él a le llevaban todos sus asuntos.
Lee el libro de Puskin, “Desde esto Último” que le impresiona mucho quedando
impregnado de su idealismo así como de la utopía de Owen al que lee a
continuación. Ya antes había leído “El Reino de Dios está dentro de ti” de
Tolstoi que sería otra de sus grandes influencias. Ayuda a las tropas inglesas
en sus continuas guerras de la forma más afín con su forma de entender la vida:
creando un cuerpo de enfermeros hindúes que prestaron grandes servicios tanto en
la guerra como en las catástrofes que no eran raras en aquel país. Sus
continuas reivindicaciones sobre los derechos de los asiáticos de Sudáfrica le
enfrentaron con Churchill lo que duró muchos años. Fue varias veces a
Londres para defender sus posturas apoyándose en personas importantes que había
conocido en su época de estudiante de leyes. A pesar de estas
amistades no consiguió que no se aprobara una ley que exigía que todos los
asiáticos tenían que inscribirse en una especie de “censo de de extranjeros” y
que tenía pena de cárcel para los que se negaban. En este empeño puso en
práctica, por primera vez en su vida, la “resistencia
pasiva”, inspirada en la vida y doctrina de Jesucristo.
Entre noviembre y diciembre de
1910, en un viaje desde Londres a Sudáfrica, escribió
su primer libro, “Autogobierno Indio" que,
una vez traducido al inglés, fue prohibida su publicación en Inglaterra, debido
a las críticas que contenía contra el Gobierno de Gran Bretaña en Sudáfrica. En
los años de 1920 y 1924, este mismo Gobierno, deroga la ley de inscripción y se
suprime el impuesto de tres libras que todos los hindúes tenían que pagar si,
una vez terminados sus contratos de trabajo, decidían permanecer en el país.
Todo lo cual demuestra los éxitos de Gandhi en sus reivindicaciones.
Regreso a la India
Al comienzo de la Primera Guerra Mundial regresa a la India desde
Londres donde se encontraba enfermo de cierta gravedad. Al llegar
empieza a trabajar con los pobres y los desposeídos. Para ello funda en
Ahmadabad una especie de universidad (¿comuna?) en la que los primeros que
acuden a ella son los intocables. Para ser admitido era
necesario hacer una serie de votos que reflejan claramente la filosofía
gandhiana. Seis votos principales que son: verdad, no
violencia, celibato, control de la palabra, no robar y no poseer. Además
otros tres votos secundarios: utilizar prendas de vestir tejidas a mano,
no llevar prendas ni tejidos importados, no sentir miedo y no practicar la
intocabilidad. Algunos extranjeros permanecieron durante muchos años en
dicha universidad siendo, algunos de ellos, colaboradores incondicionales suyos.
Su lucha a favor de las castas más inferiores le acarreó el rechazo de su mujer,
de su familia y de los miembros de la secta a la que, por nacimiento, pertenecía.
Uno de sus primeros trabajos desde este Centro, fue el de defender a los
agricultores del añil frente a los terratenientes y plantadores. Los
agricultores entre los que se encontraban niños, mujeres y ancianos, eran
tratados como esclavos y trabajaban sin sueldo. Los terratenientes de la Región
de Bihar se movilizaron y entonces Gandhi se dio cuenta de que era un problema
de todo el país y para todos los productos y no de una sola Región y un solo
producto, reconociendo que todavía no estaba preparado para implantar la
resistencia pasiva a nivel racional. Sin embargo consiguió del Vicegobernador de
la India que reuniera una Comisión de Investigación, de la que formaba parte él
mismo, que a pesar de las amenazas, chantajes e incendios provocados por los
plantadores de añil, abolió las condiciones en las que trabajaban los
agricultores. Los años siguientes son de intenso trabajo a favor de los obreros
de todo tipo y de los intocables y sus derechos. Lucha, especialmente, contra el
incumplimiento de las leyes por parte del gobierno inglés diciendo siempre lo
mismo: no a la violencia, si a la resistencia pasiva que hay que acompañar con
el sacrificio personal y con la oración (en su caso el ayuno, al que acudió en
numerosísimas ocasiones). Se le conoce ya en toda la India, es famoso, adorado
por todo el pueblo, conocedor e incluso amigo de la mayor parte de la
autoridades británicas y con bastantes enemigos entre los de su misma raza, va
consiguiendo todos los objetivos que se propone.
A partir de 1924 se mete de lleno en el problema, si no más
grave, si el que proporcionó mayores disgustos y, sobre todo, fracasos:
las malas relaciones entre las comunidades hindú y musulmana que
convivían en su país. Aceptó presidir el Congreso Indio
poniendo condiciones tan curiosas como la de que todos sus miembros acudieran a
las sesiones vestidos con ropas hechas a mano, hiladas en las casas y a que
cada uno de ellos debía producir 1800 metros de lino mensualmente.
Las luchas entre las dos etnias mayoritarias eran feroces, plagadas de
asesinatos, actos vandálicos y saqueos. Para conseguir la mejora de estas
relaciones ayunó durante veintiún días, al cabo de los cuales seguía vivo (con
grandes sacrificios) pero también siguieron vivos los enfrentamientos.
En 1929 al negarse a aceptar la
presidencia del Congreso Indio, pensando que no era idóneo para ese puesto, lo
justificaba con las siguientes palabras: “no tengo ninguna fe en el programa del
Consejo, no tengo ninguna fe en las escuelas y universidades del gobierno. Tengo
todavía menos en fe en los tribunales de justicia ….. No tengo ninguna fe en las
manifestaciones espectaculares. Aunque quiero poder para los trabajadores así
como su bienestar progresivo, no creo en su explotación por un mero fin político.
Creo en la no violencia pura ……. Creo que la unidad entre hindúes, musulmanes,
sijs, parsis, judíos, cristianos y otros es esencial para alcanzar el Jwaraj.
Creo que la supresión de la intocabilidad es, igualmente, esencial….. Creo que
en el Congreso no habría más que una minoría microscópica que estuviera de
acuerdo conmigo en este recital de credos. Creo que como Presidente del Congreso
me sentiría desplazado”.
Durante
una Mesa Redonda, celebrada en Londres en 1931, los ingleses aceptaron hacer de
la India una federación con todos sus Estados concediendo autonomía al Congreso
en algunas materias como la educación y la sanidad. No estando de
acuerdo los líderes hindúes, después de muchas entrevistas, en las que Gandhi
era el portavoz, para la redacción de una Constitución para la India, llegaron a
un acuerdo en el que el Congreso Indio se comprometió a que cesaran los piquetes
ante las tiendas que vendían productos importados y ante los depósitos de sal y
a renunciar a la desobediencia civil. Pero una vez firmado el acuerdo, los
ingleses ahorcaron a algunos terroristas por lo que ante el Congreso el
carismático líder fue recibido con exclamaciones como, “¡abajo el Gandhismo!”. O
“¡márchate Gandhi!”. Se presentía el dramático final.
Durante 1932 y 1933
Gandhi dedica todos sus esfuerzos para conseguir para los intocables los mismos
derechos que tenían el resto de los hindúes, por ejemplo poder utilizar
los caminos y pozos públicos así como poder entrar en los templos. Más
opositores y más enemigos pues los socialistas eran cada vez más numerosos en el
gobierno y no comulgaban con muchas de sus ideas. Durante 1934, alguien tiró una
bomba al paso de un coche en el que se creía que viajaba.
El Gobierno de la India
concedió, en 1935, el voto a unos 35 millones de hindúes. En
las elecciones celebradas en 1937 los candidatos del Congreso obtuvieron 716
escaños y mayoría en seis de las once Asambleas Legislativas Provinciales.
Los musulmanes quedaron en minoría y Nheru dijo
que había que prescindir de las minorías lo que empeoró, aún más, las relaciones
entre ambas etnias. Las conversaciones entre Gandhi y Jinnah (líder de los
musulmanes que contaban con 80 millones de población en todo el país) no
consiguieron establecer la unidad entre ambos pueblos.
El estallido de la Segunda Guerra
Mundial volvió a unirlos. Nheru ofreció a los ingleses luchar a su lado a cambio
de libertad y democracia para su país. Jinnah hizo lo mismo pero sin pedir nada
a cambio. Por otro lado, un expresidente del Congreso Indio creaba el partido
“Bloque de Avanzada” pro nazi y a favor del Eje. Fue hecho prisionero y tuvo que
huir a Berlín y después a Japón.
Jinnah trabajaba con los
ingleses en la creación de un Estado musulmán en Pakistán En 1947 se
producen los graves y sangrientos episodios de Calcuta y Gandhi, cansado de no
conseguir nada en el tema de la pacificación entre hindúes y musulmanes, esta
deprimido y desesperanzado. Piensa que nadie quiere oír sus consejos y que, sus
propios compatriotas, le piden que se retire al Himalaya. Debía haberles hecho
caso porque su fin hubiera sido distinto. Tiene setenta y dos años y sigue
oponiéndose a la partición con todas sus fuerzas.
La ley de
Independencia de la India es aprobada por el Parlamento Inglés el 17 de julio de
1947 autorizando la partición de la India al crear
el Estado de Pakistán de mayoría musulmana. Pero el problema se planteó
de inmediato al haber muchos musulmanes que vivían en la India y bastantes
musulmanes que lo hacían en Pakistán. La partición se hizo mediante una línea
divisoria trazada por un grupo de abogados hindúes, otro de abogados musulmanes
y presididos todos por una autoridad británica. Esta línea partía por la mitad
el Punjab y el corazón de Bengala por lo que de inmediato comenzaron los
asesinatos y los éxodos masivos de una parte a otra. Todavía hoy están vivas las
consecuencias de esa partición.
El día
30 de enero de 1948 Gandhi se
encontraba viviendo en su residencia de Nueva Delhi, una gran mansión rodeada de
exuberantes jardines. Pasaba por uno de sus peores momentos ya que los
musulmanes eran matados en el Indostán y los hindúes en Pakistán.
Paseaba rodeado por un gran número de amigos y simpatizantes cuando un muchacho
alto y fuerte se acercó a él y sin decir una sola palabra le disparó tres tiros
de pistola en el pecho. Gandhi se derrumbó y dejo de existir. Su asesino,
Naturam Godse, un brahmán hindú y devoto,
manifestó ante el tribunal que le juzgaba que lo había matado para salvar a la
India y al hinduismo. Triste final para un hombre que dedicó toda su
vida a mejorar las condiciones de vida, a defender los derechos humanos y la
justicia para todos los habitantes de ese gran país, tanto hindú como musulmana.
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