Daños genéticos
Algunas sustancias tóxicas actúan como agentes
mutágenos, es decir que producen mutaciones en el ADN, en plantas,
animales o seres humanos. La alteración de los genes humanos puede
causar enfermedades como deformaciones en los pies, labio leporino, debilitamiento
del sistema de defensa del organismo, y deformaciones en el desarrollo
embrionario que van desde pequeñas lesiones cardiacas hasta malformaciones
letales.
Alteraciones
en el funcionamiento de las hormonas
Algunas de estas sustancias tienen estructura química
similar a hormonas humanas como los estrógenos que regulan la producción
de espermatozoides y pueden interferir en el funcionamiento del sistema
genital, provocando disminución de la fertilidad.
Cáncer
Varios productos sintéticos y compuestos que se
extraen del petróleo, como el PAH, los hidrocarburos y el hollín
son cancerígenos potenciales.
Alergias
Algunos contaminantes tóxicos como las dioxinas
y el níquel provocan reacciones alérgicas. Las personas que
desarrollan hipersensibilidad a esas u otras sustancias sufren asma, erupciones
cutáneas, estornudos, etc.
Alteraciones
en el comportamiento
Se ha comprobado que algunos animales, por ejemplo los
peces que viven en grandes cardúmenes como forma de protegerse de
sus depredadores, cuando están intoxicados por contaminantes olvidan
las pautas de actuación que les permiten defenderse y se hacen más
vulnerables.
Resistencia
Muchas plagas y malas hierbas desarrollan resistencia
y aguantan cada vez dosis mayores de pesticidas o herbicidas sin sufrir
daños. Algo similar sucede con las bacterias de las enfermedades
que se hacen resistentes a los antibióticos. Cuantas más
sustancias químicas sintéticas ponemos en la naturaleza o
cuanto mayor es el número de antibióticos que usamos, más
fácil es que se desarrollen este tipo de resistencias. Esto obliga,
a su vez, a estar buscando continuamente nuevos pesticidas y antibióticos.
Efectos sinérgicos
Se habla de sinergia cuando el efecto provocado por dos
sustancias juntas es mayor que la suma de los efectos que produciría
cada una por separado. ("1+1=3"). Este efecto se ha comprobado en varios
contaminantes que cuando están juntos son mucho más dañinos
que la suma de sus efectos separados.
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