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Sismicidad
en la península Ibérica
Se conocen decenas de terremotos destructores que han
causado grandes daños en personas y bienes, en la Península,
en los últimos siglos. Habitualmente transcurren largos lapsos de
tiempo entre terremoto y terremoto lo que hace que la población
no tenga conciencia viva de este peligro y, cuando se producen, no hay
una preparación adecuada ni en los comportamientos ni en la calidad
y el tipo de construcciones.
Figura 8-1 > Peligrosidad sísmica en España
expresada en intensidades para un periodo de 500 años
Las zonas con más probabilidad de padecer
sismos son el sur y sureste y el Pirineo.
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Zona Pirenaica.- Corresponde a una de las áreas
sísmicas más activas de la Península. Los sismos se
concentran principalmente en dos regiones: una al oeste y otra al este.
En los Pirineos occidentales, el último terremoto destructor registrado
durante el siglo actual ocurrió el 13.8.1967 en la localidad de
Arette (Francia), que alcanzó una intensidad de VIII y una magnitud
de 5,5. La zona sísmica de los Pirineos orientales es la región
de Olot, en donde se registraron importantes sismos en 1427 y 1428, con
intensidades mayores de X, que produjeron la destrucción de amplias
zonas, desde Puigcerdá hasta Gerona. En total, en la cadena Pirenaica,
se han producido desde el siglo XV, 17 terremotos de intensidad mayor que
VIII y cuatro superiores a IX.
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Cordillera Bética.- El Sistema Bético
constituye una de las áreas de mayor sismicidad de la Península
Algunos de los terremotos históricos importantes ocurridos en la
Península, se han localizado en esta área, como los de Vera
(1518), Almería (1522), Torrevieja (1829) y Arenas del Rey (1884).
Todos ellos con intensidades superiores a IX.
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Depresión del Guadalquivir.- Corresponde a
un área de sismicidad moderada, aunque se han producido algunos
terremotos fuertes como el de Carmona (Sevilla) en 1504, uno de los mayores
terremotos de todos los ocurridos en la Península.
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Zona suroeste de la Península.- La sismicidad
de esta área está distribuida en forma desigual. En la zona
de Algarve, cuenca del bajo Tajo y Sado y Orla occidental, se han registrado
varios terremotos de importancia con intensidades superiores a IX, como
de Vilafranca (1531), Tavira (1722), Setúbal (1858) y Benavente
(1909). Las demás zonas son bastante asísmicas, aunque se
han registrado algunos terremotos de escasa importancia.
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Sistema Central y zona asturleonesa.- Toda la zona
es de muy baja sismicidad, aunque se han registrado algunos sismos de mediana
intensidad (VII (M.S.K).
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Cadena costero catalana y Depresión del Ebro.-
Se ha delimitado una banda de máxima actividad sísmica de
unos 20 km. de anchura, que se alinea con la dirección de la cordillera
Costero-Catalana, desde Gerona hasta Tarragona. En general, es una zona
de baja actividad sísmica.
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Cuenca del Duero, fosa del Tajo y campo de Montiel.-
Son las áreas sísmicamente menos peligrosas de la península
Ibérica, y se han registrado algunos terremotos de escasa importancia
en la zona de contacto con el Macizo Ibérico. Las máximas
intensidades sentidas han sido entre IV y V (M.S.K.), coincidiendo con
las isosistas
del terremoto de Lisboa (1755).
Zonas marinas
Los terremotos con epicentro marino son los movimientos
más fuertes que afectan a la Península. Se pueden diferenciar
tres zonas:
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La primera zona comprende desde la dorsal Atlántica,
hasta las proximidades de las islas Azores. Se producen frecuentes terremotos
superficiales de pequeña magnitud que, generalmente, no afectan
a la Península.
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La zona comprendida entre las islas Azores hasta los 12º0
de latitud. En esta zona, se generan terremotos de elevadas magnitudes
que afectan a la Península, como el famoso terremoto de 1755.
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Zona del golfo de Cádiz. La distribución de
los epicentros de los terremotos es irregular, y son de menor magnitud
que en la zona anterior. En general, la sismicidad de la región
del Estrecho de Gibraltar es bastante baja.
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