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José Luis Rodríguez Zapatero (Valladolid, 1960) Político español, líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y actual presidente del gobierno de España. José Luis Rodríguez Zapatero nació el 4 de agosto de 1960 en Valladolid, porque allí tenía su consulta el abuelo materno, un pediatra de prestigio; pero la familia tenía su residencia en León, donde ejercía la abogacía el padre, Juan Rodríguez, que fue director de los servicios jurídicos del Ayuntamiento de León y decano del Colegio de Abogados. De la madre, Purificación Zapatero, José Luis heredó el cabello rubio y los ojos azules, además de un carácter paciente e introvertido, poco dado a exteriorizar sus emociones. Fue el segundo hijo del matrimonio, después de un hermano cuatro años mayor, Juan.
Estudió preescolar y EGB en el colegio Discípulas de Jesús, y bachillerato y COU en el Colegio Leonés. De niño veraneaba en Luanco o en Gijón. Tenía ya entonces una gran afición por el fútbol, y una de sus frustraciones fue el no destacar como jugador; mayores aptitudes mostró para el baloncesto. Al margen del deporte, es aficionado a la pesca de la trucha, en los ríos Porma u Órbigo, y a hacer excursiones por el monte. Es además un gran lector de literatura hispanoamericana, en particular de Jorge Luis Borges. Vocación política En agosto de 1976, cuando los partidos políticos aún no eran legales, asistió a un mitin de Felipe González en Gijón; allí nacieron su vocación política, su militancia socialista y su admiración perdurable por el líder sevillano. Se afilió a las Juventudes Socialistas en 1979 y fue secretario de la organización en León. Pasó por la universidad como un estudiante competente, y en su expediente académico abundan los sobresalientes y los notables. En las aulas de la Facultad de Derecho conoció a Sonsoles Espinosa; él estudiaba cuarto curso, y ella segundo. Hablaron por primera vez durante la manifestación celebrada el 24 de febrero de 1981 contra el intento de golpe de estado del día anterior; José Luis, que era delegado de curso, había conseguido el aplazamiento de los exámenes parciales convocados para aquel día. El noviazgo con Sonsoles fue difícil: la militancia le absorbía mucho tiempo, y sólo podían verse de tanto en tanto, por la noche. Se casaron en Ávila, y pasaron una corta luna de miel en Sevilla. El matrimonio ha tenido dos hijas, Laura (1993) y Alba (1995). Sonsoles es profesora de música, y participa como soprano en diversos coros. Reconoce que su marido participa poco en las tareas de la casa, pero lo compensa con grandes dosis de buena voluntad. En contrapartida, ella defiende su derecho a la privacidad, y se ha negado en redondo a entrar en política y a participar en las campañas electorales de su marido. José Luis Rodríguez Zapatero se licenció en derecho por la Universidad de León en 1982, con una tesina sobre el Estatuto de Autonomía de Castilla y León. Ejerció en la misma universidad como profesor de derecho constitucional, y desde 1986 ocupó un escaño, por las listas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en el Congreso de Diputados, donde formó parte sucesivamente de las comisiones de Justicia e Interior, Constitucional, del Defensor del Pueblo y de Administraciones Públicas, en la que era portavoz de su grupo. En 1989 fue elegido secretario provincial del PSOE en León, desplazando a su primer mentor político, Maximino Barte, gracias al apoyo de una corriente crítica; en aquella escaramuza evidenció ya la ambición, la capacidad para sumar apoyos heterogéneos, la confianza en las posibilidades propias y la habilidad de maniobra que lo llevarían más tarde a la cúpula nacional del PSOE. Lo cierto es que Zapatero nunca ha perdido un Congreso, y que sus rivales del Partido Popular (PP) se han visto obligados a rectificar los apodos entre chuscos y conmiserativos («Bambi», «Zapatitos») que le dedicaron antes de que los desbancara del poder. Su mal manejo de los idiomas y sus escasos conocimientos en el área de la ciencia económica, dos déficit importantes, no han pesado tanto en su trayectoria como su capacidad para encajar reveses sin pestañear y su fría determinación de corredor de fondo, capaz de esperar cualquier desfallecimiento de los rivales para superarlos en la meta. Secretario general del PSOE Mantuvo su cargo provincial a lo largo de cuatro congresos, en la década siguiente, y enarboló la consigna del «cambio tranquilo» en el XXXV Congreso del PSOE (julio de 2000), en el que fue elegido secretario general del partido, un cargo vacante desde la dimisión de Joaquín Almunia en el mes de marzo. Zapatero fue en aquella ocasión el candidato de la llamada «Nueva Vía» (encabezada, entre otros, por Pepe Blanco, Jesús Caldera, Trinidad Jiménez, Jordi Sevilla, Antonio Cuevas y Juan Fernando López Aguilar), y compitió por la secretaría general con José Bono, Matilde Fernández y Rosa Díez. Los discursos congresuales de los demás candidatos fueron severamente autocríticos con la situación por la que atravesaba el partido después de la mayoría absoluta del PP en las elecciones. Zapatero lanzó un mensaje distinto: «Estoy convencido de que no estamos tan mal». Nueve escasos votos de diferencia le dieron la secretaría general, frente a José Bono. La victoria no aquietó las aguas en el primer partido de la oposición, y la política de Zapatero, de propuestas de pactos con el gobierno sobre las grandes cuestiones de Estado (el terrorismo en particular), no fue bien comprendida por algunos sectores, empeñados en la confrontación pura y dura. No obstante, los sondeos de opinión y las encuestas revelaron una recuperación progresiva de las expectativas del PSOE. En octubre de 2002, Rodríguez Zapatero fue designado candidato de su partido a la presidencia del gobierno en las elecciones generales de 14 de marzo de 2004. La lucha prometía ser reñida. En las elecciones municipales de mayo de 2003, el PSOE obtuvo 120.000 votos más que el PP, aunque unos 400 concejales menos; pero nadie podía predecir las secuelas que tendrían las elecciones a la Comunidad de Madrid. En ellas, el PSOE e Izquierda Unida (IU) obtuvieron votos suficientes para desplazar del gobierno al PP, pero la defección de dos diputados de la lista socialista en la sesión de investidura obligó a una repetición de las elecciones, en el mes de octubre, y en definitiva fue la candidata popular, Esperanza Aguirre, quien obtuvo la mayoría. Ante la previsible igualdad en los resultados, Zapatero hizo una apuesta arriesgada: se comprometió públicamente a no formar gobierno si su partido no era el primero en número de votos; una declaración que le atrajo votos, pero que podía haberse convertido en un bumerán, en función de los resultados. Presidente del gobierno Los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid sacudieron el tramo final de la campaña electoral para las elecciones generales. La ciudadanía acudió a las urnas en un clima de conmoción ante la tragedia. Hubo también indignación ante la actitud del gobierno del PP, que siguió atribuyendo la autoría del atentado a ETA incluso cuando ya había pruebas que señalaban a Al Qaeda; pero seguramente ése no fue el elemento determinante del resultado electoral. La participación creció en nueve puntos porcentuales respecto del año 2000; grandes bolsas de abstención se movilizaron en esta ocasión en contra de la participación española en la guerra de Iraq y de una política seguidista en exceso de los intereses geoestratégicos de Estados Unidos. El PP conservó la confianza de su electorado (obtuvo 9,6 millones de votos, prácticamente los mismos que en 1996, y sólo 700.000 menos que en la mayoría absoluta de 2000), pero el PSOE obtuvo 10,9 millones, 2 millones más que en 2000, la mayor cifra de votos alcanzada por un partido en la historia de la democracia española. La victoria del PSOE permitió a Zapatero formar un gobierno monocolor, con amplios apoyos parlamentarios. En la sesión de investidura (16 de abril de 2004) obtuvo el apoyo de seis partidos representados en la Cámara, además del suyo propio (Izquierda Unida [IU], Iniciativa per Catalunya Verds [ICV], Chunta Aragonesista [CHA], Esquerra Republicana de Catalunya [ERC] y Coalición Canaria [CC]), las abstenciones del Partido Nacionalista Vasco [PNV] y Convergència i Unió [CiU], y el voto en contra únicamente del PP. El XXXVI Congreso del PSOE, celebrado a principios del mes de julio, vino a corroborar el final de los conflictos internos que habían desgastado a los socialistas en la etapa anterior, al darse un respaldo casi unánime (obtuvo más del 95 % de los votos) al líder que había devuelto a la formación socialista al poder. Un líder que había tenido coraje para ordenar, apenas investido presidente, el cumplimiento inmediato de su promesa electoral de retirar las tropas españolas de Iraq; y que puso el listón aún más alto con otra promesa tan aparentemente sencilla como difícil de cumplir: «El poder no me va a cambiar». Zapatero ha reiterado su intención de gobernar con un talante abierto, tranquilo, conciliador, respetuoso; y «talante» se ha convertido en la palabra clave de su presidencia, aireada por la oposición con cierta sorna. |
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