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Alfred Marshall (Londres, 1842-Cambridge, Reino Unido, 1924) Economista británico. Estudió en la Merchant Taylor’s School y el St. John’s College de Cambridge, donde se licenció en matemáticas en 1865. Fue profesor de economía política en el Balliol College de Oxford (1883-1885) y en la Universidad de Cambridge (1885-1908). Convirtió Cambridge en la principal facultad de economía de los países de habla inglesa, y tuvo como discípulos a importantes economistas, como Pigou o Keynes. Su labor docente se basaba en las teorías de Ricardo y Stuart Mill complementadas con las aportaciones del marginalismo, especialmente de Karl Menger y Léon Walras, conciliando las teorías ricardianas con las de la escuela austriaca. De espíritu abierto, con una sólida formación matemática, histórica y filosófica, introdujo en sus enseñanzas las críticas a la Escuela Clásica inglesa (principalmente, Smith, Ricardo, Malthus y Stuart Mill) procedentes del historicismo alemán y del socialismo, así como también de la escuela marginalista. El resultado de sus esfuerzos fue la denominada «síntesis neoclásica», base de la teoría económica moderna. En 1890 publicó su obra capital, Principios de economía, que durante muchos años fue el principal libro de texto en las facultades de todo el mundo. En el primer volumen de la obra compaginó conceptos de la economía clásica como riqueza, producción, trabajo, capital o valor con aportaciones de la escuela marginalista como utilidad y utilidad marginal. A los agentes de la producción (tierra, trabajo, capital) añadió un nuevo factor, el de la organización industrial. En el segundo volumen realizó una exposición del funcionamiento de los mercados, un análisis de la oferta y la demanda y expuso su teoría del equilibrio general, de la formación de la oferta, la incidencia de los monopolios y la distribución de la riqueza nacional. Los problemas más destacados que analizó fueron el de la formación de los precios y la distribución de la renta. En el primer caso estableció como determinantes del valor de un bien tanto el coste de producción como la utilidad. A partir del valor del bien, la formación de los precios vendría dada por la confluencia de la oferta y la demanda; la primera, determinada por los costes de producción, y la segunda, por la utilidad marginal. También estableció una relación entre precio y cantidad demandada cuya sintaxis gráfica (curvas de oferta y de demanda) sigue vigente hoy día. En relación a la oferta realizó un análisis de los costes de producción y la forma en que las empresas se adaptan a las cantidades demandadas a corto y largo plazo. A este respecto definió como nivel óptimo de producción de una empresa aquel que permitía la obtención del máximo beneficio, que se produciría en el punto de equivalencia entre coste marginal y precio de mercado. Acuñó el término excedente del consumidor para definir la mayor utilidad que un sujeto obtiene en el intercambio de bienes. Introdujo el factor tiempo en el análisis de la formación de los precios así como en el de las distintas formas de mercado (competencia perfecta y monopolio), diferenciando el corto del largo plazo en función de la naturaleza de los costes. A largo plazo, el coste de producción fija las condiciones de equilibrio entre oferta, demanda y precio. A corto plazo, la oferta es fija y no puede influir sobre los precios ni adaptarse a la demanda. En el análisis del mercado introdujo nuevos conceptos de gran poder explicativo, tales como elasticidad de la demanda, cuasirrenta, bien complementario y bien sustitutivo, economías externas y economías internas, etc. En lo que respecta a la retribución de los factores y a la distribución de la renta, introdujo el concepto de relación marginal de sustitución, mediante el cual explicitó matemáticamente la asunción de que los diferentes factores de producción competían entre sí, y que toda variación de un factor influye sobre los demás. |
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