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Los metales
La
tecnología primitiva no estaba centrada solamente en las
herramientas prácticas.
Se
pulverizaron minerales de color para obtener pigmentos, que se
aplicaban al cuerpo humano, a utensilios de arcilla, a cestas, ropa
y otros objetos. En su búsqueda de pigmentos, descubrieron en
mineral verde, rico en cobre, llamado malaquita y otro azul
denominado azurita. Cuando los golpeaban no se convertían en polvo,
sino que se doblaban; se podían pulir, pero no partir. Por estas
cualidades, el cobre en trozos pequeños se introdujo muy pronto en
la joyería.
Estos
pueblos también aprendieron que, si este material era forjado
repetidamente y puesto al fuego, no se partía ni se agrietaba. Este
proceso de eliminación de tensiones del metal, llamado recocido, fue
introducido por las civilizaciones de la edad de piedra, sobre todo
cuando hacia el año 3000 a.C. se descubrió también que la aleación
de estaño y cobre producía bronce. El bronce no es sólo más maleable
que el cobre, sino que también proporciona una mejor arista, una
cualidad necesaria para objetos como hoces y espadas.
La
metalurgia comenzó a desplazar el uso de la piedra en la confección
de las herramientas agrícolas y las armas; también, se utilizó para
fabricar utensilios y adornos. Las piedras se gastaban y quebraban
con facilidad, en cambio, los metales eran más resistentes y más
fáciles de trabajar.
La Edad de los Metales es
el periodo de la evolución tecnológica de la humanidad
caracterizado por el desarrollo de la metalurgia; comienza antes
del V milenio a. C. y acabaría en cada lugar con la entrada en
la Historia, para buena parte de Europa en el I milenio a. C. Es
parte de la Prehistoria en Europa, así como en la mayor parte
del mundo, a excepción de en Oriente Medio, que coincide con el
desarrollo de la escritura y por tanto con la Historia. Cuando
existen testimonios escritos indirectos se considera también
Protohistoria. De todos modos, dado que no existe una ruptura (excepto
arbitraria) en el desarrollo de esta tecnología metalúrgica
entre la Prehistoria, la Protohistoria y la Historia, en este
artículo se incluyen adelantos del trabajo con metales que se
dan en periodos claramente históricos.
Es la
última etapa de la Prehistoria y se divide en tres períodos,
marcados por la utilización de tres metales distintos:
La Edad del Cobre
(o Calcolítico): Desde el 5000 a. C. hasta el 1800 a.C.
La Edad del Bronce:
Desde el 1800 a. C. hasta el 800 a.C.
La Edad del Hierro:
Desde el 800 a. C. hasta el siglo I a. C.
Dos
aclaraciones previas a la hora de situar temporalmente
la Edad de los Metales:
a) La
primera es que al final del Neolítico los seres
humanos conocieron ya la utilización de un metal, el
cobre.
b) La
segunda es que, como ya indicamos, la Historia se inicia
hacia el año 3000 a. C. en Sumer, sur de Mesopotamia, al
aparecer los primeros testimonios escritos. Por tanto,
la Edad de los Metales en Mesopotamia no es una etapa
prehistórica, sino ya propiamente histórica. Lo mismo
les ocurrirá a otros pueblos y civilizaciones que
conocerán la escritura en esta etapa de introducción de
los metales: egipcios, fenicios, griegos y romanos. Sin
embargo, habrá otros pueblos europeos que irán
abandonando la Prehistoria mucho más tarde, cuando Roma
conquiste sus regiones y les imponga su lengua, el latín.
En la edad
de los metales se produce la dominación de un pueblo sobre
otro. El conocimiento de los metales hace a unos pueblos más
fuertes que otros à aparece la guerra (especialmente a
partir de la aparición del carro de guerra.)
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