Supongamos que tenemos un conjunto A y que en ese conjunto definimos dos operaciones (que llamaremos + y *) sobre los elementos del conjunto, de tal manera que para cualquier par de elementos del conjunto A, los elementos resultantes de las operaciones x+y, y, x*y también pertenece al conjunto A.
Si la operación + tiene, para todos los elementos de A, las propiedades:
interna para todo x e y, el elemento x + y pertenece al conjunto
A
asociativa: x + (y + z) = (x +
y) + z
conmutativa: x + y = y + x
elemento neutro: 0 + x = x
elemento inverso: x +
x' = 0
y la operación * tiene las propiedades:
interna para todo x e y, el elemento x * y pertenece al conjunto
A
asociativa x*(y*z) = (x*y)*z
elemento neutro: x*1 = x
conmutativa: x*y = y*x
elemento inverso: x*x' = 1
distributiva x*(y + z) = x*y + y*z
y además el elemento neutro de la operación + es distinto del elemento neutro de la operación *, entonces el conjunto A tiene estructura de cuerpo.
Esta definición es muy abstracta y se comprende mejor con un ejemplo. Sea A el conjunto de los números reales (R), y la operación + sea la suma y la operación * sea la multiplicación. Repasemos ahora la definición y veremos que el conjunto de los números reales tiene estructura de cuerpo.