L  a  G r a n  E n c i c l o p e d i a   I l u s t r a d a  d e l   P r o y e c t o  S a l ó n  H o g a r

GRECIA

¿Sabías que esta ciudad fue la sede de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, celebrados en 1896? ¿Y que albergó los primeros del siglo XXI, en el año 2004? También debes saber que la primera democracia surgió hace 2.500 años en Atenas, que era la ciudad más próspera de la antigua Grecia. Claro que, entonces, la democracia era bien distinta: solo podían votar los hombres ricos; es decir, ni las mujeres ni los pobres ni los esclavos tenían derecho a voto. ¡Qué injusto!, ¿verdad?

LA PRINCIPAL CIUDAD GRIEGA

Atenas es la capital de Grecia. Está situada en Ática, una región de colinas y montañas poco elevadas. La ciudad se extiende hasta una bahía del mar Egeo, en la que se encuentra el puerto de El Pireo, el más activo del país. Ambos núcleos conforman el Gran Atenas, una aglomeración urbana que supera los tres millones de habitantes.

La ciudad debe su nombre a Atenea, la diosa de la sabiduría, que, según la mitología griega, fue su protectora. En la actualidad, es el principal centro económico del país, pero aún perdura su significación cultural y artística, por lo que es uno de los principales destinos turísticos de Europa.

EL PARTENÓN QUE CORONA LA ACRÓPOLIS

¿Sabías que los persas intentaron tomar esta ciudad? La incendiaron en el año 480 a.C., durante las Guerras Médicas, pero, al final, vencieron los griegos en la batalla de Salamina y la recuperaron. Fue en aquellos tiempos cuando un joven mensajero corrió 42,195 kilómetros para anunciar la victoria de los atenienses, estableciendo así el maratón (¿te has atrevido a correrlo alguna vez?).

Pocos años después, Pericles mandó reedificar el conjunto de la Acrópolis (fortificación elevada), donde se encontraban, entre otros monumentos, dos templos admirados a lo largo de la historia: el Partenón (¿has oído hablar de él?) y el Erecteion (que es famoso por su pórtico de las cariátides o columnas con forma de mujer). El escultor Fidias supervisó la reconstrucción y realizó todas las estatuas.

Como recordarás, Atenas fue una de las principales ciudades-estado de la Grecia clásica y el principal centro cultural y artístico de la antigüedad. En ella nacieron importantes políticos, como Solón (uno de los llamados ‘siete sabios de Grecia’ y fundador de la democracia) o Temístocles (vencedor en Salamina); oradores como Demóstenes, y escritores como Sófocles (que destacó por sus obras de teatro). ¿Sabes cómo se llamaba el centro de la actividad comercial, social y política de la antigua Atenas? Ágora, y por allí paseaban y departían filósofos famosos como Sócrates y Platón.

Desde el neolítico, la historia de Grecia estuvo ligada al mar Mediterráneo: a las islas del mar Egeo, a las costas occidentales de Asia Menor (la actual Turquía) y a la península Helénica.

PRIMERAS CIVILIZACIONES GRIEGAS

Hace 5.000 años comenzó en Grecia la edad del bronce. Se desarrolló entonces la llamada civilización del Egeo, cuyas dos principales culturas fueron las siguientes:

  • Cultura minoica (2000-1450 a.C.).
  • Cultura micénica (1450-1100 a.C.).

Aproximadamente 1.000 años después, se produjeron las invasiones de pueblos del norte que hablaban una lengua indoeuropea: los aqueos, los dorios, los jonios y los eolios.

En aquella época, los antiguos griegos comenzaron a colonizar las costas de Asia Menor (la actual Turquía). Varios siglos después, (hace unos 2.700 o 2.500 años), los griegos fundaron colonias en lugares como Sicilia, en el sur de la actual Francia (la ciudad de Marsella) o la costa oriental de la península Ibérica.

EL PERIODO HELÉNICO

Todos esos pueblos se llamaban a sí mismos helenos. Crearon su propia mitología, que, en realidad, era una religión que los convertía en herederos de antiguos héroes casi divinos.

Su organización política se fundamentaba en numerosas ciudades-estado que se relacionaban unas con otras de diversas formas.

En la costa de Asia Menor nació la filosofía griega. Se extendieron la lengua griega, la religión (el santuario de Delfos fue el mayor y más respetado) y los juegos (entre ellos, los más famosos: los olímpicos).

Hace 2.700 años, Atenas y Esparta se habían convertido en las dos principales ciudades-estado de Grecia. Esparta, que estableció su poder sobre la base de una sociedad muy militarizada, logró numerosas conquistas y gobernó sus territorios de forma muy estricta. Por el contrario, Atenas controló su propia zona de forma pacífica. Se puede decir que, hace unos 2.500 años, nació en Atenas la democracia.

A comienzos del siglo V a.C., los griegos se enfrentaron a Persia en dos guerras, las Guerras Médicas, que supusieron la victoria de los griegos sobre los invasores persas.

Durante ese siglo V a.C., se produjo la hegemonía (la supremacía) ateniense: fue la Edad de Oro de Atenas. El principal político ateniense fue Pericles. La democracia se consolidó como sistema político, se construyó el Partenón, se desarrolló el teatro, nació el estudio de la historia gracias a Heródoto y destacó el filósofo Sócrates.

Pero el final de aquel siglo coincidió con el enfrentamiento entre Atenas y Esparta en la guerra del Peloponeso: la victoria final de los espartanos supuso el dominio de Esparta sobre Grecia durante los siguientes treinta años (los primeros del siglo IV a.C.).

En aquella época surgió un reino en el norte de Grecia que acabaría por dominar a todo el mundo helénico: Macedonia. En el 336 a.C., Alejandro Magno se convirtió en su rey y pronto invadió Persia. Durante los siguientes diez años, sus conquistas propagaron la influencia, la cultura y la lengua griegas hasta el norte de India y Egipto.

EL PERIODO HELENÍSTICO

ALEJANDRO MAGNO

Una persona puede vivir muchos años, y no, por ello, pasar a la historia; es lo más frecuente. Pero también puede suceder lo contrario: que una corta vida sea suficiente para convertirse en una figura fundamental de una época. Este último caso fue el de Alejandro Magno, rey de Macedonia desde el año 336 hasta el 323 antes de Cristo.

ALEJANDRO, REY DE MACEDONIA

Alejandro Magno nació en el año 356 a.C. en Pela, la capital de Macedonia. Su padre se llamaba Filipo II, y era el soberano de este reino, la principal potencia de la antigua Grecia en aquel momento. Por eso, el joven Alejandro fue educado y formado para ser rey. ¿Sabes quién fue su tutor? Uno de los pensadores más importantes de la historia: el filósofo Aristóteles.

En el año 336 a.C., Filipo II fue asesinado, y Alejandro le sucedió en el trono de Macedonia, con el nombre de Alejandro III. Tenía solo veinte años de edad, pero decidió afrontar la gran empresa que iba a iniciar su padre antes de morir: la conquista del Imperio persa.

GRANDES EXPEDICIONES

Alejandro no tardó en dominar toda Grecia, y, además, pronto fue nombrado comandante para dirigir la guerra contra Persia. Logró su primera gran victoria ante los persas en el año 334 a.C., en un combate que tuvo lugar en el río Gránico, cerca de la antigua ciudad de Troya (en la actual Turquía). Un año después (en el 333 a.C.), derrotó al emperador persa, Darío III, en la famosa batalla de Isos, librada en el noroeste de lo que hoy es Siria. Poco después, Alejandro Magno fue recibido como libertador en Egipto. Al año siguiente, fundó, en la desembocadura del río Nilo, una ciudad que, con el tiempo, llegaría a ser una de las más importantes de la edad antigua: Alejandría.

En el 331 a.C., Alejandro llegó a Cartago, ciudad situada en la costa del norte de África (en lo que actualmente es Túnez). Se dirigió, entonces, hacia Mesopotamia, y volvió a derrotar a Darío III en la batalla de Arbela (1 de octubre del 331 a.C.). Babilonia se le rindió, y también Persépolis, la capital persa. Durante los tres años siguientes, conquistó Afganistán, Beluchistán y el resto de Asia central.

Alejandro Magno cruzó el río Indo en el 326 a.C. e invadió el Punjab (India). Tras la rebelión de algunos de sus hombres, regresó a Babilonia en el 323 a.C. En junio de ese año, enfermó y murió. Tenía solo treinta y tres años, pero había conquistado inmensos territorios (al frente de los cuales dejó a sus generales) y había difundido en ellos la cultura griega clásica.

Cuando Alejandro Magno murió, en el 323 a.C., los generales macedonios se repartieron su vasto imperio. Este periodo duró hasta que Grecia se convirtió en provincia romana, en el 146 a.C. Aunque Grecia perdió poco a poco su importancia política, el periodo helenístico supuso el triunfo de Grecia como fuente de cultura para el mundo antiguo.

LA GRECIA ROMANA

Durante los sesenta años posteriores al 146 a.C., Roma administró Grecia. Aunque Atenas seguía siendo un destacado foco cultural, su comercio prácticamente desapareció.

El renacimiento griego tuvo lugar bajo el dominio de Roma, durante los primeros siglos de la era cristiana. A partir del año 395 d.C., el Imperio romano quedó dividido en el Imperio romano de Occidente y el Imperio romano de Oriente o bizantino. Grecia y toda la región del Egeo quedaron englobados en este último. Así entró Grecia en la edad media.

CULTURA DE LA ANTIGUA GRECIA

La cultura de la antigua Grecia tuvo una influencia esencial en el desarrollo de las civilizaciones de Occidente. Se suele decir que los antiguos griegos inventaron la filosofía, la historia y el teatro.

Uno de los primeros escritores conocidos era griego, se llamaba Homero y fue el autor de la Iliada y la Odisea.

Los principales filósofos griegos fueron Sócrates, Platón y Aristóteles.

Los romanos estuvieron notablemente influidos por el arte y por toda la cultura creada en Grecia. Los templos, los teatros y las estatuas de los antiguos griegos dieron origen al arte clásico, imprescindible para conocer el arte occidental hasta nuestros días. Las principales obras arquitectónicas griegas fueron: el Partenón ateniense, el templo de Zeus en Olimpia o el teatro de Epidauro. Algunas de sus principales obras escultóricas fueron el Discóbolo, de Mirón, el Hermes, de Praxíteles, o la Victoria de Samotracia.

Los mitos y dioses de la antigua Grecia nacieron allá por el año 2000 a.C., pero siguen siendo muy conocidos. Había dioses relacionados con cada aspecto de la existencia humana, desde el nacimiento hasta la muerte. Incluso los árboles, los ríos o el bosque tenían sus propios espíritus. Y estos se relacionaban con héroes, monstruos y seres sobrenaturales. En los mitos griegos, hasta los dioses más poderosos tenían amoríos y discusiones, como la gente normal; pero, en su caso, las consecuencias solían ser más graves...

EL ORIGEN DE TODAS LAS COSAS

En el principio no había nada más que el vacío. Entonces llegó Gea, la Tierra, que dio a luz a Urano, padre de los titanes. (Tierra, en griego, se dice geo. Geografía, por ejemplo, quiere decir ‘descripción de la Tierra’. Y por eso la diosa Tierra se llama Gea).

El dios Urano tenía miedo de que los titanes (dioses de estatura descomunal y gran fortaleza) le arrebataran su poder, aunque fuesen sus hijos. Y tenía razón: el más joven de ellos, Cronos, mató a Urano, y luego trató de hacer lo mismo con sus propios hijos, devorando a cinco. Pero no lo consiguió con Zeus, que era el benjamín (el más joven). Zeus venció a Cronos y ayudó a sus hermanos a escapar del vientre del padre. Sus hermanos se llamaban Poseidón y Hades; sus hermanas eran Hera, Deméter y Hestia. Todos fueron dioses importantes en el mundo griego.

LOS DIOSES DE LA MONTAÑA

Estos nuevos dioses se llamaban olímpicos, porque su casa estaba sobre la cima del monte Olimpo, en Atenas.

Zeus era el rey de los dioses y el padre de muchos de ellos. Tuvo algunos hijos con Hera, la reina, y también con otras diosas, con titánidas (titanes hembra), e incluso con mujeres de carne y hueso. Algunos de estos hijos eran: Ártemis, diosa de la caza; Ares, dios de la guerra; y las nueve musas que se ocupaban de la poesía, el baile y otras artes.

Zeus era también el padre de los tres destinos, que controlaban las vidas humanas y decidían el momento de su muerte. Ni el mismo Zeus podía hacerles cambiar sus decisiones.

Una vez, Zeus temió ser asesinado, como les había ocurrido a su padre y a su abuelo. Gea le advirtió de que el hijo suyo que iba a tener la titánida Temis sería un titán más poderoso que él. Zeus devoró a Temis, pero, a pesar de esto, nació una hija de la cabeza del dios: era Atenea, diosa de la sabiduría, más poderosa incluso que Zeus, pero que, al ser tan sabia, tenía la prudencia de no atacarle.

AGUA, TIERRA, FUEGO

Los antiguos griegos enseñaban a sus hijos que un titán llamado Prometeo había creado los primeros seres humanos a partir del barro, y que más tarde les enseñó a hacer fuego, para que pudieran cocinar y mantenerse calientes.

Con el tiempo, la gente dejó de adorar a los dioses, y Zeus provocó una inundación para borrar a la raza humana de la faz de la Tierra. Llovió sin parar durante nueve días y nueve noches. Solo dos personas buenas, Deucalión y su esposa, sobrevivieron; se construyeron un barco y navegaron en él hasta encallar en una cumbre.

PRESO DEL MUNDO SUBTERRÁNEO

No todos los dioses vivían en el monte Olimpo. Poseidón, por ejemplo, tenía su propio reino submarino, y los marineros debían procurar no ofenderle, no fuera a levantar una tormenta.

Hades gobernaba el mundo subterráneo. Secuestró a Perséfone, hija de Deméter, diosa del cereal. Como Deméter se afanó en buscar a su hija, descuidó las cosechas, y la gente empezó a pasar hambre.

Zeus ordenó entonces a Hades que dejara marchar a Perséfone, pero esta había consumido un poco de la comida de Hades. Debido a esto, puso como condición para liberarla que Perséfone pasase una parte de cada año en el mundo subterráneo. Feliz de reunirse de nuevo con su hija, Deméter hizo que la tierra produjese flores primaverales y abundantes frutos y cereales para las cosechas. Sin embargo, su dolor regresó en otoño, cuando Perséfone tuvo que volver al mundo subterráneo. Cada año, cuando Perséfone vuelve con Hades, cae el invierno sobre la Tierra, y las plantas duermen. Cuando vuelve, la primavera viene con ella.

¿No es una manera bonita de explicar el paso de las estaciones?

Existen versiones diferentes de todos estos mitos, pero la mayor parte de las historias nos dan la misma idea de los dioses: eran apasionados y, a menudo, luchaban entre sí; a veces participaban en batallas humanas.

LA GUERRA DE TROYA

Troya era una ciudad-estado cercana a Grecia, situada en la actual Turquía. La guerra de Troya, ganara quien ganase, estaba llamada a convertirse en una leyenda.

Las diosas Hera, Atenea y Afrodita mandaron a un príncipe troyano llamado Paris decidir cuál de ellas era la más hermosa. Él escogió a Afrodita, diosa del amor, que le dio a Helena, la más bella de las mujeres griegas, como recompensa.

Pero Helena ya estaba casada, y con un príncipe griego. Cuando Paris escapó con ella, los griegos declararon la guerra a Troya. La lucha duró diez años, hasta que Atenea ayudó a los griegos a construir un enorme caballo de madera, que los troyanos meterían en su ciudad sin darse cuenta de que estaba lleno de soldados griegos. Por la noche, estos salieron del caballo y abrieron al resto del ejército griego las murallas de la ciudad, que fue destruida.

Un largo canto, la Iliada, cuenta esta guerra. Tiene una segunda parte, la Odisea, que narra las aventuras del griego Odiseo después de terminada la guerra. Estos poemas se atribuyen al escritor Homero, que vivió hacia el siglo VIII a.C., aunque las leyendas que narran son mucho más antiguas y se remontan a los tiempos en que nadie sabía leer y las historias se contaban de aldea en aldea, cantadas, para memorizarlas mejor.

Esparta

Esparta fue una ciudad-estado de la antigua Grecia situada en la península del Peloponeso, y una de las polis (ciudades) griegas más importantes en el siglo VII a.C., junto con Atenas y Tebas, gracias a las reformas políticas y sociales de Licurgo, quien repartió la tierra entre los ciudadanos en lotes iguales. También instauró un sistema político demócrata donde el pueblo tomaba las decisiones bajo el consenso del senado, o consejo de ancianos, y los reyes, dos, de ahí que ninguno de ellos pudiese ser monarca. La manera de elegir el senado se basaba en la aclamación popular sobre cada uno de los candidatos y que era valorado por un grupo de jueces encerrados en una especie de caseta sin ventanas, para así no poder ver a los candidatos.
Las monedas espartanas eran de hierro, y con un valor inferior a su peso en hierro, porque se las templaba con vinagre para que el metal no pudiera reutilizarse. Además, eran grandes y pesadas para dificultar los robos y evitar la codicia, o al menos, ponerla en evidencia, ya que un hombre rico necesitaría un granero para guardar su fortuna. Además, era una forma de impedir el asentamiento en Esparta de extranjeros codiciosos, a quienes se les veía con enorme recelo.

Aunque todos los ciudadanos de Esparta, unos 20.000 en su máximo esplendor, eran iguales ante la ley, no todos los habitantes eran ciudadanos. La mayor parte eran periecos, hombres libres pero sin derechos, o ilotas, esclavos, que trabajaban para los espartanos. La base del sistema residía en la educación, cuanto mejor fuera cada ciudadano, mejor y más fuerte seria el Estado. En cuanto a la religión, realizaban rituales y veneraban a los dioses así como las leyes del legislador Licurgo.

Las mujeres espartanas, famosas por su esbeltez y fortaleza, disponían de igualdad ante el varón. Eran las administradoras de los hogares, y se casaban a los 20 años, bajo un curioso ritual. Se dejaban raptar por el hombre que ellas elegían y, después de eso, las relaciones entre ellos se alargaban una temporada durante la cual cada uno vivía en su casa. Los encuentros eran secretos, breves y en completa oscuridad, sin mediar tiempo de convivencia, para mantener sus cuerpos “recientes en el amor, por dejar siempre en ambos la llama del deseo y de la complacencia”, como escribió Plutarco.

Los Espartanos

La infancia del espartano era muy dura, constantemente eran sometidos a pruebas, con el objetivo de conseguir los mejores soldados. Recién nacidos, se les examinaba meticulosamente, y si poseían alguna malformación se les abandonaba o despeñaba desde el monte Taigeto. Los niños sanos vivían hasta los siete años con sus padres. Luego, el Estado se hacía cargo de los varones, haciendo hincapié en liberarlos de los miedos infantiles, la oscuridad, la soledad y las supersticiones. A veces, los educadores promovían peleas entre ellos con el fin de estudiar sus cualidades y su valor individual. Les hacían pasar hambre y frío, correr descalzos por lugares pedregosos y dormir sobre cañas que ellos mismos cortaban con las manos. Se les exigía obediencia ciega e incluso les estaba permitido robar comida, pero si los descubrían eran castigados, que iban desde morderles el pulgar hasta darles latigazos, no por haber robado, sino por haber sido sorprendidos.
 


La sociedad espartana era muy estricta, los recién nacidos que sufrían alguna malformación eran sacrificados en el monte Taigeto…

Los espartanos desde pequeños también eran inculcados en un sentimiento patriótico. Sirva de anécdota del espartano que, en lugar de sentirse humillado por no haber sido elegido entre los 300 mejores ciudadanos, como él pretendía, regresó de la elección muy contento de que hubiese en la ciudad 300 mejores que él. A los 30 años, después de haber superado las continuas pruebas, tenían la obligación de casarse y se les prohibía viajar al extranjero así como poseer oro y plata, aunque si quedaban sin nada, hasta el punto de no poder contribuir a las comidas en común (Fidia), se les retiraba la ciudadanía.

Batalla de las Termópilas

La famosa batalla de las Termópilas (fuentes calientes) tuvo lugar en un paso estrecho entre las montañas y el mar, acceso a Grecia desde el norte. Tenía una longitud de 2,5 km y en algunos puntos su anchura se reducía a tan solo 15 metros. En el verano del año 480 a.C., el rey persa Jerjes condujo un numeroso ejército, según Heredoto compuesto por dos millones de hombres. Por el contrario, las tropas griegas estaban formadas por unos siete mil hombres de diferentes ciudades, bajo el mando del Rey Leónidas, que iba acompañado de los trescientos espartanos de su guardia real. Éstos se preparaban para el combate haciendo ejercicios atléticos, limpiando sus armas, e incluso peinándose y arreglándose el cabello.

La noche previa al combate, un desanimado soldado de Traquis comentó que al día siguiente, cuando los persas atacaran, sus flechas taparían el sol, a lo que un espartano llamado Dienekes respondió: " Tanto mejor, así pelearemos a la sombra". La primera avanzadilla persa fue repelida sin complicaciones por la falange espartana, por lo que el general persa envió a la guardia real persa, los llamados diez mil inmortales, convencido de que estas tropas escogidas aniquilarían fácilmente a los ya cansados griegos. Con el crepúsculo cesó la batalla sin que hubiesen podido penetrar, a pesar la gran bravura de los persas.


El desfiladero de las Termópilas, de 2’5 km de longitud, tiene tramos de tan sólo 15 metros de anchura

 

El rey persa descubrió un modo de vencer a los espartanos gracias al traidor, Efialtes, quien, tras asegurarse una suculenta recompensa, informó a Jerjes de que existía un sendero que, rodeando el monte Kalidromos, salía al otro lado del paso, donde sorprenderían a los espartanos por la retaguardia. Al descubrir la maniobra envolvente de los persas, Leónidas ordenó que todas las tropas griegas abandonaran el lugar de inmediato, así se salvarían y podrían volver a combatir más adelante. Sin embargó, decidió quedarse él con los trescientos espartanos para permitir a la flota griega replegarse de Atenas de una forma ordenada. Junto a ellos también permanecería los setecientos hoplitas tespieos, al negarse a obedecer la orden de retirada y abandonar a los espartanos.

Finalmente, la batalla concluyó con un retroceso de la infantería persas, debido a su continuo número de bajas por parte de los ya heridos y exhaustos griegos, y un ataque de los arqueros. Los pocos espartanos y tespieos que aún quedaban en pie sucumbieron a una lluvia de flechas. Los espartanos, que se consideraban a sí mismos descendientes de Heracles (Hércules), también murieron en el mismo lugar que el héroe...

HÉROES Y MONSTRUOS

Los griegos pensaban que los dioses eran parecidos a nosotros, pero en el mundo mítico vivían otras criaturas: unas eran bestias aterradoras, con muchas cabezas, como la Hidra; otras eran mitad humanas, mitad animales, como el Minotauro, que tenía cabeza de toro.

Los únicos que podían dar muerte a los monstruos eran los héroes, que, por lo general, eran hijos de un dios y un ser humano. Heracles era hijo de Zeus. Luchó contra la Hidra y muchas otras criaturas, e incluso capturó al can Cerbero, perro de tres cabezas que guardaba la puerta de salida del infierno.

Teseo, el mayor héroe de Atenas, persiguió al Minotauro por el laberinto y le dio muerte. Nadie había encontrado nunca la salida del laberinto de Minos, pero Teseo logró salir de él siguiendo un hilo a través de la retorcida maraña de túneles.

Más espantosas que cualquier monstruo eran las furias, antiguas diosas que castigaban a los asesinos. Sus cabezas estaban cubiertas de serpientes en vez del pelo, y nadie podía escapar de ellas.

LA MITOLOGÍA GRIEGA EN LA HISTORIA

Escritores como Eurípides y Esquilo escribieron grandes tragedias basadas en estas leyendas. Su obra ha tenido una enorme importancia en todo el teatro occidental.

Además, los mitos griegos han ejercido una gran influencia sobre casi todas las formas de arte. Cuando los romanos se convirtieron en la principal potencia de Europa, en el siglo I a.C., dieron nuevos nombres latinos a los dioses griegos y adoptaron sus leyendas. La escultura, la pintura y la poesía romanas se inspiran en fuentes griegas.

Posteriormente, otros artistas europeos miraron también hacia la antigua Grecia en busca de inspiración. Pintores y escultores famosos crearon sus propias versiones de los dioses. Los músicos y escritores usaron ideas de estas leyendas. Hoy hay películas e incluso videojuegos en los que pueden reconocerse estas historias tan antiguas.

Mitología griega
¿Sabías que...?
Arqueólogos del siglo XIX descubrieron lo que podrían ser las ruinas de Troya. Allí encontraron maravillosos ornamentos de oro en las tumbas.
Dioniso era el dios del vino, adorado por una secta de mujeres desenfrenadas llamadas ménades.
Los dioses podían convertirse en animales. Una vez Zeus se apareció como un cisne; y Poseidón adoptó la forma de un toro.
Una leyenda dice que, cuando Zeus era un bebé, las abejas lo criaron con su miel.
Niké era la diosa de la victoria. De ahí viene el nombre de las famosas tenis o (zapatillas deportivas).

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