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L
a G r a n E n c i c l o p e d
i a I l u s t r a d a d e l
P r o y e c t o S a l ó n H o
g a r |
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De la agricultura a la
manufactura
Desarrollo de la agricultura
Durante los primeros siglos
del régimen español en
Puerto Rico, las operaciones
agrícolas las dirigían las
haciendas, que cultivaban
caña de azúcar y otros
frutos menores. No eran
operaciones a gran escala,
pero producían lo suficiente
para el consumo local. Ya en
el siglo XIX, gracias a la
Real Cédula de Gracia, que
fomentaba el crecimiento
económico y comercial,
surgieron haciendas de mayor
tamaño. Estas haciendas
producían tanto para el
consumo local como para la
exportación. Posteriormente,
el café, y la caña de azúcar
se convirtieron en los
principales productos de
exportación a los mercados
de Europa.
El terreno
Cada producto agrícola requiere de unas condiciones particulares de suelo, de topografía, de temperatura y de humedad para que se produzca una buena cosecha. Debido a las variaciones climáticas y topográficas de Puerto Rico, estos factores cambian de forma considerable según la región, lo cual representa una ventaja, porque permite la diversidad agrícola. En Puerto Rico, las mejores tierras para el cultivo se encuentran en las franjas de los llanos costaneros, así como en la zona del valle de Lajas y de los valles interiores, como el valle de Caguas y el del río La Plata, en Cayey.
La zona al norte de la Cordillera Central recibe una precipitación adecuada gran parte del año. Por eso, los llanos costaneros y las colinas húmedas del norte favorecieron el cultivo de caña de azúcar en la primera mitad del siglo XX. Actualmente, la limitada actividad ganadera y de cultivo de piñas se ve afectada por los procesos de expansión urbana de Arecibo, Manatí, Barceloneta, Vega Baja, Vega Alta, Dorado, Toa Baja y Bayamón. Por otro lado, las temperaturas frescas del interior montañoso han favorecido productos como el café, los cítricos, el tabaco y otros frutos menores.
La zona al sur de la Cordillera Central posee una llanura costanera que se extiende de forma continua desde Patillas hasta Ponce. Otra zona que posee tierras muy fértiles en el sudoeste se encuentra en los llanos entre Guánica y Lajas, pero se caracteriza por tener una precipitación mucho más escasa que la del norte
El
café
El
café cobró importancia
comercial durante la segunda
mitad del siglo XIX, cuando
se exportaba a países
europeos y a los Estados
Unidos. En estos mercados,
el café de Puerto Rico gozó
de gran aceptación entre los
amantes de este producto,
hasta que, por el azote del
huracán San Ciriaco y
fluctuaciones en el mercado
estadounidense, surgieron
productos similares a menor
precio dentro de los mayores
mercados.
Aunque en las últimas
décadas el cultivo del café
ha cobrado auge, los
fenómenos ciclónicos de años
recientes han afectado
duramente a muchas fincas en
la región montañosa. En 1996
y 1998, los ciclones
Hortensia y Georges,
respectivamente, afectaron
significativamente la
producción de café. Se
estima que pasará algún
tiempo para que los niveles
de producción logren
aumentar.
El ambiente geográfico del
cultivo del café se
concentra en las zonas del
interior montañoso, de alto
relieve y de temperaturas
moderadas y frescas: éstas
son las condiciones
necesarias para obtener un
producto de calidad. Esa
zona se extiende desde
Ciales, hacia el oeste,
hasta Maricao; y hacia el
sur, hasta Yauco. El cultivo
del café ha transformado el
paisaje rural de la Isla de
una forma muy distinta de
como lo hizo el cultivo de
la caña de azúcar. En lugar
de transformar el paisaje en
una extensa plantación, como
lo hicieron las centrales
azucareras, las zonas
cafeteras, por su parte,
dieron origen a áreas de
bosques secundarios,
necesarios para la
conservación de esos
ambientes naturales
La caña de azucar
Durante las primeras décadas
del siglo XX, surgieron
grandes plantaciones que
dedicaban gran parte de los
llanos y las colinas al
cultivo de la caña de azúcar.
Las estructuras de las
centrales azucareras eran
imponentes, con sus altas
chimeneas y grandes
edificios. Esta operación
industrial requirió del
establecimiento de líneas
ferroviarias, para
transportar la caña desde
los campos de cultivos hasta
las centrales azucareras.
Las
operaciones más
desarrolladas se ubicaban en
la zona de los llanos
costaneros del sur; entre
ellas, se encontraban
centrales azucareras como
Aguirre y Guánica. Estos
centros de producción de
azúcar se convirtieron en
una parte fundamental en la
vida de los poblados que
dependían de esta industria.
Durante la cosecha, la
central operaba sin pausa,
veinticuatro horas al día,
para maximizar la producción.
Pero, durante el tiempo
muerto, cuando terminaba la
producción de caña, los
obreros tenían que emplearse
en otras labores para
sobrevivir.
A medida que la economía se
orientó hacia la manufactura
y los costos de operación
aumentaron, la mayoría de
las centrales azucareras
cerraron sus operaciones
paulatinamente. Actualmente,
la caña de azúcar se procesa
en las únicas dos centrales
que quedan en operación: la
central Roig y la central
Coloso.
El
tabaco
Desde 1900 hasta 1927,
Puerto Rico produjo
alrededor de 35 millones de
toneladas de tabaco
anualmente. El Hoja Prieto
siempre ha sido la planta
más importante cultivada en
nuestras tierras. Se le
consideró, primordialmente,
la hoja de envoltura
más sabrosa en el mundo. El
Hoja Prieto fue usado
exclusivamente en los
mejores cigarros hechos en
el mundo. Las exportaciones
récord se hicieron en 1957
hacia Norte América,
Inglaterra, España, Francia,
México, Honduras, Costa Rica
y otros países dedicados al
cigarro alrededor del mundo.
Hasta entonces, Puerto Rico
fue el quinto exportador de
tabaco más grande en el
mundo, después de los
Estados Unidos, México
Venezuela y África.
El cultivo comercial del
tabaco se desarrolló durante
las primeras décadas del
siglo XX, bajo la soberanía
de los Estados Unidos. Esta
actividad la realizaban
familias, cuyos miembros
participaban en la cosecha y
en el proceso del
despalillado, antes de
enviarlo a las fábricas. Su
zona geográfica comprendía
las montañas húmedas del
interior montañoso, aunque
se llegó a sembrar también
en Isabela, Lajas y en las
alturas de Coamo. Gran parte
del cultivo del tabaco se
llevaba a cabo en laderas de
montañas de alta inclinación.
Para estos propósitos, se
deforestaron amplias zonas,
especialmente en las zonas
central y oriental de la
Cordillera Central, lo que
resultó en la erosión y el
agotamiento de los terrenos.
La competencia entre los
precios de los tabacos
extranjero (incluyendo EE.
UU.) y puertorriqueño, junto
con una reducción en el
consumo doméstico en los
Estados Unidos,
contribuyeron a su
disminución. Actualmente, su
producción es limitada, casi
artesanal, y se utiliza para
la creación de finos
cigarros, un producto de
gran demanda comercial. A
medida que los sectores de
la manufactura, el comercio
y los servicios ocuparon
posiciones de mayor
importancia
Otros
productos
agrícolas
Los farináceos,
como el plátano
y el guineo, y
los tubérculos,
como la yuca, la
yautía y la
batata, ocupan
un lugar
importante en la
economía
agrícola de
Puerto Rico y
son parte
esencial de la
dieta
puertorriqueña.
Estos productos,
que se
cultivaban en
las zonas
montañosas, hoy
día, reemplazan
la caña de
azúcar,
especialmente,
en los llanos
costaneros del
norte y del sur.
Existen extensas
fincas de
plátanos y de
guineos en los
llanos del sur,
como Salinas,
las cuales le
suplen productos
al mercado
local. La piña,
por su parte, se
cultiva en la
región ubicada
entre
Barceloneta y
Arecibo, así
como en el valle
de Lajas. De las
variedades que
se cultivan en
Puerto Rico, se
extrae un jugo
de excelente
calidad. Su
cultivo es
notable por el
patrón lineal
que dibuja sobre
los terrenos en
los que se
siembra,
especialmente,
entre los
mogotes de la
región del carso
norteño.
En 1950 la agricultura
generaba 36.2% del total de empleos en el país. En algún momento durante
la década de 1960, tanto en términos absolutos como relativos, la
agricultura había dejado de ser el mayor patrono en la economía de
Puerto Rico. La proporción del empleo que aportaba la agricultura se
redujo a 22.8% en 1960 y a 9.9% en 1970. Durante las últimas tres
décadas del siglo XX y los primeros años del siglo XXI la tendencia de
reducción se mantuvo; en el año fiscal 2005 sólo había 26,000 personas
registradas formalmente en el sector agrícola, lo que representó solo
2.1% del empleo total.
Contrario a lo que los administradores públicos esperaban, los datos
oficiales confirman que el sector de mayor producción -la manufactura-
no ha sido el que más empleos ha generado. En 1950 el empleo
manufacturero fue de 106,000 personas lo que representó 17.8% del
total. Llama la atención que en 1960 el número de empleados en este
sector se redujo a 91,000, para luego aumentar a 132,000 en 1970, llegar
a un máximo en 1990 con 168,000, y reducirse a 134,000 en el año fiscal
2003. Esta tendencia (errática al principio y declinante recientemente)
en el total de empleos manufactureros contrasta con la ya aludida
aportación de sobre 40% a la producción doméstica bruta. Debe destacarse
que la razón primordial que explica la reducción absoluta y relativa en
el empleo fabril ha sido la transformación interna de ese sector, la
cual a su vez se debe tanto al factor tecnológico como a los cambios en
la organización de la producción a nivel internacional (es decir, a la
nueva división internacional del trabajo y el papel que le ha tocado
jugar a la manufactura en Puerto Rico).
Industrias como la construcción y el transporte han aumentado su
participación en el empleo total. Durante la década de los noventa se
añadieron 23,000 empleos a la construcción, mientras la cifra de empleo
en el transporte se mantuvo inalterada. En el año fiscal 2004 la
construcción registró 88,000 puestos de trabajo, mientras el transporte
alcanzó 30,000 plazas en el año fiscal 2002.
El sector de comercio aumentó sustancialmente su participación en el
empleo, tanto en términos absolutos como relativos: de 90,000 plazas en
1950 (15.1% del total) a 261,000 en el año fiscal 2005 (21% en ese año).
En el caso de las finanzas e industrias a fines, los servicios y el
gobierno, se reflejan tendencias continuas de crecimiento en el empleo
tanto en términos absolutos como relativos. El empleo "financiero"
aumentó de 3,000 en 1950 a 43,000 en el 2005; el empleo en el sector de
servicios creció de 77,000 a 349,000 durante el mismo periodo. Tal
incremento convirtió a la industria de servicios en el sector
productivo que más empleos posee en la economía puertorriqueña, con 28%
del total, lo que confirma su re-orientación durante las pasadas dos
décadas.
Para completar nuestro análisis sectorial de la composición del mercado
laboral, en 1950 el gobierno (administración pública) poseía 7.6% de la
fuerza obrera empleada, ó 45,000 puestos de trabajo. La cifra aumentó
ininterrumpidamente hasta alcanzar 274,000 empleados en el 2005, lo que
significa que el sector público es actualmente el segundo patrono en
orden de importancia. Debe destacarse, sin embargo, que en términos
relativos 1980 fue el año de mayor aportación con 24.4%, lo que
convirtió al sector gubernamental en el patrono más grande para ese
entonces y también en 1990. Las dos recesiones del periodo comprendido
entre 1973 y 1983 explican por qué el empleo público creció a ese ritmo,
al canalizarse fondos de programas federales recién inaugurados para la
creación de plazas (no necesariamente permanentes) en municipios,
agencias estatales y corporaciones públicas.
Ver:
La
Industria azucarera en Puerto Rico
Ver:
El
Cultivo del Café
Ver:
El
Tabaco en Puerto Rico
En 1947,
el Congreso Federal otorgó a los puertorriqueños el
derecho a elegir a su propio Gobernador, colocando
directamente bajo éste toda la estructura ejecutiva. En
noviembre de 1948 fue elegido por primera vez como
gobernador Luis Muñoz Marín, del Partido Popular
Democrático, que tomó posesión de su cargo en enero del
año siguiente.
En
1950 fueron sometidos a la aprobación del pueblo
puertorriqueño una serie de enmiendas a la ley que
regulaban las relaciones entre el gobierno federal y el
de la isla. El 3 de julio de 1952, Puerto Rico adquiría
la categoría de Estado Libre Asociado, y el 25 de julio
del mismo año los puertorriqueños redactaron su propia
constitución y organizaron bajo su dominio el gobierno
interno de la isla. Los principales elementos
jurídico-políticos del Estado Libre Asociado de Puerto
Rico son los siguientes: unión permanente con los EE.UU,
y autoridad suprema de la Constitución y de los poderes
legislativo, ejecutivo y judicial de los Estados Unidos
sobre guerra, defensa y servicio militar, relaciones
diplomáticas, inmigración y aduana, control de la
televisión, moneda y correos; comercio internacional,
régimen de pasaporte, seguro social y ley de quiebras.
Manos a
la Obra
A partir
de la
Segunda
Guerra
Mundial,
el
gobierno
de los
Estados
Unidos
apoyó
una
mayor
libertad
política
para la
Isla, ya
que
estimaba
que si
existía
malestar
entre
los
puertorriqueños
se ponía
en
peligro
la
presencia
estadounidense
en el
Caribe.
Por esta
razón,
respaldaron
la
creación
de
programas
económicos
y
sociales
para
Puerto
Rico.
Estas
circunstancias,
aunque
le
abrieron
el paso
a una
reforma
agraria,
culminaron
en el
desarrollo
de la
industria
manufacturera
como
nueva
base de
nuestra
economía.
Para
lograrlo,
se creó
un
revolucionario
plan que
estaría
financiado,
principalmente,
por
capital
privado
estadounidense.
Este
plan,
puesto
en
marcha
entre
1945 y
1947,
recibió
el
nombre
de
“Operación
Manos a
la Obra”.
Si lees
con
detenimiento,
notarás
que el
nombre
de este
plan
alude a
un
esfuerzo
unido
entre
los
puertorriqueños
para
rescatar
nuestra
economía
y, claro,
nuestra
sociedad.
La
expresión
“manos a
la obra”
es un
llamado
a la
acción,
que
connota
colaboración,
entusiasmo,
fuerza y
propósito.
Es, muy
probablemente,
la forma
más
adecuada
de
describir
el
proceso
de
renovación
que
experimentaría
el país
en los
próximos
años.
Curiosamente,
este
plan
también
se
conoce
en
inglés
como
Operation
Bootstrap,
debido a
que la
palabra
“bootstrap”
se
utiliza
para
describir
los
momentos
en que
usamos
nuestros
propios
recursos
para
crecer
sin la
asistencia
de los
demás.
Sin
embargo,
para
llevar a
cabo el
nuevo
plan
industrial
era
necesario
contar
con “la
asistencia
de los
demás”,
es decir,
atraer a
los
inversionistas
estadounidenses
por
medio de
incentivos
económicos.
Por esta
razón,
en 1947
el
gobierno
aprobó
la Ley
de
Incentivos
Industriales,
que
eximía a
las
nuevas
corporaciones
estadounidenses
de pagar
contribuciones
municipales
y sobre
la
propiedad.
Esto
motivó a
muchas
corporaciones
a
establecerse
en la
Isla,
transformando
el
futuro
económico
de
Puerto
Rico.
Corporaciones
Publicas
Entre
1941 y
1942, el
Gobierno
creó
corporaciones
públicas
para
facilitar
el
desarrollo
económico
de la
Isla.
Entre
éstas,
se
encontraba
la
Autoridad
de
Fuentes
Fluviales,
dedicada
a
desarrollar
una red
de
energía
eléctrica
nacional,
así como
un
sistema
de
acueductos
y
alcantarillados.
Además,
en 1942
se creó
la Junta
de
Planificación,
encargada
de
establecer
un plan
maestro
de
desarrollo.
Por otra
parte,
se creó
también
la
Compañía
de
Fomento
de
Puerto
Rico que,
en
conjunto
con el
Banco de
Fomento
Industrial,
les
brindaría
apoyo a
las
nuevas
industrias
del país.
De esta
forma,
se
facilitó
el
establecimiento
de
fábricas
que no
sólo
serían
propiedad
del
Gobierno,
sino que
también
serían
operadas
por él.
Entre
éstas,
se
encontraba
la
Puerto
Rico
Glass
Corporation,
dedicada
a la
producción
de
vidrio.
Ésta fue
incorporada
en 1943
y
utilizaba
materia
prima
nativa
para
producir,
principalmente,
botellas
para la
industria
del ron.
Otra de
las
empresas
del
Gobierno
fue la
Puerto
Rico
Pulp and
Paper
Corporation,
que
fabricaba
cartón
para
empacar
otros
productos
manufacturados.
Posteriormente,
en 1945,
se
estableció
la
Puerto
Rico
Shoe and
Leather
Company.
Esta
fábrica
utilizaba
cueros
nativos
para
producir
zapatos
que eran
muy
necesitados
por la
población
para
evitar
los
riesgos
a la
salud.
La
Puerto
Rico
Clay
Products
Corporation,
por otra
parte,
se
dedicó a
la
producción
de
bloques
de
construcción,
tejas,
canales
de
desagüe
y tubos
de
alcantarillado.
Energía Eléctrica
El
período
entre
1893 y
1910
marcó el
comienzo
del
consumo
de
electricidad
en
Puerto
Rico,
cuando
esta
fuente
de
energía
era
producida
y
distribuida
sólo por
compañías
privadas.
Luego,
en 1915,
se
construyó
la
primera
central
hidroeléctrica
operada
por el
gobierno:
la
Central
Hidroeléctrica
Carite
1. Ésta
utilizaba
el agua
del lago
Carite
para
producir
la
energía
eléctrica.
Durante
las
próximas
tres
décadas,
se
crearon
varios
embalses
que,
además
de
recoger
agua
potable
para
usos
domésticos
e
industriales,
se
utilizaron
para
establecer
numerosas
generatrices
hidroeléctricas.
Los
sistemas
hidroeléctricos
varían
según la
cantidad
de agua
que se
acumula
en una
cuenca,
así como
la
altura y
la
topografía
del
terreno
en que
se
encuentra.
Estos
sistemas
se
componen
de uno o
varios
lagos
que
almacenan
el agua,
y de
túneles
que
desvían
el agua
hasta un
tubo de
carga.
Finalmente,
el tubo
la lleva
a una
turbina
hidráulica
para
generar
la
electricidad.
El
proceso
de
industrialización
que
experimentó
nuestra
economía
a
finales
de los
años
1930 y
principios
de los
1950,
provocó
un
enorme
aumento
en la
demanda
de
energía
eléctrica
a través
de toda
la Isla.
Por esta
razón,
para
expandir
el
sistema
de
generación
de
electricidad
y la
instalación
de las
líneas
eléctricas,
se creó
la
Autoridad
de las
Fuentes
Fluviales
el 2 de
mayo de
1941.
Luego,
entre
1946 y
1947, la
Autoridad
inició
un
programa
de
electrificación
para las
zonas
rurales
de
Puerto
Rico
pues, en
aquel
entonces,
sólo un
12 por
ciento
de la
población
rural
disfrutaba
del
servicio.
La Tierra del Pueblo
Previo a
la
década
de 1940,
poseer
un
pedazo
de
terreno
era un
verdadero
lujo
para la
familia
puertorriqueña
promedio.
En
aquella
época,
la mayor
parte de
las
tierras
cultivables
estaban
en manos
de las
grandes
corporaciones
estadounidenses
establecidas
en la
Isla.
Como
resultado,
el
Partido
Popular
Democrático,
fundado
en 1938,
propulsó
una
reforma
que
limitaría
a 500
cuerdas
la
extensión
de
tierra
que
podían
poseer
estas
corporaciones.
Aunque
ésta no
era la
primera
vez que
se
intentaba
resolver
el
problema,
el
Partido
Popular
Democrático
usó su
mayoría
legislativa
para
aprobar
la Ley
de
Tierras
de 1941,
fijando
los
parámetros
de una
nueva
reforma
agraria.
Se
establecía,
por este
medio,
la
creación
de la
Autoridad
de
Tierras
que
regulara
las
disposiciones
de la
ley.
El
primer
paso a
tomarse
era
quitarles
o
expropiarles
las
tierras
a las
corporaciones
agrícolas
que
tuvieran
más de
500
cuerdas.
En
segundo
lugar,
la ley
disponía
una
redistribución
de esas
tierras
a los
cientos
de miles
de
personas
que
vivían
como
“agregados”
en
nuestros
campos.
La
distribución
incluía
la
repartición
de
parcelas
de una a
tres
cuerdas
a los
campesinos
y sus
familias.
Además,
los
pequeños
agricultores
recibirían
terrenos
para
fincas
familiares
de hasta
25
cuerdas
y, para
una
mayor
producción
agrícola,
se
repartirían
fincas
de 100 a
500
cuerdas
a los
agricultores
y los
agrónomos
del país.
Aunque
las
corporaciones
respondieron
con
batallas
legales,
el
Gobierno
prevaleció
logrando
que,
entre
1941 y
1959,
más de
60,000
familias
de
agregados
se
convirtieran
en
dueñas
de sus
propias
parcelas
de
terreno.
Transformación
Durante
el largo período de gobierno del PPD (1940-1968) se
acometió una gran transformación socioeconómica de la
isla: del monocultivo azucarero se pasó a una progresiva
diversificación, y a partir de 1948 los populares
dieron un nuevo impulso al proceso de industrialización
del país. Inicialmente el Estado aportó capital
industrial, con el cual se crearon fábricas de masiva
produccion textil, cristal, cemento y papel. Tras ello,
los populares se propusieron incentivar la inversión
externa eximiendo totalmente del pago de contribuciones
por un período que podía llegar hasta los 17 años a las
empresas que se radicaran en Puerto Rico. El programa de
Fomento Industrial corría a cargo de Teodoro Moscoso,
que a mediados de los años sesenta promovió el
desarrollo de la industria pesada mediante el
establecimiento de plantas petroquímicas en las regiones
sur y sudeste del país. En los años 1970 y 1980
prevalecieron las farmacéuticas siendo Puerto Rico el
país mas superpoblado por ellas del mundo y las fábricas
de artículos electrónicos, que generaron un aumento de
la renta de los puertorriqueños, que se concentraron
masivamente en las ciudades. Al convertirse en Estados
federados de los Estados Unidos los territorios de
Alaska y Hawai se reforzó en Puerto Rico el sector
favorable a la integración plena; en cambio, como
consecuencia de la revolución de Fidel Castro, también
se generó en Puerto Rico una corriente nacionalista e
independentista |
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Manufactura
La manufactura es el sector principal de la economía de Puerto Rico.
Además, sirve como enlace entre la Isla y las tendencias tecnológicas y
de mercado de la economía global. El Gobierno ha logrado atraer y
retener una gran cantidad de compañías de manufactura dedicadas a la
alta tecnología y la inversión de capital. Algunas de las industrias más
destacadas dentro del sector de la manufactura son: las farmacéuticas,
los textiles, los petroquímicos, las computadoras, la electrónica y las
compañías dedicadas a la manufactura de instrumentos médicos y
científicos, entre otros.
En Puerto Rico existen
cerca de 2,000 plantas industriales distribuidas en diferentes sectores
de la Isla que operan bajo incentivos locales y federales. Ciento
setenta y ocho de la lista de 500 empresas más prósperas de la Revista
Fortune operan en Puerto Rico.
En los últimos años, este
sector ha generado un aumento significativo en las exportaciones de la
Isla. A su vez, el sector de la manufactura es uno de los patronos
principales de Puerto Rico.
Puerto Rico ha tenido
gran éxito en la atracción y retención de industrias
de alta tecnología y de alto capital fijo. Entre
estas figuran empresas manufactureras de productos
farmacéuticos, computadoras e instrumentos de
medición electrónicos, científicos y médicos.
Equipos electrónicos y de uso en el comercio, tales
como: el cartucho para la impresora inkjet de
Hewlett-Packard y las placas madre de Intel también
se producen en la isla. La manufactura es el sector
de mayor importancia económica en términos de
producto bruto nacional (GDP).
La
revista Fortune publica una lista de las 100
empresas más grandes de los E.U. De ellas, 57 se
benefician de la fuerza laboral adiestrada y
dedicada de Puerto Rico. De la lista de la 500
empresas más grandes de la misma revista figuran 167
en Puerto Rico. Puerto Rico ha tenido un
considerable crecimiento en el sector de productos
farmacéuticos y de alta tecnología por las ventajas
competitivas de la manufactura en la isla.
Al presente, en Puerto
Rico operan más de 40 compañías farmacéuticas. La
comunidad farmacéutica de Puerto Rico es la mayor de
EU, superando las de Nueva Jersey, Pennsylvania,
Maryland y California. La industria farmacéutica del
país emplea unos 30,000 trabajadores jóvenes,
educados y bilingües, o sea, más del 15% de la
fuerza laboral manufacturera. Gran parte del éxito
de la industria farmacéutica en Puerto Rico se debe
a una fuerza laboral consciente de la importancia
del control de calidad. Un 75 por ciento son
graduados de escuela superior, mientras un 49 por
ciento de las personas empleadas tienen un año o más
de enseñanza a nivel universitario. Los productos
farmacéuticos incluyen productos medicinales,
químicos y botánicos; preparaciones farmacéuticas,
sustancias in vitro y para fines de diagnósticos y
productos biológicos.
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