La perdiz se libró por aquella vez del ave rapaz.
Debajo del antifaz se le veía una cruz.
Era un chico audaz, capaz de cualquier cosa.
Para que no te engañen hay que ser sagaz y perspicaz.
La escasez de espacio les hacía vivir con gran estrechez.
A la actriz se le notaba una pequeña cicatriz en el cuello.
A veces, el dinero no resulta eficaz para ser feliz.

Fin