El misterioso bálsamo curó sus
heridas y le infundió ánimo.
En aquella época los romanos llamaban bárbaros a los
extranjeros.
La víctima del águila fue esta vez un pobre
corderito.
Los senadores romanos usaban túnica y no hábito.
Aquel
señor de Córdoba era de muy buena índole.
Los pájaros
suelen anidar en las ramas de los árboles.