L a G r a n E n c ic l
o p e d i a I l u s t r a d a d e l P r o y e c t
o S a l ó n H o g a r
¿Qué se entiende por suelo?
Es la parte más superficial de la corteza terrestre en
que vive y crece la vegetación y otros organismos. En él
crecen las plantas que proporcionan al hombre la mayoría
de sus alimentos así como muchas de las materias primas
con las que fabrican productos esenciales.
El suelo se compone de
minerales sólidos y disueltos, agua, gases, residuos de
organismos muertos y organismos vivos. Hay factores que
determinan el tipo de suelo que se desarrolla en un área
dada: la composición de la roca madre, el clima, la
topografía, el tiempo y la actividad de las plantas y de
los animales.
Desde el punto de vista de
los microbiológicos, el suelo es un enorme sistema en el
cual toda clase de materia orgánica se integra. Las
plantas, los animales y el hombre regresan al suelo.
Mucha de la actividad de los organismos del suelo
depende de los residuos de la energía de esta materia
muerta. A través de esta actividad, las substancias
regresan a un estado inorgánico original como minerales,
gases, agua y continúan en el ciclo ecológico una vez
más.
La velocidad con la que
ocurre el proceso de descomposición depende
primordialmente del clima y la composición del suelo. Le
llamamos “humus” a la sustancia que se ha descompuesto
hasta el punto de que la materia original no pueda
distinguirse.
La proporción de “humus” o
materia orgánica descompuesta es importante para los
ecosistemas del suelo. El “humus” es un depósito de
substancias necesarias a los organismos vivientes,
aumenta la acidez del suelo y el poder disolvente del
agua.
Después de muchos años de
cultivo continuado, ciertas clases de suelo que pierden
su “humus” se convierten en polvo inerte. Llegado este
momento, los suelos carecen de valor para producir
cosechas y están dispuestos para el acto final de la
destrucción por la erosión.
Otra causa de disminución
de las cosechas la constituye la pérdida de ciertos
alimentos indispensables para plantas contenidas en el
suelo. El agricultor los elimina continuamente a medida
que siega su cosecha año tras año y no es capaz de
reintegrar estos nutrientes nuevamente al suelo.
Nuevas técnicas para un
cultivo científico ha aprendido el hombre moderno y no
sólo ha conservado el suelo, sino que ha aumentado su
fertilidad. Sin embargo, a pesar de los conocimientos
adquiridos, el hombre en su negligencia, ha contribuido
a destruir millones de hectáreas mediante la erosión del
suelo. Ha iniciado la destrucción despojando la tierra
de su vegetación natural. La lluvia y el viento han
contribuido también descarnando y arrastrando la fértil
capa superficial que éste había aflojado al cultivar.
Una consecuencia inmediata
del empobrecimiento del suelo (que incluye la carencia
de vegetación y “humus”) es que una cantidad mayor de
lluvia escurre sobre la superficie del terreno en lugar
de penetrar en él, con lo cual arrastra, de la parte
superior del suelo, los elementos nutritivos allí
existentes. El proceso de solución de minerales y otras
sustancias se conoce con el nombre de lixiviación.
Una rotación de cultivos
puede contribuir a proteger el suelo; por ejemplo, si
después de algunos años de cultivo de siembra de hierba,
se obtiene una cosecha de forraje durante dos o tres
temporadas. Esto contribuye a abonar el terreno
empobrecido por los anteriores cultivos. Cuando la
erosión del suelo ya ha empezado, entonces el agricultor
puede plantar árboles, arbustos o hierbas útiles para
detener su avance. Puede además represar las cárcavas y
planificar la distribución del agua mediante riesgo.
Las prácticas de cultivo
sin un control o sin conocimiento son un elemento que
contribuye a la erosión de los suelos, a la fluctuación
en el caudal de los ríos, y al riesgo de las
inundaciones. Se reconoce que los bosques densos y los
pastos bien manejados ofrecen la mayor protección a los
suelos y a las fuentes de abastecimiento.
La presión de uso sobre
este recurso natural aumenta coda día. Las buenas
tierras agrícolas están en la actualidad bajo la fuerte
presión de intereses para el desarrollo de
urbanizaciones, vías públicas, industrialización,
facilidades recreativas y otros fines. Esto se debe a
que estas tierras, son generalmente las más fáciles de
manejar y por lo tanto cuesta menos su acondicionamiento
para lo que se le ha destinado.
Somos un país pequeño con
mucha población. Hay escasez de suelos disponible en
Puerto Rico. Es necesario hacer el mejor uso de este
recurso natural antes de que sea muy tarde.
Este documento fue
provisto por la Oficina de Educación y Publicaciones
del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales.
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