Definición y áreas de interés Proyecto
Salón Hogar
L a G r a n E n c i c l o p e d
i a I l u s t r a d a d e l P r o y e c t o S a l ó n H o
g a r
¿Qué estudia la química?
Proyecto Salón Hogar
En esta sección comenzaremos a descubrir los
secretos de la química y veremos cómo está presente en todas
nuestras actividades y, prácticamente, en todo lo que nos rodea.
Sin embargo, antes de abordar el estudio de la química es
importante conocer qué es ciencia.
La palabra
ciencia proviene del latín scientia, que significa saber.
Pero no todo el conocimiento cabe dentro de la categoría de
ciencia; para que una disciplina pueda ser catalogada como tal,
debe reunir ciertas características, entre las que se encuentran
el ser sistemática, metódica, especializada
y abierta y que produzca investigación científica.
Glosario
Ciencias exactas: aquellas que,
mediante cálculos numéricos o el empleo
de fórmulas o leyes, obtienen sus
resultados ante un problema o fenómeno
natural. Ciencias biológicas: se ocupan
del estudio de los seres vivos, así como
de su interacción con el medio que los
rodea. Ciencias sociales: las que
estudian el comportamiento del hombre
como individuo y en sociedad.
Las diferentes ciencias conocidas se agrupan en: ciencias
exactas (ver glosario), es decir, la matemática,
física y química; ciencias biológicas (ver glosario),
como la zoología, botánica, genética y ecología; ciencias
geológicas y geográficas, ciencias médicas y ciencias
sociales (ver glosario), como la economía, sociología
y demografía.
Para llegar a nuevos conocimientos, los científicos e
investigadores de cada una de las diferentes ciencias tuvieron
como punto de partida la observación; los grandes
inventos y las sorprendentes teorías que hasta el día de hoy
sirven de base a la creación de nueva tecnología, han tenido su
origen en experiencias o fenómenos que los hombres con
mentalidad científica han enfrentado, incluso en situaciones muy
cotidianas, y que han sabido reconocer como hechos
significativos.
Cómo hacer ciencia: el método científico
Quizás pienses que la ciencia es propiedad de los grandes
científicos y que estos, antes de realizar sus descubrimientos,
siguieron una serie de pasos que les permitieron demostrar,
mediante experimentos, sus hallazgos en determinado campo de
estudio.
Sin embargo, en la vida diaria, nosotros también
desarrollamos, en cierto nivel, conocimientos. Por ejemplo: si
nunca has visto una determinada fruta en tu vida, cuando llega a
tus manos, por lo general lo primero que haces es observar su
forma, preguntándote cuál será su sabor o si es venenosa. Luego
la tocas, la hueles y si su aroma es agradable, la comes y
aprecias su sabor. En este caso, descubriste algo nuevo sin
necesidad de ser un gran científico.
Sin embargo, aplicaste, quizás sin saberlo, algunos pasos
básicos de lo que se conoce como método científico, el
cual integra una serie de etapas, como la observación, el
problema, la hipótesis y la experimentación,
situaciones similares al ejemplo de la fruta.
En las siguientes páginas podrás reconocer los pasos de este
método, a través de los experimentos que iremos desarrollando.
Entre las ciencias existen diferencias; por ejemplo, entre la
química y las ciencias sociales. En ambas se usa el método
científico, pero en la química hay mayor precisión en la
predicción de efectos y posterior ratificación de las etapas del
método científico. Por lo tanto, la química es una ciencia
exacta, no así las ciencias sociales, porque no siempre es
técnicamente posible el desarrollo de las experiencias que
plantea, por lo que no puede comprobar sus hipótesis.
Naturaleza de la química
La química es una disciplina cuyo objeto de estudio es la
descripción de las propiedades de las sustancias y los
intercambios de materia que se establecen entre ellas,
denominados reacciones químicas.
Dentro de las ciencias, la química es una de las más
entretenidas, pues con ella se puede aprender y conocer una
serie de nuevos conceptos, los cuales se pueden poner a prueba
por medio de la experimentación.
Sin embargo, la química no solo se encarga de estudiar los
elementos químicos, su estructura y organización en la tabla
periódica y las reacciones químicas en las cuales interactúan.
También es una ciencia integral y disciplinaria, pues por medio
de su estudio podemos comprender otras ciencias, como la
bioquímica, la biología, la fisiología y la físico-química.
La química está presente en nuestra vida diaria. Por ejemplo:
al alimentarnos diariamente, nos nutrimos, ya que la comida nos
proporciona energía, la que se produce debido a
diferentes reacciones químicas ocurridas en nuestras células.
Esta energía la usamos para caminar, correr y estudiar, entre
otras actividades. Ahora mismo puedes leer sin problemas gracias
a que tu cuerpo está liberando energía proveniente de las
reacciones químicas, que tú mismo, sin darte cuenta, estás
generando en tu organismo. Asimismo, los mismos alimentos que
consumimos (leche, frutas y carnes, por ejemplo) son producto de
reacciones químicas complejas.
En la naturaleza estas reacciones se efectúan a diario en los
organismos. La fotosíntesis es un ejemplo. A través de
ella, las plantas sintetizan azúcares que son almacenados en
órganos especializados, como los frutos que luego nos servimos (ver
recuadro en página de reacciones químicas). Y así
podemos seguir enumerando muchas otras reacciones en las cuales
la química se hace presente en nuestras vidas.
Los inicios de la química
Empédocles de Agrigento.
Empédocles de Agrigento (430 a.C)
afirmó que la Tierra estaba formada por cuatro
elementos: tierra, aire, agua y fuego.
Aristóteles (330 a.C) supuso, además,
que el cielo constituía un quinto elemento,
llamado éter. Los griegos creían que las
sustancias de la Tierra estaban formadas por
distintas combinaciones de estos elementos.
Asimismo, se planteaban la cuestión de si la
materia podía ser dividida indefinidamente, o si
se llegaría a un punto en el que las partículas
fuesen indivisibles.
Aristóteles.
Fue el filósofo Demócrito de Abdera
quien concluyó que las partículas indivisibles
eran los átomos, palabra que significa ‘no
divisible’, y sugirió que algunas sustancias
estaban compuestas por diversos átomos o
combinaciones de estos. También pensaba que una
sustancia podía convertirse en otra al ordenar
sus átomos de diferente manera.
Los alquimistas de la Edad Media
fueron los impulsores de teorías y
especulaciones químicas, pero que no se basaban
en la experimentación, sino en suposiciones y
creencias acerca de un fenómeno determinado. La
mayoría de ellos trabajaban estimulados por la
posibilidad de transformar los metales
ordinarios en oro, creyendo que estos eran
compuestos formados por mercurio y azufre en
diferentes proporciones y que si se lograba
cambiar la cantidad de estos elementos dentro de
las sustancias, se obtendría el preciado metal.
Su labor explicó las reacciones químicas
despertando el interés por estudiar lo que hoy
llamamos reactivos químicos.
Solo unos pocos alquimistas aplicaron sus
conocimientos a otras áreas, como en el caso de
Philippus Theophrastus Bombasto von Hohenheim,
más conocido como Paracelso, el cual
derivó a la medicina lo aprendido con la
alquimia, logrando importantes éxitos.