Ley
de Avogadro
Proyecto Salón Hogar
El estudio de los gases atrajo
la atención del físico italiano Amadeo Avogadro, que en
1811 formuló una importante ley que lleva su nombre. Esta ley
afirma que dos volúmenes iguales de gases diferentes contienen
el mismo número de moléculas si sus condiciones de temperatura y
presión son las mismas. Si se dan esas condiciones, dos botellas
idénticas, una llena de oxígeno y otra de helio, contendrán
exactamente el mismo número de moléculas. Sin embargo, el número
de átomos de oxígeno será dos veces mayor puesto que el oxígeno
es diatómico.
De la ley de Avogadro se
desprende que las masas de un volumen patrón de diferentes gases
(es decir, sus densidades) son proporcionales a la masa de cada
molécula individual de gas.
Si se toma el átomo de carbono
como patrón y se le asigna un valor de 12,0000 unidades de
masa atómica (u), esto quiere decir que el átomo de carbono
tiene una masa de 12. A partir de esto nosotros podemos
determinar la masa atómica de otros elementos de la tabla
periódica, como el hidrógeno. Así, el hidrógeno tiene una masa
atómica de 1,0079 u; el helio, de 4,0026 u; el flúor, de 18,9984
u, y el sodio, de 22,9898 u.
La observación de que muchas
masas atómicas se aproximan a números enteros llevó al químico
británico William Prout a sugerir, en 1816, que todos los
elementos podrían estar compuestos por átomos de hidrógeno.
No obstante, medidas posteriores de las masas atómicas
demostraron que el cloro, por ejemplo, tiene una masa atómica de
35,453 (si se asigna al carbono el valor 12).
Muchas veces se habla de
“peso atómico”, pero lo correcto es “masa atómica”. La masa es
una propiedad del cuerpo, mientras que el peso es la
fuerza ejercida sobre el cuerpo a causa
de la gravedad.
El descubrimiento de estas
masas atómicas fraccionarias pareció invalidar la hipótesis
de Prout hasta un siglo después, cuando se descubrió que, por lo
general, los átomos de un elemento dado no tienen todos la misma
masa. |