El átomo de Rutherford
Proyecto Salón Hogar
El
descubrimiento de la naturaleza de las emisiones radiactivas
permitió a los físicos profundizar en el átomo, que, según se
comprobó, consistía principalmente en espacio vacío. En el
centro de ese espacio se encuentra el núcleo, que solo
mide, aproximadamente, diez milésima parte del diámetro del
átomo.
Ernest Rutherford
dedujo que la masa del átomo está concentrada en su núcleo.
También postuló que los electrones (ver glosario), de los
que ya se sabía que formaban parte del átomo, viajaban en
órbitas alrededor del núcleo. El núcleo tiene una carga
eléctrica positiva; los electrones tienen carga negativa. La
suma de las cargas de los electrones es igual en magnitud a la
carga del núcleo, por lo que el estado eléctrico normal del
átomo es neutro.
El átomo de Bohr
Para explicar la estructura del
átomo, el físico danés Niels Bohr desarrolló en 1913 una
hipótesis conocida como teoría atómica de Bohr (o teoría
cuántica).
Bohr supuso que los electrones
están dispuestos en capas definidas, o niveles
cuánticos, a una distancia considerable del núcleo. La
disposición de los electrones se denomina
configuración electrónica. El número de electrones es igual
al número atómico del átomo. Así, el hidrógeno tiene un único
electrón orbital, el helio dos y el uranio 92.
Las capas electrónicas se
superponen de forma regular hasta un máximo de siete, y cada una
de ellas puede albergar un determinado número de electrones. La
primera capa está completa cuando contiene dos electrones, en la
segunda cabe un máximo de ocho, y las capas sucesivas pueden
contener cantidades cada vez mayores. Ningún átomo existente en
la naturaleza tiene la séptima capa llena. Los electrones más
externos o los últimos en añadirse a la estructura del átomo
determinan el comportamiento químico del átomo.
Si recordamos el ejercicio
mental que hicimos antes, sobre visualizar los electrones que se
desplazan alrededor del núcleo como si fueran planetas que giran
en torno al Sol, y lo comparamos con la visión actual sobre el
átomo, la primera resulta demasiado simple. Ahora se sabe que es
imposible determinar con exactitud la posición de un electrón en
el átomo sin perturbar su posición. Esta incertidumbre se
expresa atribuyendo al átomo una forma de nube, en la que la
posición de un electrón se define según la probabilidad de
encontrarlo a una distancia determinada del núcleo. Esta visión
del átomo como nube de probabilidad ha sustituido al
modelo de sistema solar.
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Niels Bohr
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J. J. Thomson descubrió el
electrón (1897) y con ello evidenció que el átomo podría
tener estructura interna. |
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