Ramses II
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El reinado de Ramsés II posiblemente sea el más prestigioso
de la historia egipcia tanto en el aspecto económico, administrativo, cultural o
militar. No en balde fue el vencedor de la batalla de
Qadesh, siempre según las fuentes egipcias. Ramsés nace hacia el año 1326
a.C., accede al trono imperial hacia 1301 a.C. y muere alrededor de 1234 a.C.
por lo que se trata también de uno de los reinados más largos. Gobernó sobre un
mundo en plena transformación lo que hace más interesante este momento
histórico.
Su abuelo es el faraón Ramsés I,
general del
ejército y
visir, elegido rey de Egipto por Horemheb
al no tener éste descendencia. Su padre fue Sethi I,
maestro político y militar, siendo su madre la reina Tui, miembro de una ilustre
familia de militares. Ramsés II pasó su infancia en Luxor en compañía de sus dos
hermanos y sus dos hermanas. Desde pequeño fue educado para heredar la doble
corona; un preceptor le enseñaría a escribir e interpretar las imágenes escritas
(leer), a conocer los astros, matemáticas
y geometría rudimentarias así como profundizar en materia
religiosa. Hacia los diez años fue nombrado heredero y comandante en jefe
del ejército como primogénito que era; desde ese momento tuvo un harén a su
disposición y acompañó a las tropas en algunas campañas contra los hititas y los
libios. A los 16 años fue asociado al trono imperial por Sethi, continuando con
su educación política. El visir de Sethi, Paser, posiblemente participó en esta
educación, manteniéndose durante veinte años en el cargo tras el fallecimiento
de Sethi. Por estas fechas Ramsés participaría en la supervisión de las
construcciones de Abidos, iniciándose su afición a las edificaciones.
Su primera esposa será una joven de noble familia llamada Nefertari. Tenía 17
años Ramsés cuando casó por primera vez; fruto de este matrimonio nació su hijo
primogénito llamado Amonherunemef. Paralelamente tomó una segunda esposa,
Isetnefret, quien también le dio un hijo llamado Ramsés. Las dos mujeres
continuaron procreando, asegurándose así el futuro de la dinastía. La tercera
esposa será Hentmire, la propia hermana de Ramsés, siguiendo la tradición
faraónica para conservar la pureza de la sangre. Como cuarta esposa eligió a su
propia hija, Merytamón, fruto de su matrimonio con Nefertari, casándose también
con una de las hijas de Isetnefret, Bentanat. A finales del mes de junio del año
1301 a.C. fallece Seti I y Ramsés II sube al trono como rey del Alto y
Bajo Egipto y Sol de los Nueve Arcos. Tenía 25 años.
Sus primeros esfuerzos
están encaminados a mantener la paz interior alcanzada en los reinados
anteriores, manifestando a los sacerdotes
de Amón su deseo de ejercer todos los poderes, evitando en la medida de lo
posible influencias del poderoso clero. Para ello elegirá como sumo sacerdote a
Nebumenef, persona de su absoluta confianza. Desde ese momento pondrá en marcha
un faraónico plan para recuperar las fronteras del Imperio en la época de los Tutmosis
y asegurar la paz interior, al tiempo que iniciaba su programa constructivo,
símbolo evidente de poder en la época. Ordenó la construcción de un gran templo
en Luxor consagrado a Amón-Ra,
formando un conjunto con el construido por Amenhotep. También inició la
edificación del Ramesseum, en la colina de Sheij abd el Gurnah, junto al que se
levantaría un palacio donde supervisar las obras.
Para llevar a cabo estas empresas arquitectónicas era necesario un abundante
flujo de oro, procedente en su mayoría de la zona sur del país.
Uno de los
problemas con los que contaba esta vía aurífera era la escasez de zonas de
avituallamiento, especialmente de agua, dedicándose Ramsés a la perforación de
pozos para solucionar el problema hidráulico. De esta manera pudo aumentar la
llegada de oro para mantener su programa arquitectónico, con el que se
congratulaba con los dioses. La recuperación del antiguo imperio provocaría el
enfrentamiento con Muwattali,
rey de Hatti,
conflicto que se prolongaría por un periodo de 17 años. Con el objetivo de
concentrar todas sus fuerzas en este frente, Ramsés se apresuró en instaurar con
firmeza su hegemonía en Libia y Nubia. En el cuarto año de su reinado inició la
expedición contra los hititas, llegando hasta Biblos con el fin de establecer
bases marítimas de avituallamiento. Mientras Muwattali había establecido una
alianza con los príncipes del Asia Menor y Siria para enfrentarse a los
egipcios. El enfrentamiento de ambos ejércitos será en Qadesh,
desarrollándose una importantes batalla (hacia 1295 a.C.). La batalla no tiene
un vencedor claro, aunque Ramsés II se autoproclamó como el gran triunfador,
según se desprende de las inscripciones encontradas en los templos de Luxor,
Karnak y Abidos. La reacción de Muwattali será establecer una poderosa alianza
contra Egipto, involucrando especialmente a Benteshina de Amurru, tradicional
aliado egipcio.
Durante doce años Ramsés se dedicará a reconquistar el imperio
asiático y africano. Las revueltas de Canaan, Moab y Edom fueron rápidamente
sofocadas, recuperando Egipto la soberanía sobre estos lugares, logrando
preservar el imperio asiático hasta el río Orontes. El siguiente paso dado por
Ramsés será aprovechar el momento de debilidad de los hititas, tras el
fallecimiento de Muwattali y el enfrentamiento sucesorio entre Mursil y Hattusil.
Ramsés atravesó Canaan, tomando el puerto de Ascalón y la ciudad de Jaffa.
Reafirmó el control sobre los puertos fenicios del Mediterráneo y penetró en la
zona sur de Siria, tomando la ciudadela de Dapur, en el reino de Amurru. Tras
asentar en cada una de las plazas tomadas una potente guarnición armada, Ramsés
decidió ocuparse de sus posesiones en Africa. Estableció una serie de colonias
en las costas de Libia y construyó un amplio frente de fortalezas con el fin de
tener vigilada a la población y evitar revueltas.
En el décimo año de reinado
surgen nuevos incidentes en Asia por lo que Ramsés vuelve hacia Fenicia,
recuperando algunas plazas que habían caído bajo soberanía hitita. Para evitar
entrar en un conflicto mayor, Ramsés regresó a su capital, para vivir un breve
periodo de paz y prosperidad económica. Tras algunos años de tensa paz en Asia,
surge un nuevo conflicto entre Egipto y Hatti. Babilonia
se alía con los hititas y rompe relaciones con Egipto. Ramsés se colocó de nuevo
al frente del ejército y partió en dirección al sur de Siria donde tuvieron
lugar duros enfrentamientos que se decantaron del lado egipcio. La solución a
estas constantes luchas vendrá de la mano de un tratado de paz firmado entre
Ramsés II de Egipto y Hattusil de Hatti (hacia 1280 a. C.), uno de los mayores
éxitos del reinado, inaugurando un periodo de paz y prosperidad económica y cultural.
La frontera de ambos países quedaba limitada por el Orontes, mientras Hatti
mantenía su soberanía sobre Qadesh y Amurru y Egipto dominaba los puertos
fenicios. El tratado incluía ayuda militar recíproca, asumiendo la lucha contra
enemigos comunes. Desde ese momento, Ramsés dedicará su tiempo al mantenimiento
de su Imperio, un imperio que abarcaba desde Sudán en el sur hasta el
Mediterráneo en el norte, desde Libia en el oeste hasta el Orontes en el este.
La supremacía de este amplio territorio estaría en Egipto y en manos de su
faraón. Para controlar todo este territorio ordenó la construcción de una nueva ciudad
llamada Per-Ramsés en la región de Tanis, en el delta del Nilo, y la convirtió
en la capital del Imperio al tiempo que se engrandecía y embellecía Menfis
gracias a la labor llevada a cabo por Jaemuaset, segundo de los hijos de
Isetnefret. Tebas quedaba así alejada del poder político. De esta manera se
pretendía alejar del gobierno del país, en la medida de lo posible, a los
pretensiosos sacerdotes de Amón, cuyo centro de poder era la ciudad de Tebas.
Otra de las importantes empresas llevadas a cabo por Ramsés será la construcción
de dos templos excavados en la roca de Abu-Simbel: uno dedicado a Ptah,
Ptahtatenen,
Hathor y el propio Ramsés mientras que el otro se dedica a Hathor y
Nefertari. Con el fin de mantener la paz entre Egipto y el reino de Hatti,
Ramsés contraerá matrimonio con una princesa hitita a finales del año 33 de su
reinado. Ya había celebrado sus dos primeros jubileos - fiesta que se realizaba
después de 30 años de reinado y posteriormente cada tres - llegando a celebrar
hasta 11 jubileos.
La primogénita del rey Hattusil se convertía en la quinta
Gran Esposa Real con el nombre de Mathorneferure, al margen de las numerosas
concubinas que tenía el faraón, hablando algunas fuentes del nacimiento de más
cien hijos en el harén de Ramsés. El matrimonio con la hija de Hattusil sirvió
para fortalecer la paz, impulsando el comercio y las relaciones culturales entre
ambos países. Con el fin de reforzar la amistad entre Hatti y Egipto, Hattusil
ofreció otra segunda hija en matrimonio a Ramsés, convirtiéndose ésta en una
concubina. El periodo de paz será aprovechado por Ramsés para favorecer la
prosperidad económica y cultural de Egipto, al tiempo que estrechaba la
vigilancia sobre los instrumentos de gobierno de su reino. Para ello se rodeó de
un amplio grupo de estrechos colaboradores, miembros de las familias más
cercanas a su persona, creando una élite burocrática. En los últimos años de su
reinado, Ramsés pudo apreciar como se iniciaban las presiones de los pueblos
procedentes de Europa, pueblos que llegarán a tomar Egipto en el año 1200 a. C.
Dentro de estos movimientos demográficos encontramos la huida de la población
judía de Egipto, liderada por Aarón y Moisés.
Tras 67 años de reinado y a la edad de 92 años, Ramsés II fallecía a causa,
según el egiptólogo Esteban Llagostera, de una caries del maxilar inferior que
le provocó una infección sanguínea definitiva. En el trono de Egipto dejó a su
hijo Mineptah,
fruto del matrimonio con Isetnefret, nombrado heredero tras el fallecimiento de
algunos de sus hermanos mayores.
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