Ortografía de la Lengua Española

Real Academia Española, 1999

Capítulo I
Elementos y principios generales de la ortografía española

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1.2. Correspondencia del abecedario del español con su sistema fonológico

La fijación de nuestra ortografía es el resultado de un largo proceso de constantes ajustes y reajustes entre la pronunciación y la etimología, gobernado por la costumbre lingüística. Entre ortografía y pronunciación existen, en consecuencia, desajustes motivados por la evolución fonética del idioma, por sus variedades dialectales (el español se extiende por más de veinte países) y por la misma tradición ortográfica.

Así, en nuestro sistema gráfico se encuentran casos de fonemas representados por un dígrafo o grupo de dos letras, letras que pueden representar más de un fonema, fonemas que pueden ser representados por varias letras, una letra que representa un grupo de fonemas y otra que no representa ningún fonema.

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1.2.1 Letras que pueden representar fonemas diferentes

a) La c ante a, o, u representa el fonema oclusivo velar sordo de casa, cómodo y cuñado. Ante e, i, como en cepa o cine, puede representar, de acuerdo con el origen geográfico de los hablantes, otros dos fonemas:

- El fricativo interdental sordo, dominante en las variedades españolas habladas en el norte, centro y este de la Península Ibérica, representado también mediante la letra z.

- El fricativo sordo, de articulación mayoritariamente predorsal, representado también en la escritura mediante la letra s. Este fenómeno de identificación, conocido con el nombre de seseo, es general, actualmente, en el suroeste de la Península Ibérica, en las Islas Canarias y en toda la América hispana.

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1.2.3. Fonemas que pueden ser representados por varias letras diferentes

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c) El fonema fricativo velar sordo se puede representar con la letra j, o con la letra g ante e, i, como en jardín, jerez, jirafa, jota, judía, gente y girar.

Observación histórica. Las letras g (ante e, i), j y x representaban en la ortografía medieval dos fonemas palatales distintos, sonoro el primero, como en muger y paja, y sordo el segundo, como en dixo. Ambos sonidos se identificaron primero en el sonido sordo y, a partir del siglo XVI, evolucionaron hacia el fonema moderno correspondiente a j, fricativo velar y sordo; así pronunciamos y escribimos hoy mujer, paja y dijo3.

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3 Sobre la conservación de la escritura y pronunciación antiguas en algunos casos del español actual, véase 2.11.