MAPAS HISTORICOSMAPA XXII - NACIMIENTO DE LA EUROPA MEDIEVAL
La idea imperial carolingia, encarnada por la corte y la Iglesia, chocó con las ambiciones de príncipes y nobles que constituían el Imperio de Carlomagno. Así, después de la muerte de este gran monarca, la Historia asiste a la disgregación de su Imperio, la cual, al cabo de diversas vicisitudes, cristaliza en la formación de los reinos de Alemania, Francia, Borgoña e Italia, llamados a tan importantes destinos en la vida de Occidente. Este proceso de disgregación imperial y de formación de nuevas nacionalidades se registra en el siglo IX, durante los reinados de Ludovico Pío y sus inmediatos sucesores. Las etapas principales del mismo se expresan en los cuatro gráficos del mapa. En 817 tuvo lugar el primer reparto del Imperio entre los hijos de Ludovico Pío, aunque Lotario, el primogénito, recibiera, con la sucesión imperial, la hegemonía sobre sus hermanos. Más adelante, las discrepancias sobre este reparto produjeron sendas guerras civiles. En 843, vencido Lotario, por el tratado de Verdún reconoció a sus hermanos Carlos el Calvo y Luis el Germánico la posesión respectiva de Francia y Alemania, mientras él se reservaba una faja de terreno entre el mar del Norte e Italia: la Lotaringia. Este corredor desapareció a su muerte, y en 870 Carlos de Francia y Luis de Alemania se repartieron parte de la Lotaringia, mientras aparecían los reinos de Borgoña y de Italia. Esta situación, con modificaciones favorables a Alemania, se estabiliza en 888, cuando después de la deposición y muerte de Carlos el Simple, puede hablarse de verdadera extinción del que fue el poderoso Imperio carolingio.
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