MAPAS HISTORICOSMAPA XXIX - DISGREGACIÓN DEL IMPERIO ALEMÁN
Después de Staufen y del gran interregno de fines del siglo XIII, el Imperio alemán vive una época de decadencia durante las centurias siguientes, en las que sufre la disgregación paulatina del territorio y, al mismo tiempo, del poder imperial. Estos dos hechos hallan su expresión adecuada en el mapa. Si examinamos las fronteras teóricas del Imperio, tal cual se indica en el signo 7, parece que la afirmación anterior es poco sólida, aunque incluso en este aspecto los emperadores hayan perdido en el Oeste el antiguo reino de Borgoña. Pero los hechos comprueban que entre los siglos XIV y XV se hicieron autónomos por completo los siguientes territorios: los cantones suizos, Saboya, y el ducado de Milán, Génova (con Córcega) y Tuscia (o Toscana) (signo 6). En cuanto a Venecia amplió sus territorios en Terra Ferma (baja llanura del Po) y el Adriático. Este debilitamiento del poder alemán en Italia dio lugar a la lucha de los Anjou (Provenza) y Aragón (Cataluña) por Nápoles y Sicilia. Según expresan las flechas en negro, aquellos se establecieron en Nápoles y estos últimos en Cerdeña y Sicilia. En el interior del Imperio aparecen cuatro grandes casas principescas, que gracias a su poder pueden mantener cierto prestigio en la persona del emperador cuando el título recae en uno de sus miembros. Así, la casa de los Habsburgo, con sus posesiones del Tirol, Carniola, Carintia, Estiria y Austria (signo 1); la de Luxemburgo, con Luxemburgo, Bohemia, Moravia, Lusacia, Silesia y Brandeburgo (signo 2); la de Wittelsbach, con Baviera y el Palatinado (signo 3) y los Wettin en el electorado de Sajonia (signo 4); y la de los incipientes estados de Borgoña en los Países Bajos (signo 5).
|