Concluír de
antemano puede hacerse en tres maneras a saber, por concurso de la
ayuda de Dios (estar en vinculo con lo divino) por el
conocimiento de las causas naturales (el estudio y preparación) que
nos ayudan a concluír, o por el llamado arte del Demonio que es la
adivinación (cuando se carece de facultades por ignorancia y se
recurre a otro). La primera (intuición) se hace por divina
revelación, y se llama don de profecía, la segunda por
la formación (académica) intelectual del medio ambiente y la tercera
(adivinación) por recurrir a metodos no naturales y artificiosos de
dudosa reputación.
En psicología y
las ciencias cognitivas, se le llama
intuición al conocimiento que no sigue un camino
racional para su construcción y formulación, y por lo tanto no puede
explicarse o incluso, verbalizarse. El individuo puede relacionar
ese conocimiento o información con experiencias previas, pero por lo
general es incapaz de explicar por qué llega a una determinada
conclusión. Las intuiciones suelen presentarse más como reacciones
emotivas repentinas, sucesos o sensaciones, que como pensamientos
abstractos elaborados.
Enfoques racionales de la intuición
Algunos expertos
creen que la intuición es una forma de conocimiento inconsciente,
que provendría de porciones funcionales del sistema nervioso que no
están asociadas con el pensamiento racional, de allí la
imposibilidad de expresarlo en términos de razonamiento, y su mayor
afinidad a las emociones y el conocimiento no verbal.
Pese a no ser un
conocimiento racional, la intuición se sabe influye en la manera en
que se elaboran estructuras tan racionales como el conocimiento científico.
En general se le llama serendipia al conocimiento previo sin
justificación racional, de que cierta labor
científica va a generar resultados interesantes. La
serendipia pese a ser intuición propiamente dicha, está directamente
relacionada con el nivel de conocimiento que tenga una persona sobre
el tema de estudio. De modo que muchos la explican simplemente como
experiencia.
Serendipia es la capacidad de
conocer hechos con anterioridad a su resultado e independencia de su
situación espacial, es decir, independiente de tiempo y espacio.
El investigador
científico en su trabajo ha de tener algún tipo de «señal», que le
instigue a reflexionar sobre cierto fenómeno o resultado, bien a
partír de ciertas hipótesis (precogniciones) preestablecidas -meditadas
con antelación por el científico-, donde se indican los resultados
que se esperan obtener; o bien de manera inesperada o accidental. En
cualquiera caso, lo realmente importante en un descubrimiento
científico, más allá de que el fenómeno observado haya sido o no
buscado premeditadamente, es el propio instinto del científico, que
le permite percatarse de éste y, en consecuencia, le hace
reflexionar sobre el nuevo fenómeno observado. Fenómeno que, de otra
forma, hubiese pasado inadvertido para la Humanidad. Pero, además de
ese instinto científico que acabamos de señalar, cabe destacar
ciertos dotes más bien propios de artistas, como la imaginación e
inspiración, que se manifiestan en los científicos cuando realizan
un descubrimiento. Un Don, éste, sin duda reservado para los grandes
genios, como así se ha constatado a lo largo de la historia de la
Ciencia.
Einstein afirmaba,
en relación con el trabajo científico, que «la imaginación es más
importante que el conocimiento» Y es que, del mismo modo que un
pintor o un poeta, que de repente tiene una iluminación y es capaz
de plasmarla en su obra, los científicos necesitan de cierta
inspiración que les permita llegar al conocimiento profundo de los
fenómenos y, consecuentemente, dar engendro al saber científico.
Se puede casi
concluir con seguridad que el saber cientifico tiene muchisimo que
ver con cierta intuición o inspiración de que se llegará a unos
resultado previstos de antemano.
El famoso
presentimiento
¡Tengo un mal
presentimiento! dice
alguien y a los pocos minutos ocurre algo, alguien que no se sube a
un avión por un presentimiento y después se entera que se estrello.
Esto es más común de lo que se cree, malos o buenos presentimientos
siempre asaltan a la gente en el lugar y en el momento menos
esperado, "pero"
¿Que es un
presentimiento?
En términos generales, en este campo la
psicología considera a los presentimientos como una sensación de
aprehensión emocional o afectiva de un acontecimiento futuro.
Popularmente a los presentimientos
también se les conoce como precogniciones o premoniciones y los
utilizan como sinónimos de presentimientos, pero para los
especialistas existe una marcada diferencia
entre estos dos conceptos, si se separan las palabras por sus raíces
(pre=antes de y sentir=emocion afectiva) veremos que esto no tiene
otra causa que la imaginación, o sea, es un sentimiento suscitado
por un recuerdo que se tiene en cierto momento o circunstancias, o
sea, es un sentimiento pre-emocional o algo que surge antes de una
emoción, claro todo esto en el campo científico de la psicología.
En cambio precognición o premonición
nos habla de un conocimiento previo sobre el futuro o fenómeno casi
siempre inmediato, como sé vera no siempre sentimientos y ciencia
van juntas, sin embargo, el hecho de que ambos fenómenos reales o
aparentes objetivos o subjetivos, vayan acompañado de un matiz
afectivo, hace legítimo el uso indiferente de las palabras,
precognición, premonición o presentimiento.
Claro también hay que aclarar la
diferencia entre
intuición
y pronósticos en este campo, pues
mientras a la
intuición
siempre se ha considerado como una
revelación divina que se le da a un ser humano en el que le revela
los acontecimientos futuros que habrán de pasar, en cambio los
pronósticos están basados mas en un proceso científico con bases más
firme por ejemplo él pronostico medico que con conocimiento de causa
da un pronostico de acuerdo a probabilidades de causa y efecto y a
través de este conocimiento conocido pueden llegarse a determinar su
alcance, por lo que se vera no tiene mucha relación con estas dos
“técnicas o métodos” de adivinación del futuro. Solo eso que
existe un supuesto conocimiento de lo que va a pasar.
La diferencia más notable entre estas
es que por ejemplo entre los presentimientos y las profecías a las
cuales se les trata de emparentar
el conocimiento que se obtiene no se puede obtener de ninguna
forma por algún medio de manera natural, o sea, que no se tuvieran
conocimientos de causa, ni por conjeturas de que tal suceso pudiera
suceder, ni siquiera pudiera ser explicado al azar, en estos caso no
se les puede dar mas que una explicación “sobrenatural”, como sucede
con las verdaderas profecías.
Pero la ciencia ha tratado de explicar
los presentimientos con una explicación más sencilla de un fenómeno
que sigue siendo aceptado y esta en estudio sistemático: la
telepatía.
Con esta explicación se podrían
explicar muchos presentimientos, por ejemplo cuando una mujer dice
que tiene un mal presentimiento y al poco rato le dicen que un
pariente ha muerto, o sentir que un pariente esta muy enfermo y al
llamar a su casa corrobora su presentimiento, esto sele ha tratado
de explicar con él termino telepatía espontanea.
Como se sabe la telepatía es la forma
de comunicación en la que no interviene ningún medio físico como
sonidos, gestos, colores ni ninguna forma visual o sonora sino que
es la transmisión de pensamientos de forma directa de una mente a
otra. La cual al parecer no esta limitado por las distancias o
condiciones.
La explicación que se le quiere dar
a este fenómeno es la electricidad que se produce en ese maravilloso
y complejo órgano que es el cerebro, como se sabe el cerebro
lleva a cabo procesos químicos en el que interviene la
electricidad y el magnetismo. El cual es
reconocido por la ciencia pero es tan extremadamente sutil, pero al
parecer no lo es para los demás cerebros que los
pueden percibir y de alguna forma los pensamientos cambian. El campo
electromagnético que se libera del cerebro y por medios aún no
conocidos llega al otro cerebro que puede interpretar el “mensaje
electromagnético” esto explicaría por que no hay impedimentos
conocidos para esta forma de comunicación pies hoy en día se sabe
que el universo esta lleno de electricidad y magnetismo por lo que
se cree fácilmente se puede transmitir estos mensajes A través del
universo, y con una velocidad dicen algunos mas allá de la velocidad
de la luz, lo cual hasta ahora con los avances científicos puede ser
verdad.
A esto se le pueden agregar mas
condiciones orgánicas, cuando el cerebro interpreta algo como un
riesgo ya sea real o ficticia, el cuerpo segrega una sustancia
llamada adrenalina que en su presencia hace que la piel se erice, el
corazón lata con más prisa, se agudicen los sentidos, y en general
el cuerpo se prepara para actuar rápida y eficientemente, el cerebro
también entra un ritmo inusual de actividad, el cual lo hace enviar
mensajes de auxilio como si fuera una emisora de radio, con esto se
explica cuando se sabe que una persona esta en peligro o se siente
mal, en el caso de que la persona va a morir, empieza a enviar estos
mensaje que le son mas susceptibles a las personas con las que
afectivamente vivió a lo largo de su vida, Como si fueran mensajes
predeterminados, entonces el receptor los pude captar pues es un
mensaje mas “claro y fuerte” que el común.
¿Pero en que parte exactamente se
reciben y envían estos mensajes?, A lo largo de los años se le ha
tratado de dar respuesta a esta pregunta la respuesta mas aceptada
se encuentra en una pequeña glándula que primero fue descubierta en
los animales y después en los humanos esta glándula es la llamada:
glándula pineal.
La ciencia hoy por hoy no ha
encontrado la función especifica de este pequeño órgano, que en
otras culturas y otros tiempos se le conoce como el tercer ojo, pero
se dice que aquí reside un conocimiento superior que es el sexto
sentido, que es la forma de conocer lo que no ven nuestros ojos ni
sienten nuestros sentidos, sea como sea ese órgano esta ahí y tal
vez sea cierto lo que se dice del pues se dice que “órgano que no se
usa se atrofia” y esta plenamente demostrado a través de la
evolución pero este pequeño órgano no ha desaparecido a través de
millones de años eso quiere decir que si lo usamos muy poco pero lo
usamos.
Claro que esto explica algunas cosas
pero no deja en claro algunas otras tal vez por que su forma de
acción sean totalmente distintas, por ejemplo esto no explica a las
profecías que a veces ocurren con siglos de anterioridad, ni las
adivinaciones, tal vez estos tengan otras
explicaciones sustentadas en esta base de telepatía.
Tal vez los presentimientos son la
forma más básica de videncia, estado que se puede alcanzar con el
entrenamiento de la mente para convertirla en mejor receptora de
mensajes, pero como hacer esto, técnicas sistemáticas dicen que una
buena forma es poner en blanco la mente concentrarse en la
respiración y abrir la mente tratando de recibir estos mensajes.
Otros dicen que para poder recibir
estos mensajes primero hay que dejar de tener la cabeza tan dura,
claro no literalmente, hay que dejar de tener una mente tan rígida,
en la cual no entran ideas de ningún tipo, se tiene que aprender a
ser receptivo y dejar de encerrarse en un mundo de ideas y
pensamientos propios los cuales no pueden ser desechados ni
cambiados, hay que aprender al pasividad y la tranquilidad, la
serenidad y aceptar el cambio y aprender a dar afecto y a recibirlo,
parece muy lógico, ¿no?.
No hay que desesperarse, todos somos
potencialmente “”presentadores y adivinos”, todos tenemos el don
solo tenemos que empezar a desarrollarlo todo es cuestión de “Quererlo”.
Siempre y
cuando se utilice con responsabilidad
Los
presentimientos alguna vez en la vida nos han ocurrido y sabemos que
existen caminando, dormidos, comiendo como sea, se presentan, a
algunos les ha salvado la vida, a otros les a permitido despedirse
de sus seres queridos, a algunos otros los a hecho millonarios al
ganar algún sorteo, por que se presentan en esos momentos y en esas
circunstancias es difícil decirlo con precisión pero lo mejor será
hacerle caso a nuestros presentimientos…
Adivinación:
Capacidad de preveer acontecimientos futuros o descubrir cosas
ocultas por medio de la Percepción Extrasensorial (ESP) directamente
o bien utilizando como soporte de videncia. Cartas, bola de cristal,
posos de café, Péndulo, etc.
La videncia o
clarividencia, también llamada adivinación es la supuesta cualidad
que poseerían algunas personas para predecir hechos venideros, por
sí mismas o mediante el uso de sortilegios. Históricamente esta
habilidad ha sido siempre compensada por algún tipo de retribución
económica, aunque algunas personas dicen practicarla sin ánimo de
lucro.
La capacidad
atribuida de adivinar el futuro es una creencia que se pierde en la
noche de los tiempos, indudablemente asociada a la ansiedad que
siente el ser humano por su futuro y por lo impredecible. Abierta o
clandestinamente, está presente en todas las sociedades y culturas
sin excepción alguna, desde el Neolítico a nuestros días y a pesar
del triunfo del empirismo científico como visión cosmológica
dominante.
Las personas a
las que se atribuye tal habilidad suelen estar revestidas a los ojos
de la sociedad con alguna cualidad especial, bien sea innata («tener
don», «venir de familia», etcétera) o adquirida mediante iniciación
u ordenación sacerdotal o de cualquier otro tipo, incluida la «superioridad»
que proporciona el hecho de aparecer, por ejemplo, en televisión.
Hoy por hoy, la
videncia se practica abiertamente en la mayoría de sociedades
occidentales a través de consultas o mediante medios telefónicos,
casi siempre apoyándose en algún sortilegio como la cartomancia que
parece dotar al vidente de mayor autoridad. Jurídicamente se
considera bajo el amparo de la libertad de creencias protegida como
derecho fundamental por la mayor parte de legislaciones democráticas,
si bien ello no impide que se persigan las estafas de importancia
cometidas por videntes basándose en la credulidad o deseo de creer
de muchas personas.
Antiguamente la
palabra se utilizaba también para definir a aquellas personas con el
don de la profecía en un contexto religioso, pero este uso se ha
perdido.
LOS TRES NIVELES DEL
CONOCIMIENTO
El ser
humano puede captar un objeto en tres diferentes niveles, sensible,
conceptual y holístico. El conocimiento
sensible consiste en captar un objeto por medio de los sentidos;
tal es el caso de las imágenes captadas por medio de la vista.
Gracias a ella podemos almacenar en nuestra mente las imágenes de
las cosas, con color, figura y dimensiones. Los ojos y los oídos son
los principales sentidos utilizados por el ser humano. Los animales
han desarrollado poderosamente el olfato y el tacto.
En segundo lugar, tenemos el
conocimiento conceptual, que
consiste en representaciones invisibles, inmateriales, pero
universales y esenciales. La principal diferencia entre el nivel
sensible y el conceptual reside en la singularidad y universalidad
que caracteriza, respectivamente, a estos dos tipos de
conocimiento. El
conocimiento sensible es singular y el conceptual universal.
Por ejemplo, puedo ver y mantener la imagen de mi padre; esto es
conocimiento sensible, singular. Pero
además, puedo tener el concepto de padre, que abarca a todos los
padres; es universal. El concepto de padre ya no tiene color o
dimensiones; es abstracto. La imagen de padre es singular, y
representa a una persona con dimensiones y figura concretas. En
cambio el concepto de padre es universal (padre es el ser que da
vida a otro ser). La imagen de padre sólo se aplica al que tengo en
frente. En cambio, el concepto de padre se aplica a todos los
padres. Por esto decimos que la imagen es singular y el concepto es
universal.
En tercer lugar tenemos el
conocimiento holístico (también
llamado intuitivo, con el riesgo de
muchas confusiones, dado que la palabra intuición se ha utilizado
hasta para hablar de premoniciones y corazonadas). En este nivel
tampoco hay colores, dimensiones ni estructuras universales como es
el caso del conocimiento conceptual.
Intuir un objeto significa captarlo dentro de un amplio contexto,
como elemento de una totalidad, sin estructuras ni límites definidos
con claridad. La palabra holístico se refiere a esta totalidad
percibida en el momento de la intuición (holos significa totalidad
en griego). La principal diferencia entre el
conocimiento holístico y conceptual reside en las estructuras.
El primero carece de estructuras, o por lo menos, tiende a
prescindir de ellas. El concepto, en cambio, es un
conocimiento estructurado. Debido a
esto, lo percibido a nivel intuitivo no
se puede definir, (definir es delimitar), se capta como un elemento
de una totalidad, se tiene una vivencia de una presencia, pero sin
poder expresarla adecuadamente. Aquí está también la raíz de la
dificultad para dar ejemplos concretos de este
conocimiento. Intuir un valor, por ejemplo, es tener la
vivencia o presencia de ese valor y apreciarlo como tal, pero con
una escasa probabilidad de poder expresarla y comunicarla a los
demás.
Un ejemplo de
conocimiento holístico o intuitivo
es el caso de un descubrimiento en el terreno de la ciencia. Cuando
un científico dislumbra una hipótesis explicativa de los fenómenos
que estudia, podemos decir que ese momento tiene un
conocimiento holístico, es decir, capta
al objeto estudiado en un contexto amplio en donde se relaciona con
otros objetos y se explica el fenómeno, sus relaciones, sus cambios
y sus características. El trabajo posterior del científico, una vez
que ha vislumbrado una hipótesis, consiste en traducir en términos
estructurados ( conceptos) la visión que ha captado en el
conocimiento holístico, gracias a un
momento de inspiración.
La intuición
empieza por sí misma
Creo que se trata
de uno de nuestros más valiosos recursos, y que no lo aprovechamos
convenientemente en las empresas. Me permití escribir el año pasado
un artículo sobre la intuición, que apareció en dos importantes
revistas y que todavía puede verse en Internet; el feedback que
recibí me mostró la gran expectación que el tema suscita, y aun me
produjo cierta compunción por no haber profundizado suficientemente
en él. Creo que podemos hacerlo –profundizar– paralelamente todos
los interesados, porque hay valiosos documentos disponibles en la
Red. Mientras, yo les ofrezco mis 40 primeras ideas sobre la
intuición en la empresa. La intuición...
1. La intuición
genera señales instantáneas, repentinas, a modo de súbitos mensajes
del interior; pero hay que interpretarlos adecuadamente.
2. La intuición
también podría funcionar de manera continuada, y no sólo impulsiva,
fundiéndose, por ejemplo, con la inspiración o el designio personal.
3. La intuición
en las relaciones humanas tiene bastante que ver con la empatía;
quizá, para buen fin, se nutran mutuamente y actúen en sinergia.
4. La intuición
utiliza distintos niveles o vehículos para manifestarse, y quizá más
de uno a la vez: el físico, el mental, el emocional y el espiritual.
5. La intuición,
según dicen los expertos, nos permite acceder a una gran reserva de
conocimientos de los que no somos conscientes, o lo somos sólo
parcialmente.
6. La intuición
viene a ser el modo de pensar “por defecto”, es decir, el que
funciona cuando no aplicamos el pensamiento racional.
7. La intuición
parece difícil de definir de modo gestaltista u holista; más que
limitadoras definiciones, encontramos afirmaciones sobre ella.
8. La intuición
es a la vez genética y extragenética; pero es que también podríamos
pensar que es individual y colectiva, como si participáramos del
saber ajeno.
9. La intuición,
como objeto de estudio por expertos, es observada desde distintos
ángulos y suscita conclusiones no coincidentes: quizá eso la hace
más atractiva.
10. La intuición,
más que un rasgo de la personalidad, es una función del cerebro;
pero el hecho es que cada persona la utiliza de diferente manera.
11. La intuición
podría servir a su propia explicación, con el riesgo de llegar a
conclusiones mezcladas con nuestras creencias y rechazables por el
establishment .
12. La intuición
se manifiesta típicamente mediante palabras, imágenes, sentimientos
o sensaciones viscerales, que no siempre sabemos interpretar.
13. La intuición,
reconocida como multiforme voz interior, puede también mostrarse
desde fuera de uno mismo, mediante epifanías.
14. La intuición
se presenta a menudo sin avisar, pero también puede ser llamada, y
responder enseguida o tomarse algún tiempo.
15. La intuición
parece elegirnos a nosotros –más que nosotros a ella–, pero eso no
significa que no podamos facilitar el encuentro y recibir sus
mensajes.
16. La intuición,
innata pero cultivable, parece mostrarse proporcional a la honradez
emocional y a la motivación por saber, por descubrir y por resolver.
17. La intuición,
en su manifestación quizá más cotidiana, nos permite leer entre
líneas y conocer los sentimientos de los demás, al margen de sus
palabras.
18. La intuición
parece inseparable de la comunicación, y desde luego da soporte a la
interpretación de los gestos, los movimientos y la paralingüística.
19. La intuición,
según algunos investigadores, contiene la verdad y es infalible;
pero, por si fallaran otros elementos del proceso, vale alinearse
con los más cautos.
20. La intuición
es una facultad genuina, y no debemos confundirla con temores
suscitados por el miedo, con deseos o con peligrosas presunciones de
infalibilidad.
21. La intuición
tampoco debería confundirse con el instinto, la adivinación, la
creatividad o la inspiración, aunque sí pueda “fundirse” con ellas.
22. La intuición,
al elegirnos, parece seguir criterios de mérito y disposición
receptiva; ayuda más a los íntegros que a los corruptos, a los
generosos que a los egoístas.
23. La intuición
presenta fronteras indeterminadas; hay quien piensa, por ejemplo,
que el apetito, además de una forma de estrés, es una intuición.
24. La intuición
complementa al conocimiento, como la inteligencia emocional
complementa a la analítica o académica.
25. La intuición
es lo que nos lleva a enamorarnos de una determinada persona; pero
también puede generarnos recelo o desconfianza hacia otras.
26. La intuición
parece depender de la conciencia que tenemos de nosotros mismos; eso
sería, en buena medida, lo que distinguiría a los más intuitivos de
los menos.
27. La intuición
podría estar relacionada con una parte de la inteligencia no
residente sólo en el cerebro, sino también en las vísceras.
28. La intuición,
joya de la corona de la inteligencia, es el sentido verdaderamente
humano, que no compartimos con los animales ni con las máquinas.
29. La intuición,
es decir, la revelación intuitiva, puede producirse en cualquier
momento; debemos estar atentos y preparados para reconocerla e
interpretarla.
30. La intuición
está detrás de los juicios que hacemos sobre los demás; esto es algo
reconocido, que además sirve para evaluar nuestra habilidad
intuitiva.
31. La intuición
parece entrar en resonancia con la personalidad autotélica y la
negentropía psíquica, es decir, con el orden en la conciencia.
32. La intuición
es, por lo anterior, bastante más probable en estados de calma o paz
interior, en que estamos atentos a nuestras emociones.
33. La intuición
parecía reservada, en la empresa, a los ejecutivos, porque son ellos
quienes, más a menudo, pueden tomar decisiones sin dar explicaciones.
34. La intuición
se usa mucho, pero se podría usar más y mejor, y no sólo al tomar
decisiones; pero hemos de separarla de lo que no es genuina
intuición.
35. La intuición
no es patrimonio de directivos visionarios o narcisistas, y no debe
confundirse con el mesianismo que lucen; todos podemos cultivarla.
36. La intuición
es motivante; las señales intuitivas nos mueven a la acción, pero
hemos de poner la razón en medio y evitar la precipitación.
37. La intuición
está detrás de muchos logros en materia de creatividad e innovación,
y ha resultado clave en numerosos éxitos empresariales.
38. La intuición
creadora parece exigir, por decirlo así, que estemos en resonancia
con el reto o problema a resolver, o sea, que lo hayamos comprendido
bien.
39. La intuición
puede estar muy desarrollada; en esos casos no accedemos a ella sólo
por azar, sino que podemos provocar su aparición.
40. La intuición
permite percibir (presentir) cosas venideras (aunque no siempre las
personas presuntamente visionarias lo son realmente).
Bueno, ya les
decía que seguiré profundizando en la fenomenología de la intuición,
y terminando quizá de diseñar un workshop al respecto, pero les
animo a que lean sobre el tema. Uno puede hacer, por ejemplo,
serendipitosos descubrimientos en Internet... Por cierto, seguro que
hay una sólida conexión entre la intuición y la serendipidad... Una
cosa más: espero que estemos de acuerdo en, al menos, 30 de las 40
ideas formuladas; pero intenten ustedes prolongar esta lista.
Reconozca las señales intuitivas
La neurociencia admite que, para
que brote la respuesta intuitiva a un problema, antes hemos de haber
identificado e interiorizado suficientemente la situación como
consecuencia de la inquietud que nos transmite; después, y ya de
manera que no nos resulta consciente, hemos de haber incubado la
solución. Luego, en cualquier momento, emerge la señal intuitiva “lo
mismo —como dice Csikszentmihalyi— que un corcho mantenido bajo el
agua sale y salta en el aire cuando se le suelta”; nosotros también
la vemos como una burbuja que, al llegar a la superficie, se muestra
efímera: hay que estar atentos para captarla. En cualquier caso, una
vez que, repentinamente, ha brotado la intuición y se ha reconocido
y registrado como tal en la conciencia, es el turno de la razón
analítica: el necesario complemento.
Reconozcamos, por consiguiente,
esa especie de sexto sentido que es la intuición, y no la
confundamos con una mera opinión, con un deseo, con una apuesta de
futuro o con una reflexión. Estemos atentos a estas señales
intuitivas repentinas (palabras, frases, imágenes, sensaciones,
emociones) y procuremos registrarlas en la conciencia antes de que
sucumban a su censura; registrémoslas, incluso y si podemos, en un
papel. Si no lo hacemos, la señal se puede diluir por difusa, o por
mor de las rigideces racionales. A veces, uno se despierta por la
noche y, de repente, se le ocurren algunas ideas relacionadas con
los problemas que tenía en la cabeza al acostarse; si no pensáramos
firmemente en estas revelaciones surgidas, sólo unos instantes y sin
ánimo de valorarlas, podríamos haberlas olvidado al levantarnos.
Deseamos añadir un comentario.
Hemos citado al profesor Cooper y queremos decir que él, en su
conocida obra Executive EQ , habla de “flujo intuitivo”
relacionándolo con el estado de flujo estudiado por el igualmente
citado profesor Csikszentmihalyi (cuyos libros Flow y
Creativity nos han parecido también altamente interesantes). La
verdad es que nosotros no habíamos relacionado el estado de flujo (especie
de íntima euforia derivada del alto rendimiento) con la intuición (tampoco
parece hacerlo Csikszentmihalyi), pero admitimos cierto solape e
invitamos al lector a consultar estos tres libros, si no lo hubiera
hecho ya.
Desarrolle su intuición
Hemos tratado de definir la
intuición en busca de la aquiescencia del lector; pero reconocemos
que nosotros mismos hemos tardado más de 35 años en entender y
valorar este bonísimo recurso del ser humano. Ahora, en los
siguiente párrafos, documentados en las enseñanzas de Cooper,
Goleman y otros expertos en inteligencia emocional y management
, veremos algunas prácticas que se recomiendan para el
desarrollo de esta facultad. De entrada, recordar algo que también
nos transmite el profesor Cooper: la intuición se cultiva con
honradez emocional como nutriente. (Hemos entendido bien lo de
honradez emocional: no se trata de perseguir a los corruptos, sino,
básicamente, de ser coherentes con nosotros mismos y preferir la
verdad a la tranquilidad). Aquí van ya las recomendaciones que
sometemos a su consideración, para el desarrollo de la intuición:
• Conózcase a sí mismo. Se trata del
famoso mandato délfico: Gnothi seauton . Si lo prefiere,
Nosce te ipsum. Esto es bueno para todo y encaja con la
necesaria dosis de honradez emocional. Para alcanzar el
autoconocimiento, ábrase a la retroalimentación de buenas
fuentes, practique la reflexión y preste atención a su voz interior:
no deje atrofiar este recurso. No nos referimos a la voz de su ego;
se trata, si le vale decirlo así, de la voz de su alma, de la voz de
su conciencia (ahora hablamos de conciencia moral), de su fuero
interno. Hay personas que apenas escuchan la voz de los demás, pero
igualmente grave resulta el no escucharse a sí mismo. Trate de
destapar esos puntos ciegos pendientes y tome conciencia de sus
fortalezas y debilidades. Intente ser, de verdad, lo que le gustaría
ser e intenta parecer (esto ya lo decía Sócrates). Distinga bien sus
pensamientos de sus sentimientos e identifique claramente sus
emociones; no renuncie a ellas pero reconózcalas, es el primer paso
para encauzarlas debidamente y aprovecharlas. Además, ya sabe que a
veces la intuición se expresa mediante emociones.
• Mejore su CE (cociente emocional):
diríamos que se trata de un imperativo moral. Si desarrolla bien su
esfuerzo de autoconocimiento, es posible que encuentre áreas de
mejora: autocontrol, empatía, liderazgo, proposito de vida
, resistencia a la adversidad, flexibilidad... Cuanto mejor funcione
su cerebro emocional, más ayuda recibirá de la intuición. En su
proceso de mejora, siga buscando buen feedback : no se
contente con que le digan sólo lo que le guste escuchar. El
feedback es (lo dice Rick Tate) el desayuno de los campeones.
Aprenda a expresar y administrar sus sentimientos como expresa y
administra sus pensamientos. La inteligencia emocional nos hace
seres humanos más completos y aún más felices. No lo dude, la
intuición funciona mejor en personas con elevado CE; de hecho, la
intuición viene a ser una dimensión exaltada de la inteligencia
emocional.
• Formule preguntas claras a su
intuición. La intuición está esperando que Ud. la llame y que le
plantee preguntas bien definidas. Cuanto más la utilice, mejor
funcionará. Quien esto escribe tiene por norma dejar trabajo al
subconsciente cada noche y esperar resultados por la mañana.
Entonces, uno puede encontrar respuestas, como regalos traídos por
el ratoncito Pérez: ideas valiosas para problemas que demandan
soluciones creativas, espacios de visión que amplían su horizonte,
impulsos o determinaciones de hacer algo (o, definitivamente, de no
hacerlo)... Debe profundizar en lo yacente y subyacente de cada
situación que le inquiete, y luego formularse preguntas que pueda
responder la intuición con su diverso y peculiar lenguaje.
• Evalúe las señales intuitivas, es
decir, las soluciones que se le ofrecen. Tanto si se trata de ideas
creativas, impulsos para la acción, soluciones a dilemas o luces
para penumbras, no las rechace ni las admita instantáneamente:
recuerde lo del turno de la razón analítica. Ya sabemos bien que la
razón no es contraria, sino complementaria, a la intuición. Es
necesario asegurar cuanto se pueda el acierto ante cada decisión;
mediante el acierto, ganaremos confianza en los procesos intuitivos,
acudiremos a ellos con más frecuencia y descifraremos mejor sus
señales. No bajemos la guardia en la evaluación, aunque creamos que
nuestras intuiciones son siempre buenas; no nos creamos nunca
especialmente agraciados con el don de la intuición; no nos
olvidemos de la prudencia, la humildad y el aprendizaje. También
hemos leído (Cooper): “No se puede ser intuitivo si se empeña uno en
valerse del conocimiento”.
Conclusión
Nos quedamos pensando que quienes
ya conocían la importancia de la intuición no necesitaban estos
párrafos; y que quienes no habían reparado suficientemente en ella
no habrán sintonizado plenamente con nuestras palabras. Pero, si así
fuera, confiamos en que los primeros nos habrán dirigido su
aquiescencia, y los segundos empezarán a interesarse. Nosotros vemos
la intuición como un recurso personal que, aunque pueda parecer algo
esotérico, está al alcance de todos y resulta fundamental para
quienes deban tomar frecuentes decisiones. Inexcusable entre los
directivos. No estamos muy seguros —pero hay expertos que sí lo
creen— de que funcione mejor entre las mujeres que entre los
hombres, aunque, como algunas otras cosas, pueda manifestarse de
manera peculiar en cada sexo y, por supuesto, en cada persona. Desde
luego, recomendamos explotar el potencial del subconsciente, que no
es nada despreciable, y brindamos por un emparejamiento fructífero
entre la razón y la intuición. Pero si alguien prefiere un trío,
hablemos de razón, corazón e intuición