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Las
historias de
Plumy Scat
Era
apenas un adolescente, 16 años,
vivía con mi madre y hermanos en Villas de Caney
en Trujillo Alto, Puerto
Rico, corría el año
1972. Cierto día yo salí hacia un pequeño
restaurant
cafetería que quedaba en
el centro comercial de la urbanización Ciudad
Universitaria cerca de mi hogar. Recuerdo que fui a usar
el baño ya que algo me habia
caído mal y mientras
sentado esperaba salir de aquel apuro, entraron unos
tres individuos al mismo.
Mientras se acomodaban en los orinales, comenzaron a
hablar.
-Pues yo me voy a comprar una motora mañana mismo- le
decía uno de los tres
individuos a los otros.
-Pana, yo voy a comprarme
un Corvette rojo que me
tiene loco- decía otro
-Y yo pues, voy hoy mismo a
comprarme sendos
cadenones de oro en Plaza las
Américas.
Yo
no encontré nada raro en esa conversación hasta que uno
de ellos le dice al otro, -bueno que les parece si damos
otro tumbe más y nos quitamos
después- y todos acordaron allí mismo que iban a
dar otro tumbe, en otras palabras "otro robo".
Aquello despertó en mi cierta curiosidad y yo que por
obligación escuche la conversación, me doble un poco y
pude ver los zapatos y tenis que usaban aquellos
individuos. Antes de irse, entro otra persona al baño y
uno de aquellos lo saludo diciendo -Vaya, que hace mi
carnal- y con esa forma de saludo se saludaron y a la
vez se despidieron ya que salieron del baño.
Varios días después
comenzaron a darse una serie de robos a bancos en Puerto
Rico que alarmaron a la
ciudadanía. Fueron sobre 6 u 7 en unas 2 semanas
y la policía no daba con
el paradero de los ladrones. Aquella noticia era titular
de página entera y todos hablaban de ese tema. Entonces
yo cierto día volví al
mismo restaurant
cafetería en que
había escuchado antes la
conversación y mientras estaba afuera hablando con unos
amigos, se estacionó un
corvette rojo, momentos
después una motora
kawasaki preciosa y un
camaro Z-28 con un individuo que tenia su cuello
lleno de prendas, entonces recordé la conversación de
días atrás.
Mi mente que es rápida
hizo unos cálculos y
deducciones lógicas y al
ver a personas que en su fachada expresiva eran personas
sin educación y que no tenían
aspecto de ser personas que trabajaran, pues se me hizo
sospechosa aquella obvia abundancia de dinero y
recordando la conversación deduje...
Me enteré que el FBI daba una recompensa
altísima por la captura
de los roba bancos y
como yo tenia por costumbre leer la prensa a
diario, en la
descripción de los sujetos que
apareció en el periódico se incluyeron entre
otros; unos zapatos charol como los que
había visto en el baño,
blancos y negros, además unas tenis descritas como
converse que serian blancas, pero las describieron muy
sucias como las que yo había
visto en el baño. Además uno de los ladrones se
refirió al otro
diciéndole -Carnal
cuidado con el guardia,
quítale el revolver- eso
salio a relucir en la
prensa.
Inmediatamente llame al 754-6000 el
teléfono del FBI y los
agentes George
Parks y
John
Navarrete vinieron a
visitarme. Yo que no dejo pasar una, anote las tablillas
(o placas) de los vehículos
y motoras y ese mismo día capturaron a los ladrones. Al
cabo de un mes recibía
una recompensa de $50,000 dólares y un reconocimiento
como ciudadano ejemplar. Colaboré con la justicia a
encerrar a unos ladrones que iban armados a hacer sus
robos, de no haber sido por mí, tal vez algún ciudadano
inocente pudo haber muerto.
Varias cosas me llevaron a resolver este caso:
1. Una conversación orientada a cometer un delito fue
grabada en mi mente
2. La perspicacia de
identificar de alguna forma a los posibles
delincuentes aunque no les viera el rostro.
Recordé los zapatos que
usaban y un "cliché" la
palabra "Carnal" que uno de ellos usaba.
3. Los robos fueron cubiertos plenamente por la prensa,
la que yo leía desde los
11 años diariamente.
4. La fácil
identificación de lo que debe ser una persona por su
lenguaje que identifica su nivel de educación y lo que
se debe y no debe, esperar de ellas. Ver a estas
personas visiblemente no preparadas andar como ricos,
despierta sospechas.
5. La buena memoria de poderme grabar las tablillas
"placas" de estos vehículos
y motora, sin ser detectado y mi acción
rápida de llamar al FBI.
Como verás, puede ser que tu seas un detective en
potencia, solo que para ello debes de tener encendidas
tu antenas y receptores, así
como tu sistema de análisis
y deducción lógica continuamente.
Gracias a este caso me convertí muy famoso entre los
investigadores del FBI y la
policía de Puerto Rico, y la recompensa de los
$50,000 dólares no me vino nada de mal. A partir de ese
día inicie una serie de estudios conducentes a la
investigación y trabaje por contrato con
compañías de seguros y
varios abogados de mi país lo que me
convirtió en lo que se
llama un "skip
tracer" (sabueso de
personas). Claro hoy en día me dedico a otras cosas pero
jamás he dejado de analizar el mas
mínimo detalle del
comportamiento de las personas. Pero prefiero no ponerme
en evidencia y hago las cosas cautelosamente, sin darle
a entender jamás a otros que los estoy observando y
analizando detalladamente. |
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