La mención escrita más
antigua de dicho baile en Puerto Rico data de 1797, cuando, en
ocasión de la visita a la Isla del naturalista francés André Pierre
Ledru, observa éste el uso "del tamboril llamado vulgarmente bomba" por
parte de los obreros de una hacienda, mulatos y negros, como
acompañamiento de sus bailes. Para esa epoca Loiza Aldea era la
única población 100% negra y libre de Puerto Rico, hoy dia su población
es de un 90% de negros aproximadamente. Luego se nombra la
Bomba, en un documento administrativo del gobernador D. Miguel de la
Torre, del año de 1826, al aludirse a los "bailes de bombas de pellejo u
otras sonajas de que usan los bozales", y más adelante, en sus Memorias
(año de 1833), califica Pedro Tomás de Córdova a las "bombas y otros
instrumentos [como} propios en los bailes de morenos". La denominación
del tambor se hizo extensiva posteriormente en el país, por natural
asociación, a los cantos y bailes que con él se acompañaban. Fuera de
Puerto Rico, dice Fernando Ortiz haber oído hace años el nombre de bomba
aplicado en Santiago de Cuba, no a un tipo específico de tambor, sino,
con sentido genérico, a todas las clases de tambores de negros.
Aunque ya desde 1797 los negros
pacticaban sus costumbres danzarias en Loiza Aldea, en 1860 241,000
negros que habian sido esclavos ahora eran libres y podian practicar sus
tradiciones y costumbres. Los 42,000 esclavos que quedaban fueron
liberados para 1873, 13 años antes que en Cuba.
Música Gibara y
Guaracha
En 1828, aparece por vez primera la
palabra cuatro, como instrumento en uno de los periódicos de la época.
El cuatro nació entonces unos 70 años antes que el tres cubano que nació
en 1892 con Nene Manfugas, en las fiestas de Santiago. Siendo este
nuestro instrumento nativo nacional. En el libro "El Gíbaro 1849" Manuel
Alonso nos describe los "bailes del garabato" y en sus descripciones nos
habla de la "orquesta jíbara" en donde nos habla del tiple como el
instrumento mas pequeño y agudo, el cuatro (de cuatro cuerdas), la
bordonúa que era la "guitarra jíbara "con sus graves notas, la maraca y
el güiro. Era con esta orquesta jibara que hacían bailes como el
fandanguillo, las cadenas, (el sonduro, o matatoros) el caballo y el
seis.
Manuel A. Alonso Pacheco
(San Juan, Puerto Rico, 6 de octubre de 1822 - San Juan, Puerto Rico, 4
de noviembre de 1889) fue un escritor y médico puertorriqueño. Se le
considera una de las primeras figuras literarias del Romanticismo
antillano. El 22 de octubre de 1842 ingresa en la Universidad Condal de
Barcelona donde completó el bachillerato en Filosofía. En 1848 se
doctoró en medicina y cirugía. En 1849 se publicó en Madrid su obra El
Gíbaro.
En 1849 Manuel A. Alonso
regresa a su patria, y se instala en Caguas, donde ejerce su
profesión galénica y continua, en sus ratos de ocio, su
afición literaria y periodística. Residió en España en dos
ocasiones más, entre 1858 y 1861 y luego entre 1866 y 1871,
donde ejerció la medicina. En 1871 se convierte en director
del Asilo de Beneficencia de Caguas, cargo que mantiene
hasta su muerte.
La música
tradicional del jíbaro o campesino boricua (del monte
adentro), evolucionó de la música de los soldados españoles,
de los canarios, de los franceses corsos, los africanos y
luego los nacidos en Puerto Rico. Estos pobladores antiguos
procedieron de las regiónes sureñas de España de Andalucía y
Extremadura; de las Islas Canarias; de Corcega, de
emigraciones de Haití y de la región occidental de África.
Muchos de los españoles sureños, trajeron consigo razas e
influencias arábes, siendo estos los "moriscos" o musulmanes
españoles.
Llegaron de España y trajeron los romances tradicionales,
géneros cantados como el seguidillo y la copla, y otras
tradiciones cantadas con descendencia morisca de una gran
antigüedad. Los canarios trajeron sus diminutos timples como
los africanos trajeron las memorias de sus ritmos
sincopados, su instrumentos de cuerda hechos de higueras
como sus tambores y los franceses sus bailes de salón, como
la contradanza francesa. Algunos de estos pobladores
eventualmente se trasladaron de la costa al centro montañoso
de la Isla, y en esos aislados montes ellos desarrollaron su
música con características únicas.
La
convergencia de las variadas corrientes culturales configura
nuestra música al combinar instrumentos, ritmos y melodías.
Para principios del siglo XIX, ya existía un formato para el
conjunto típico de instrumentos de la música rural compuesto
por el guiro, maracas, tiple, el cuatro, la guitarra y la
bordonúa. Se observa además en esta época como músicos
profesionales a gente negra y criollos mulatos quienes
añadieron sus tambores.
Manuel A. Alonso da
cuenta de la existencia del cuatro puertorriqueño desde 1849
y antes, además nos habla de un baile practicado en Puerto
Rico llamado Sonduro (ASUMIBLEMENTE UNA GUARACHA). Favor
leer el documento a continuación.
Guarachando al estilo puertorriqueño, de
fondo cuatrista, negrito con guiro
y joven con maracas, a su lado pareja
bailando guarachas. Cuadro del pintor puertorriqueño,
Francisco Oller.
Sus Obras:
El Gíbaro
Aguinaldo
puertorriqueño
Álbum puertorriqueño
Cuadro de costumbres
de la isla de Puerto Rico (Barcelona: Imprenta de Juan
Olivares, 1849).
EL GIBARO
CUADRO
DE COSTUMBRES
POR
MANUEL A. ALONSO
1849
La Aportación Africana
Lamentablemente
no esta documentada en su obra la aportación del negro boricua por
Manuel A. Alonso, ni los bailes de salón como la contradanza.
Pero existen miles de documentos historicos de otros autores que
nos hablan de ellos. Aquí hacemos una nota de
la Bomba
el género más antiguo del Puerto Rico colonizado. Según la
tradición, tiene más de cuatrocientos años y nació con los hijos
de los esclavos y negros libres.
En Puerto Rico la música de raíz africana proviene
principalmente de la costa sur donde se ubicaron miles de
franceses provenientes de Haití y otros de Corcega, estas
similitudes crearon efectos bastante parecidos en Cuba y Puerto
Rico. Los negros de la costa sur comenzaron a practicar varios
ritmos de la Bambulaee (Sones de Bomba) siendo estos
sones: güembé, leró, gracimá,
holandé, calindá, yubá, belén, cunyá,
y mariandá. A esta música afroboricua de tambor nosotros
los puertorriqueños la debemos mucho. Los esclavos y los negros
libres bailaban imitando a su manera afropuertorriqueña los
bailes populares y de salón, así como la música de su alrededor. Curiosamente, en
la bomba nunca hubo una sustitución de pasos como en otros
géneros de moda debido a que los bailes de tambor fueron siempre
ejecutados desde el principio a base de imitar los bailes de
sociedad que bailaban la clase alta. Es decir, son los mismos
bailes, ya criollos, pero con diferentes instrumentos musicales,
diferentes colores y diferentes matices y acentos rítmicos. La bombaretuvo sus propios pasos y ritmos hasta
hoy y a través de los años fue adquiriendo características de
otros estilos similares traídos a Puerto Rico por los
inmigrantes, los esclavos, esclavos fugitivos y negros libres.
Llegaban desde las Antillas Menores como Antigua, Barbados, San
Kitts, Tortola, Nevis, Martinica, Guadalupe, Curacao, etc. y de
las Antillas Mayores como Haití, Cuba y Jamaica. La mezcla
exacta es difícil precisar, como llegaban de todas partes,
pero la francesa sigue siendo la más dominante. A través de
los años la bomba también influyó en el desarrollo de todos los
demás estilos puertorriqueños como la música campesina de monte
adentro, la danza, la guaracha, la parranda, la plena y la
salsa, entre otros.