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ECOLOGĺA
CIENCIAS
NATURALES
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Vista desde el Parque Forestal de El
Yunque, en Río Grande, Puerto Rico
Contenido Revisado
El bosque: los pulmones
verdes del mundo
- El bosque es uno
de los ecosistemas terrestres de mayor riqueza en lo referido a la
biodiversidad, al estar compuesto por numerosas especies de flora, y por
un gran número de animales que cumplen sus ciclos vitales en ese ambiente,
ya sea alimentándose directamente de la vegetación o siendo a su vez
consumidos por otros animales, o descompuestos por otros agentes, como
hongos o bacterias, para completar el ciclo de los nutrientes.
Desde la aparición del
hombre sobre la tierra, el bosque le ha servido como fuente de recursos
alimenticios, medicinales, energéticos y económico, y le ha provisto de
servicios tales como la renovación del oxígeno atmosférico, el mejoramiento
del ciclo del agua y especialmente invaluable de diversidad ecológica.
¿Qué son los bosques?
Es
bastante obvio decir que los bosques se encuentran formados por árboles;
pero ¿qué condiciones debe reunir ese conjunto de árboles para que pueda ser
considerado realmente como un bosque? En primer lugar, debes saber que los
bosques son agrupaciones de árboles ubicados en una extensión territorial
más o menos grande donde se desarrolla un microclima propio, que influyen en
el régimen hidrológico y que brindan protección y alimento a la vida
silvestre.
Por lo tanto, los árboles
solo llegan a ser bosque cuando su cantidad es tal que influye
perceptiblemente en el clima, en el suelo y en la conservación de la fauna
silvestre. Veamos un ejemplo: si en un día de verano la temperatura en un
campo abierto es de 30°C, en un bosque cercano el termómetro apenas marcará
alrededor de 25°C. De la misma manera, en las noches frías la temperatura
desciende más en el exterior del bosque que dentro de él. La humedad también
varía en el bosque, siendo siempre mayor que en el campo abierto. También el
bosque modera notablemente el efecto de los vientos y de la insolación.
Los bosques de hoja caduca
(cuyas hojas se caen durante el otoño) presentan una influencia sobre el
clima local mucho más acentuada que las forestas perennes.
Su influencia en el medio
ambiente
La acción del bosque sobre el
medio ambiente se manifiesta de múltiples maneras. Las formaciones arbóreas
protegen el suelo sobre el que crecen, al impedir que el agua lo golpee con
fuerzas, provocando erosión o se evapore con demasiada rapidez. Esta mayor
humedad presente bajo los árboles favorece el crecimiento del bosque y de
todos los seres asociados al ambiente, y favorece la formación y fijación
del suelo.
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En las entrañas del
bosque del Yunque. Aspecto de la
conformación del bosque siempre verde |
Los bosques favorecen también
la formación de suelo, cuando sus raíces alcanzan la capa mineral y la
descomponen, liberando sales minerales y otras sustancias nutritivas que
toman y llevan, mediante la savia, hasta la superficie. Estas sales
son devueltas a la tierra superficial cuando se descomponen las hojas,
ramas, flores, frutos y raíces que caen al suelo, contribuyendo a la
formación del humus o tierra vegetal o incluso tierra de hojas.
El humus o tierra de hojas
está constituido por material inerte; entre otros, por arenas, maicillos y
cenizas, con una importante cantidad de materia orgánica formada por restos
de seres vivos descompuestos, sean estos vegetales o animales. El humus
actúa como elemento conservador y movilizante tanto de las reservas
nutritivas como de la humedad del suelo.
La intervención en el
ciclo de los gases es otra de las formas en que los árboles evidencian
su influencia sobre el medio, pues como resultado de la fotosíntesis se
produce la captura de dióxido de carbono y la liberación de oxígeno, que
todos los seres vivos, incluido el hombre, necesitan para respirar. Incluso
los mismos árboles emplean para su respiración una parte del oxígeno que
ellos producen, no obstante que gran parte de este gas es utilizada por los
animales y por los microorganismos del suelo encargados de descomponer los
materiales orgánicos de desecho, tales como hojas, madera, cadáveres o
excrementos de animales. Así, los animales y microorganismos toman oxígeno
del ambiente y a cambio ceden dióxido de carbono, gas necesario para el
proceso de fotosíntesis que te explicaremos más adelante.
Los componentes del bosque
El
bosque es un ecosistema donde seres vivos y elementos inertes deberían estar
en una perfecta armonía. Los elementos vivos
están formados por los vegetales, los animales y descomponedores (hongos,
bacterias y otros microorganismos). Los
vegetales poseen la capacidad de captar la energía del sol y transformar el
dióxido de carbono o anhídrido carbónico de la atmósfera y el agua en
moléculas orgánicas de alto contenido de energía, como son los almidones, y
captar además los minerales del suelo a fin de incorporarlos también a su
metabolismo y poder desarrollar sus estructuras.
Entre los vegetales que
pueblan los bosques encontramos, obviamente, los árboles, pero además hay
plantas que crecen sobre ellos, llamadas epifitas; plantas que los
usan como apoyo, como es el caso de las enredaderas; y numerosas especies
que viven bajo el bosque, llamado sotobosque, donde destacan arbustos,
helechos, hierbas, musgos, hongos y líquenes, entre otros.
Toda la vida en el mundo
depende de las plantas, ya que estas son las únicas capaces de generar
materia orgánica mediante el proceso de la fotosíntesis. Así, todos los
animales dependen de la vegetación para vivir. De acuerdo a su modo de
alimentación, los animales pueden ser herbívoros (cuando se alimentan
exclusivamente de vegetales), carnívoros (comen principalmente otros
animales) u omnívoros (cuando su alimento es de origen vegetal y
animal).
Otros seres vivos de gran
importancia, a pesar de ser en general poco sobresalientes, son los
descomponedores, un tipo de organismos que se alimentan de los desechos
que quedan tanto de los vegetales como de los animales, reincorporando los
nutrientes básicos al ciclo de la vida. Dentro de ellos se encuentran los
hongos, las bacterias y muchos bichitos, tales como insectos, arañitas,
gusanos y lombrices.
Los componentes no vivos
de los suelos son el material proveniente de la descomposición de las rocas,
tales como arenas, gravas, cenizas, escorias, etc., los que afirman el
bosque a la tierra y le entregan sales minerales; el agua proveniente de
riachuelos, vertientes, lluvia, nieve, humedad del aire y del suelo, y gases
atmosféricos, mayoritariamente nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono y
helio.
Otros componentes físicos del
ambiente que influyen en la calidad y composición de los bosques son el
clima, caracterizado por el régimen de temperaturas, de vientos, de
precipitaciones, de humedad del aire, que varía a través de las estaciones
del año, la topografía del terreno, incluyendo la pendiente y la exposición
al sol, la altura y la latitud o distancia a la línea del Ecuador.
Crecimiento, decadencia y
descomposición
Con el paso de los
años, los árboles se van haciendo cada vez más altos y voluminosos, proceso
nada fácil de sobrellevar si se considera que la madera es una materia
maciza que no se puede extender sin quebrarse.
El tejido que permite el
crecimiento en grosor de troncos y ramas se denomina cambium, y es
una delgada capa de células vivas que se encuentra formando un anillo. Esta
estructura produce dos tipos de células, que conforman tubitos conductores:
el xilema hacia adentro, y el floema hacia afuera. El primero
conduce la savia bruta (agua y sales minerales) hacia las hojas, mientras
que el segundo distribuye la savia elaborada (agua, almidones y otras
substancias alimenticias) desde las hojas al resto del individuo. Cuando las
células del floema alcanzan la superficie, mueren, formando una corteza. Por
el contrario, las células más leñosas del xilema, producidas hacia adentro
se endurecen con el tiempo transformándose en la madera que todos nosotros
conocemos y utilizamos para muchos fines (leña, mobiliario, construcción,
celulosa, papel). La corteza de algunos árboles, como las hayas, es muy
fina, pero en especies como robles o pinos la corteza forma capas muy
gruesas, que comprenden a veces varios centímetros. Esta corteza también
puede ser usada por el hombre, como es el caso del corcho, que se obtiene de
la corteza del alcornoque. Además, la corteza sirve a los árboles para
soportar fenómenos como las altas temperaturas. La encina de la región
mediterránea ha desarrollado una corteza tan resistente y poderosa que
incluso es capaz de soportar los incendios de matorrales en el sur de
Europa.
Los árboles han solucionado
el problema del peso de su misma madera mediante las formas que adoptan, lo
que les permite amortiguar y compensar su alto crecimiento.
El aumento en grosor de los
árboles no ocurre siempre con la misma intensidad, dependiendo de la especie
de que se trate y de las condiciones climáticas de cada año. El
crecimiento anual en grosor se refleja en los llamados anillos de
crecimiento que podemos observar en un tronco cortado.
Conozcamos a El Yunque, el Bosque Nacional
del Caribe
Al concluir esta unidad el lector estará
capacitado para:
- Evaluar la singularidad de la
flora y fauna del Bosque Nacional del Caribe, el Yunque.
- Identificar los factores
ambientales que regulan este ecosistema
- Discutir las adaptaciones de la
flora y la fauna de los bosque húmedos tropicales
- Reconocer la importancia de las
interrelaciones entre los habitantes del bosque
Los bosques pluviales
húmedos representan el 2% de la superficie de la Tierra, por lo que
cubre el 7% de la zona terrestre. Record fósiles muestran que los
bosques húmedos en el sureste de Asia se encuentran mas o menos en la
misma forma desde hace 70 a 100 millones de años.
Los bosque lluviosos
estuvieron ampliamente distribuidos en el pasado pero, se han perdido
mas de la mitad de estos bosques en el mundo. De acuerdo con la Academia
Nacional de Ciencias, se pierden alrededor de 50 millones de acres de
bosque al año. Si seguimos a ese ritmo, una quinta parte de los bosque
que quedan se perderán en el próximo siglo. La mayoría de los bosques de
India, Bangladesh, SriLanka y Haití ya se han destruido. Los bosques
húmedos de la Costa de Marfil han sido deforestados casi por completo.
Las Filipinas han perdido el 50% de sus bosques entre el 1960 al 1985, a
su vez en Tailandia se eliminaron 45% entre el 1961 al 1985. Si estas
tendencias no cambian los bosque lluviosos de Centroamérica, el sureste
de Asia, oeste de África y las Islas del Pacifico, los cuales
representan 1 millón de kilómetros cuadrados que sirven de habitaculo a
medio millón de especies se destruirán.
Aunque la cobertura
terrestre de los bosques húmedos es pequeña, albergan por lo menos la
mitad de las 5 a 10 millones de especies de plantas y animales que
existen. Lo taxónomos han descrito solo 1.8 millones de estas especies.
Muchas de ellas son endémicas. Los científicos estiman que en los
bosques lluviosos se encuentran 90,000 de las 250,000 especies de
plantas identificadas. Se estima que hay 30,000 especies de plantas que
están sin identificar y casi todas se encuentran en estos bosques.
Los bosques tropicales
húmedos, están regulados principalmente por dos factores ambientales, su
localización, en la zona tropical ecuatorial y la cantidad de lluvia que
reciben, alrededor de 4 a 8 metros al año.
Historia
Los indios taínos pensaban que en los
picos nubosos de La Sierra de Luquillo vivía Yuquiyú, el dios del bien,
que los protegía. Llamaron a este monte, Yuque que significa, sagrado, o
tierras blancas ya que sus picos estaba cubierto de nubes. Cuando
llegaron los españoles confundieron el nombre y le llamaron Yunque. Las
huellas de los taínos en el bosque se evidencian con la presencia de los
petroglifos en las rocas de los ríos. Su singular belleza atrajo a los
españoles y en el 1876 el Rey Alfonso XII designó 12,000 acres de la
Sierra de Luquillo como Reserva, lo que convierte el Yunque en una de
las reservas mas antiguas del Hemisferio Occidental. En 1898 con la
guerra Hispanoamericana la Corona española cedió Puerto Rico a los
Estados Unidos. En el 1903 el Presidente de E.U. Theodore Roosevelt lo
proclamó como la Reserva Forestal de Luquillo. Esta administrado por el
Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de Estados Unidos
(USDA) y se le cambió el nombre a Bosque Nacional del Caribe/Bosque
Experimental de Luquillo. En el 1976 la Organización de Educación
Científica y Cultural de las Naciones Unidas (UNESCO) bajo el Programa
el Hombre y la Biosfera, lo proclamó la primera Reserva Biosférica
Internacional en Puerto Rico.
El bosque húmedo de Puerto Rico, el Bosque
Nacional del Caribe, conocido como el Yunque forma parte de la montañas
de La Sierra de Luquillo. Se encuentra aproximadamente a 49 Km. del área
metropolitana de San Juan. Para llegar debe tomar la carretera #3 desde
San Juan y viajar 40 Km. (25 millas) o alrededor de una hora. Luego
doble a la derecha, en la comunidad Palmer, por la carretera #191, que
conduce hacia el bosque. La entrada sur del bosque es por la carretera
#31, cerca del pueblo de Naguabo, que intercepta con la carretera #191.
El Centro de Visitantes, El Portal, esta
localizado en la entrada del Bosque, en la carretera #191, en el Km.
4.3. Posee exhibiciones educativas y un teatro, además, encontrará
personal del Servicio Forestal quienes le brindaran información y les
guiarán en su recorrido por el bosque.
La temperatura diaria promedio es de
25.5ºC (77.9ºF) en las partes bajas y 18.5ºC (65.3ºF) en regiones sobre
los 1,000 metros (3,289 pies). Recibe unas 200 pulgadas (500 cm) anuales
de lluvia. Por lo general, llueve diariamente, los aguaceros tienden a
ser cortos y de gran intensidad. Once de los ríos de Puerto Rico nacen
aquí. Entre ellos podemos mencionar, hacia el norte el Río Grande de
Loíza, el Espíritu Santo, el Río Mameyes y el Sabana, hacia el este el
Río Fajardo y hacia el sur el Río Blanco. Se estima que el 20% de la
población de la isla dependen del agua del bosque para usos domésticos.
Está localizado en el este de la Isla con una cobertura de 28,000
cuerdas (11,500 hectáreas). Esta zona montañosa de pendientes abruptas
es quizás la primera resistencia de las Isla a los vientos alisios. El
suelo contiene mas del 50% de sílice y alúmina por lo que se le
clasifica como suelo arcilloso. La topografía del terreno se eleva desde
100 a 1,075 metros (330 a 3,530 pies) sobre el nivel del mar. De los
picos de la Sierra de Luquillo el mas alto es El Toro con 3,533 pies, le
siguen en altura el pico del Yunke (3,496 pies), El Pico del Este (3,446
pies), El Cacique (3,346 pies), Los Picachos (3,175 pies), Monte Britton
(3,075 pies) y La Mina (3,055 pies).
Flora
El Bosque Nacional del Caribe aunque es el
mas pequeño del Sistema Nacional de Bosques, es el mas diverso. Se han
observado 240 especies de árboles nativos de los cuales 26 son endémicos,
o encontrados solo en el Yunque. En adición, se han reportado 47
especies introducidas, 88 especies de árboles raros, 50 especies de
orquídeas nativas y sobre 150 especies de helechos. Así como el relieve
del terreno y la precipitación varía dentro del bosque, la flora y la
fauna tiene características que varían con la elevación. El Bosque se
puede subdividir en cuatro tipos de bosques: el Bosque de Tabonuco, el
Bosque de Palo Colorado, el Bosque de Palma de Sierra y el Bosque Enano
o Bosque de Nubes.
Debido a las condiciones únicas del bosque
pluvial las especies se han adaptado a este ambiente y por lo general
son raros en otras partes de la Isla.
Se han observado
120 especies de vertebrados en las que se incluyen 11 especies de
murciélagos. Se han observado 6 especies que se alimentan de insectos;
el murciélago marron mayor, Eptesicus fuscus, el murciélago rojo
Lasiurus borealis, el murciélago barbicacho, Mormoops
blainvillii, el murciélago bigotudo, Pteronotus quadridens,
el murciélago de cola libre, Tadarida brasiliensis, y el
murciélago casero, Molossus molossus fortis, 4 especies se
alimentan de frutas; el murciélago cavernícola Brachyphylla
cavernarum, que también se alimenta de insectos, el murciélago rojo
frutero, Stenoderma rufum, el murciélago frutero, Artibeus
jamaicensis y el murciélago marrón come flores, Erophylla
sezekorni, que además se alimenta de polen, y una especie se
alimenta exclusivamente de polen y es poco común, el murciélago
lengüilargo, Monophyllus redmani.
Entre los reptiles podemos mencionar 8
lagartos del genero Anolis, entre ellas el lagartijo verde, A.
evermanni, el lagartijo barba amarilla, A. gundlachi, el
lagartijo jardinero de la montaña, A. krugi, el lagarto verde,
A. cuvieri, el lagartijo manchado, A. stratulus y el
lagartijo pigmeo, A. occultus.
Además de varias
especies de culebras entre las que se encuentran: la boa de Puerto Rico,
Epicrates inornatus, la culebra corredora, Alsophis
portoricensis, y la culebra de jardín, Arrhyton exiguum,.
Debemos señalar la siguana, Ameiva exsul, ya que es una especie
rara en el bosque.
Entre los anfibios
podemos observar 12 especies del coqui, del género Eleutherodactylus.
Estos son E. portoricensis, el coqui de la montana, E. coqui,
el coqui comun, E. hedrickie, el coqui de Hedrick, E. gryllus,
el coqui grillo, E. locustus, el coqui martillito, E.
unicolor, coqui duende, que no se encuentra bajo los 2000 pies, y
con distribución restringida al yunque, E. brittoni, coqui de las
yerbas, E. richmondi, coqui caoba, E. karlschmidti, coqui
palmeado una especie rara que se encuentra en los rios y charcas, E.
antillensis, coqui del campo con un canto peculiar que parece decir
churi, E. eneidae, el coqui de Eneida una especie poco comun,
E. wightmanae, coqui melodioso, el sapito de labio blanco,
Leptodactylus albilabris y la especie introducida del sapo comun,
Bufo marinus.
Las Aves están
representadas por 66 especies, entre las mas importantes por estar en
peligro de extinción es la Iguaca, nombre que los indios taínos pusieron
a la cotorra puertorriqueña, Amazona vittata. Originalmente se
encontraba en toda la Isla. Hoy es día su distribución esta restringida
a el Bosque Nacional del Caribe en las zonas de los Bosques, Palo
Colorado, Palma de Sierra y Tabonuco.
Otras aves, muchas de
ellas endémicas que podemos encontrar en El Yunque son:
-
Carpintero de
Puerto Rico, Melanerpes portoricensis.
-
Comeñame de Puerto
Rico, Loxigilla portoricensis portoricensis.
-
Candelita,
Setophaga ruticilla ruticilla.
-
Guaraguao Colirrojo
Buteo jamaicensis jamaicensis.
-
Guaraguao de bosque,
Buteo platypterus brunnescens.
-
Judío,
Crotophaga ani.
-
Julián chiví,
Vireo altiloquus altiloquus.
-
Múcaro de Puerto
Rico, Tyto cavatica.
-
Pájaro Bobo Mayor,
Saurothera vieillotil.
-
Paloma Turca,
Columba squamosa.
-
Pizpita de Río
Seiurus motacilla.
-
Playero Coleador,
Actitis macularia.
-
Reina Mora
Spindalis zena portoricensis.
-
Reinita Azul del
Bosque enano Dendroica angelae.
-
San Pedrito
Todus mexicanus.
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Zumbadorcito de
Puerto Rico, Chlorostilbon maugaeus maugaeus.
-
Zumbador Verde,Anthracothorax
viridis.
-
Llorosa,
Nesospingus speculiferus.
-
Zorzal de patas
coloradas, Mimocichla plúmbea ardosiacea.
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Paloma turca,
Columba squamosa.
Además de estos vertebrados habitan en el
bosque un sinnúmero de especies de invertebrados que son parte integral
de la cadena alimentarias del bosque. Podemos mencionar entre otros,
gran cantidad de insectos, moluscos y en sus charcas y ríos, familias de
camarones. Estos invertebrados en combinación con hongos y bacterias,
llevan a cabo un rol muy importante en el proceso de reciclaje de
materia orgánica de plantas y animales.
Por sus características únicas tanto en
los componentes abióticos como bióticos, el Bosque Nacional del Caribe,
el Yunque esta protegido por la Organización de Educación Científica y
Cultural de las Naciones Unidas (UNESCO) bajo el Programa el Hombre y la
Biosfera. Esto hace del Bosque un lugar de interés mundial por lo que ha
sido proclamado como la primera Reserva Biosférica Internacional en
Puerto Rico.
Los anillos indicadores del
tiempo
Los anillos de crecimiento de
los árboles se van superponiendo unos sobre otros. Por eso, cuando ves un
pedazo de tronco es posible observar una serie de estos anillos, número que
refleja la edad de los árboles. Sabiendo esto, se puede calcular cuántos
años tiene un árbol y, dependiendo de la anchura de los anillos, saber si la
época de crecimiento fue favorable o desfavorable.
|
Los anillos anuales son
los indicadores de la edad de los árboles.
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¿Escuchaste alguna vez el
cuento Juanito y las habichuelas mágicas? En este relato de autor anónimo,
Juanito, el protagonista, siembra una semilla que origina una planta tan
grande que llega al cielo. A pesar de que este cuento es solo ficción, sirve
para ilustrar una pregunta que seguramente te habrás hecho: ¿por qué los
árboles no siguen creciendo eternamente?.
La respuesta es fácil: como
todos los seres vivos, los árboles también cumplen un ciclo, y
después de un tiempo empiezan a envejecer y finalmente mueren. En las
especies de crecimiento acelerado, como los álamos y sauces, a los 30 años
ya se hacen visibles los signos de la edad; en cambio otros, como el alerce,
a los 30 años aún son árboles muy jóvenes y solo son adultos pasados algunos
cientos de años.
El ciclo de los árboles puede
clasificarse en etapas. La primera etapa o etapa de desarrollo es en
general la más larga, y durante ella el árbol crece uniformemente y aumenta
la madera producida. Al final del ciclo el crecimiento se hace más lento y
el aumento de masa se detiene, con lo que el árbol entra en una segunda
etapa o fase de equilibrio que puede durar muchos años. El
crecimiento anual renueva las pérdidas; de lo contrario, con el aumento de
la edad y las pérdidas crecientes, se eliminaría más madera (como
consecuencia de los fenómenos de descomposición) de la que se puede
reemplazar. De esta manera, el árbol se pudre y ahueca por dentro, luego
penetran hongos que se multiplican y destruyen la madera del tronco. Con la
descomposición (etapa final), las materias minerales que el árbol ha
reunido a lo largo de su vida empiezan a liberarse, contribuyendo a la
formación del humus.
La maravillosa fotosíntesis
Todas
las plantas verdes realizan un proceso llamado fotosíntesis,
que consiste en transformar la energía solar en energía química. Este
proceso se realiza de la siguiente manera: las hojas de las plantas tienen
unos poros por donde penetran los gases de la atmósfera. Uno de estos gases
es el dióxido de carbono (CO2), que dentro de las células de la planta se
combina con el agua (H2O), forma almidones y libera el oxígeno (O2) que
todos los seres vivos necesitamos.
Estas reacciones químicas
necesitan de la energía lumínica (proveniente del Sol), la que es
captada por una compleja molécula orgánica de color verde llamada
clorofila y utilizada en el fenómeno de fotosíntesis. El almidón
producido circula o se almacena, y es utilizado por la planta para su
desarrollo, crecimiento y reproducción.
El proceso de fotosíntesis es
de gran importancia, ya que gracias a él no solo pueden existir las plantas,
primeros protagonistas de la cadena alimenticia, sino que toda la vida en el
planeta.
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