INFECCIONES RESPIRATORIAS Las enfermedades infecciosas han sido siempre la principal causa de muerte en todo el mundo. Pese a que el desarrollo permanente de nuevos agentes terapéuticos parecía haberlas controlado, la aparición de nuevas infecciones y de cepas con resistencia antibiótica múltiple reaviva el interés sobre los mecanismos subyacentes. Las defensas inmunológicas, que son muy sofisticadas en el ser humano, se adaptaron durante años de evolución a la lucha contra los distintos microorganismos invasores, muchos de los cuales mutan en forma constante. Los linfocitos pueden reconocer a los patógenos infectantes porque están equipados con moléculas proteicas receptoras en su superficie. Las diferentes células que conforman el sistema inmune tienen distintas funciones, que les permiten reconocer y eliminar a los invasores. Las proteínas inmunológicas, llamadas anticuerpos, son especialmente efectivas para destruir las bacterias que se encuentran fuera de las células. Los linfocitos T CD4 (helper), son imprescindibles para eliminar a las bacterias intracelulares, mientras que los linfocitos T CD8 lo son para eliminar a los virus. La respuesta inmune se debe a la interacción de todos los componentes del sistema imunológico actuando en conjunto.
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