Historia del paracaidismo
El
paracaídas, un aparato que permite que personas o cosas
desciendan a tierra desde una plataforma aérea a una
velocidad que posibilita un aterrizaje sin daños, fue creado
por Leonardo Da Vinci, quién es el autor de las
primeras investigaciones documentadas sobre este tema.
Desde el siglo XVIII hasta principios del XX, el paracaídas
sufrió varias mejoras, especialmente en su mecanismo de
apertura, pero siempre conservando su forma original de
semiesfera. La Primera Guerra Mundial marcó una gran
evolución en esta actividad, dada la necesidad de las
Fuerzas Armadas de contar con una forma rápida para
descargar hombres y materiales en los campos de batalla.
Luego de la Guerra comenzaron a proliferar los saltos con
más espectacularidad que nunca a pesar de las desordenadas
caídas libres que se realizaban, y se comenzó a utilizar el
paracaídas con otros fines dada la facilidad de acceso que
brindaba para llegar a zonas inhóspitas. Comenzaron a
realizarse entonces, lanzamientos en zonas afectadas por
incendios forestales para llegar a los focos del fuego, o a
lanzar médicos en lugares donde eran necesitados con
urgencia. Estas prácticas comenzaron en la Unión Soviética y
luego se extendieron a Europa y EEUU.
En la década del 30 fue realizado en Moscú el primer
lanzamiento deportivo, ya que varios paracaidistas saltaron
con el fin de aproximarse a un blanco prefijado. Pasaron
muchos años luego de esto hasta que el paracaidismo se
convirtió en una práctica deportiva organizada.
Pasaron los años, y hoy la tecnología nos brinda equipos y
accesorios cada día más confiables como paracaídas
rectangulares de alta performance, altímetros electrónicos,
abridores automáticos de emergencia, que hacen del
paracaidismo una práctica segura y muy, muy divertida.
Hacia 1930, los rusos fueron los primeros en desarrollar
honrosamente el deporte paracaidista. En los países de
Europa occidental, esta modalidad se retrasa hasta los años
cuarenta o cincuenta. En la actualidad esta organizado en
todos ellos con la participación de los dos sexos. Sin
embargo, su mayor participación se da en los países del Este,
calculándose en más de un millón de paracaidistas deportivos
en la URSS.
Fue preciso esperar a los años siguientes de la Primera
Guerra mundial para que el empleo del paracaídas superase la
época de experimentación y ocupara un lugar en la
organización de los ejércitos.
Las primeras unidades de paracaidistas aparecieron entre
1930 y 1939. Así nacieron las tropas aéreo transportadas,
cuyo desarrollo fue espectacular durante la segunda guerra
mundial.
El paracaídas
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Constitución del paracaídas
El paracaídas clásico se compone de tres elementos
esenciales: la campana, que asegura la retención de la caída;
los cordones, que sostienen al hombre o la carga; y el
atalaje, que sujeta el paracaidista.
Los paracaídas pueden clasificarse de modos distintos.
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Paracaídas para
l: Constituido por un paracaídas de espalda con
campana completa.
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Paracaídas para material: Generalmente también está
formado por una campana completa.
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Paracaídas para aviones: Esencialmente constituido
por paracaídas-freno, que son del tipo de bandas.
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Paracaídas de campana completa:
Extendido en el suelo puede ser plano o tener cualquier
forma.
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Paracaídas de bandas:
Formado por tiras que partiendo del borde de ataque van a
fijarse en la parte opuesta del diámetro, después de
contornear la chimenea. Estos paracaídas s emplean sobre
todo como paracaídas freno o para la recuperación de
cohetes.
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Paracaídas cortado:
Formado por una campana en la que falta uno de los paneles.
Este modelo permite mejorar las cualidades técnicas del
aparato para facilitar las tomas de tierra de precisión en
los concursos.
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Paracaídas de toberas:
Con una pequeña velocidad de descenso y puede alcanzar una
velocidad horizontal de cinco metros por segundo o una
velocidad de frenado de dos metros por segundo. Las
toberas están formadas por orificios calibrados cuya
abertura puede regularse. Este paracaídas se emplea
también como paracaídas ascensional.
El salto en paracaídas
Existen varias técnicas de salto en paracaídas:
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Salto de apertura automática: La cinta de apertura
del paracaídas se fija al avión y asegurando así la casi
inmediata apertura después de abandonar el aparato.
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Salto de apertura manual: El mismo paracaidista
pone en marcha la apertura d su paracaídas.
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Salto de apertura retardada: Es un
perfeccionamiento de la técnica de salto en paracaídas. El
paracaidista abre el paracaídas mucho más tarde que el
sistema citado anteriormente perfeccionando así su técnica.
Técnica del salto
Cuando el avión se aproxima a la zona del lanzamiento los
paracaidistas se preparan para saltar. Se coloca frente a la
puerta con el pie izquierdo ligeramente adelantado sobre el
borde de la puerta. Luego pone las manos planas sobre los
lados exteriores de la puerta. A una voz de mando el
paracaidista se proyecta hacia delante impulsándose con la
pierna derecha y sus manos. Cuando se encuentra en el aire
cierra las piernas con viveza, aprieta los antebrazos sobre
el pecho, por encima del paracaídas delantero, mete la
cabeza y en tal posición, espera el tirón de la abertura.
El aterrizaje se prepara en la última fase del descenso.
Poco antes de llegar al suelo, el paracaidista tira
fuertemente de los dos tirantes que están en la dirección
del viento; con los pies cerrados y las piernas ligeramente
flexionadas, la espalda encordaba la cabeza adelanta y abajo,
y los brazos en tracción sobre los tirantes. En el momento
de tomar tierra se realiza una voltereta adelante, atrás o a
un costado.
Control del cuerpo en caída libre
Cayendo a 180 o 190 Km./h con una velocidad de caída
vertical del orden de 50 m por segundo, el cuerpo humano
puede ser dirigido.
Los brazos hacen de timón determinado la inclinación del
cuerpo y las piernas hacen de timón de profundidad y de
timón de dirección.
Entrenamiento del paracaidista
La formación del paracaidista comprende una buena parte de
la educación física proporcionándole una excelente forma
física y moral y desarrollando sus reflejos.