La nueva Babilonia |
La ciudad estaba doblemente fortificada. Un primer muro
de ladrillos tenía ocho metros de ancho y una extensión
de 18 km. Delante de él había una fosa profunda, y
atrás, a 12 metros de distancia, un segundo muro
defensivo de siete metros de ancho.
Se entraba a la ciudad por varias puertas. La más
grandiosa era la “puerta doble”, consagrada a la diosa
del amor Ishtar, que tenía las paredes revestidas de
azulejos con representaciones de toros y dragones.En el palacio real estaban los famosos jardines
colgantes, una de las siete maravillas de la
antigüedad.
Al centro de la ciudad estaba el zigurat -templo
escalonado, similar a una pirámide- construido en honor
al “gran señor Marduk”, el dios supremo. Se cree
que esta torre, de siete pisos y 91,5 metros de altura,
es la famosa “torre de Babel” que aparece en la Biblia.
Además, se reconstruyeron los diques para proteger los
campos de las inundaciones. |
Dioses y creencias
Los datos sobre
las religiones mesopotámicas provienen de las tablillas de
arcilla halladas en las ruinas de Babilonia, Nippur y Ur, de
la gran gicos de templos, vasos
pintados y estelas con bajos relieves.biblioteca reunida por Assurbanipal en Nínive (siglo
VII a.C.) y de los restos arqueoló
Alrededor del 4000 a.C. se empezó a practicar el culto a las
fuerzas de la naturaleza, consideradas divinidades de la
fertilidad.
En un segundo período, a partir del 3000 a.C., los dioses
tenían forma humana; sus atribuciones y funciones se
definían y diferenciaban claramente, sin que ninguno
dominara sobre los otros.
El tercer período comenzó alrededor del 2000 a.C., que
correspondió al desarrollo de una religión más personal, con
ideas sobre el pecado y el perdón, y la inclusión de los
dioses en una jerarquía monárquicamente estructurada,
presidida por el dios del grupo dominante.
Algunos de los dioses más importantes fueron: Anu -Anum
para los acadios- que estaba en la cúspide del panteón
sumerio, dios del cielo que regía las estaciones y el
calendario; Enlil, dios de los vientos y de la
agricultura, y ejecutor de los designios de la asamblea de
los dioses; Ninhursag, diosa que dominaba en las
montañas rocosas y en la vida salvaje, y presidía los
nacimientos; Enki era la divinidad del agua dulce de
los ríos y pantanos, creador de los hombres e inventor de la
civilización, dios de la sabiduría y la magia, padre de
Marduk -dios acadio- y salvador de Ut-Napishtim - el Noé
de las leyendas mesopotámicas- al prevenirlo del gran
diluvio; Ereshkigal y su esposo Nergal
reinaban en el mundo subterráneo.
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Estatuilla de bronce del demonio Pazuzu. Encarna al
viento del sur, que acarrea tormentas y fiebres. Es un
genio perverso, de acción nefasta.
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Para los mesopotámicos la naturaleza humana era a la vez
terrenal y divina, ya que el espíritu del hombre sobrevivía
a la muerte y habitaba como una sombra triste, sin
distinción de culpabilidad, en el reino de los muertos. El
destino de los hombres era servir a los dioses y a sus
templos, para que éstos quedaran liberados de todo trabajo
material. De este modo, el hombre no era considerado como un
fin en sí mismo, sino como un medio para la vida de la
divinidad.
Por esta razón, los templos fueron el centro de la vida
económica, política y cultural. En la época de las ciudades
independientes, el gobernante estaba encargado de cuidar el
templo del dios, y su mujer, el de la diosa local. En los
períodos en que las ciudades se unían en un reino, el rey
supervisaba todos los templos.
Durante largo tiempo, los reyes fueron divinizados y
protegidos con rituales contra cualquier amenaza o la
pérdida de sus poderes. Posteriormente se volvió a la
concepción del rey como vicario del dios.
Organización política, económica y social
El
rey o emperador era la autoridad máxima. Su poder
era absoluto, hereditario y de carácter divino; pero no era
considerado un dios como entre los egipcios, sino un
intermediario entre los dioses y sus súbditos. Por lo tanto,
era el primer sacerdote y quien administraba el Estado y
dirigía el ejército. En las decisiones importantes era
asesorado por un grupo cercano de sacerdotes.
No existía la propiedad privada, ya que los terrenos
adyacentes a la ciudad pertenecían al dios.
Respecto a las diferencias sociales, estaban los hombres
libres, entre los que se contaban la nobleza, los
sacerdotes, los funcionarios reales, los pequeños
propietarios y los comerciantes;
los meshkin u hombres insignificantes, ex esclavos que
habían comprado su libertad; y los que no eran
nada, esclavos y prisioneros de guerra.
La principal riqueza de la región era la agricultura, por lo
que las autoridades tenían estricto control sobre los
canales y el reparto de las aguas. Fueron los inventores del
arado. Practicaban la ganadería de ovejas, cerdos,
cabras, bueyes y asnos, y criaban patos y aves. Además,
consumían los frutos de la caza y la pesca.
Los utensilios eran de arcilla cocida, madera y piedra; el
cobre apareció desde el cuarto milenio, y el bronce, en la
segunda mitad del tercero.
Como ya se detalló, el comercio exterior también fue clave,
tanto que inventaron la moneda para facilitarlo. Vendían
armas, telas y joyas, e importaban marfil, madera, vinos y
metales.
El
arte mesopotamico
Como esta
civilización estaba fundamentada sobre un sistema político
teocrático -dependiente de los sacerdotes- y absoluto,
las manifestaciones artísticas
respondían a los intereses del Estado y el culto religioso,
lo que no limitó su originalidad y valor artístico.
Para clasificar el arte mesopotámico se han considerado tres
factores:
• La guerra fue una
preocupación constante, lo que determinó que gran parte del
arte se dedicase a la glorificación de las victorias
militares.
• El rol destacado de la
religión en los asuntos del Estado, por lo que se dio
primordial importancia a los edificios religiosos. Gran
parte de las esculturas eran con fines espirituales.
• La influencia del entorno
natural. Como no habían piedras ni madera en el valle, a
excepción de lo que se importaba, debieron utilizar en sus
construcciones ladrillo y adobe -mezcla hecha en base a lodo
arcilloso-, que son materiales de menor duración. Por eso
han quedado tan pocos vestigios de esta cultura.
Arquitectura
Todos los pueblos que poblaron Mesopotamia construyeron, a
orillas de los ríos Tigris y Éufrates, grandes ciudades que
eran centros políticos y religiosos. Las principales fueron
Ur, Babilonia, Assur y Nínive.
Los templos y edificios se hacían de miles de ladrillos y
adobes. Para recubrir las paredes empleaban azulejos que les
daban un gran colorido. También eran comunes las figuras de
toros alados.
Los templos tenían base cuadrangular, sobre la que se
construían torres escalonadas, como pirámides, llamadas
zigurat, cuyo objetivo era invitar a las divinidades a
descender y residir entre ellos. Por ello, en la cima se
encontraba el santuario del dios, que por lo general se
dividía en dos cámaras. En una estaba el altar, y en otra,
la mesa de sacrificios. A estas instalaciones solo podían
acceder los sacerdotes, para llevar diariamente las
ofrendas. Los zigurats o torres más importantes son los de
las ciudades de Babilonia, Ur, Eridú, Kish y Uruk.
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El zigurat de Aqarquf, cerca de Bagdad, siglo (XIV-XIII
a.C.) |
Las paredes internas de los templos solían adornarse con
mosaicos pintados en colores vivos, a manera de murales.
Los palacios caracterizados por relieves esculpidos en las
paredes de las habitaciones, como el de Tell al-Asmar,
fueron mayoritariamente construidos por los acadios, al
igual que las fortalezas, como la de Tell Brak.
En el tiempo de los asirios, grandes palacios como los de
las ciudades de Nimrud, Khorsabad y Nínive reflejaban el
nuevo interés en edificios laicos y la grandeza del imperio.
Elevados sobre una plataforma, en sus puertas había inmensas
esculturas de piedra.
Durante el período neo-babilónico, se amplió la ciudad de
Babilonia. Los edificios públicos se dispusieron a lo largo
de un amplio camino que conducía al centro de la ciudad, al
templo y zigurat de su dios Marduk.
Escultura
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Estela de victoria de Naram-Sin de
Susa (siglo XXIV a.C.). |
El culto religioso estimuló el desarrollo de la escultura
sumeria. Las figuras de piedra, principalmente masculinas,
suelen estar de pie o sentadas, con las manos cruzadas en
actitud de oración. Desnudos de la cintura para arriba,
llevan una falda con adornos en forma de pétalos
superpuestos. De cabello largo y barbas muy pobladas,
fácilmente reconocibles porque terminan en un corte recto.
Las esculturas más conocidas son la treintena del gobernador
de Lagash, Gudea, y de un patesi o príncipe sacerdote
de la ciudad (de alrededor del 2200 a.C.). Son de piedra
labrada y dan una impresión de serena autoridad.
Los relieves en piedra -presentes en los palacios- fueron un
medio de expresión muy extendido entre los sumerios. Se han
encontrado fragmentos de estelas conmemorativas. Por
ejemplo, la estela de los buitres, que conmemora una
victoria militar pero tiene un contenido religioso.
Otra importante forma de expresión fueron los sellos
cilíndricos, delicadamente grabados en piedra. La mayor
perfección en esta técnica la habrían alcanzado los acadios.
Con posterioridad se empezaron a hacer esculturas en metal,
caracterizadas por un mayor refinamiento y cuidado de los
detalles. Mesopotamia pasó desde la Edad del Bronce a la del
Hierro en alrededor de tres milenios.