Importancia
del problema
El agua es otro de los recursos naturales unido ínitmamente a la vida.
Puede parecer, a primera vista, un recurso mucho menos problemático que la alimentación,
en un planeta como el nuestro más acuático que terrestre. Ciertamente el agua es muy
abundante en la Tierra, pero casi toda está en forma de agua salada y, aunque la cantidad
de agua dulce es más que suficiente para satisfacer las necesidades de toda la población
humana, su distribución es muy irregular.
El hecho es que, aunque en los países desarrollados nos parece obvio
poder acceder a agua limpia siempre que se necesita, para millones de personas en los
países en desarrollo el agua limpia es un lujo. Se calcula que en el mundo más de 1200
millones de personas carecen de agua potable y que cada día mueren más de 25 000
personas por enfermedades producidas por usar agua infectada. Los niños son los que más
padecen este tipo de infecciones, especialmente los ataques graves de diarrea. La tracoma
es causa de ceguera para millones de personas y uno de los motivos principales de su
transmisión es la carencia de agua limpia con la que lavarse. Muchas enfermedades, como
la esquistosomiasis y la filaria, además de la diarrea y el tracoma, se evitarían en
gran parte, si se consiguiera proporcionar agua potable e instalaciones sanitarias
adecuadas a todo el mundo.
Como decía, en 1992, el Doctor Mahler, director general de la
Organización Mundial de la Salud: "El número de grifos por cada mil personas es
mejor indicador de la situación sanitaria de un país que el número de camas de
hospital".
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Suministro de agua
El agua es un recurso de inestimable valor. Es imprescindible para los
seres vivos y la necesitamos para nuestra propia vida, para la agricultura y la ganadería
y para tantos procesos industriales o de obtención de energía que dependen de ella.
Es muy abundante en nuestro planeta pero su distribución es desigual
y esto plantea muchos problemas. En España, por ejemplo, los años con abundancia de
lluvias y los de sequía se suelen alternar y, además, en la zona norte las
precipitaciones son frecuentes y abundantes, mientras que la España seca tiene poca agua
prácticamente siempre. Una época prolongada de sequía agosta los campos, reduce las
cosechas y agobia a la población que espera con ilusión a que vuelvan las lluvias
vivificadoras.
A pesar de su importancia, el agua es uno de los recursos
mas desaprovechados y peor utilizados de la Tierra. Se desperdicia y contamina con gran
despreocupación (ver Desastre ambiental en el Mar de Aral) y
nos empeñamos muy poco en usarla de forma racional.
Consumo de agua en actividades domésticas
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Consumo habitual |
Consumo eficiente |
Ducha de 10 minutos |
100 a 200 litros |
80 litros |
Grifo goteando (en un día) |
100 a 120 litros |
0 litros |
Afeitarse con el agua sin parar |
80 litros |
2 litros |
Descarga del retrete |
20 a 25 litros |
10 litros |
Cepillarse los dientes con el agua sin parar |
7 litros |
2 litros |
El consumo eficiente se consigue instalando cebollas de ducha especiales que pulverizan
el agua dando sensación de gran flujo con menos cantidad, arreglando las fugas, cerrando
los grifos durante el lavado de los dientes o el afeitado o usando sistemas de descarga
especiales en el retrete.
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Agua disponible para
usos humanos
La cantidad de agua que
hay en el planeta es enorme. Si se extendiera sobre toda la Tierra formaría una capa de
unos 3000 metros de profundidad. Sin embargo alrededor del 97% de este agua está en los
mares y océanos y es salada, por lo que no se puede usar ni para beber ni para la
agricultura, ni para la mayor parte de los usos industriales.
El 3% del agua restante es dulce pero casi toda ella está en los
hielos de los polos o en los glaciares o en depósitos subterráneos o en otros lugares de
difícil utilización. Por todo esto sólo un 0,003% de la masa total de agua del planeta
está fácilmente aprovechable para los usos humanos.
Por fortuna el agua sigue un ciclo de evaporación, precipitación y
vuelta a los mares y océanos, por el que está continuamente purificándose. Por eso, si
no la contaminamos o agotamos a un ritmo mayor del que necesita para limpiarse o para
recargar sus lugares de almacenamiento, tenemos un suministro continuo y barato de agua de
muy buena calidad. Por desgracia, en muchas ocasiones se está perturbando el ciclo de
renovación del agua por no cumplir los requisitos mínimos para su uso. |