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ECOSISTEMAS TERRESTRES
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Contenido Revisado
Los ecosistemas
terrestres son aquellos en los que los animales y plantas viven en
el suelo y en el aire. Allí encuentran todo lo que necesitan
para vivir.
Dependiendo de los factores abióticos de cada ecosistema,
podemos definir distintos tipos de hábitat terrestres:
desiertos, praderas
y selvas.
Los distintos vegetales y animales que habitan cada uno de ellos
tienen características diferentes, ya que se han adaptado
al hábitat en que viven. Cuando se producen cambios y
alguna especie no puede adaptarse, muere pudiendo llegar a extinguirse.
Sigue:
Ecosistemas acuáticos
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Ver:
>desiertos
>praderas
>selvas
Hacia 1950 los ecólogos
elaboraron la noción científica
de ecosistema, definiéndolo como
la unidad de estudio de la
ecología. De acuerdo con tal
definición, el ecosistema es una
unidad delimitada espacial y
temporalmente, integrada por un
lado, por los organismos vivos y
el medio en que éstos se
desarrollan, y por otro, por las
interacciones de los organismos
entre sí y con el medio. En
otras palabras, el ecosistema es
una unidad formada por factores
bióticos (o integrantes vivos
como los vegetales y los
animales) y abióticos (componentes
que carecen de vida, como por
ejemplo los minerales y el agua),
en la que existen interacciones
vitales, fluye la energía y
circula la materia.
Un ejemplo de ecosistema en el
que pueden verse claramente los
elementos comprendidos en la
definición es la selva tropical.
Allí coinciden millares de
especies vegetales, animales y
microbianas que habitan el aire
y el suelo; además, se producen
millones de interacciones entre
los organismos, y entre éstos y
el medio físico.
La extensión de un ecosistema es
siempre relativa: no constituye
una unidad funcional indivisible
y única, sino que es posible
subdividirlo en infinidad de
unidades de menor tamaño. Por
ejemplo, el ecosistema selva
abarca, a su vez, otros
ecosistemas más específicos como
el que constituyen las copas de
los árboles o un tronco caído. |
Animales, vegetales y micro-
organismos forman parte de un
ecosistema.
Los hongos actúan como descom-
ponedores al desdoblar los dese-
chos en compuestos inorgánicos.
De esta manera cierran el ciclo
de la materia |
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El
hábitat y el nicho ecológico
Dos
conceptos en estrecha relación con el de
ecosistema son el de hábitat y el de nicho
ecológico. El hábitat es el lugar físico de un
ecosistema que reúne las condiciones naturales
donde vive una especie y al cual se halla
adaptada. El nicho ecológico es el modo en que
un organismo se relaciona con los factores
bióticos y abióticos de su ambiente. Incluye las
condiciones físicas, químicas y biológicas que
una especie necesita para vivir y reproducirse
en un ecosistema. La temperatura, la humedad y
la luz son algunos de los factores físicos y
químicos que determinan el nicho de una especie.
Entre los condicionantes biológicos están el
tipo de alimentación, los depredadores, los
competidores y las enfermedades, es decir,
especies que rivalizan por las mismas
condiciones.
Una
unidad dinámica
El
ecosistema experimenta constantes modificaciones
que a veces son temporarias y otras cíclicas (se
repiten en el tiempo).
Los elementos bióticos pueden reaccionar ante un
cambio de las condiciones físicas del medio; por
ejemplo, la deforestación de un bosque o un
incendio tienen consecuencias directas sobre la
fertilidad del suelo y afectan la cadena
alimentaría. |
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En un
ecosistema acuático la biodiversidad, o
número de especies vegetales y animales que
habitan en él, es menor que en uno terrestre.
La base nutritiva está en el fitoplancton y
en el zooplancton.
La escala va en ascenso desde los peces y
batracios hasta las aves acuáticas como el
pato, y aéreas como el águila.
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En
una pirámide trófica se aprecia la estructura
alimentaria de un ecosistema en donde conviven
productores, consumidores y descomponedores. Los
vegetales elaboran materia orgánica a través de
la fotosíntesis. Los herbívoros se alimentan de
ellos, y a su vez son comidos por predadores o
carnívoros. Cuando estos organismos van muriendo,
sus restos son transformados en sustancias
asimilables por la plantas, proceso en el que
intervienen los organismos descomponedores.
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La
sucesión ecológica
La sucesión
ecológica es el reemplazo de algunos elementos
del ecosistema por otros en el transcurso del
tiempo. Así, una determinada área es colonizada
por especies vegetales cada vez más complejas.
Si el medio lo permite, la aparición de musgos y
líquenes es sucedida por pastos, luego por
arbustos y finalmente por árboles. El estado de
equilibrio alcanzado una vez que se ha
completado la evolución, se denomina clímax. En
él, las modificaciones se dan entre los
integrantes de una misma especie: por ejemplo,
los árboles nuevos reemplazan a los viejos.
Hay dos tipos de sucesiones: primaria y
secundaria. La primera ocurre cuando se parte de
un terreno en donde nunca hubo vida. Este tipo
de proceso puede durar miles de años. La
sucesión secundaria es la que se registra luego
de un disturbio, por ejemplo, un incendio. En
este caso el ambiente contiene nutrientes y
residuos orgánicos que facilitan el crecimiento
de los vegetales.
La cadena
alimentarla
En el
funcionamiento de los ecosistemas no ocurre
desperdicio alguno: todos los organismos,
muertos o vivos, son fuente potencial de
alimento para otros seres. Un insecto se
alimenta de una hoja; un ave come el insecto y
es a la vez devorada por un ave rapaz. Al morir
estos organismos son consumidos por los
descomponedores que los transformarán en
sustancias inorgánicas. Estas relaciones entre
los distintos individuos de un ecosistema
constituyen la cadena alimentarla.
Los productores o autótrofos son los organismos
vivos que fabrican su propio alimento orgánico,
es decir los vegetales verdes con clorofila, que
realizan fotosíntesis. Por medio de este proceso,
las sustancias minerales se destransforman en
compuestos orgánicos, aprovechables por todas
las formas vivas. Otros productores, como los
quimiosintetizadores -entre los que se cuentan
ciertas bacterias-, elaboran sus compuestos
orgánicos a partir de sustancias inorgánicas que
hallan en el exterior, sin necesidad de luz
solar.
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PREDADORES
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CARNÍVOROS
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HERBÍVOROS
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PRODUCTORES
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DESCOMPONEDORES
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Los
consumidores, también llamados heterótrofos, son
organismos que no pueden sintetizar compuestos
orgánicos, y por esa razón se alimentan de otros
seres vivos. Según los nutrientes que utilizan y
el lugar que ocupan dentro de la cadena, los
consumidores se clasifican en cuatro grupos:
consumidores primarios o herbívoros, secundarios
o carnívoros, terciarios o supercarnívoros y
descomponedores.
Los herbívoros se alimentan directamente de
vegetales. Los consumidores secundarios o
carnívoros aprovechan la materia orgánica
producida por su presa. Entre los consumidores
terciarios o supercarnívoros se hallan los
necrófagos o carroñeros, que se alimentan de
cadáveres.
Los descomponedores son las bacterias y hongos
encargados de consumir los últimos restos
orgánicos de productores y consumidores muertos.
Su función es esencial, pues convierten la
materia muerta en moléculas inorgánicas simples.
Ese material será absorbido otra vez por los
productores, y reciclado en la producción de
materia orgánica. De esa forma se reanuda el
ciclo cerrado de la materia, estrechamente
vinculado con el flujo de energía.
Esta organización de los ecosistemas es válida
tanto para los ambientes terrestres como para
los acuáticos. En ambos se encuentran
productores y consumidores. Sin embargo, los
ecosistemas terrestres poseen mayor diversidad
biológica que los acuáticos. Precisamente por
esa riqueza biológica, y por su mayor
variabilidad, los ecosistemas terrestres ofrecen
más cantidad de hábitats distintos y más nichos
ecológicos.
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Ecosistemas acuáticos
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