Los García en 1953 - Urbanización Valencia en Río Piedras
Comenzando desde la
izquierda abajo hacia arriba: Rafaela García "Fabi"( la menor) Juan
Bautista García, Abimael, Moises, José Roberto, Juan David, el mayor (mi
padre al centro, el mayor) Juan Ramón, el varón menor (Monchi) Rafael (Rafa)
Efraín, Francisco (Paco), Maria Milagros y Josefína Santiago "doña
Pepita" (su esposa)
Nace un 25 de agosto de
1904 en Córcega, muere un 31 de mayo de 1976 en San Juan de Puerto
Rico.
Un padre y abuelo ejemplar
¿Quien
no recuerda aquella hermosa serie televisiva de los años 70's, 80's y
90's Los García
? Con Juan Bautista García, Don Pepín, Godofredo, Junito, Teresa, y
otras caracterizaciones. Resulta que el nombre de Los García surge de
una familia muy particular que vive en la urbanización Valencia de Río
Piedras para los años 40s, 50s y 60s y que le era conocida a Don Tommy
Muñiz. Los García o Los Muchos, eran 15 personas que vivian en una
misma casa. Don Juan Bautista García el padre de esta familia; por la
cantidad de hijos y nietos que tenía, siempre estaba resolviendo asuntos
y era muy pintoresco y original, de hecho era artista y ser creativo era
parte de su diario vivir. Juan Bautista García crece como huérfano
y luego ya casado tiene 10 hijos y cría a 3 huérfanos en su hogar. Ya
para los años 60's se habia casado la mayor parte de ellos y comenzaron
a llegar los nietos.
Jean Baptiste
Romanacce, nombre con el que nació en la isla de Córcega a principos del
siglo XX 1904, se convertiría luego en Juan Bautista García, al llegar a
Puerto Rico a sus (2) dos años de edad, y seria el huérfano mas
intrigante y misterioso del pueblo de Guayama. Hijo del inmigrante
Corso, Jean Charles Romanacce Lecci'a y la humacaeña Rafaela García.
Algunos le creían hijo de uno de los curas de la Iglesia de Guayama (donde
trabajo su madre), fue así como su amigos le llamaron durante
muchos años "El Hijo del Cura".
Luego de morir su madre cuando el
tenía 8 años y de vivir recogido en algunas casas de gente muy adinerada (la
familia Bird de Guayama) y de llegar luego en su escapatoria, hasta a
deambular por las calles de Guayama, para 1917 Juanito a sus 13 años
una madrugada se fue con unos comerciantes en un carretón tirado por una
yunta de bueyes triste y solo para San Juan. Allí seria adoptado
por una ciudad que casualmente llevaba su propio nombre. El musico y
compositor puertorriqueño Ernesto Vigoreaux amigo de la infancia de Juan
me conto lo siguiente: -Yo estaba en Cayey en casa de unos parientes y
fuimos al pueblo cerca de la base militar americana. Mi tio me habia
comprado una crianza de pollitos con todo y gallina, recuerdo que de
regreso a su casa me encontré a Juan bebiendo agua y acompañado de unos
militares. Me dijo que él que fue su padrastro lo queria enlistar en el
ejercito para salir de él, y que él se le escapó. Vino en una carreta de
víveres tirada por bueyes y que estaba esperando una salida militar para
San Juan para quedarse a vivir allá. Juan a esa tierna edad ya vivía y
se las arreglaba solo, era muy trabajador.
En San Juan se fue a vivir a la
YMCA por recomendación de un oficial militar, esta era una institución
norteamericana en la entrada del Viejo San Juan dedicada a la cultura
deportiva. Allí hizo de todo desde limpiar, pintar, mandados y comenzó a
desarrollarse en él una parte artística que llevaba dentro. Ese talento
fue visto por la institución y Juan comenzó a trabajar en la rotulación
y todo aquello que mereciera ser presentado de forma artística.
A principios de
los años 40 ya casado y viviendo en Puerta de Tierra, conoce a el
empresario Tomás Muñiz quien contrató sus servicios ocasionalmente para
actividades y producciones que éste efectuaba. Don Tomás fue el padre
del actor y productor Tommy Muñiz a quien Juan conoció y fue
desarrollándose entre ambos una relación de amistad. Don Tommy Muñiz "hijo"
comienza a mediados de los años 40 a llevar actividades artísticas
alrededor de la Isla y para ello era necesario crear escenografías para
sus presentaciones. Juan Bautista le hace gran cantidad de trabajos lo
que afianza la relación de amistad. Sin embargo, Juan Bautista no
trabajaba con Tommy Muñiz como empleado, mas bien le hacia trabajos de
carpintería, escenografía o rotulación por pedidos y/o contratos
verbales que era como se hacia negocio en aquella época, de hecho Juan
nos relataba que en muchas ocasiones todo se hacia a base de
intercambios sin mediar dinero de por medio. Los primeros hijos de Juan
Bautista nacieron en Puerta de Tierra y al poco tiempo se mudan a
Monteflores, entre Barrio Obrero y Villa Palmeras en Santurce, donde
nace el resto de la familia. Juan Bautista fue escenógrafo de
Telemundo para 1954, donde laboró unos 5 años de forma itinerante,
trabajando escenarios como: El Show Libbys, El Show de Skipy, El
Tremendo Hotel, Radevouz Nocturno entre otros...
Para los años 30
una joven proveniente de Santa Isabel, Doña Beba (madre de crianza de
Don Tommy) se habia ido a vivir a casa de don Tomás Muñiz (padre) quien
enviudo para esa época de doña Moserrate "Nena" Ramírez y ella viene a
convertirse en un miembro más de esa familia. De hecho las hijas de doña
"Beba" Mercedes y Myrna crecieron en el seno de ese hogar y se
convirtieron en hermanas de crianza de don Tommy Muñiz (hijo).
Juan Bautista
García mantiene así un vínculo de amistad tanto con don Tommy y con sus
hermanas de crianza las que se mudan a principios de los años 50 para la
Urbanización Valencia en Río Piedras, justamente en la casa contigua a
la de Juan Bautista.
Don Tommy Muñiz y
su familia visitaban frecuentemente a doña Beba y a Mercedes y Myrna (madre
y hermanas de crianza) y a su esposo don Carlos Bisot, entonces
aprovechaban de una vez para tertuliar con su amigo Juan Bautista García
y su familia los Garcías o con don Pepín quien era el vecino de nosotros.
Dentro de ese escenario y dado a que los Garcías eran una gran familia
que los domingos reunían hasta 30 de sus miembros entre hijos, nietos,
nueras, cuando coincidian don Tommy le decía a Juan: -Oye Juan
Bautista, tú si que tienes un familión- Don Tommy estaría por sus 42
años y Juan ya en los 60 años. Los hijos menores de Tommy hicieron
amistad con (Godofredo) Robertito García uno de los nietos de
Juan, y Armandito (Héctor Armando García quien escribe). El
apodo de Godofredo se lo puso Don Tommy a Robertito para esa época,
posteriormente en vez de decirle Godofredo a Robertito le comenzamos a
llamar Godó. Los García se componian Juan Bautista y Josefina Santiago
con 10 hijos naturales, 32 nietos y 3 hijos de crianza. Estos son:
Juan David (padre de Juan David, Héctor Armando y Lourdes) Moises
(padre de Ivette, Ivonne e Ivan) Efrain (padre de Efrain,
Maritza, Madeline, Isander y José Orlando) Abimael (padre de
Milagros, Nicelia, Enid, Waleska y Abimael) Roberto (padre de
Robertito "El Godofredo")
Francisco "Paco" (padre de Francisco, de Javier, de Yadira, y los
gemelos Francisco Javier y Javier Francisco)
Rafael (sin hijos) Juan Ramón (padre de Juan Ramón, Yadira,
Evelyn Marie y Javier) Maria Milagros (madre de Mirla Francesca,
Manuel, Laiza y Mara) Rafaela (madre de Kendra y Ciara "chara".
De los 3 hijos de crianza 2 se fueron jóvenes, sin embargo Petra se
quedo hasta el final.
Don Tommy utilizó el nombre de Juan Bautista García y
personajes del vecindario (Pepin y Godofredo)
y los recreo a su manera integrando a otros personajes al
libreto.
Los García eran
una familia muy original y en sus reuniones dominicales hacian todo tipo
de actividades particularmente juegos creativos y de ingenio, los actos
de magia y de circo eran sus favoritas. Entre Juan Bautista y don
Tommy se afianzo una relación amistosa dado el hecho que las hijas
menores de Juan, Rafaela (Fabi) que estudio con Mario (hijo de don
Tommy) y Maria Milagros, estudió con Tomás (el mayor de los Muñiz), en
el Colegio Espíritu Santo, de Hato Rey, así como Armandito García (su
nieto) que compartia salón de clases con Rafo Muñiz, otro de los hijos
de de don Tommy. Pepincito que era nuestro vecino tambien estudiaba con
nosotros. Por cierto, Pepincito, Rafo Muñiz y yo hicimos barbaridades en
el colegio, entre ellas comprar un apestoso olorante en el negocio de
doña Mayo, llamado "peo químico" y regarlo en los salones de clases "que
desastre". Además, estudiabamos allí mismo junto a los hijos de
Mercedes, la hermana de crianza de Tommy (Carlitos, Lizette y
Freddy Bisot).
De
hecho, Juan Bautista García quien ya se había desarrollado como un excelente
pintor de clase, hizo el trabajo artístico que aún conserva la Iglesia
del Espíritu Santo en su interior y la cual fue reconocida recientemente
en misa de recordación y donde alli en esta iglesia hay una placa
evidenciando la autoria del trabajo. Varias Iglesias de Puerto Rico como
la San Francisco [ver trabajo]
la Catedral y otras tantas iglesias
[ver trabajo]las cuales fueron trabajadas artísticamente por el (8 en total).
A los pocos días de morir su amigo Eddie López, el creador del
paso de comedia Los Rayos Gamma, le dedico este trabajo [ver].
Aquellas reuniones folclóricas y
pintorescas de familia causaron un simpático impacto en don Tommy quien
eventualmente desarrolla su serie de Los García, inspirándose en este, a
tan solo 3 meses de morir Juan Bautista. Y como hacen generalmente
muchos guionistas, utilizando fragmentos de la vida real y
reinventándose toda una trama de enredos y situaciones producto de la
imaginación del autor. Hay un libro que escribió el arroyano e hijo
adoptivo de Guayama, Nestor Cora Vega llamado El Barbero Tras-humante
que igualmente esta inspirado en la infancia de Juan Bautista García.
Nestor Cora Vega fue un gran amigo de la niñez de Juan Bautista, al
igual que Ernesto Vigoreaux y Vicente Pillot. Aunque el relato de Nestor
Cora es autobiográfico, usa el nombre de Juan y las circunstancias de la
muerte temprana de la madre de Juan para iniciar su historia. Por
supuesto, toda la trama y situaciones surgidas en la historia, son
producto de la imaginación del autor. Un dato curiosisimo ocurrio en el
1989 casi 13 años despues de la muerte de Juan en el pueblo de Guayama.
Yendo a buscar mis raices y en un trabajo de investigación sobre los
origenes de Juan, fui a la la iglesia buscando el acta de bautismo,
luego a el hospital buscando el acta de defunción de la madre de Juan,
entonces fui luego a la plaza de recreo. Allí le pregunte a un señor
moreno de bastante edad que si sabia quien era Vicente Pillot y el
hombre asombrado me contesto
"Soy
yo mismo".
¡Increible!
le pregunte al mejor amigo de mi abuelo por él mismo, en el
mismisimo1er. intento. Aquello me llevo a concluír que yo estaba siendo
guiado por mi propio abuelo en mi trabajo esclarecedor. A partir de allí
se dio una conversación sumamente reveladora entre Vicente y yo, luego
se unio a nosotros el maestro e historiador José "Papo" Fonseca, quien
se encargo de ponerme al tanto junto a Vicente, del contexto histórico
en el que se crio mi abuelo. Me lo describieron como un huérfano que
vivio una infancia azarosa como ese personaje tambien huerfano creado
por Mark Twain, Huckleberry Finn. -Juan creció de forma silvestre y sin
cuidados, se creo él mismo, se hizo solito- así me dijo Vicente Pillot.
Recientemente compartimos con Mercedes, (hermana de crianza de don Tommy
Muñiz) la que nos acompaño con su esposo Carlos Bisot al acto de
recordación de Juan Bautista en la Iglesia San Francisco en el Viejo San
Juan este pasado 31 de enero de 2008, y ella recuerda perfectamente a
Godofredo (Robertito García en esta foto)
a nuestro vecino don Pepín y a mi mejor amigo de la infancia
Pepincito, y compartimos muchas de las alegres anécdotas de nuestro
vecindario. Este cuadro incidental, conforma casi los protagonistas
principales de "La serie Los García". La (rarisíma) ecuación
de estos 3 personajes (juntos) en el mismo vecindario, además de la
relación de trabajo y amistad de Juan Bautista con don Tomas Muñiz
(padre) y luego don Tommy (hijo). Las
relaciones de amistad entre las hijas y nieto de Juan y los de don Tommy
en el Colegio Espíritu Santo, además del vecindario que compartian,
crearon las cirscunstancias en la mente de don Tommy para la
eventual creación de
Los García.
Nosotros los
miembros de la familia García, deseamos expresarles nuestro más sincero
agradecimiento a don Tommy Muñiz y a su familia, por haberle dado vida
en la pantalla chica (aunque anonimamente) a este gran (desconocido,
hasta hoy) puertorriqueño quien como huérfano de padre vino a ser
eventualmente un modelo de padre ejemplar y quien nos transmitió ese
deseo de darle a todos los niños de Puerto Rico ese amor que él no
recibió como hijo a través de lo que él consideraba más importante en la
vida de ellos, su formación y educación.
El pasado 31 de
Mayo de 2009 "Dia de la Recordación" se cumplieron 33 años del
fallecimiento de nuestro querido y bien recordado Juan Bautista García,
a él y a los que como él han sabido honrar el título de padres, un
fuerte abrazo y felicitaciones.
Don Juan quien fue un prolífico escritor, no publicó nunca ninguno de
sus escritos sin embargo aquí comparto con ustedes un poema y una
pequeña historia que nos legó.
He querido mucho
He amado poco,
he querido mucho
quien ama de
prisa, no quiere de veras
Ser sombra
que huye, ser pensamiento
que pasa, si
en eso consistiera la vida, preferiria
ser nada
Señor
tu que quisistes tanto y que tan
poco amastes (*)
anda y
explicame este cansancio y este tedio
de este
amar sin sentido y de este querer
inconstante,
miro al cielo suplicando amparo
y solo
escucho un inmenso silencio.
He amado poco,
he querido mucho
quien ama de
prisa, no quiere de veras
Ser sombra
que huye, ser pensamiento
que pasa, si
en eso consistiera la vida,
preferiria
ser nada.
Juan
Bautista "García" (Romanacce) mi gran abuelo
(*) entiendase amor a 1 persona
Encomienda Postuma
Por: Juan Bautista García García
Estas son las cartas
que propiciaron la investigación y la historia
27
y 28 de Agosto de 1912
Era
una calurosa noche del mes de Agosto, tan parecida a las que en mis
travesuras de niño de mis 8 años había estado acostumbrado a pasar, sin
embargo, esta noche en particular me tendría reservada una insólita
sorpresa que dejaría una imborrable huella en el curso de mi vida.
Acababa de repartir algunos
encargos por los distintos cafetines que me habían asignado en el
colmado de don Jesús, en Guayama. Trabajé rápidamente, para así poder
llegar lo mas pronto posible a mi casa y atender a mi madre en su lecho
de enferma, que esperaba con todos nosotros el desenlace final de
aquella terca enfermedad que había buscado asilo en su frágil cuerpo
para destruirlo, sin percatarse que le había revelado a su alma el más
sutil de los secretos.
Cuando subía por la escalera
rústica de mi casa, me encontré con mi abuela Doña Fanny (la dulce
mulata) que me había enseñado tantas cosas buenas, la que al verme
rápido me dijo -Mira Juan, tu mamá esta muy, pero que muy mala y me dijo
que quería verte ahora para decirte algo (temiendo indudablemente su
muerte) muy importante.
¿Podía acaso yo a mis 8 años
de edad enfrentarme a mi angustiada madre y verla morir entre mis brazos?
Abuela Fanny sabia que
aquello era demasiado fuerte para mi temprana edad, posiblemente era
algo tan siniestramente espectacular para mi tierna pubertad, que la
adolescencia hizo un guiño de duda ante la sombra expectante de mi
capacidad. Pero sin miedo subí hasta su cuarto, allí estaba ella
sudorosa y moribunda entre los reflejos de un ondulante quinqué que le
daba un tono aún mas sombrío a su rostro. ¡MADRE! -Hijo ven acércate...
confundiéndose en el mas tierno de los abrazos y así se me acerco
al oído y dijo casi balbuceando estas susurrantes palabras... -No
busques nunca al hombre que fue tu padre, no te ha hecho falta, ni jamás
te la hará- ¿Me lo prometes? - Si querida madre, te lo prometo- le
conteste llenos mis ojos de cautivas lágrimas que así conseguían su
liberación...
A los 8 años, yo era un
muchacho duro, criado casi solo pues mi padre abandono a mi madre apenas
llegaron de la isla de Córcega. Mi padre era uno de estos aventureros
que se tiraron al nuevo mundo a buscar mejor vida y puesto que mi madre
era muy hermosa pero muy humilde, prefirió luego buscar suerte en una
hacienda con una adinerada dejándonos abandonados a mí y a mi madre.
Yo no sentía un temor natural
por las cosas que empezaban a integrar mi vida de un modo tan
implacable. Miré las callosidades de mis tiernas manos y comprendí
rápidamente lo que mi atormentada madre me pedía con tanta desesperación.
Tenia toda la razón, abrazado a ella sentía como dentro de su pecho tan
joven (apenas 28 años) la vida iba extinguiéndose lentamente...
Mientras en mi espíritu
infantil, renacía una vida nueva, una vida en que aquellas callosas
manos iban a ser el yunque que ella quería con las cuales yo iba a
labrar mi vida y futuro, sin la necesidad así, de romper la promesa para
buscar al hombre que había sido mi padre.
Este glorioso éxtasis no
podía durar mucho pues un acceso violento de una tos seca, me sustrajo
de aquellos raros pensamientos. -¡MADRE!- madre espera por la
virgen- acomode su cabeza sobre las almohadas y por un momento salí del
cuarto buscando alguna ayuda. -Abuela,abuela- yo gritaba pero nadie me
contesto y decidí enfrentarme solo a aquella situación. Entre de nuevo
en la habitación donde había una mesita de noche construida de Laurel
sabino y sobre ella marcaba el tiempo indiferente un viejo pero leal
reloj despertador que señalaba en aquel momento las 7:15 de la noche,
aparentemente todo marchaba dentro del plan de Dios...
El cruel acceso de tos la
había extenuado por completo y se había quedado dormida, no consideraba
prudente despertarla. Es obvio que la naturaleza tiene su rol asignado
en este pequeño drama de la vida, por lo cual decidí esperar un momento.
Me senté junto a ella y con mis callosas manos acariciaba su negra y
alargada cabellera, mientras el tic, tac... del reloj prolongaba
infatigablemente el impaciente tiempo que nunca se detenía y que nos
acechaba constantemente. Así seguí yo la noche recostado sobre el hombro
de mi madre y note con asombro ya entrada la madrugada que el quinqué
tenia poco gas y la vacilante luz que apenas producía la quemada mecha
me infundía un raro y desconocido temor. Ahora las sombras cada vez mas
opacas que producía aquel quinqué parecían generar imágenes de seres que
rodeaban la cama de mi madre y que desde ese mundo le parecían llamar
para tranquilizar así su fatigada alma.
Yo nunca iba olvidar aquel
amanecer del 28 de agosto de 1912, de repente sentí una alegría muy
saludable pues por entre una de las muchas hendijas de la pared de la
casa hecha con tejamani, se filtro un tibio y milagroso rayo de luz
mañanera, eran las 5:55 de la mañana y ya comenzaba a amanecer. Un
fuerte aroma a plantas medicinales comenzaba a impregnar el cuarto de mi
madre en ese momento, al lado de nuestra casa don Domingo Gilormini
procesaba malagueta para hacer alcoholados y aquel fuerte olor perfumaba
a diario el vecindario. Apenas aclaro un poco mas, entró otro rayo de
luz que se poso sobre el pálido rostro de mi madre entonces ella abrió
sus ojos y con ellos fijos en mí casi sin mover sus apretados y resecos
labios me hablo nuevamente...
-Yo se hijo mío que has
sufrido mucho por mi enfermedad, quiero que sepas que de lo que voy a
morír es de la pena de no poderte criar y verte crecer como un buen
hombre de provecho. No sabes lo que yo daría por estar ahí a tu lado
todos los días llevándote a tu escuela y ocupándome de tus cosas. Quiero
hijo mío que el día que decidas tener una familia, quiero que la valores
como la cosa más importante de tu vida, nunca abandones a tus hijos, por
favor júrame eso hijo mío.-
- Si mamá, cuando yo sea
hombre y tenga familia los voy a cuidar bien, te lo juro y te lo prometo
por esa virgen mamá-
-Se un buen padre y cuida
bien a tus hijos, hazte de una profesión y dale a ellos una buena
educación, me prometes eso hijito, cof, cof, cof... Le volvía otra vez
un ataque de tos que ya presagiaba su final.
-Prométeme también hijito que
no vas a buscar a ese hombre que nos abandono inmisericordemente, tu
tienes unos buenos padrinos que se van a ocupar de ti y con los cuales
no vas a carecer de nada- Se refería esta a Emilia Porrata Santaella y a
José Vives personas acaudaladas y las que irónicamente estaban
emparentadas con la mujer con quien se había ido su padre.
No se preocupe madre lo que
usted me diga así yo haré. Entonces mi madre tomo una de mis manos, la
derecha y llevándola hasta sus senos me indico con su mirada que entre
ellos reposaba un escapulario de San Francisco de Asís, lo tome con
mucho respeto y bastante temor mientras ella cerraba nuevamente sus
serenos ojos para abrirlos ahora ante la augusta presencia de Dios, que
por fin ya había dictado su hora de salida. Eran justamente las 7:30
minutos de la mañana lapso de tiempo hecho en mi vida una perdurable
eternidad. Con el escapulario en mis manos contemplaba casi hechizado el
despojo de una mujer que había entregado su alma a Dios en plena
juventud. Yo pensé inocentemente que ella dormía.
-¡Juan, Juan!- me llamaba
mi abuela Fanny que subía las escaleras rápidamente, la cual sabía que
yo madrugaba siempre para volver a los cafetines del pueblo antes de ir
a la escuela. -Mande uste- le grite yo. Hijo vete cuanto, antes pues
me enteré que Jean Charles tu padre viene a buscarte y tu madre me hizo
jurarle que no te entregara a él. -Rafaela, Rafaela fue al cuarto a
decirle a mi madre cuando -Ohhhh, virgen santísima si ya tu madre se fue
a morar con el señor, bendita sea su alma- Y abuela Fanny comenzó
a llorar desconsoladamente y a gritar tanto que levanto a todos los
vecinos cercanos. Cuando yo supe que no volvería a hablar mas con mi
madre se me hizo un nudo en la garganta que no me dejo hablar por varios
días.
Una vez mi abuela volvió en
sí, me tomo de un brazo y me llevo con ella a casa Doña Luisa viuda de
Fernández y allí me quede como fuera de mi mismo y sin conciencia de lo
que pasaba por casi un mes. Solo miraba y miraba sin parar el bendito
escapulario que me dio mi madre aquella cruel mañana del 28 de agosto de
1912. En aquel escapulario la única herencia que me quedo de mi madre,
se encerraba el sutil compromiso que iba a guiar a mi vida continuamente
y me ayudaría a realizar la encomienda póstuma de mi madre.
Mi padre vivía muy bien según
luego yo supe y le vi varias veces en el pueblo de Guayama pero yo me le
escondía, pues no quería que él me viera. Se habia casado con una joven
adinerada llamada Elvira Porrata Doria, heredera de una gran
fortuna.
Al morir mi abuela, yo quede
huérfano total y bajo el cuidado de mis padrinos y la familia Fernández
Bird, yo en mas de una ocasión les escuche decir que seria bueno que yo
me fuera con mi padre. Un día planearon llevarme con él, pero yo que me
la pasaba debajo de la casa donde tenia una pequeña guarida y escondite
al oirlos me ocultaba y evitaba ese encuentro.
Me escape de la casa de los
Fernández un día para no volver, me fui a caminar y a aventurar por los
pueblos cercanos, pero siempre trabajando. A mis 16 años ya hecho todo
un hombre independiente un día me monte en una Carreta halada por una
yunta de Bueyes que iba para Cayey y seguí así hasta llegar a San Juan,
El viaje fue de todo un día de camino, conmigo se fueron mis amigos
Víctor Pillot, y Néstor Cora Vega para acompañarme, pero solo
llegaron a Cayey ya de allí se regresaron a Guayama.
Fui cautelosamente y sin
arrogancia al encuentro con mi madurez, era una persona decidida y
comprometida con mi futuro, era un hombre muy trabajador y esa era mi
mejor carta de presentación. Al llegar a San Juan consegui empleo y
alojamiento en la YMCA una institución norteamericana orientada a la
preparación fisíca de sus socios, allí viví los proximos 6 años. No
vacile en casarme bien joven a mis 22 años con la buena mujer que Dios
puso en mi camino y con la cual he formado un hogar que ya cumplió su
bodas de rubí y en donde son muy felices 8 hijos y 2 hijas, además de 3
huérfanos a los que he criado como hijos míos. Tenemos un hogar en donde
todo esta en perfecto orden y conforme a la voluntad de Dios. Aún hoy no
le he revelado el secreto a mi mujer e hijos de quien fue mi padre,
quien murió apenas 5 años después de mi madre, según supe tuvo otro
hijo, Alejandro y una hija Jacqueline, a Alejandro un día le vi en
Santurce donde vivía, pero no me relacione nunca con él.
Pero el tiempo ese cruel
encubridor personaje que no me abandona ni un solo momento le iba a
tocar revelar ese misterio. Como cosa natural y sin darme cuenta me
convertí en artista, mis manos tenían habilidad para dibujar y hacer
muchas cosas creativas que ni yo mismo me habría imaginado, gracias a
ellas he vivido. Y así un día estaba dándole los toque finales a los
decorados interiores de la Iglesia San Francisco del Viejo San Juan,
cuando el padre Gregorio se acerco a los andamios y me llamo: - Don Juan
baje un momento que tengo que decirle algo muy importante- Azorado baje
rápidamente y hablándole entre Inglés y español ya que el cura era de
Penssilvania, le pregunte que había pasado. Bueno Don Juan, escuchando
los juegos de béisbol, el narrador Buck Canel, menciono que una persona
de origen Corso, le deseaba enviar un mensaje al pueblo de Guayama
y en especial a Juan Bautista Romanacce, el cual creían que llamaban
Juan Bautista García y que ya debía andar por cerca de los 50 años ¿No
cree Don Juan que eso tenga que ver con usted?
En ese momento vino a mi
mente aquel 28 de Agosto de 1912, y metiendo mí mano en la cartera
busque aquel viejo escapulario, sagrada herencia que aún guardo y llevo
conmigo como mi más preciado y venerado tesoro. En eso recordé las
suplicas de mi madre -No busques nunca al hombre que fue tu padre, no
te ha hecho falta, ni jamás te la hará- ¿Me lo prometes? - Si querida
madre, te lo prometo- Y durante 41 años nada ha interrumpido
esa promesa...
Pensé en llamar a mi esposa y
preguntarle, pero algo que no entendía me contuvo, aquellas expresiones
me dejaron perplejo y confundido, había algo en mi alma que me
presionaba de un modo extraño. Yo comprendo que el alma tiene sus
vándalos que no son otra cosa que los malos pensamientos que llegan así
de improviso para devastar nuestras virtudes. Pero tanto mi madre y yo,
ella desde el cielo y yo acá en la tierra estábamos preparados para esta
singular emergencia.
Sin embargo, como los juegos
de béisbol son oídos por prácticamente toda persona que tiene un radio
aquí en el Puerto Rico de los años 50, ya todos se estarían preguntando
si de quien hablaban era de Don Juan Bautista García el artista y pintor
de Guayama.
Entonces baje rápidamente del
andamio en donde estaba trabajando y me acerque a la imagen de San
Francisco una hermosa guvia española y frente a el ore intensamente...
Abrí mis ojos y levantando mi rostro miré al magnifico santo y note con
asombro que una extraña sonrisa se dibujaba en sus labios. -¿Se siente
bien Don Juan?- me pregunto por sorpresa el padre Gregorio, sacándome
del dulce éxtasis en el que me encontraba.
-Si padre me siento bien...
Padre me quiere hacer un pequeño favor- suplique
-Si dígame Don Juan, hoy es
su día y se que me necesita y Dios y yo estamos dispuestos enteramente
para usted-
-Como en otras ocasiones,
tengo deseos de escuchar música religiosa para continuar con mi trabajo-
-No se preocupe usted,
continue haciendo su buen trabajo de arte poniéndome bella la capilla y
yo me encargo de poner la música celestial-
Pronto subí rápidamente al
andamio y me dispuse a terminar con mi labor de dibujar sobre la pared
contigua a la capilla el rostro de la Virgen Maria siendo visitada por
el ángel Gabriel, y sin darme cuenta, mis manos dibujaban el rostro...
¡si! de la mujer mas hermosa que hayan visto mis ojos ¡Si, era
ella! Entonces me di cuenta, era el rostro de mi madre la
que mis manos bendecidas habían retratado con su larga cabellera suelta
y llena de una arrobadora belleza. Allí estaba ella frente
al altar, sonriéndome y dejándome saber con su mirada que por siempre
estaría conmigo, GRACIAS DIOS MIO.
Vea uno de los
trabajos de Juan Bautista en una de las muchas iglesias en que trabajo
[Entrar]
Los invitamos a
visitar:
El Corso de Guayama
para información relacionada con el nacimiento de Juan en la isla
mediterranea de Corcega.
En la Iglesia del Espiritu Santo de
(Parque Florido) Floral Park en Hato Rey, recientemente se le hizo
un homenaje a Juan Bautista, por haberle legado a la Iglesia, su
trabajo artístico que adorna la misma. Una placa con dicho
reconocimiento esta expuesta en la misma.