La
reproducción es una característica de los seres vivos,
aunque la forma de hacerlo sea distinta. La reproducción
asexual o asexuada requiere solo de un progenitor
que se divide por la mitad, produce yemas o se fragmenta ,
formando dos o más descendientes que suelen ser idénticos a
él. A continuación, puedes estudiar algunas formas de
reproducción asexuada, con la ayuda de algunas plantas y
verduras.
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(Paso 1)
Toma el helecho cuidadosamente, sin romperlo. Sácalo de la
tierra y observa su estructura subterránea.
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(Paso 2)
Identifica un rizoma. Son los bulbos de color claro a partir
de los que surgen las raíces. Córtalo en dos.
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(Paso 3)
Plántalo en el cajón.
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(Paso 4)
Toma la ligustrina, el clavel o la rosa y corta una rama
donde se origina en el tallo (la vara principal y la más
gruesa).
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(Paso 5)
Planta la patilla en el cajón. Puedes sacar varias patillas
de una sola planta.
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(Paso 6) Corta
en dos un tubérculo, en este caso una papa -la de la foto ya
tiene algunos brotes.
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(Paso 7)
Planta cada mitad en el cajón. De la misma forma, también
puedes probar con una cebolla.
Herencia
Al producirse la reproducción, el individuo resultante, sin importar el reino al cual pertenezca, recibe el material hereditario del o los progenitores contenido en los cromosomas. En las fases de la mitosis de la página siguiente vemos cómo los cromosomas se van dividiendo al formar las dos nuevas células. Francis Crick y James Watson, en su trabajo publicado en 1953, sugirieron que la molécula de ácido desoxirribonucleico (DNA), que es la que contiene el material hereditario de los cromosomas, consistía en una doble hélice formada por eslabones del azúcar fosfatado, marcando un nuevo avance en el estudio de la genética. Estos científicos, junto con Maurice Wilkins, recibieron el premio Nobel de medicina y fisiología en 1962.
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