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Charles
de Coulomb
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Electricidad
y magnetismo
La
electricidad y el electromagnetismo son dos ramas de la física,
las últimas que estudiaremos en este fascículo. Los
fenómenos eléctricos y magnéticos comenzaron
a estudiarse a finales del siglo XVIII, cuando en 1785 el físico
francés Charles de Coulomb confirmó que la
fuerza de atracción o de repulsión eléctrica
es directamente proporcional al producto de las masas e inversamente
proporcional al cuadrado de la distancia que las separa. Esto fue
conocido como la Ley de Coulomb. Sin embargo, fueron los
matemáticos Simeón Denis Poisson y Carl Friedrich
Gauss quienes llegaron a la conclusión de que dos partículas
con cargas opuestas se atraen, acelerándose una hacia la
otra.
De
aquí nace la teoría clásica de un circuito
simple (trayecto o ruta de una corriente eléctrica), que
postula que los dos polos de una pila tienen cargas opuestas (positiva
y negativa). Cuando estos polos se conectan mediante un conductor,
las partículas negativas son atraídas por el polo
positivo, calentando el conductor, lo que sucede porque pone resistencia
al movimiento. Cuando las partículas llegan al polo positivo,
se ven obligadas a desplazarse dentro de la pila hasta el polo negativo,
en contra de las fuerzas que se oponen a esto (Ley de Coulomb).
Los
conceptos básicos del magnetismo aparecieron en el siglo
XVII, desarrollados ampliamente por Coulomb. Pero la relación
entre magnetismo y electricidad se estableció solo con los
experimentos realizados por el físico y químico danés
Hans Christian Oersted, que en 1819 descubrió que un cable
conductor por el que fluye una corriente eléctrica es capaz
de desviar una aguja magnética situada en sus proximidades.
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