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Sanson
y Dalila, (1949), de Cecil B. de Mille
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El
cine histórico
Es
muy difícil catalogar así a un tipo de cine, porque
la mayoría de las producciones necesariamente pasan por la
historia. Sin embargo, hay dos temas que únicamente reconstruyen
hechos reales, sin otro objetivo que mostrar fielmente dicha realidad:
la biblia y las guerras.
En
las reconstrucciones bíblicas destacó Cecil B.
de Mille durante la década del 20, con películas
tan importantes como Los Diez Mandamientos (1923), logrando
un importante éxito entre los espectadores. Más adelante
realizaría Rey de Reyes (1927), El signo de la
cruz (1932), Las Cruzadas (1935) y Sansón y
Dalila (1949).
El
cine bélico, por su parte, ha ocupado un importante sitial
dentro de la historia del cine y hasta hoy este tipo de filmes continúan
haciéndose. La Primera Guerra Mundial fue el primer tema
que se tomó para llevar hasta la pantalla grande, con Sin
novedad en el frente (1930) de Lewis Milestone y Cuatro de
infantería (1930), de G. W. Pabst.
Sin
embargo, se podría decir que ningún tema ha sido más
tratado en el cine que la Segunda Guerra Mundial, ocupando un papel
de importancia que permitió a cada país exaltar sus
propias ideas y valores. Roberto Rossellinni en 1945, hizo
Roma, ciudad abierta y un año más tarde,
Rene Clement filma La batalla del rail. Estados Unidos
se preocupó siempre de mostrar al enemigo lo más malo
posible, recurso que hasta hoy utilizan en sus películas.
Un ejemplo de ello fue El puente sobre el río Kwaii
(1957), de David Lean.
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